Romanza para un verano complejo y diferente

Romanza, segundo movimiento del Concertino para guitarra y orquesta en La menor, Salvador Bacarisse, 1952 / Orquesta de la Universidad de Granada. Guitarra: Marcos Victora Wagner, 2011

Sevilla, 21/VI/2023

Hoy, a las 16:58, hora peninsular, comienza oficialmente la estación del verano, acompañada de una celebración especial, también en este día, dedicada a la Fiesta Europea de la Música. Desde hace años tengo asociada esta fecha con el recuerdo de una obra memorable de Salvador Bacarisse, el Concertino en La mayor, sobre todo en su sobrecogedor segundo movimiento, Romanza (con un tempo Andante), partitura completa que forma parte del legado de su obra a la Fundación Juan March, porque siempre me transmite paz en medio de tanta turbación y mudanzas del alma, sentimiento que deseo compartir hoy, de nuevo, con la Noosfera.

Tal día como hoy, hace exactamente tres años, decía en este cuaderno digital que “la conjunción de las tres realidades expuestas [comienzo de la «normalidad» en la pandemia, la entrada del verano y la celebración del Día Europeo de la Música], ofrecen hoy la oportunidad de creer que otro mundo es posible, sobre todo cuando se aúnan esfuerzos y voluntades en torno a la música en un tiempo tan abierto a la vida como es la estación del verano y con un denominador común sobre la ciclópea tarea de reconstruir la vida en otro mundo diferente. Como no podía ser de otra forma, he elegido una obra que conjugara estas realidades y que guardo en mi banda sonora vital: el Concertino citado, interpretado por la orquesta de la Radiotelevisión francesa, actuando Narciso Yepes como solista a la guitarra y bajo la dirección de Ataúlfo Argenta. Lo he vuelto a escuchar con profundo respeto y admiración gracias al fondo que figura en la Fundación Juan March (1), como legado que su hijo cedió a la citada Fundación y al que se puede acceder para conocer en profundidad la vida en el exilio y la obra de Bacarisse. En concreto, en la página dedicada al fondo radiofónico en su etapa como productor en numerosos programas en lengua española de la RTF (Radiodiffusion-Télévision Française), A propósito de Salvador Bacarisse (1964). Programa-homenaje a Bacarisse con entrevistas a personalidades de la cultura. Presentador: Narcís Bonet”.

Como en aquella ocasión, reinterpreto hoy el título como Romanza para un verano complejo y diferente, donde los sentimientos y emociones pueden volar muy alto, cambiando también lo que ya hay que cambiar. Eso espero en la esperanza de que creamos en la forma de ser nuevas personas en España, acompañados por la música y cantando, como diría Alberti: Creemos el hombre nuevo cantando, / el hombre nuevo de España cantando, / el hombre nuevo del mundo cantando. / Canto esta noche de estrellas / en que estoy solo y desterrado. / Pero en la tierra no hay nadie / que esté solo si está cantando. […] Nada hay solitario en la tierra / creemos el hombre nuevo cantando. También, porque la música es compañera en la alegría y medicina para el dolor (Musica laetitiae comes, medicina dolorum).

La Romanza tiene un tempo de andante (ejecutado con dulzura, poco a poco), al que he dedicado palabras llenas de sentimiento en este cuaderno digital, fundamentalmente en una modesta operación rescate de un músico excelente que tuvo que salir de España en condiciones lamentables con motivo de la guerra civil. Esta obra completa de Bacarisse, el Concertino en La menor, a través de sus tres movimientos, Entrada (Allegro), Romanza (Andante lento) y Scherzo (Allegretto), en su particella original para clavecín y orquesta (que conservo), me entrega siempre paz interior y me permite viajar por sueños posibles. Hoy, más que nunca, necesitamos escuchar romanzas, porque son composiciones de aire tierno y sencillo, que solo quieren transmitir sentimientos y paz interior. Una vez más y después de una pausa temporal bastante prolongada, he vuelto a abrir mi piano, experimentando una emoción especial tocando la Romanza de Bacarisse, en concreto el andante, segundo movimiento de su precioso Concertino. De alguna forma vuelvo a recordar con profundo agradecimiento, en este difícil aquí y ahora (hic et nunc), a mis profesoras de piano y violín que en su momento hicieron los arreglos necesarios, porque la versión original de 1952 era exclusivamente para guitarra y orquesta. Sigo creyendo que hicieron un trabajo espléndido, que retomo cuando busco en la música compañía en la alegría y medicina en el dolor de la vida.

Cada vez que me aproximo a esta partitura busco comprender mejor qué quiso transmitir el autor en ella. Hace años dediqué unas palabras especiales a Ataúlfo Argenta, gran amigo de Bacarisse y creo que me acerqué a su verdadero sentido: “Buscando esta verdad de Ataúlfo Argenta, he seguido de cerca a Fernando Argenta en mi vida nómada, escuchándolo siempre con enorme respeto en la radio del coche, en viajes siempre hacia alguna parte. El mismo que él tenía hacia su padre cuando nos presentaba el Concertino para guitarra y orquesta en La menor, de Salvador Bacarisse (sobre todo su Romanza), nada apreciado por el Régimen franquista por su deriva republicana y que dirigió en un concierto memorable en París el día de su estreno [15-X-1953, París (Théátre des Champs-Élysées), interpretado por Narciso Yepes (guitarra) y L’Orchestre National, en un concierto público organizado por la Radio Televisión Francesa)], del que guardo un recuerdo entrañable en mi memoria de hipocampo, de secreto”. Recomendaba en aquella ocasión, como hago hoy de nuevo, que escuchen esta versión de la Romanza con la pasión de músicos muy jóvenes de la Orquesta de la Universidad de Granada, que recogen el testigo de lo que quiso transmitir Bacarisse desde el exilio en París. El Sur también existe en el Día Europeo de la Música a través de jóvenes intérpretes, el futuro musical y más amable de nuestra Comunidad y de nuestro País.

Guardo también en mi persona de secreto un tesoro musical: la obra compilada de Salvador Bacarisse en la Fundación Juan March, con un prólogo emocionante de su único hijo, Salvador Bacarisse Cuadrado, con quien tuve la oportunidad en 2018 de cruzar un mensaje en el que me autorizó a disponer de una copia del manuscrito original del Concertino para clavecín y orquesta, op. 72 bis (a través de la Fundación Juan March) y en los que me agradecía la cercanía a su padre: “Yo me fui a vivir a Inglaterra pero mis padres siguieron en París, en el pisito del 7 de la rue Cassette que ocuparon más de treinta años. Cuando murió mi madre en 1976, trece años después que mi padre, yo quité el piso de la rue Cassette, y me llevé a Escocia todos los papeles y libros de mi padre. Desde aquel día permanecieron a salvo, y yo creía olvidados, hasta la fecha memorable en que llamó a la puerta de mi casa Emilio Casares, quien venía a pedirme autógrafos y otros materiales para una exposición de “La música en la Generación del 27” que estaba organizando y que tuvo lugar en Granada en julio de 1986. Esa exposición y el magnífico catálogo que publicó el Ministerio de Cultura fue el primer reconocimiento de aquellos músicos olvidados durante el franquismo, entre los que figuraba mi padre. En Granada, durante la exposición y hablando con Rodolfo Halffter, que había venido de Méjico, y con otros, decidí hacer lo que en realidad ya sabía que tenía que hacer: mandar los manuscritos de Salvador Bacarisse a su tierra, a España. Por muy hijo de francés, emigrado a España, que fuera mi padre, nunca se sintió sino español. Vivió treinta años en París, desarraigado y triste lejos de su querido Madrid”.

Conocí su extensa y desconocida obra a través de esta publicación extraordinaria, que está al alcance de quien desee conocer de cerca a este gran compositor olvidado durante la dictadura franquista. Fue un hallazgo que me permitió acercarme a Bacarisse, a su vida y a su preciosa obra. En la Fundación está el legado completo del compositor, llevado a cabo por su hijo en 1987, que incluía todas las partituras que obraban en su poder.

Cuando escribo estas palabras, deseo compartir de nuevo este sentimiento de respeto y agradecimiento a un autor muy desconocido en su querido país, pero que tuvo el reconocimiento mundial fuera de él alternando su labor de composición y de dirección de orquesta con el trabajo que desarrolló en el exilio en París, en la Radiodifusión-Televisión Francesa, como productor de programas en español para Hispanoamérica. Es la razón de por qué lo he buscado hoy en el fondo de programas de radio en los que trabajó Salvador Bacarisse.

Es necesario conocerlo y escucharlo, compartiéndolo de nuevo con el club virtual, con sede social en la Noosfera, de las personas dignas y libres. Disfruten de esta maravillosa composición en el Día Europeo de la Música, cuando entra el verano con el sol quieto, que me sigue emocionando como la primera vez que decidí conservarla en mi memoria de secreto.

(1) El concierto fue emitido por la Radiodiffusion-Télévision Française en 1964, en un programa en homenaje a Bacarisse con el título “A propósito de Salvador Bacarisse (1964)”. Durante dos programas fue entrevistado Narciso Yepes y el Concertino en la menor fue emitido íntegro. Los dos programas completos están disponibles en la web de la Fundación en “Bacarisse y la radio”. No he podido localizar grabación alguna comercial de este evento y la referencia me ha sido proporcionada, amablemente, por la citada Fundación. De ahí la importancia de esta referencia, verdaderamente sobrecogedora, escuchando también a Narciso Yepes, su amigo e intérprete preferido y a quien dedicó Bacarisse esta obra excepcional.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Necesitamos, en este periodo electoral, sumar y agregar luz al patriotismo

El mundo onírico de Pablo Neruda, según Paula Guerra, en un mosaico de Valparaíso, Chile 

Sevilla, 20/VI/2023

Nos quedan muy pocas horas para abandonar la primavera y meternos de lleno en el solsticio de verano, en el que dispondremos de más luz porque el sol se queda quieto a mediodía (solsticio, sol quieto) y nos entrega más luminosidad para contemplar la vida de otras formas. Es también la constatación del eterno retorno anual de esta estación en nuestra vida ordinaria, cuando a pesar del Sol hay días que lo vemos todo más claro y, otros, solo vemos la oscuridad del túnel, con un problema añadido: todo es aleatorio y no responde a la sincronización orbital y científica del fenómeno astrológico. Ésta es la razón principal para valorar en términos de oportunidad vital disponer de días más largos por el regalo de un astro quieto.

Como todos los veranos, entro en mi clínica del alma, mi biblioteca, para leer a Neruda, porque él me enseñó a conocer bien este astro tan luminoso. Él dice que “A plena luz de sol sucede el día, / el día sol, el silencioso sello / extendido en los campos del camino. / Yo soy un hombre luz, con tanta rosa, / con tanta claridad destinada / que llegaré a morirme de fulgor”.  Este precioso poema, El Sol, me recuerda en este verano tan especial para el país, por los momentos políticos complejos por los que está pasando, que hay que sumar y agregar luz a la patria en tiempos revueltos, como ciudadano de a pie que solo camina a veces en la más profunda oscuridad: “Otra vez, ya se sabe, y para siempre / sumo y agrego luz al patriotismo: / mis deberes son duramente diurnos: / debo entregar y abrir nuevas ventanas, / establecer la claridad invicta / y aunque no me comprendan, continuar / mi propaganda de cristalería”.

¡Qué tarea política tan hermosa para un ciudadano que ama su ciudad, cumplir con sus deberes «políticos» diurnos, a plena luz del día, aprovechando el estío, tiempo de luz porque el sol se queda quieto durante mucho tiempo, abriendo ventanas para la libertad, muy comprometido con la propaganda de cristalería por donde pasan rayos de luz teñidos de colores! Es verdad que a veces nos encarga la vida tareas casi imposibles, a personas que aparecemos en el mundo como “enlutados de origen”, sin luz, según Neruda: “A veces pienso imitar la humildad / y pedir que perdonen mi alegría / pero no tengo tiempo: es necesario / llegar temprano y correr a otra parte / sin más motivo que la luz de hoy, / mi propia luz o la luz de la noche: / y cuando ya extendí la claridad / en ese punto o en otro cualquiera / me dicen que está oscuro en el Perú, / que no salió la luz en Patagonia”.

Comprendo a Neruda, mucho más cuando sé que le gustaba contemplar los ojos de María Celeste, su mascarón de proa preferido, que lloraba cada vez que el calor del fuego que ardía en la chimenea de su casa, en la Isla Negra, condensaba el vapor en sus ojos de cristal. Que sonreía siempre cuando llegaba el sol. Hoy, en un día largo y con un sol quieto, no quiero que los tristes y tibios de siempre perdonen mis sueños y mi utopía, porque no tengo tiempo. La luz de este solsticio en el que entraremos mañana, con el sol quieto pero generoso, me ofrece la posibilidad de llegar temprano y correr a otra parte sin más motivo que aprovechar la claridad del día, sabiendo que se rumorea que está oscuro en este país, que a veces tampoco sale la luz en Andalucía.

Le pido a Neruda que me acompañe con sus versos, porque “Hoy, este abierto mediodía vuela / con todas las abejas de la luz: / es una sola copa la distancia, / al territorio claro de mi vida”.  Es verdad: son las cosas del estío, en días largos gracias a un sol que se queda quieto para que podamos disfrutar de los territorios claros de nuestra vida, que tanta falta hacen.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!