Identidad histórica del barrio “Santa Clara”, “por do vino el agua a Sevilla”

Por los caños de Carmona – por do va el agua a Sevilla,
por ahí iba Valdovinos – y con él su linda amiga.
Los pies lleva por el agua – y la mano en la loriga,
con el temor de los moros – no le tuviesen espía.

VALDOVINOS SUSPIRA, romance anónimo, 1605

Sevilla, 13/VI/2025 – 09:10 h (CET+2)

Ayer presenté en el Club Santa Clara de esta ciudad, un trabajo de investigación que he realizado sobre ldentidad histórica del barrio “Santa Clara”, “por do vino el agua a Sevilla”, con un objetivo claro, demostrar con resultados científicos una hipótesis de partida muy importante: el barrio de Santa Clara tiene una intrahistoria multisecular a través del agua, concretamente la que fluía por los Caños de Carmona, en su tramo superficial, por la denominada Acequia Real o Atarjea Real, tanto monta, monta tanto, con la implicación que también tuvieron en ella Fernando III, el Santo, Alfonso X, el Sabio y los Reyes Católicos. Además, en esta Acequia se encontraba el Molino del Pico junto a los otros ocho molinos, que el rey Alfonso X, cedió a la ciudad de Sevilla, con dos fines, según se recoge en el llamado Privilegio de los Molinos, un Privilegio Rodado otorgado en Toledo el 22 de marzo de 1254, por el que se concedía a la ciudad la renta de los citados molinos, “los mios molinos”: para “hacer venir el agua de los Caños a sus palacios del Alcázar de Sevilla, a sus cocinas y a la huerta mayor de Aben Ahofar, tanta cuanta fuera menester de puertas adentro. Y que hagan venir también el agua como solía venir en tiempos de los moros a dos fuentes en Sevilla”, debiéndose tener “hombres, tablas y estopas”, así como todo lo que fuera menester para guardar las puertas de la villa, la ciudad también, de las avenidas del río [Guadalquivir].

También he analizado el trazado histórico de los Caños de Carmona, que demuestra con datos fehacientes la ubicación del Molino del Pico en su recorrido, fundamentalmente en la Acequia Real o canal superficial del mismo, habiéndose mantenido en pie durante casi ocho siglos, como se ha verificado en las investigaciones llevadas a cabo en el Archivo Municipal de Sevilla y otras fuentes documentales de gran valor histórico, con múltiples referencias a su existencia, desde el donadío de Alfonso X el Sabio a la ciudad de Sevilla, hasta su desaparición con motivo de la construcción de la Ciudad-Jardín Santa Clara.

Igualmente, he demostrado científicamente que el Molino del Pico ocupaba parte de la superficie actual del Parque Santa Clara, aunque no quede vestigio arqueológico alguno al haberse derribado por su estado ruinoso, en el que probablemente se encontraba a mediados del siglo pasado, durante las obras de la construcción de la “City Garden Santa Clara”. Lo que se ha pretendido también a lo largo de esta investigación es demostrar que el origen del barrio debe situarse históricamente teniendo en cuenta que formaba parte de la citada Acequia Real creada en etapa almohade e inaugurada en el siglo XII, integrada en los Caños de Carmona. De ahí el interés de recuperar una seña de identidad del barrio que siempre se debería tener en cuenta y explicarse con detalle a los vecinos y vecinas del actual barrio, mucho más allá de seguir acuñando la teoría de que este barrio proviene exclusivamente de la construcción de la Garden-City Santa Clara, urbanización de marcado carácter militar, pero con un alcance muy delicado: cobertura a las fuerzas americanas durante la guerra fría de los años cincuenta del pasado siglo en nuestro país y con una temporalidad muy corta, tan sólo quince años.

Conocida ya a través de este trabajo la intrahistoria romana, almohade, medieval y moderna del barrio, recuerdo el lema del 3973 Escuadrón de Defensa en Combate (Combat Defense Squadron), de la USAF, cuyos oficiales integrantes y residentes en la Ciudad-Jardín militar, Santa Clara, exhibían con orgullo en las bases americanas de Morón y San Pablo: Nuestra profesión es la paz. A partir de los datos históricos aportados, creo que ha llegado la hora de declarar también que, junto al homenaje que se deberá hacer siempre a la cultura del agua, porque a través de los terrenos del barrio “vino el agua a Sevilla” desde el siglo XII, su responsabilidad ahora, como barrio 94 de Sevilla, es promover y mantener la convivencia pacífica de su vecindad, junto a la sostenibilidad integral, solidaridad y defensa de su identidad vecinal, a través de la conciencia de pertenencia al barrio, respetando su intrahistoria histórica, mucho más allá de los meros sentimientos que nos genere el día a día de su etapa militar, participando en las diferentes proyecciones de compromisos sociales, convivencia y asociacionismo que existen en la actualidad para recuperar sus auténticas señas de identidad.

El trabajo de investigación llevado a cabo, lo pongo a partir de hoy a disposición de la Noosfera (del griego “nóos” inteligencia y “sfaíra” , esfera: conjunto de los seres inteligentes con el medio en que viven, de acuerdo con la definición de la Real Academia Española, aceptada desde 1984, como tercer nivel o tercera capa envolvente (piel pensante) de las otras dos: la geosfera y la biosfera), la esfera de la inteligencia (según Teilhard de Chardin, genio y figura que preside mi blog), lo que se conoce también como la malla pensante de la humanidad, formando parte de las páginas de este cuaderno digital que comenzó su andadura en diciembre de 2005, en coherencia absoluta con los objetivos que expliqué en el momento de su apertura en relación con la inteligencia conectiva y digital. En un libro recopilatorio de artículos de Tom Wolfe, El periodismo canalla y otros artículos, encontré en 2001 una referencia a Teilhard de Chardin (a quien debo mi interés manifiesto por el cerebro desde 1964), que tiene una actualidad y frescura sorprendentes: “Con la evolución del hombre –escribió-, se ha impuesto una nueva ley de la naturaleza: la convergencia”. Gracias a la tecnología, la especie del Homo sapiens, “hasta ahora desperdigada”, empezaba a unirse en un único “sistema nervioso de la humanidad”, una “membrana viva”, una “estupenda máquina pensante”, una conciencia unificada capaz de cubrir la Tierra como una “piel pensante”, o una “noosfera”, por usar el neologismo favorito de Teilhard. Pero ¿cuál era exactamente la tecnología que daría origen a esa convergencia, esa noosfera? En sus últimos años, Teilhard respondió a esta pregunta en términos bastante explícitos: la radio, la televisión, el teléfono y “esos asombrosos ordenadores electrónicos, que emiten centenares de miles de señales por segundo”. La cita es lo suficientemente expresiva de lo que Teilhard intentó transmitir a la humanidad a pesar del maltrato que sufrió por la Autoridad competente del momento, tanto científica, como ética y, por supuesto religiosa.

Quien lo desee, puede disponer de esta investigación a través del siguiente enlace, ldentidad histórica del barrio “Santa Clara”, “por do vino el agua a Sevilla”, como muestra de inteligencia conectiva, distributiva, circular, que también existe, no confundiendo el valor y precio del trabajo de investigación realizado, en beneficio exclusivo del interés cultural, general y público, por supuesto. Este trabajo está dedicado a todos los vecinos y vecinas actuales del barrio, sin exclusión alguna, así como a las generaciones venideras, para que conozcan la intrahistoria romana, almohade, medieval y moderna del actual barrio 94 de Sevilla, Santa Clara, más allá de su inicio reconocido y real a través de la creación de la Ciudad-Jardín Santa Clara con una finalidad claramente militar, pero que sólo ha sido temporal y circunscrita a unos quince años. Once siglos después de descubrirse sus raíces romanas y almohades, se ha rescatado su verdadera intrahistoria, sobre la que personalmente sigo investigando en líneas de trabajo de extraordinario interés.

Gracias anticipadas por su lectura.

Sospirastes ValdovinosRomance de Valdovinos: «Luys Milán» – Intérpretes: Hespèrion XXI/La Capella Reial de Catalunya – Jordi Savall

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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