Ciudadano Jesús (2ª edición)

Sevilla, 3/XII/2021

Publico hoy la segunda edición de mi libro Ciudadano Jesús, revisada y aumentada, que entrego a la Noosfera con mi compromiso intelectual de contribuir a crear conocimiento compartido y laico, a través de una efeméride a la que llamamos navidad y como un regalo de libre disposición. Las líneas del prólogo actualizado fijan el hilo conductor de esta publicación, no sujeta al mercado, ni como mercancía del mismo, sino como un refuerzo del valor de la palabra al alcance de todos y que, afortunadamente, aún nos queda. Espero que sepan interpretar bien su contenido, porque en este tipo de entregas pasa igual que con la estela de los regalos: se sabe lo que se entrega pero no lo que se recibe. Lo que sí puedo asegurar es que he querido escribir algo especial, tal y como aprendí de Ítalo Calvino hace ya muchos años, simbolizado como el arte de empezar y acabar de escribir sobre la página en blanco.

Lo reafirmo en este prólogo: aunque estamos en una situación mucho mejor que el año pasado, no quiero que esta navidad se escriba con mayúscula ni siquiera en su grafía ordinaria, sino que sea una navidad laica, con especial atención a la navidad de los nadies, los dueños de nada, excelentemente descritos por Eduardo Galeano y con especial relevancia ahora como consecuencia directa de la pandemia, interpretando su verdadero contenido, es decir, una historia que tiene muchos siglos de antigüedad en torno a la figura del nacimiento del ciudadano Jesús de Nazareth, que hilvanó un mensaje lleno de esperanza en su corta vida y recogido de forma espléndida, con un toque periodístico, por el joven Marcos, que lo hizo más cercano y humano para todos.

Pasen hojas y lean… También, podrán escuchar música seleccionada en los artículos que forman parte de este libro, porque en muchas ocasiones está comprobado que podemos soñar despiertos en navidad, una etapa en la que podemos descubrir caminos que nos enseñó Eduardo Galeano: Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena. O que Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser solidario y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

Alleluia (Exsultate, jubilate – Mozart) | Aksel Rykkvin (13y) & KORK

Prólogo

Las páginas que siguen, marcadas por la brevedad de una efeméride que se celebra anualmente, vuelven a tener este año un texto y contexto muy especiales, lastradas por una pandemia que no ha dejado nada igual que antes. Estamos experimentando un tiempo de silencio, en el que vivo en la actualidad, del que he querido salir de él por un momento y recuperar una nueva edición (2ª) de la anterior publicación de 2020, Ciudadano Jesús, donde junto al termómetro vital de los artículos que escribí en torno a la navidad del año 2019, hasta la fecha de cierre oficial de las fiestas que se celebraba este año el 6 de enero, el día de Reyes, a modo de espejo retrovisor de cómo escribía en la “antigua normalidad” navideña, he recuperado todos los artículos que de una forma u otra se aproximaban a la navidad desde que nació este blog en diciembre de 2005. Fundamentalmente, por un motivo que se vuelve a repetir a través de las sucesivas olas de la pandemia: la Navidad, este año, tampoco será ya lo que era, aunque como aviso para navegantes sigue siendo la gran preocupación del mercado salvarla a toda costa, cuando lo que necesitamos es comprender que puede ser, de nuevo, una gran oportunidad para pasar más tiempo en el rincón de pensar y actuar adecuadamente, de forma responsable, aunque sólo sea como homenaje al auténtico protagonista de la navidad: el ciudadano Jesús y su familia, a los que siempre retraté de la misma forma, a lo largo de los dieciséis años que cumple ya este cuaderno digital.

Aunque estamos en una situación mucho mejor que el año pasado, no quiero que esta navidad se escriba con mayúscula ni siquiera en su grafía ordinaria, sino que sea una navidad laica, con especial atención a la navidad de los nadies, los dueños de nada, excelentemente descritos por Eduardo Galeano y con especial relevancia ahora como consecuencia directa de la pandemia, interpretando su verdadero contenido, es decir, una historia que tiene muchos siglos de antigüedad en torno a la figura del nacimiento del ciudadano Jesús de Nazareth, que hilvanó un mensaje lleno de esperanza en su corta vida y recogido de forma espléndida, con un toque periodístico, por el joven Marcos, que lo hizo más cercano y humano para todos.

Hace treinta y siete años publiqué por estas fechas un artículo periodístico con el título de Ciudadano Jesús. Lo he repasado cada Navidad desde aquella ocasión y me reafirmo en cada párrafo del mismo, porque no ha perdido su vigencia: “Esta Navidad podía ser algo diferente. No sería bueno entrar en maniqueísmos desfasados, pero sí sería conveniente no malinterpretar el contenido revolucionario del mensaje del ciudadano Jesús. Con normalidad, con alegría, con coherencia, pero sabiendo de antemano que trabajar en su ideología y actitud de creencia lleva indefectiblemente a encontrarse de lleno con la actitud oceánica de la sociedad actual, donde el oleaje de consumo, violencia y desprecio humano suele ser el acicate para todo aquel que prescinde de la realidad del compañero. Porque nuestro sistema democrático vigente debe mucho al ciudadano Jesús, sobre todo a su actitud ante la necesidad de cambiar una sociedad tranquilizada con el bienestar codificado por las multinacionales de la alegría navideña”.

Decía Baltasar Gracián que “lo breve, si bueno, dos veces bueno”. Este pequeño libro se hace grande por su hilo conductor, que intenta reinterpretar en voces autorizadas la comprensión del niñodios y del ciudadano Jesús, para escritores, poetas, músicos, pintores y artistas de variado género. Me ha servido para acercarme a su figura y agradezco que me hayan dado la oportunidad de seguir interesándome por una historia contada a lo largo de los siglos y que siempre ha despertado un gran interés general que es lo que me entusiasma.

Espero que la lectura pausada de estas líneas sirva para algo bueno en un tiempo en el que necesitamos defender a toda costa el principio llamado esperanza, ante el poder omnímodo del mercado, que reviste de necesidad lo que solamente es consumo, incluso de un relato histórico que, como la rosa de Juan Ramón Jiménez, no deberíamos tocarlo en beneficio de todos. Sólo reinterpretarlo, para poder transformar el mundo que no nos gusta, volviendo a leer las “pequeñas memorias” de Saramago, buscando el final de la microhistoria navideña del Nobel portugués. Y no me sorprende su reflexión recordando aquellos días: la ansiada presencia de los ángeles, una recreación de sus mayores, a los que nunca divisó en su cocina real, aunque los adultos que le rodeaban en aquella Nochebuena se empeñaban en demostrar que “lo sobrenatural, además de existir de verdad, lo teníamos dentro de casa”. Y Saramago niño, incluso ya mayor, aun dejándose llevar por el niño que siempre fue, nunca los vio, “ni uno como muestra”, porque el Niño Jesús que llevaba dentro estaba en otras cosas más mundanas, yendo del corazón a sus asuntos proletarios… Los que un día, no muy lejano, atendería como compromisos sociales el Niño-Ciudadano Jesús, incluso en la navidad de 2021.

En Sevilla, en el mes de diciembre de 2021

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

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