Cartones con alma

El editor cartonero Javi Gil y la poeta Luz Pichel, en La cartonera del escorpión azul (rtve.es)

Sevilla, 22/III/2023

Cuando lo único que te ofrece la vida, a veces, es tener la dureza del acero para sobrevivir, aparecen experiencias humanas que dan sentido a lo que hacemos a diario las personas que tenemos la impresión de vivir «equivocados» de siglo, mucho más cuando creemos que está diseñado por el enemigo. Me ha ocurrido al descubrir una isla desconocida, mi misión “posible” en este cuaderno digital, al conocer ayer la existencia de una experiencia nacida en Argentina, que se ha consolidado también en Madrid, con un nombre sorprendente: la cartonera del escorpión azul, cuya sinopsis oficial, presentada por la televisión pública de este país, en su espacio “La aventura de saber”, nos dice que “Las editoriales cartoneras nacen durante los años del corralito en Argentina. Eloísa cartonera es considerada la primera. Su intención es dignificar las condiciones de vida de los recolectores de cartón por las calles. Se paga más caro el kilo de cartón y se invita a los cartoneros a convertirse en editores e incluso en poetas. El resultado son libros artesanales fabricados con cartón y realizados de una manera barata y sostenible. Nos acercamos a la madrileña Cartonera del escorpión azul”.

En el reportaje citado se cuenta, con brevedad “graciana” (lo breve, si bueno, dos veces bueno), que este proyecto editorial, La cartonera del escorpión azul, nace en 2020, durante la pandemia, a través de una idea muy clara del poeta Javi Gil, editor de la misma, sobre la necesidad contextual de interacción humana ante tanta soledad, en el que se busca que los autores, poetas, sean interpretados por un diálogo caligráfico excelente a través de la mano artística de Chilis Cubero, que lee primero cada libro para expresarlo después a través de una escritura muy bella, la esencia de la caligrafía, interviniendo después un autor gráfico que ilustra los poemas,  haciendo también una “lectura” desde su arte, lo que da como resultado obras muy personalizadas de cada autor o autora, como se explica detalladamente en el reportaje. Así lo explica la poeta Olga Muñoz sobre como editar sus poemas “finos y afilados”, a los que Javi Gil buscó “casa y vestido”, en una interpretación maravillosa del alma de este editor, en la que el cartón es una envoltorio especial, un auténtico regalo, tal y como lo expresa también la poeta Luz Pichel, cuando afirma que cada obra realizada en torno al cartón y a la caligrafía utilizada a su propósito, “no es una edición sino un regalo”, porque transmite algo fundamental: “los cartoneros tienen ese encanto de lo pobre, del tacto…” y al final lo que se obtiene es pura artesanía.

Una actividad relevante de este proyecto es la de los talleres en los que participan los autores “editando” ellos mismos sus libros en torno al cartón, presentando uno de ellos, “Los camaleones en la azotea”, en el que Javi Gil “sólo” les ofreció cartones con su sello editorial para que ellos mismos crearan su editorial bajo el nombre que se creó el taller, con una puntualización que me pareció sorprendente: en cada libro lo que manda es el cartón que lo envuelve, es decir, si toda la edición no es idéntica, mejor todavía, porque cada uno tiene su propia identidad. Verdaderamente sorprendente en los tiempos que corren, tan “modernos”, porque es el triunfo de la obra artesanal sobre la producción industrial. Como bien dice Javi Gil, “cada cartón tiene su memoria, ya sea de un detergente o de la leche”, que los protegió en algún momento de su vida como mercancía y esa “naturalidad esencial” es lo que da más valor a cada obra poética, lo que les ofrece su alma.

La base del proyecto nació en Argentina a través de Eloísa Cartonera, que iluminó a Javier Gil para darle vida en nuestro país. Escuchar a este editor con alma de cartón, cómo explica el nacimiento del proyecto en Argentina sobrecoge, pero al mismo tiempo ofrece una perspectiva esperanzadora sobre el alma humana para llevarnos a una reflexión: un triste cartón que protege cosas normalmente, mercancías, puede también envolver vida, porque a través de la mano humana, se demuestra que tiene alma. A mí me lo enseñó hace ya muchos años nuestro hijo Marcos, cuando un día nos pusimos a valorar lo que las cajas de cartón suponen en la vida de un niño frente a los juguetes actuales. No pertenezco a la escuela maniquea que defiende todo lo anterior como lo mejor y lo de hoy lo peor, enfrentándonos constantemente a la historia, porque soy miembro activo del club de los que creen que el mundo sólo tiene interés hacia adelante. Pero la realidad de la caja de cartón, como las que envolvían primitivamente cosas materiales y utilizan en la actualidad las editoras cartoneras como la de Javi Gil, nos hace valorar lo sencillo y creativo frente al tecnicismo actual. En 2014 escribí un artículo en este cuaderno digital, Cajas de cartón, en el que ya hablaba de estos cartones con alma. Creo que la caja de cartón, tan humilde ella, siempre ofrecía y ofrece posibilidades a almas concretas, consiguiendo vida propia, y ésa es la diferencia frente a los juegos y juguetes de hoy.

 The Adventures of a Cardboard Box from Studiocanoe on Vimeo.

Cuando el alma actúa el éxito está garantizado y la inteligencia creadora se hace patente a todas luces. Sin la inteligencia, el cartón no es nada. Esa es la clave de esta pequeña historia, como en tantas experiencias de la vida. La verdad es que Marcos, nuestro hijo, siempre sacaba partido y daba vida al cartón más pequeño. Ponía su alma en ello y eso lo aprendimos de él. Es la razón de que hoy haya escrito estas palabras, también con alma.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

La primavera, según Cernuda, nos ilumina la mente

Ramón Gaya, Retrato de Luis Cernuda, 1932 (Ver nota)

Pero la primavera está ahí, loca y generosa. Llama a tus sentidos, y a través de ellos a tu corazón, adonde entra templando tu sangre e iluminando tu mente

Luis Cernuda, en Ócnos

Sevilla, 21/III/2023, Día Mundial de la Poesía / Actualizado a las 12:50 CET

Anoche, a las 22:24 horas en España, entró oficialmente la primavera en este país. Llega, al menos, como una buena noticia que nunca falla. Por este motivo vuelvo a publicar, actualizado, el artículo que hace un año escribí sobre este regalo de la naturaleza, a la que tanto maltratamos, pero que ella vuelve una vez más a entregarnos su júbilo, que según Cernuda, vence la desesperanza y el miedo al iluminar nuestra mente.  

Cuando llega esta estación, la primavera en Sevilla, Cernuda me recuerda siempre cosas importantes con su prosa poética, porque lo único que sabemos es que no sabemos en realidad lo que nos pasa y él nos ayuda a entenderlo (1), fundamentalmente porque estamos atravesando una etapa histórica plagada de dificultades y sinsentidos en un mundo al revés. En este caso, cuando canta a la primavera recordando a su tierra natal desde la tragedia del exilio, añorando cómo la naturaleza cuida a Sevilla:

Este año no conoces el despertar de la primavera por aquellos campos, cuando bajo el cielo gris, bien temprano a la mañana, oías los silbos impacientes de los pájaros, extrañando en las ramas aún secas la hojosa espesura húmeda de rocío que ya debía cobijarles. En lugar de praderas sembradas por las corolas del azafrán, tienes el asfalto sucio de estas calles; y no es el aire marceño de tibieza prematura, sino el frío retrasado quien te asalta en tu deambular, helándote a cada esquina.

Abstraído en este imaginar, marchas con nostalgia por la avenida del parque, donde revuela espectral a ras de tierra y te precede, fugitiva ala terrosa, una hoja del otoño último. Tan reseca es y oscura, que se diría muerta años atrás; imposible su verdor y frescura idos, como la juventud de aquel viejo, inmóvil allá, traspuesta la reja, hombros encogidos, manos en los bolsillos, aguardando no sabes qué.

Al acercarte luego, hallas que el viejo tiene a sus pies manojos de flores tempranas, asfodelos, jacintos, tulipanes, de vívidos colores increíbles en esta atmósfera aterida. Casi da pena verlas así, expuestas en mercado norteño, como si ellas también sintieran su hermosura indefensa ante la hostilidad sombría del ambiente.

Pero la primavera está ahí, loca y generosa. Llama a tus sentidos, y a través de ellos a tu corazón, adonde entra templando tu sangre e iluminando tu mente; quienes a la invocación mágica, a pesar del frío, lo sórdido, la carencia de luz, no pueden contener el júbilo vernal que estas flores, como promesa suya, te han traído e infundido en tu miedo, tu desesperanza y tu apatía.

La primavera, con su luz y fragancia de azahar en Sevilla, llama a mis sentidos y se aloja en mi corazón, regalándome un júbilo de emociones y sentimientos, a modo de flores, que me ayudan a caminar en un mundo loco, al revés, que nos asola y nos da miedo, desesperanza y apatía, con una misión posible que necesitamos ahora más que nunca: iluminar la mente. También, para comprender qué significa la paz en tiempos de guerra, tan lejos, tan cerca.

Hoy se celebra también el Día Mundial de la Poesía, auspiciado por la UNESCO y adoptado como tal en la 30ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro. Conmemora a su vez «una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad. La poesía, practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz». Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, nos lo recordaba el año pasado mediante un mensaje con motivo de esta celebración en el que manifiesta lo siguiente, con una referencia expresa a los pueblos indígenas: La orquestación de las palabras, el colorido de las imágenes y la contundencia de una buena métrica otorgan a la poesía un poder sin parangón. Como forma de expresión íntima que permite abrirse a los demás, la poesía enriquece el diálogo que cataliza todo progreso humano y es más necesaria que nunca en tiempos turbulentos. Ello es especialmente cierto  para  los  pueblos  indígenas,  cuyas  lenguas  y  culturas  se  ven  cada  vez  más  amenazadas,  en  particular  por  el  desarrollo  industrial,  el  cambio  climático y los conflictos. Para estas comunidades, la poesía desempeña un importante papel en el mantenimiento de la diversidad lingüística y cultural y en la conservación de la memoria.

En este contexto local y mundial, expreso a Luis Cernuda, mi paisano, el más sincero agradecimiento a su obra, porque siempre reconozco el trabajo que hizo con amor desde su alma exiliada, tan lejos de sus primaveras en Sevilla, cuando escribía estas palabras desde la sordidez de Escocia, que le llevaban a recordar entrañablemente su niñez y juventud en esta ciudad, en la que Stefan Zweig siempre pensó que se podía ser feliz. Aprendí de él algo muy importante que pidió a sus paisanos en esta sacrosanta ciudad: el reconocimiento a su trabajo bien hecho y envuelto en bellas palabras, que siempre lo merece ahora y en cualquier estación del año: «más el trabajo humano, con amor hecho, merece el reconocimiento de los otros». No lo olvido en este tiempo tan difícil y complejo, porque hoy día me duele todavía que su país y sus paisanos olvidemos algo simbólico que nos enseñó él a comprenderlo: el valor intrínseco de la poesía, de la prosa poética, porque la primavera, por ejemplo, llama a nuestros sentidos, y a través de ellos a nuestro corazón, adonde entra templando nuestra sangre e iluminando nuestra mente. ¿Existe algo más bello?

Finalizo esta reflexión especial con un ejemplo del trabajo bien hecho de Mozart al ensalzar también la primavera, en una obra dedicada a Haydn en 1785, en un cuarteto recogido en su catálogo como No. 14 K. 387 in Sol mayor, fruto de un largo y laborioso trabajo, según sus palabras, del que he elegido el tercer movimiento (Andante cantabile), De la primavera, como homenaje al compositor salzburgués, interpretados por un cuarteto nacido en aquella ciudad, Hagen Quartet, que lo expresa de forma especial. Una delicia, en un día en el que la entrada de la nueva estación se celebra con una espera y esperanza sentidas. Para seguir viviendo y construyendo un mundo diferente, más amable, más cercano, más humano.

(1) Cernuda, Luis, La Primavera, en Ócnos (Poesía completa, vol. I), Madrid: Siruela, 1993.

NOTA: El 27 de diciembre de 2018, el Estado adquirió por 10.000 euros, en el remate final de una subasta de Durán, el Retrato de Luis Cernuda, 1932 (O/L, 65 x 55 cm.), pintado por Ramón Gaya: “Se ofrecía, también de su mano, un dibujito previo, a tinta, muy sencillo, pero como una especie de primera idea o boceto del óleo (23 x 18,5 cm.), fechado también en 1932. Ambos habían estado presentes en la muestra Entre la realidad y el deseo. Luis Cernuda 1902-1963, en la Residencia de Estudiantes en Madrid y en el Convento de Santa Inés en Sevilla, en 2002, y aparecían también, con otras piezas que se subastaban, en el libro A una verdad. Luis Cernuda (Sevilla-Madrid, Universidad Internacional Menéndez Pelayo, 1988), edición coordinada por Andrés Trapiello y Juan Manuel Bonet. Ambos fueron vendidos por los precios iniciales, 10.000 euros el óleo y 3.000 la tinta, y en ese precio fueron adjudicados al Estado cuando ejerció su derecho”.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN:José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Jorge Edwards, siempre fue una persona muy grata en España

Jorge Edwards

La inmortalidad de los relojes hizo lo suyo. Hoy murió Jorge Edwards testigo atento de su época. Persona grata, y ahí están sus libros para recordarlo. Nuestra vida cultural lo echará de menos. Saludos y condolencias a su familia.

Gabriel Boric, Representante gubernamental de Chile, 18 de marzo de 2023 (leído en Twitter)

Sevilla, 18/III/2023

Ayer falleció en Madrid el escritor y diplomático chileno Jorge Edwards, a la edad de 91 años, Premio Nacional de Literatura de Chile en 1994 y, posteriormente, obteniendo un reconocimiento excelso en nuestro país a través de la concesión del premio Cervantes en 1999. No olvido su breve discurso en la ceremonia de entrega del citado premio en España, cuando dijo algo que descubría su persona de secreto como escritor: “Las circunstancias me obligaron a escribir, algunas veces, en contra de la corriente, de la moda, del pensamiento al uso, y traté de hacerlo con naturalidad, sin pretensiones, sintiendo que la escritura, antes que nada, es una forma de fidelidad, la exigencia de un acuerdo consigo mismo, y que uno tiene el derecho y quizás hasta la obligación de transmitir la experiencia a los demás. Todo el recorrido, en su desarrollo a veces accidentado, no ha sido actividad demasiado diferente, en realidad, que la del acompañante de don Quijote a la Cueva de Montesinos, el primo del Bachiller de las bodas de Camacho, hombre cuya profesión, según quiso contar, era la de humanista, y que había escrito una enumeración de setecientas y tantas libreas, aparte de unos Metamorfoseos y de un Suplemento. Después de todo, él tuvo la suerte de acompañar al Caballero de la Triste Figura hasta el borde mismo del abismo y de escuchar después, de primera mano, su deslumbrante relato. Nosotros también, a nuestra manera, hemos podido estar cerca de don Quijote, o de los Quijotes nuestros, locos y no tontos, y hemos escuchado sus extraordinarias historias. ¡Qué privilegio, y qué regalo!”.

Personalmente, no le conocí a fondo a través de su obra completa, sí de lo que narró por ejemplo en Persona non grata (1973), sus peripecias como encargado de negocios en la embajada de Chile en Cuba, como persona muy grata enviada por Salvador Allende para esa misión. Precisamente fue en esa obra donde supe de su relación con Pablo Neruda y así lo cité en este cuaderno digital, a propósito de una serie que dediqué al gran poeta chileno, Mascarón de proa / 9. Isla negra: cerrada y sellada: “A raíz del golpe de estado de Pinochet, el fatídico 11 de septiembre de 1973, todo cambió en Chile. Pablo Neruda estaba viviendo esos días en Isla Negra, rodeado de sus mascarones y mascaronas de proa y popa, que tantos recuerdos encerraban en sus cabezas rampantes. Estaba en cama, a consecuencia de su cáncer de próstata, cuando los soldados de Pinochet entraron en su casa por allanamiento, el 13 de septiembre, pronunciando Neruda una frase inolvidable y dirigida al oficial de aquella tropa cuando buscaban armas en el jardín: “Busque, nomás, capitán. Aquí hay una sola cosa peligrosa para ustedes. ¿Qué cosa?, le preguntó. ¡La poesía!”. Lo transcribo tal y como lo cuenta Jorge Edwards, amigo personal del poeta, en su libro, Adiós poeta [Pablo Neruda y su tiempo, biografía del premio Nobel chileno, 1990]”.

Jorge Edwards era también español, nacionalidad que le fue concedida en 2010 por carta de naturaleza, con vecindad civil de Derecho Común. Creo que a lo largo de tantas años de vida en nuestro país mereció finalmente el reconocimiento de persona muy grata para todos, para el arte, para la literatura, para la convivencia pacífica entre todos. Nos transmitió que la literatura y la cultura en general, en cualquiera de sus manifestaciones, nunca es peligrosa, porque libera las conciencias y la amplitud de miras en la sociedad donde se instala y reside. Lo comprendió bien a través de aquella frase de Neruda y porque “la escritura, antes que nada, es una forma de fidelidad, la exigencia de un acuerdo consigo mismo, y que uno tiene el derecho y quizás hasta la obligación de transmitir la experiencia a los demás”. ¡Descanse en paz, en su cielo particular!

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Antes fue la palabra, después la música

Ida Vitale y cartel promocional del documental Ida Vitale (2022) / Fotocomposición del autor

Sevilla, 14/III/2023

La poeta uruguaya Ida Vitale ha viajado desde Montevideo a Málaga, a sus 99 años de edad, para presentar en el Festival de Málaga, en su 26ª edición, un documental que lleva por título su nombre y apellido, Ida Vitale (2022), rodado por la directora también uruguaya, María Arrillaga, manifestando en el acto de presentación y proyección del mismo, el pasado sábado 11 de marzo, algo que me ha hecho reflexionar sobre uno de los grandes principios de la vida: “Solo hay una cosa más importante que la palabra, la música”. No es la primera vez que la cito en este cuaderno digital, porque con ocasión de la celebración del Día del Libro 2019, se hizo una promoción oficial del mismo, junto a un acto especial, la entrega del Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2018, en la que figuraba una frase suya que también me conmovió: “Hay libros que nos tienen en cuenta, ven en nosotros lo que de nosotros ignoramos. Descubrirlos es un placer duradero”.

La prelación de la música sobre la palabra hay que entenderla en el contexto en que lo dijo durante su estancia y presencia en el Festival, tal y como lo ha recogido el artículo de elDiario.es de hoy dedicado a ella: “Para Ida Vitale es la palabra lo único que puede ordenar el caos del mundo. Las únicas reglas que realmente funcionan son las ortográficas, y quizás por ello considera que el cine está un paso por encima de la literatura. Lo dice delante de la directora y volviendo a tirar de ironía. “En el cine justamente la palabra es lo que menos cuenta. En el cine son las imágenes las que se suceden, y la palabra puede ser suplida. Delante suyo (y señala a la directora) no puedo decir que la palabra es más importante que la imagen… Igual que delante de un pintor tampoco debería decirlo. Solo hay una cosa que es más importante que la palabra, y es la música. Eso sí, la buena música”.

Aunque comparto el fondo de lo que expresa Ida Vitale, en determinados momentos existenciales, sigo defendiendo que por encima de todo está la palabra, porque es la esencia de la identificación más exquisita de los seres humanos. Me reafirmo segundo a segundo de mi vida porque la grandeza del ser humano radica en demostrar a través de la inteligencia que lo biológico (la biosfera) solo tiene sentido cuando va hacia adelante y se completa en la malla pensante de la humanidad, en la malla de la inteligencia (la Noosfera). En definitiva, una de las tesis principales de mi maestro de juventud, Teilhard de Chardin, radicaba en llevar al ánimo de los seres humanos la siguiente investigación: estamos “programados” para ser inteligentes, para hablar. Todavía hoy me sobrecoge el descubrimiento de Selam (paz), al que dediqué un post específico en este cuaderno digital en 2006, la niña de Dikika, cuando se valoró la localización de su hueso hioides como un hallazgo trascendental para conocer el origen del lenguaje en el “equipo” de fonación pre-programado en los seres humanos, a diferencia de los chimpancés y macacos más próximos en nuestros antepasados (siempre se ha dicho -desde el punto de vista científico y hasta con cierto desdén- que los monos no hablan): “Y lo que me ha llamado la atención poderosamente, desde la anatomía de estos fósiles, ha sido el hallazgo de un hueso, el hioides [Hueso impar, simétrico, solitario, de forma parabólica (en U), situado en la parte anterior y media del cuello entre la base de la lengua y la laringe], que es el auténtico protagonista, porque su función está vinculada claramente a una característica de los homínidos: el hioides permite fosilizar el aparato fonador, es decir, hay una base para localizar la génesis del lenguaje, aunque tengamos que aceptar que el grito fuera la primera seña de identidad de los australopitecus afarensis”. Nunca sabremos si Selam, que cumpliría hoy tres mil millones, trescientos mil años, dijo alguna vez ¡mamá!, aunque su hueso hioides nos permite vislumbrar que sí habló.

En definitiva, lo expresado por Ida Vitale es sólo la constatación de que tanto la palabra como la música son una obra humana y que el orden de valoración que tengamos sobre ellas no es lo importante, no altera la quintaesencia de los seres humanos, el “producto” final, porque reitero que estamos “programados” para ser inteligentes, para hablar, para componer música, para disfrutarla. Para los investigadores y personas con fe, la posibilidad de conocer el cerebro es una posibilidad ya prevista por Dios y que se “manifiesta” en estos acontecimientos científicos. Para los agnósticos y escépticos, la posibilidad de descubrir la funcionalidad última del cerebro no es más que el grado de avance del conocimiento humano debido a su propio esfuerzo, a su autosuficiencia programada. Sería fácil comprender entonces el gran adagio sobre la música, expresado…, eso sí, con palabras, porque es compañera en la alegría, pero también medicina para el dolor: musica laetitiae comes, medicina dolorum. Incluso para comprender el sinsentido de las guerras.

NOTA: la imagen de Ida Vitale, en la fotocomposición, se ha recuperado hoy de El histórico premio Cervantes de Ida Vitale – The New York Times (nytimes.com)

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

¿Cuánto cuesta la pobreza infantil en España?

El coste de la pobreza infantil en España

Uno de cada tres NNA [niños, niñas y adolescentes] sufre pobreza de forma persistente vive en Andalucía

Sevilla, 13/III/2023

Cuando comencé a escribir páginas en este cuaderno digital, hace ya casi dieciocho años, declaré que quería cumplir varios objetivos y uno de ellos fue que sirviera de expresión de mi compromiso intelectual y social a través de un blog, un medio digital que se difunde a la Noosfera, la malla pensante o inteligencia colectiva y conectiva de la Humanidad. En este largo periodo de vida, he publicado 2.218 artículos, contando el de hoy, donde la pobreza infantil ha ocupado siempre un sitio especial, lo que llamo la “amura de babor” de mi embarcación preferida, La isla desconocida, la carabela imaginaria de José Saramago en su cuento de la isla desconocida. Esa es la razón de por qué vuelvo a escribir hoy sobre una situación social en nuestro país, en mi Comunidad, Andalucía, concretamente sobre la pobreza infantil en todas sus manifestaciones posibles, ahora con un enfoque diferente, saber cuánto cuesta esta situación social tan lacerante.

Para poder aproximarnos a esta realidad y poder emitir juicios bien informados, se acaba de publicar un informe muy interesante y prolijo en datos, El coste de la pobreza infantil en España, que deberíamos conocer con detalle las personas pre-ocupadas, con guion, de la situación de niños y niñas en nuestro país, en mi Comunidad, Andalucía. Se ha llevado a cabo bajo la coordinación del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, impulsado por la Fundación “la Caixa” y en el que figuran como autoras del mismo, Olga Cantó, de la Universidad de Alcalá (Madrid) y Libertad González, de la Pompeu Fabra de Barcelona, en el que se resalta en la introducción algo muy importante, la importancia de la inteligencia colectiva, a la que también me he referido en bastantes ocasiones en este cuaderno digital: “El desarrollo social de un país se mide por la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas, especialmente la de sus niños, niñas y adolescentes (NNA). Si los hogares con NNA a cargo no pueden acceder a unas condiciones de vida dignas y a unos ingresos suficientes, las posibilidades de que una sociedad sea equitativa y cohesionada, a la vez que económicamente eficiente, se reducen. De esta manera, romper el círculo de la pobreza desde la infancia, además de ser una cuestión de justicia social, es de inteligencia colectiva”.

Prosigue la introducción explicando esta visión del problema que pocas veces se ha abordado, el impacto social y económico de la pobreza infantil en España, cuantificando los costes que esta supone para el país, de ahí su novedad: “Experimentar pobreza en la infancia limita las perspectivas educativas y laborales, a la vez que restringe las oportunidades y amplía las desigualdades sociales. Los niños y las niñas que han vivido situaciones de pobreza en edades tempranas tienen una mayor dificultad en la adquisición de habilidades básicas, un menor nivel de estudios, menos posibilidades de acceder a empleos cualificados, salarios más bajos, peor estado de salud, menor nivel de bienestar y un tejido más frágil de relaciones familiares y sociales. Crecer en un hogar en situación de pobreza o exclusión tiene efectos duraderos a lo largo de la vida de NNA. Estas consecuencias en la vida de NNA que se extienden a la edad adulta no son solo individuales, sino que se traducen en consecuencias para el conjunto de la sociedad y tienen, además, un elevado impacto económico. Este impacto se traduce enuna cifra sorprendente: 63.079 millones de euros de coste, unos 1.300 euros por persona, una magnitud que equivale al 5,1% del PIB español de 2019”.

A través de cinco capítulos y una conclusión, se aborda el problema de cuánto cuesta la pobreza infantil en España desde diversas perspectivas de sumo interés general: la importancia de conocer el coste de la pobreza infantil, cómo es la pobreza infantil en este país, a través de diversas claves para estimar su coste como fenómeno multidimensional y dinámico, así como el análisis de la década perdida (2008-2018) y sus consecuencias sobre la pobreza infantil; el coste real de la pobreza infantil en España, con sus costes asociados a la situación laboral y al estado de salud, para saber cuánto cuesta esta realidad lacerante, así como los factores a tener en cuenta para el diseño de políticas que reduzcan la pobreza infantil: edad de los niños, niñas y adolescentes, la situación laboral de los padres y madres, el nivel de estudios de los padres y madres, el tipo de hogar y, finalmente, su distribución territorial.

Cómo botón de muestra de la importancia de este informe, ha escogido un gráfico que se expresa por sí mismo y en el que figuran los datos de aproximación al coste real de la pobreza infantil en nuestro país:

Como he analizado en artículos anteriores, la situación de la pobreza infantil en Andalucía ha ocupado muchas páginas de denuncia en este cuaderno digital. Concretamente, cuando publiqué en 2020 el titulado, Pobreza familiar e infantil en Andalucía: ¿hasta cuándo hay que esperar soluciones?, fijé una cuantificación de pobreza infantil en Andalucía que se aproximaba a más de 800.000 niños y niñas en esta situación, uno de cada tres niños en este país en situación de pobreza, que tiene su correlación con la descrita en el informe que se acaba de publicar por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil. Una vez más y con ocasión de este informe, se vuelve a reflejar esta situación, extremadamente preocupante en esta Comunidad, tal y como se aborda en el mismo a través del apartado dedicado a la distribución territorial de la pobreza infantil en España, donde Andalucía vuelve a ocupar el primer puesto en 2019, aunque es justo señalar que ha bajado siete puntos en relación con la que tenía en 2006, apreciándose que tanto en la Comunidad de Madrid como en Cataluña ha ocurrido lo contrario, con un incremento notable de la citada pobreza en la relación de 2019 respecto de 2006: “Uno de cada tres NNA que sufre pobreza de forma persistente vive en Andalucía, sin que las regiones más ricas se distancien del retrato anterior, ya que uno de cada cuatro NNA que estuvieron en situación de pobreza más de tres años seguidos vivía en Cataluña o en la Comunidad de Madrid”.

Como conclusión del informe interesa destacar algunos aspectos esenciales para comprender bien el problema, en el sentido de que “combatir la pobreza infantil además de ser una cuestión de justicia social, es también de inteligencia colectiva. Crecer en pobreza tiene costes a largo plazo, no solo a nivel individual, sino también para el conjunto de la sociedad. Además, estos costes aumentan si la experiencia de la pobreza es más severa, persistente o se da en un contexto de mayor desigualdad”. Tal y como se ha podido comprobar en el gráfico anterior, la realidad expuesta supone “un coste de, como mínimo, 63.079 millones de euros al año, que se traducen en unos 1.300 euros anuales por persona. Esta magnitud equivale al 5,1% del PIB de 2019 o, dicho de otra manera, el PIB español de ese año hubiera sido un 5,1% más elevado de no ser por los altos niveles de pobreza infantil. Esta cifra se sitúa muy por encima de la tasa de crecimiento anual media del PIB en nuestro país. Por lo tanto, mantener una pobreza infantil elevada no solo es injusto, sino que es claramente ineficiente. Calcular el coste de la pobreza infantil nos permite dimensionar mejor la inversión y las medidas necesarias para combatirla. La cifra elevada que se desprende de la estimación del coste en este estudio indica que la inversión destinada a combatir la pobreza infantil, si se hace de forma eficiente y desde edades tempranas, tiene un alto retorno económico y social para nuestro país”.

Como he afirmado en muchas ocasiones en este cuaderno digital al publicar este tipo de informes, ahí están los datos anteriormente expuestos, desnudos, que se deben conocer leyendo el citado resumen ejecutivo, junto a la gran pregunta que nos compromete a todos, qué hacer en una contraescuela del mundo al revés en nuestro país. En mi Comunidad Autónoma. Personalmente, lo tengo claro: compartir con datos, que sólo con un gobierno de Estado o Comunidad Autónoma, pre-ocupado (así, con guion) por la desigualdad actual económica, laboral y social en la población, no cualquier gobierno, porque todos no son iguales, que dicte leyes con urgencia para solucionar esta situación transformando la sociedad española, podremos avanzar en derechos y libertades que mejoren las condiciones de vida para salir de la pobreza en cualquiera de sus estadios, que afectan a millones de ciudadanos en este país, de andaluces y andaluzas, niños y niñas sobre todo, los más desfavorecidos, los pobres severos, los nadies. Para el presente y para el futuro más próximo, porque la realidad terca es que Andalucía sigue presentando datos muy preocupantes de pobreza y exclusión social, que afecta sobre todo a los niños y niñas de la Comunidad, sin olvidar a todos los niños y niñas, adolescentes también, sin excepción alguna, de este país tan controvertido.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Spielberg y el niño sensible que lleva dentro

Las películas son sueños que jamás olvidarás, ¿sabes?…

Steven Spielberg, Los Fabelman

Sevilla, 12/III/2023

Unas horas antes de que se inicie la ceremonia de la entrega de los Óscar 2023, quiero hacer un pequeño homenaje personal a Steven Spielberg que, por cierto, también cuenta con siete nominaciones en este certamen por su película Los Fabelman, con un guion basado en la historia de sus padres y su hermana, una familia judía, que llega a los Estados Unidos de los años 50 y 60, huyendo de la invasión nazi, ideada y rodada en el marco de la pandemia mundial de la COVID-19. Si lo hago hoy, es para recordar que su cine ha estado marcado siempre por su vida, sobre todo por el niño que fue, como tantas veces nos recordó José Saramago que no lo olvidáramos en la vida cotidiana de cada uno, de cada una, de todos, porque a mí me interesa mucho cómo el cine es capaz de recordarnos, como ocurría en aquella película extraordinaria de Bertrand Tavernier, Hoy comienza todo, basada en un guion de Dominique Sampiero, que aunque sea cierto que “hoy comienza todo”, sobre todo para los niños y niñas, en verdad, todo se parece al amor digno que nos conmueve, es decir, que nos perturba, inquieta, altera, que nos provoca situaciones placenteras que consuelan a nuestra persona de secreto con fuerza y eficacia, día a día, afectando de lleno nuestros sentimientos y nuestras emociones.

Esto ocurre, al fin y al cabo, porque aspiramos siempre a descubrir nuestra mejor historia y Spielberg se ha encargado de contarnos la suya, de fondo, en más de cien ocasiones, con títulos inolvidables entre los que destaco La lista de Schindler, sin ir más lejos. ¡Cómo no recordar la banda sonora de aquella película, compuesta por John Williams, con la interpretación memorable, al violín, de su tema principal, por parte de su gran amigo de vida y creencias, Itzhak Perlman, uno de los mejores violinistas de la historia de la música que aún comparte vida con nosotros! Escucharlo y sentirlo al mismo tiempo nos permite comprender que, efectivamente, el hombre, si quiere, no es un lobo para el hombre, porque todo lo humano no nos es ajeno (Terencio), es más, nos pertenece.

El reconocimiento que recibió el pasado mes de febrero, el Oso de Oro de Honor durante la 73 edición de la Berlinale, creo que corrobora estas palabras de admiración, en el sentido aristotélico más puro, hacia un contador de historias desde la óptica del niño sensible que lleva dentro. Él, con su humildad característica, lo justificó en breves palabras: “Algo debo haber hecho bien en la vida si estoy aquí, ante ustedes, recibiendo el premio al conjunto de mi carrera de uno de los mejores festivales de cine del mundo». Para mí, por ejemplo, Spielberg fue un modelo de solidaridad con el mundo infantil, su difícil mundo de secreto, cuando en momentos cruciales de mi vida profesional tuve la oportunidad de acercarme a un proyecto digital muy importante para los niños hospitalizados en los centros públicos del Sistema Sanitario Público de Andalucía, con un nombre mágico, Mundo de Estrellas. En el año 2000 estuve preparando un encuentro con él en Estados Unidos, por un proyecto que dirigía en ese momento, Starbright (hoy Starlight), del que aprendí muchas cosas. Pero en aquella ocasión me llamó la atención la publicación de un cuento, El traje nuevo del emperador (1), editado por la Fundación del mismo nombre y con el prólogo de Spielberg, que servía para financiar una parte de los gastos de los diferentes Proyectos de la entidad, que recomiendo en su versión al castellano y por sus magníficas ilustraciones, que suelo leer a menudo, sobre todo para refrescar siempre una recomendación del afamado director: ¡Cuidado con los tejedores espabilados!

Finalmente, en un fin imaginario, que siempre llega en el mundo del cine, más o menos como en las películas de la vida, me quedo con unas palabras de su madre que se pronuncian en Los Fabelmans: haz lo que te dicte el corazón. Es lo que aprendí también de otra película maravillosa, Cinema Paradiso, y de otro director que me ha marcado la vida, Giuseppe Tornatore, para comprender la magia del cine. Me refiero a la escena en la que Alfredo, el proyeccionista, le dice al oído a Totó, Salvatore en la edad juvenil y adulta, en unas  escenas inolvidables, que salga de sí mismo para buscar islas desconocidas, las que describía extraordinariamente José Saramago en su cuento «La isla desconocida»: “La vida es más difícil… Márchate…, el mundo es tuyo, … no quiero oírte más, solo quiero oír hablar de ti… Hagas lo que hagas, ámalo”. Le ayudó a salir de su zona de confort y nunca he olvidado aquellas escenas ni aquellas palabras. Todo un símbolo que Steven Spielberg recrea cinematográficamente, de nuevo, en una película, Los Fabelman, a la que quedan pocas horas para que se le reconozca su mensaje extraordinario: el compromiso social de Steven Spielberg en un mundo al revés, para que renazca en nuestras vidas el niño que todos llevamos dentro, haciendo lo que nos dicte el corazón, amando siempre lo que hagamos, sobre todas las cosas. Será el mejor premio que podamos soñar, porque como se escucha en Los Fabelman, las películas son sueños que jamás olvidarás, ¿sabes?…

(1) The Starbright Foundation, El traje nuevo del emperador. Barcelona: Ediciones B., 1998.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Se lo debía a Brahim Jebari, una persona imprescindible

Obra, sin título, de Brahim Jebari, Asilah (Marruecos), 1976 / JA COBEÑA

Hay hombres y [mujeres] que luchan un día y son buenos, otros [y otras] luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los [hombres y mujeres] que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles.

Adaptado de un texto de Bertolt Brecht en Elogio a los combatientes

Sevilla, 9/III/2023

Hace cuarenta y seis años viajé a Tánger para visitar a una persona entrañable, generosa por encima de todo, Brahim Jebari (Asilah, 1945-1979), un pintor humilde que figura en mi imaginario de personas imprescindibles según Bertolt Brecht, porque él, desde su modesta escuela de pintura, una habitación en la medina, sin ventanas, enseñaba a los niños y niñas de Asilah la belleza de la vida. Las conversaciones con él eran muy profundas y muestra de ello fueron dos regalos que me hizo en aquél viaje de mayo de 1976, en el que pude pasar una tarde con él y con los amigos con los que hice aquella travesía del Estrecho, también una travesía de vida.

El primero, que conservo como oro en paño, es una tarjeta en la que me escribió un mensaje en árabe, que no ha sido fácil traducir y que agradezco en su justo sentido, pero que se puede resumir completo en su primera frase, porque sé que para él la vida era bella y lo que intentaba transmitir era su perspectiva de la belleza en cada acto humano: ¡Señor, para eso fui creado, la belleza es una tentación que me aflige! El segundo regalo fue una obra que terminó en mi presencia, la que figura en la cabecera de este artículo, sin título, que la realizó en su totalidad con el canto de la mano, haciendo curvas, abanicos y caracolas casi imposibles. Quise pagársela de alguna forma, pero no quería nada a cambio, no confundía valor con precio, sólo que volviera a visitarlo en aquél rincón mágico para seguir hablando de la belleza de la vida. Siempre me ha acompañado en los diferentes viajes de mi vida y, en la actualidad, preside un lugar amable donde vivo, que me permite verlo y recordarlo a diario.

Imagen tomada de Brahim Jebari, pintor de Asilah, Marruecos, junto a los billetes de mi viaje de ida y vuelta a ese lugar entrañable, en 1976.

Después, fuimos a una playa cercana a contemplar en silencio el mar, su mar. Volvimos a Tánger, a España, y nunca más volví a verlo, para hablar con él y seguir aprendiendo valores que siempre he necesitado reforzar en encuentros humanos. Unos años después, supe que había muerto en un acto libre, como tantos otros de su vida. Le debía este pequeño homenaje y encontré en la Noosfera, no hace mucho tiempo, un vídeo que resume con profundo respeto su obra y la síntesis de su vida en las palabras finales: “Nació en Asilah en 1945 y falleció en ella en 1979. Vivía en una minúscula habitación sin ventana al lado del cementerio antiguo de la medina. Sus obras de marinas, paisajes y calles de la medina estaban llenas de simbolismo y luz, todo provenía de su imaginación. Su casa era la medina por donde iba en pijama y fuera de ella siempre con traje y corbata. Su generosidad siempre fue conocida. La fuerza de su pintura siempre estará con nosotros”.

Te lo debía, Brahim. Con mi agradecimiento profundo, tantos años después, porque me ayudaste a comprender la belleza de la vida en momentos en los que era una persona en la encrucijada, la que analizó con gran belleza de palabras José Ferrater Mora, filósofo al que conocí hace ya muchos años y estudié en profundidad, cuando en un libro precioso, que aprecio mucho en mi clínica del alma, mi biblioteca, El hombre en la encrucijada, manifestó algo muy importante para resolver el enigma de vivir con creencias. Él decía que necesitamos tener creencias, que no podemos vivir sin ellas, y a lo largo de las páginas de su tesis existencial demuestra que el mundo ha evolucionado hacia adelante gracias a que nuestros antepasados y muchas personas contemporáneas han tenido y tienen creencias en cuatro ámbitos, juntas o por separado da igual, de una forma u otra, da igual, pero siempre relacionadas con las Personas, la Naturaleza, Dios/dioses o la Sociedad. Así durante muchos siglos. Nos necesitamos y juntos podemos hacer camino al andar. Puede ser una buena forma de encontrarnos cara a cara con el niño o niña que fuimos y que nunca debimos abandonar para resolver el enigma de vivir dignamente. O con aquél joven de Sevilla que descubrió en Asilah, en 1976, una persona imprescindible, Brahim Jebari, que amaba la belleza sobre todas las cosas, porque creía en ella y sabía que estaba en las Personas, la Naturaleza, en Dios/o dioses y en la sociedad, que pintaba con sus manos para cada después humano de aquella medina, en la que vivía humildemente y con aflicción.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Viaje a la isla de Bes, de Teócrito, a Ibiza / y 5: Retornos de una isla lejana, con melancolía

Rafael Alberti y María Teresa León, 1934

Sevilla, 8/III/2023, Día Internacional de la Mujer

Dedicado hoy, en el Día Internacional de la Mujer, a María Teresa León, una mujer extraordinaria que como tantas otras estuvo a la sombra de su compañero de vida, Rafael Alberti, como cola de cometa, algo que sucedió a muchas mujeres de toda clase y condición en una de las dos Españas que nos helaba siempre el corazón y que todavía perdura: «Ahora yo soy la cola del cometa. Él va delante. Rafael no ha perdido nunca su luz”. Al buen entendedor de olvidos, con pocas palabras basta. Ellas, hoy, lo merecen todo, en letra grande, con emoción política y con la dignidad de la memoria histórica y democrática que merecen. Con la melancolía ejemplar de María Teresa León, como ejemplo digno de su azarosa vida.

Finalizo esta serie dedicada al viaje de Rafael Alberti y María Teresa León a Ibiza en junio de 1936, como guía espiritual del que he hecho recientemente junto a María José a ese bello lugar, la isla de Bes, de Teócrito, de Astarté. Creo que la obra escrita sobre esta experiencia por parte de los dos autores citados, encuentra su máximo esplendor en Memoria de la melancolía, escrita por María Teresa León, junto al relato publicado por Rafael Alberti en 1937, con ardor guerrero, Una historia de Ibiza, aunque he escogido hoy, para abrochar esta serie, la introducción que escribió el poeta a la Memoria de María Teresa León y como sentido homenaje a ella, Cuando tú apareciste, porque nace curiosamente, como él lo expresa, mejor que nadie, “un día de comienzos del verano de 1987, […] a los cincuenta y un años de haber estado por primera vez en Ibiza”, en “un viaje casi secreto”, a la que volvía solo, sin María Teresa, que sobrellevaba una enfermedad plagada de ausencias y que fallecería un año más tarde.

En esa introducción, el poeta estaba saliendo en ese mes de junio de 1936 de “un amor torturado”, “que me tironeaba y me hacía vacilar antes de refugiarme en aquel puerto”, volviendo a publicar el poema que le dedicó a María Teresa, una “aparición” preciosa, tal y como lo expresó bellamente en Retornos del amor recién aparecido (en Retornos de lo vivo lejano, 1956):

Cuando tú apareciste,
penaba yo en la entraña más profunda
de una cueva sin aire y sin salida.
Braceaba en lo oscuro, agonizando,
oyendo un estertor que aleteaba
como el latir de un ave imperceptible.
Sobre mí derramaste tus cabellos
y ascendí al sol y vi que eran la aurora
cubriendo un alto mar en primavera.
Fue como si llegara al más hermoso
puerto del mediodía. Se anegaban
en ti los más lucidos paisajes:
claros, agudos montes coronados
de nieve rosa, fuentes escondidas
en el rizado umbroso de los bosques.

Para Rafael Alberti ella era “como una mitológica aparición, pasada antes por los cielos y aguas de Venecia. Ella podía haber sido la Venus del Giorgione o la Dánae de Tiziano”, a lo que se une una descripción metafórica, llena de significado sobre la enfermedad de María Teresa: “Comenzaba una fábula como la de Venus y Adonis, pero con un final más tarde cambiado: el dios Marte, disfrazado de jabalí, no matará en este caso a Adonis, sino que intentará acabar lentamente con Venus, llevándola hasta hoy a sacarle el respiro, teniéndola olvidada de ella misma, sombra perdida de un bosque shakesperiano”.  A continuación ensalza continuamente la vida y obra de aquella persona tan querida, ahora ensombrecida por una enfermedad, que merece del poeta “páginas elogiosas” para ella, que en ese momento existía todavía pero que estaba transportada por la enfermedad, el Alzheimer, “a un lejano vergel de árboles y flores”.

Las palabras finales de Alberti en esa introducción, Esta mañana, amor, tenemos veinte años, son las que figurarían después en su lápida en el cementerio de Majadahonda (Madrid). Antes hace una pregunta inquietante ante la soledad del poeta: “¿En dónde estás? Tú bien que en tu Memoria de la melancolía recuerdas aquellos veinte días en la cueva de la colina, con Pau y Escandell, aquellos dos obreros, pescadores, piratas a la vela, que nos ayudaron a salvar la vida. -¡Adiós, Pau! ¡Adiós, Escandell! Adiós, adorable isla pequeña de Astarté! Nos vamos, pero mucho hemos de hablar de ti, hermosa entre las hermosas. Volveremos a mirar tus ovejas, bañándose en la madrugada y las tumbas cartaginesas y las redes que los pescadores tan plateadas por sus ánforas griegas cubiertas de moluscos… ¡Adiós, Pau! ¡Adiós, Escandell!

-¡Adiós, María Teresa!”.

En nuestro caso, volvimos al monumento dedicado a los corsarios, junto a su querido Bar La Estrella,  y nos despedimos de los dos, ¡Adiós, María Teresa!, ¡Adiós Rafael!, leyendo en voz alta un poema precioso de Alberti dedicado a Ibiza, Retorno a una isla dichosa, mirando al mar, la mar de ambos:

Venid, días dichosos, que regresáis de lejos
teniendo por morada las velas de un molino;
por espejo de luna, la que el sol tiró al pozo,
y por bienes del alma,
todo el mar apresado en pequeñas bahías.

[…] Isla de amor, escúchame, antes de que te vayas,
antes, ya que has venido, de que escapes de nuevo:
Concédeme la gracia de aclarar los perfiles
del canto que a mi lengua le quede aún, poniéndole
esa azul y afilada delgadez de contornos
que subes cuando al alba renaces sin rubores,
feliz y enteramente desnuda, de las olas.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Viaje a la isla de Bes, de Teócrito, a Ibiza / 4. Una guía espiritual imprescindible, María Teresa León

Sevilla, 6/III/2023

Desde las cuatro caras del monumento dedicado por Ibiza a “sus corsarios”, cerca, muy cerca del bar La Estrella, cerrado a cal y canto, como casi toda la isla, leí unas hojas del recuerdo vivo de Ibiza que María Teresa León recoge en su Memoria de la melancolía, nueve páginas llenas de contenido histórico que nunca se borraron de su memoria. Ese día, fueron mi guía para un viaje interior en mi persona de secreto, hacia alguna parte. Quise que fuera así, porque el relato de Rafael Alberti sobre esta visita tiene una ausencia que no logro entender muy bien, aunque soy consciente del contexto en el que el poeta lo escribió, en Madrid, en 1937, “durante los bombardeos enemigos y el espíritu fuerte de nuestra resistencia”. Prefiero la narración de María Teresa León donde Rafael Alberti es Rafael y no Javier, el protagonista, alter ego del poeta en el relato citado. Es ella la que en Memoria de la melancolía narra las peripecias que sufrieron a las tres semanas de haber llegado a la isla y, de esta forma, es la que podía iluminarme para conocer sus recorridos en esta salida fugaz de su molino de Socarrat hacia la playa d´En Bossa, al conocer que se había iniciado la sublevación militar que suponía el comienzo de la guerra civil en la península, palabra maestra para los ibicencos. Perdidos en un primer  momento por una salida apresurada de su residencia en el Puig des Molins, se encontraron en la playa citada con Pau, un personaje que habían conocido en el Bar La Estrella junto a Justo Tur, personaje ya citado en esta serie, porque era un lugar en el que funcionaba una radio que utilizaba su dueño, un alemán emigrado, de cuyo altavoz, orientado hacia la calle, saludaba a los que deambulaban por allí con los compases de continuos cuplés: “Que tengo sangre gitana en la palmita de la mano”…, pero que también les permitía conocer la situación del país a través de bandos incendiarios. Conociendo su situación, porque ya se habían presentado días anteriores como de ideología “comunista”, sabían que su casa sería “visitada” por la guardia civil inmediatamente, como así ocurrió, aunque tanto Rafael como María Teresa ya habían salido con lo puesto buscando un refugio cerca de la playa citada d´En Bossa.

En este entorno, que sintetizo de forma consciente, porque María Teresa León también lo hace en su Memoria, es importante saber que fueron otros veinte días de refugio preocupante, los que siguieron a su llegada, rodeados de escasos amigos y conocidos, Pau, Tur, Araquistain, Escandell y otras personas que también habían huido hacia la montaña, sabiendo que en el cuartel de Dalt Vila ya estaban detenidos los conocidos como “de izquierdas” de la isla, dado que en los primeros días de la insurrección, las escasas tropas que la custodiaban eran leales al golpe de Franco: “Apoyados en los troncos de los pinos, seis o siete corazones creían en el valor y la razón del pueblo de su patria”. Tenía sentido leer allí estas líneas del libro de María Teresa, porque ella misma recuerda el monumento a los corsarios desde el que yo lo estaba haciendo: “Allí [en la zona donde estaban refugiados] conocimos el valor de las torres de vigía que a medio caer sobrenadan muertas en el agua del pasado, vivas cuando la piratería berberisca razziaba todo en la tierra y apresaba todo en el mar. Tiempos crueles para la isla que obligaron a los ibicencos a armarse para una guerra de represalia. El último valiente tiene una estatua. Es el capitán Riquer. Lo conocen todos los niños de la isla. Venció al pirata gibraltarino que pirateaba con bandera inglesa -¡qué raro!- en 1806”. Hice unas fotografías en ese lugar y leí las placas que todavía rodean el monumento al corsario más famoso de la isla, de apellido Riquer, de nombre Antoni, en su lucha contra el capitán corsario italiano afincado en Gibraltar, Miguel Novelli “El Papa”, al mando del bergantín Felicity, que fue inaugurado el 6 de agosto de 1915, para que se recordara siempre que “En lucha secular y heroica pugnaron por la religión y por la patria: sea gloriosa y perdurable su memoria”.

María Teresa prosigue su narración contando la llegada por aire de unos aviones que arrojaban propaganda republicana anunciando que para el 15 de agosto sería liberada Ibiza, con mensajes de cierto candor según ella: “[…] el 15 de agosto, festividad de la Virgen, aniversario de los desembarcos de Jaime I el Conquistador, la Republica recobraría Ibiza”. En este contexto, cuenta una anécdota de cómo la acogieron en una casa donde unas mujeres payesas le ofrecieron todo tipo de atenciones, sólo por querer bañarse en una alberca de aquella montaña: “¡Dios, Dios, como escuecen en los ojos los recuerdos!”, creo que porque su amigo Escandell había contado a aquellas mujeres que ella “trabajaba para los pobres”, a lo que ella apostilla: “¿Qué habían entendido de aquella explicación tan vaga? Seguramente todo el problema español, pues su soledad se había roto al encontrarme, al saber que millones de seres pensaban como sus hijos y se habían levantado en armas para defenderlas. Alguien de lejos, hablando de distinto modo, había entendido su lenguaje”. Habló con aquellas mujeres de acogida durante bastante tiempo, le contó una de ellas que su hijo trabajaba en las salinas, “donde perdía sus ojos”, que aquellos terrenos ya no eran comunales sino de una Salinera “que las explotaba” explotándolos. Se despidieron de forma apresurada con la esperanza de que todo terminaría bien.

Lo que vino después lo describe ella en muy pocas frases pero llenas de contenido ideológico. En los primeros días de agosto, unos destructores atacan el castillo de Dalt Vila y finalmente, se libera la ciudad: “Se ha entregado el castillo”. Bajaron de la montaña y allí se encontraron con una columna de milicianos que avanzaba hacia ese enclave, llevando al frente al capitán Bayo. Se incorporaron a esa columna y les dijeron que iban a poner la bandera valenciana en el castillo. Se la dieron finalmente “con las valientes barras amarillas y rojas y “lo rat penat” [el murciélago] en el remate del asta”. A pesar de que alguien quiso que la bandera que tenía que ondear en lo alto del castillo era la republicana, fue María Teresa la que intervino diciendo que debía ser la señera porque ese día se conmemoraba el día en que Jaime I el Conquistador había conquistado la isla “para mayor gloria nuestra”.

A partir de aquí, ella cuenta un suceso que creo de especial importancia recordarlo tal y como lo narra en su memoria de la melancolía: “[…] De pronto, hacia la parte del Museo Cartaginés oímos gritos. Era Rafael que trataba de evitar que manos anarquizantes sacasen de la iglesia santos y ornamentos o que entraran en el museo tan dormido y quieto. Habían encendido una hoguera, Rafael iba de uno a otro convenciéndoles de que dejaran vivos los ángeles, los santos. Por no sé qué milagro vimos que le obedecían. […] Ante una situación que narra de las primeras horas de la liberación de la capital por fuerzas republicanas, en la que se encontró sentada entre militares y paisanos que formaban parte de un tribunal, el tribunal del pueblo, le “entraron a un hombre gordo y viejo, que había disparado contra las fuerzas republicanas, respondiendo él: Yo no sé ni leer ni escribir. Ella refiere en estas páginas algo especial: “¡Ni leer ni escribir! ¿Cómo podíamos exigirles que comprendiesen lo que estaba ocurriendo en España? ¿Es que teníamos derecho a pedirles […] a los liberadores que respetasen las obras de arte si ellos no habían oído esa palabra en su vida? ¿Arte? ¿Teníamos derecho a enfrentarlos con una palabra que no habían oído nunca? ¿Cómo hablar en nombre de la cultura si los habíamos dejado sin cultura? […] Jamás me he sentido más desgraciada. Sí, todos eran mi gente pobre y mi pueblo. La guerra civil me había enseñado su cara. Dejé mi puesto, volví al Molin del Socarrat y aquella misma noche decidimos regresar a la península”.

Pocos días después, zarparon hacia la península en el destroyer [sic] “Almirante Antequera”, con palabras de María Teresa León hermosas, como siempre, mientras el barco se alejaba del muelle donde se alzaban y agitaban pañuelos de amigos del alma en momentos muy difíciles, inolvidables: “¡Adiós, adorable isla pequeña de Astarté! Nos vamos, pero mucho hemos de hablar de ti, hermosa entre las hermosas!”, isla de Ibiza. Llegaron a Valencia el 11 de agosto de 1936, cuarenta y cuatro días después de su llegada a Ibiza.

Cerré el libro paseando por La Marina. Aquella tardenoche ibicenca me dejó sin palabras y comprendí cómo fueron aquellas semanas en las que Rafael Alberti y María Teresa León residieron en esta isla preciosa, milenaria y con una memoria histórica y democrática que este viaje vuelve a enriquecerla en nuestras personas de secreto.

Ya en el hotel, volví al libro que detalla este viaje con pormenores importantes, Rafael Alberti en Ibiza (1), escrito por Antonio Colinas y que nos ayudó a situar geográficamente los movimientos de esta pareja en la isla, que forma parte ya de nuestra memoria democrática. Era la mejor forma de que cualquier movimiento por esta “pitiusa” nos llevara, en nuestra mente, a sus sitios frecuentados por las circunstancias, con el encanto especial de las páginas escritas con gran delicadeza por María Teresa León, nuestra guía espiritual aquellos días que hoy, al enfrentarme a la página en blanco, no olvido.

(1) Colinas, Antonio, Rafael Alberti en Ibiza. Seis semanas del verano de 1936, Barcelona: Tusquets, 1995.

NOTA: la imagen de María Teresa León se ha recuperado hoy de José María García de Tuñón Aza, La melancolía de María Teresa León, El Catoblepas 113:9, 2011 (nodulo.org)

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Viaje a la isla de Bes, de Teócrito, a Ibiza / 3. Retornos de Vicente Aleixandre

Sevilla, 2/III/2023

Los retornos de lo vivo lejano siempre están presentes en mi vida, al igual que Rafael Alberti los vivió y llevó a palabras bellísimas en una obra homónima. Si lo traigo a colación ahora es porque un día después de la visita al Puig des Molins y a Dalt Vila, me reencontré en un mercadillo hippie de Ibiza con un poeta de su generación, Vicente Aleixandre, en una experiencia que ya he contado en este cuaderno digital, Vicente Aleixandre vuelve a Ibiza desde Sevilla,  que hoy reproduzco de nuevo por su profundo significado y por lo que simbolizaba para Aleixandre su Historia del corazón. El libro al que me refería en ese artículo, ya ha llegado a la Biblioteca Pública Insular de Ibiza, habiéndome manifestado la dirección del centro su agradecimiento por haberlo recuperado, que “en breve catalogaremos para que resulte visible y consultable por el público lector”. Creo que la misión está cumplida y que el retorno de Aleixandre a Ibiza, de donde nunca debió salir, es ya una realidad plena.

Al igual que Ibiza está presente en estos retornos de Alberti, a través de un poema inolvidable, bajo el título de Retorno a una isla dichosa, vuelvo a leer los retornos dedicados por él a Vicente Aleixandre y fechados en 1958, Retornos de Vicente Aleixandre (que no figuraban en la primera edición de 1952), haciendo un recorrido de tiempos dolorosos en los que ambos se encontraron e incluso compartieron páginas de El mono azul y mítines desde la acera republicana y añorando un reencuentro en el futuro para que “su misma luz de hoy pudiera hablarle”:

¿Dónde estás tú, mi amigo,
de dónde vienes tú, desde qué fondo
de los años me llegas,
en este mediodía tan distante
de aquellos otros o de aquellas noches
en las que te encontraba,
alto, pulido y rubio,
ya como en busca de lo que iba a darte
con el tiempo esa voz en la que alienta
todavía el verdor claro de entonces?

Han pasado las cosas. Han caído
mares de oscuridad, negros telones.
Precipitadas nieblas en derrumbe
nos han ahogado hasta quedar algunas
sangres preciosas sepultadas. Óyelas,
como yo las escucho, aquí, tan lejos,
tanto, que con las manos puedo, a veces,
tocarles el sonido…

                                Sí, han pasado,
han pasado las cosas. Pero mira:
siempre la muerte retrocede, siempre
sus yertas oleadas ceden paso
a esa doliente luz donde se abre,
niño feliz de espuma azul, la vida.

Y así, mi amigo, ahora,
en este mediodía tan distante,
de sol subido en las mecidas cumbres
de los bosques, de pájaros, de cielos,
de estas involuntarias extensiones
que hace tiempo me habitan, tú me llegas,
nuevo otra vez, reverdecido y joven,
como si tantos años sucedidos
hubieran sido únicamente un día,
sólo un día sin sombras.

                                      Que tus soles
venideros no pasen y, altos, sigan
penetrándote siempre
de igual temblor para que en mi retorno
tu misma luz de hoy pueda hablarme.

Vicente Aleixandre vuelve a Ibiza desde Sevilla

Sevilla, 16/II/2023

No es una distopía al uso, sino una historia breve, real como la vida misma, que deseo compartir con la Noosfera. En un viaje reciente que he efectuado a Ibiza, siguiendo la estela del que hicieron Rafael Alberti y María Teresa León a esa isla en 1936 y donde vivieron de forma compleja los primeros días de la guerra civil, tuve un encuentro mágico con mi paisano Vicente Aleixandre, poeta al que admiro y al que he dedicado varias páginas en este cuaderno digital. Fue en un mercadillo hippie, muy conocido en la isla, en el que encontré una obra suya preciosa, Historia del corazón (1), editada en 1977, que conocía bien, porque en ella figura un poema, Mano entregada, al que dediqué un artículo en este cuaderno en 2015, Elogio de la mano, como pequeño homenaje a su obra y por una razón del corazón, como su historia: me apasiona la contemplación de la mano humana.

Al abrir el libro, antes de comprarlo, descubrí que pertenecía al fondo de la “Casa de Cultura y Biblioteca Pública de Ibiza”, con páginas selladas y con el registro y signaturas oficiales de la citada Biblioteca. No me lo pensé dos veces y lo compré por una módica cantidad comparándola con el valor inmenso de lo que significaba para mí, no confundiendo la relación valor y precio que aprendí hace ya muchos años de otro paisano nuestro, Antonio Machado, con una finalidad clara: devolverlo a su legítima “dueña”, una Biblioteca Pública a la que le pertenece y, simbólicamente, a la ciudadanía de Ibiza, concretamente a la Biblioteca Pública Insular, con una denominación actual diferente a la de los registros y sellos que figuran en el libro, para que los niños y niñas, jóvenes y personas mayores, en Ibiza, puedan leer a este autor extraordinario a través de una obra simbólica y de una calidad excepcional, que vuelve a esa tierra preciosa desde la ciudad en que nació y para tener un sitio en sus estanterías de uso público.

Vicente Aleixandre vuelve a su casa, a Ibiza, a su Biblioteca Pública, lugar de donde no debía haber salido. Lo devuelvo, es más, lo entrego con la mano entregada que aprendí a comprenderla leyendo sus versos en un poema que vuelvo a reproducir hoy, completo:

Pero otro día toco tu mano. Mano tibia.
Tu delicada mano silente. A veces cierro
mis ojos y toco leve tu mano, leve toque
que comprueba su forma, que tienta
su estructura, sintiendo bajo la piel alada el duro
hueso
insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca
el amor. Oh carne dulce, que sí se empapa del amor
hermoso.

Es por la piel secreta, secretamente abierta, invisiblemente entreabierta,
por donde el calor tibio propaga su voz, su afán
dulce;
por donde mi voz penetra hasta tus venas tibias,
para rodar por ellas en tu escondida sangre,
como otra sangre que sonara oscura, que dulcemente oscura te besara
por dentro, recorriendo despacio como sonido puro
ese cuerpo, que ahora resuena mío, mío poblado
de mis voces profundas,
oh resonado cuerpo de mi amor, oh poseído cuerpo,
oh cuerpo sólo sonido de mi voz poseyéndole.

Por eso, cuando acaricio tu mano, sé que sólo el
hueso rehúsa
mi amor -el nunca incandescente hueso del hombre-.
Y que una zona triste de tu ser se rehúsa,
mientras tu carne entera llega un instante lúcido
en que total flamea, por virtud de ese lento contacto de tu mano,
de tu porosa mano suavísima que gime,
tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida,
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne.

Como dije en mi artículo de 2015, en homenaje a Aleixandre, sabemos ya que nuestras manos tienen una historia de más de tres millones de años, tal y como lo describió la revista Science ese año, en su artículo precioso (2). Es una de las maravillas de la naturaleza humana que junto al habla supone una evolución transcendental para las personas de hoy. Es una experiencia gratificante mirar con delicada atención nuestras manos y reparar en lo que nos aportan día a día, tanto en la vida diaria que las necesitan para atender múltiples necesidades, como para expresar de forma maravillosa los sentimientos y emociones en momentos vitales siguiendo instrucciones de determinadas estructuras del cerebro. Hoy, es lo que he sentido al envolver con mis manos el libro de Aleixandre y depositarlo en Correos para que vuelva a Ibiza, a una Biblioteca Pública, un lugar en el que creo que volverá a estar a disposición de quien lo quiera leer y comprender qué significa una historia preciosa del corazón. Nada más.

(1) Aleixandre, Vicente, Historia del corazón, 1977 (3ª ed.), Madrid: Espasa-Calpe.

(2) Skinner, M.M., Stephens, N.B., Tsegai, Z.J., Foote, A.C., Nguyen, N.H., Gross, T., Pahr, D.H., Hublin, J.J. y Kivell, T.L. (2015). Human-like hand use in Australopithecus africanus. Science, 23, Vol. 347 no. 6220, pp. 395-399.

NOTA: en la fotocomposición de la imagen, realizada por el autor de este artículo, se ha utilizado una imagen de Vicente Aleixandre recuperada de la página web: La esclarecedora biografía de Vicente Aleixandre, escrita por Emilio Calderón (mundiario.com).

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

A %d blogueros les gusta esto: