Andalucía ya es la cuarta Comunidad en privatización de la sanidad en España

Manifestación en Sevilla en defensa de la Sanidad Pública – 25 de marzo de 2023 / JA COBEÑA

Ayer se presentó por parte de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública en nuestro país, el décimo informe sobre La privatización sanitaria de las CCAA –  2024, en el que Andalucía ocupa ya el cuarto puesto de CCAA con un mayor grado de privatización, que encabeza Madrid, seguida de Baleares y Cataluña, con una clasificación que se obtiene a través de 10 indicadores objetivos y públicos: el porcentaje de funcionarios cubiertos por mutuas que eligen la atención en seguros privados, el gasto sanitario per cápita pólizas, el gasto sanitario de bolsillo per cápita, el porcentaje del gasto dedicado a concertación con centros privados, la porción de camas hospitalarias privadas, el de equipamiento de alta tecnología en hospitales privados, el número de consultas a especialistas del sector sanitario privado por 1.000 habitantes, el porcentaje de personas que han acudido al médico general privado en el último año, la presencia de modelos de colaboración público-privada y la existencia de dedicación exclusiva.

El informe explica en su introducción que “La privatización sanitaria es un gran problema de nuestro sistema sanitario público, porque incrementa los costes de manera importante y mercantiliza un derecho fundamental de las personas, uno de los pilares clave del Estado del Bienestar. Hay evidencias de que se ha extendido a todo el Sistema Nacional de Salud teniendo una intensidad variable según las CCAA atendiendo tanto al grupo político en el gobierno como a otras circunstancias. Las privatizaciones se profundizaron y diversificaron a partir de la finalización de las transferencias sanitarias en 2001 y del primer gobierno del PP a nivel central, y se han acentuado en las anteriores legislaturas, en gran parte aprovechando la excusa de la crisis económica y de la pandemia. […] Los recortes y el deterioro de la Sanidad Pública han sido y continúan siendo el principal incentivo para el crecimiento del sector privado, y por eso es una de las estrategias utilizadas para favorecer la privatización. Obviamente este aumento de la provisión y del aseguramiento privado va unido a una mayor desigualdad y a exclusiones porque solo acceden a estas fórmulas las personas con más recursos, pero también se conoce que el aumento de la financiación pública hacia el sector privado produce un aumento de la mortalidad evitable y que ello se debe a que va unida a una desfinanciación paralela de los centros de gestión pública (Outsourcing health-care services to the private sector and treatable mortality rates in England, 2013–20: an observational study of NHS privatisation. Lancet 2022)”.

Es importante resaltar que las fuentes utilizadas para elaborar este informe son públicas, Ministerio de Sanidad (MS), Instituto Nacional de Estadística, Barómetro Sanitario y Fundación IDIS, a pesar de que todavía es un reto franquear la falta de transparencia, por parte de la Administración Sanitaria del Estado y de las CCAA, en el acceso a los datos necesarios para elaborar este tipo de informes. Aún así, es importante resaltar la metodología utilizada, en la que se muestra alguna ausencia de datos exactos que pueden contaminar el resultado final del informe, como los referidos a contratación directa de los centros sanitarios con el sector privado (pruebas diagnósticas y otras actuaciones): “Hay que ser conscientes de que las cifras de contratación del sistema público con el sector privado están infraestimadas por dos motivos: la presencia del modelo de las mutualidades de funcionarios, que en su mayoría dedica fondos públicos a financiar seguros privados, y luego porque existen muchos casos de contratación directa de los centros sanitarios con el sector privado (pruebas diagnósticas, etc.) con lo que estas partidas no aparecen contabilizadas de manera diferenciada y se incluyen en los presupuestos de los centros públicos. Los ocho primeros apartados se han puntuado de 1 a 4 según la posición de cada Comunidad en los cuartiles de cada variable, considerando el más bajo el de menor puntuación. La variable 9 se ha puntuado asignando un punto a las CCAA donde existen estos fenómenos y 0 a aquellas en las que están ausentes. La variable 10 se ha puntuado asignando un punto a aquellas CCAA donde no hay dedicación exclusiva y 0 a aquellas en las que existe. Este año hemos utilizado el porcentaje de personas (sobre el total de la población) que teniendo asistencia por las Mutualidades de funcionarios han elegido la asistencia privada, en lugar del % de población cubierta por estas porque nos parece que expresa mejor el grado de privatización”.

En definitiva, el informe explica de forma sucinta la puntuación otorgada a cada variable, de lo que resulta obteniendo un promedio de 21,58 puntos con una DS (desviación estándar) de 3,27 (rango entre 16 y 28 puntos), sobre un máximo de 34 puntos posibles, con una ratio máximo/mínimo de 1,75. Después de calcular los percentiles de los resultados obtenidos, se clasifican las CCAA en tres grupos: mayor grado de privatización (mayor al percentil 75 = 24,5), privatización intermedia (entre percentil 25 y 75) y menor grado de privatización (menor del percentil 25=19):

CCAA con un mayor grado de privatización:

1. Madrid 28

2. Baleares 27

3. Cataluña 26

4. Andalucía 25

CCAA con un grado intermedio de privatización:

5. Aragón 24

6. Valencia 24

7. Asturias 23

8. Canarias 23

9. Murcia 22

10. Castilla y León 21

11. Cantabria 20

12. Galicia 20

13. País Vasco 19

14. La Rioja 19

CCAA con menor grado de privatización:

15. Castilla – La Mancha 18

16. Extremadura 16

17. Navarra 16

Finalmente, destaco los comentarios del informe, resaltando los que tienen especial incidencia en Andalucía, que se refieren al aumento de la privatización en dos puntos respecto al informe anterior, ocupando el cuarto puesto indicado al principio, con una evolución alarmante desde 2020 y el menor grado de privatización que mantenía en los informes anteriores, según se puede visualizar en la tabla que figura a continuación, así como la evidencia de la injusta desigualdad que se vuelve a constatar entre las diferentes CCAA en este ámbito de privatización sanitaria, de la que Andalucía es un fiel reflejo de lo que está pasando:

1.  Los datos se corresponden mayoritariamente a 2023 y solo alguno a 2022, siendo los últimos disponibles.

2. Se ha producido un aumento de la privatización, en la provisión y en la financiación de nuestro sistema sanitario en general, especialmente importante a partir de 2009. Conviene recordar que según los últimos datos de la OCDE (noviembre de 2023) el gasto sanitario privado en España es del 28% del total del gasto sanitario (media OCDE 24%) y el gasto de bolsillo se sitúa en el 21% del total (media OCDE 18%), datos que han empeorado desde 2022, y que además se ha incrementado de manera importante el aseguramiento privado.

3. La tabla siguiente recoge la clasificación en 5 informes, el primero, el de este año y los de 2019, 2020, 2022 y 2023, (en los 5 primeros años se analizaron las mismas variables, en 2019 se incluyeron 2 más, en 2020 no se pudo incluir una, en 2022 vuelve a recuperarse una más, aunque proveniente de una fuente distinta y en 2023 se mantienen las mismas variando la fuente en 2 de ellas y en 2024 se cambia la fuente de 1). Se observa que 3 de las 4 primeras CCAA con más privatización en 2024 ya estaban en 2014 en este grupo donde han permanecido con algún cambio de posición. La primera es la misma en todos los informes (Madrid) y las otras 2 (Cataluña y Baleares) han ido cambiando de posición.

4. En el grupo con menor nivel de privatización sólo se mantiene Extremadura en todos los informes, que hace 2 años dejó de ser la Comunidad Autónoma con menor grado de privatización. Este año en este grupo están también Castilla – La Mancha y Navarra que se incorporan en este informe.

5. Los movimientos más llamativos en cuanto a mayor privatización entre los dos últimos informes son el de Cantabria que aumenta 6 puestos, Murcia y Aragón que aumentan 4 , Asturias 3 , Andalucía y Valencia que aumentan 2 y Baleares y País Vasco que aumentan 1.

6. Bajan Navarra 12 puestos (el año anterior había aumentado 8), Galicia 5, Canarias 4, La Rioja 2, y Cataluña 1. Solo 3 CCAA mantienen la misma posición que en 2023 (Madrid a la cabeza y Castilla – La Mancha y Extremadura en las últimas posiciones).

7. Es importante tener en cuenta que la privatización ha aumentado en todas las CCAA, lo que se evidencia con el aumento de la puntuación media de 1,41 puntos, y por lo tanto el resultado y los movimientos en la clasificación solo recogen la mayor o menor intensidad que ha alcanzado en cada Comunidad Autónoma en concreto.

8. Como suele ser habitual en los estudios sobre los sistemas sanitarios de las CCAA se objetiva una gran desigualdad entre las mismas, la ratio entre la puntuación máxima y mínima es de 1,75 (que ha disminuido desde 2,46 en 2023), lo que evidencia que en la privatización de los servicios sanitarios, hay diferencias excesivas que suponen una falta de cohesión del Sistema Nacional de Salud.

El corolario final del informe no deja lugar a dudas: “La principal limitación del estudio está en la ausencia de transparencia de las administraciones sanitarias que dificulta enormemente el encontrar datos homogéneos para todas las CCAA, lo que es un fraude a la ciudadanía que es la que las sufraga con sus impuestos y un incumplimiento notorio de la denominada “ley de transparencia”, que desgraciadamente no ha mejorado de manera sustancial la información sanitaria disponible”.

Una vez más, expongo con datos el progresivo desmantelamiento ordenado de la sanidad pública en nuestro país, del que Andalucía no escapa, con cifras y argumentos que permiten emitir juicios bien informados, como evaluación técnica y ética de lo que está pasando y estamos viendo todos los días. Asimismo, también es importante analizar con detalle lo manifestado en un artículo del diario El País publicado el pasado 25 de abril, La sanidad privada no para de crecer ante la crisis de la pública: uno de cada cuatro españoles tiene una póliza, que sintetiza muy bien la preocupante situación de la privatización sanitaria en nuestro país: “Con una sanidad pública española tocada tras la pandemia y las mayores listas de espera de la historia, la privada no para de crecer. El último informe de la Fundación IDIS (que defiende los intereses de las empresas del sector) desgrana los datos más recientes ―de diferentes fuentes y años― y pone negro sobre blanco esta realidad: el gasto en sanidad privada superó en 2021 los 36.800 millones de euros, un 14% más que el ejercicio anterior, y los seguros crecen cada año: 12,4 millones (una cuarta parte de la población) en 2023, casi 400.000 nuevos con respecto a 2022. Casi uno de cada tres euros que se gastan en sanidad en España procede del bolsillo de los ciudadanos, ya sea para pagar seguros, intervenciones concretas, medicamentos o consultas que casi siempre se salen de la pública, como la del dentista o el óptico. Esto supone un 3,05% del PIB nacional”.

Nos quedan la acción popular y la palabra para denunciar en todos los foros posibles un hecho indiscutible, la privatización a pasos agigantados de la sanidad pública. Estamos, una vez más, avisados e informados.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

Todavía hay un mañana

Sevilla, 5/V/2024

Ayer acudí al cine para contemplar una obra maestra de arte, Siempre nos quedará mañana (C’e ancora domani), con guion, dirección e interpretación de la actriz, escritora y cantante Paola Cortellesi, título que me gusta traducirlo personalmente del italiano como Todavía hay un mañana. Curiosamente, he encontrado mi traducción en una consulta sobre la película, en la BBC, acerca del éxito obtenido en su país de origen. No es lo mismo siempre que todavía, en el largo camino de la vida, sobre todo cuando se convive con el dolor humano, porque cada segundo cuenta en nuestra forma de ser y estar en el mundo, con el tiempo dentro. Todavía, es camino. Siempre, es final.

El título no era inocente y así lo comprendí cuando conocí su intrahistoria oficial: “Roma, año 1946. Delia tiene tres hijos y está casada con el malhumorado Ivano, que no la trata demasiado bien. Tras la guerra, ambos luchan por sacar a su familia adelante con varios trabajos mal pagados. Pero un día, una maravillosa noticia les alborota: Marcella, la hija mayor, acaba de comprometerse con Giulio, un chico muy simpático de buena familia. Delia está muy ilusionada con este nuevo comienzo que traerá un futuro mejor para todos. Sin embargo, recibe una misteriosa carta que promete cambiar los planes de toda la familia para siempre…”.

Cuido mucho no hacer espóiler en relación a una película actualmente con proyección comercial en salas de cine, pero se intuye con el tráiler que es una historia no lejana en nuestra sociedad actual. Me refiero a la importancia que cobra hoy día llevar al cine el drama social que sufren miles de mujeres en el mundo, en nuestro país, exponiendo el sufrimiento continuo por malos tratos, violencia de género en todas las manifestaciones posibles, que llegan al límite con asesinatos, feminicidios y la violencia vicaria agregada. Basta verificar los últimos datos en nuestro país que facilita la Secretaría de Estado de Igualdad y para la erradicación de la violencia contra las mujeres, referidos a marzo de este año, en los que se puede comprobar la realidad tan cercana de la violencia de género existente, real, en todas y cada una de sus manifestaciones:

Feminicidios en pareja o expareja.

1. El número de casos de mujeres asesinadas por violencia de género confirmados entre el 1 de enero de 2003 y el 31 de marzo de 2024 ha sido de 1.251.
2. Desde el 1 de enero y hasta el 31 de marzo del año 2024, han sido asesinadas 7 mujeres por violencia de género. El 57,1% de las víctimas mortales tenían edades comprendidas entre los 31 y los 50 años.
3. Durante el mes de marzo de 2024 han sido asesinadas dos mujeres por violencia de género. Esta cifra es inferior al número medio (5) de mujeres víctimas mortales en los meses de marzo sobre el total de años de los que se tienen datos disponibles.
4. Entre el 1 de enero de 2013, primer año del que se dispone de información, y hasta el 31 de marzo de 2024 se han confirmado 57 casos de menores de edad asesinados/as por violencia de género.
5 Desde el 1 de enero hasta el 31 de marzo del año 2024, cuatro personas menores de edad han sido asesinadas por violencia de género.
6. Durante el mes de marzo de 2024, dos personas menores de edad han sido asesinadas por violencia de género.
7. El número de huérfanos y huérfanas menores de 18 años víctimas de violencia de género desde 2013, primer año del que se dispone de información, hasta el 31 de marzo de 2024 es de 441.
8. Del 1 de enero al 31 de marzo, ha habido 8 huérfanos/as menores de 18 años por violencia de género.
9. Durante el mes de marzo de 2024, dos menores de edad se han quedado huérfanos/as por violencia de género.

Feminicidios fuera de la pareja o expareja. Año 2023.

1. El número de feminicidios fuera de la pareja o expareja durante el año 2023 ha sido 22. De ellos, 12 han sido feminicidios familiares, 4 feminicidios sexuales, 6 feminicidios sociales, y no ha habido ningún feminicidio vicario.
2. El número de huérfanos menores de 18 años durante el año 2023 dentro de este contexto ha sido de 3.

También se aporta información sobre las llamadas al teléfono del Servicio de Información y Asesoramiento Jurídico en Materia de Violencia contra las mujeres por razón de género – 016, con datos escalofriantes, entre los que destaco los siguientes:

1. Desde la puesta en marcha del Servicio de Información y Asesoramiento Jurídico en Materia de Violencia contra las mujeres por razón de género – 016 en septiembre de 2007 y hasta el 31 de marzo de 2024, se han recibido 1.270.632 llamadas pertinentes. Durante marzo de 2024 se han recibido 8.753 llamadas pertinentes, lo que supone una disminución del 4.2% con respecto al mismo período del año 2023 (9.137 llamadas pertinentes).
2. Por persona que efectúa la llamada, durante el mes de marzo de 2024, el 75,0% de las llamadas fueron efectuadas por la propia usuaria, lo que supone un incremento de 4,0 puntos porcentuales con respecto a marzo de 2023; el 19,7% de las llamadas fueron efectuadas por familiares y personas allegadas, lo que supone una disminución de 2,9 puntos porcentuales con respecto a marzo del año 2023; y el 5,3% de las llamadas fueron efectuadas por otras personas o no consta quién las realizó, lo que supone una disminución de 1,1 puntos porcentuales con respecto a marzo de 2023

Por todo lo anteriormente expuesto, considero que Siempre nos quedará mañana es una película necesaria porque, nunca mejor dicho, cualquier parecido con la realidad actual de la violencia de género en nuestro país no es pura coincidencia, a pesar del tiempo transcurrido desde el contexto histórico de los hechos que se narran, setenta y ocho años después, con un trasfondo social y un mensaje aleccionador sobre la importancia de la memoria democrática, con hechos tan relevantes como el voto femenino en el Referéndum constitucional de Italia, por primera vez, el domingo 2 de junio de 1946, donde la participación femenina fue un auténtico acontecimiento democrático y de género, que desembocó en la constitución de la República unos días después.

Para contextualizarlo todo, la película tiene una banda sonora excepcional, pero me quedo con dos composiciones de la misma: Aprite le finestre (Fiorella Bini) y La sera dei miracoli (Lucio Dalla), a modo de títulos de crédito finales de este artículo. La primera, Abrid las ventanas, en español, porque simboliza lo que hay que hacer ante la vida asfixiante que nos rodea a diario y como hilo conductor de la película desde sus primeros planos: Abrid las ventanas al nuevo sol / Es primavera, es primavera / Dejad entrar un poco de aire puro / con el aroma de los jardines y los prados en flor // Abrid las ventanas a nuevos sueños / chicas hermosas, enamoradas / Es quizás el sueño más hermoso que podéis soñar / Llegará mañana la felicidad. La segunda, La noche de los milagros, por mi debilidad por el compositor y cantautor de mi juventud, Lucio Dalla, con letras siempre no inocentes, como es también en este caso, refiriéndose a lo que puede pasar por la noche en una noche en las calles de Roma, peligro para caminantes: Pero esta noche vuela, sus velas en las casas son mil sábanas / También hay delincuentes / No tienes que tener miedo, pero ten cuidado / Dos a dos los amantes / derriten velas como piratas / y en medio de este mar trataré de averiguar qué estrella eres / Porque me perdería si tuviera que darme cuenta de que no estás aquí esta noche / Es la noche de los milagros. Ten cuidado.

Al salir del cine, recordé algo que pensé y viví hace ya muchos años, cuando bajaba las escalerillas del avión que me había llevado a Roma, peligro para caminantes, junto a Leonardo da Vinci, su aeropuerto, para quedarme allí durante bastante tiempo: “Roma: tu lectura al revés, amor me entrega, algo es”, aunque llevaba grabada a fuego, en el corazón, una estrofa final de un poema de Rafael Alberti que nunca he olvidado: “Dejé por ti todo lo que era mío. Dame tú, Roma, a cambio de mis penas, tanto como dejé para tenerte”. Algo así pensaría Delia, la protagonista de anoche, de su amada Roma, a cambio de sus penas, al depositar su voto como mujer, para que Italia fuera un país libre y democrático. Era una parte importante de su mañana especial.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

Verdad y Regeneración Democrática, un claro objeto de deseo popular

Sevilla, 4/V/2024

Miedo me da cuando escucho discursos y proclamas desde la derecha extrema y su más allá, sobre una preocupación real de los ciudadanos y ciudadanas de este país, la verdad y la regeneración democrática, porque cada partido político cuenta la feria como le va, siendo una triste realidad que vivimos rodeados de falsas noticias, falsa ética privada y pública, vicios privados y públicas virtudes políticas, falsas declaraciones, acusaciones falsas y así sucesivamente sin solución de continuidad, que se amplifican en los medios de comunicación y en su más allá también, las redes sociales de cualquier marca, contaminadas por la mentira despiadada, caiga quien caiga y cueste lo que cueste a nivel personal, trufadas de algoritmos digitales no inocentes. La verdad de lo que está pasando y viendo todos los días, se esconde, manipula y privatiza por doquier, por lo que el resultado está servido, convirtiéndose casi todo en vicios políticos privados, públicas mentiras y palabras huecas para ellos, como por ejemplo «verdad» y «regeneración».

No es la primera vez que abordo esta problemática en este cuaderno digital. Decía Mark Twain, con cierto desdén, en La decadencia del arte de mentir que “Nadie podría vivir con alguien que dijera la verdad de forma habitual; por suerte, ninguno de nosotros ha tenido nunca que hacerlo», lo que no justifica la situación actual en la que estamos envueltos a diario ante tan poderosa señora, la mentira, junto a los profesionales que viven de ella, que incluso están en nómina por practicarla a diario sin mezcla de verdad alguna. La regeneración ética en cualquier estamento social, fundamentalmente en el ámbito político y periodístico en estos momentos tan «mentirosos», no se puede llevar a cabo desde un Ministerio de la Verdad y Regeneración, solución de tintes orwelianos, una tentación peligrosa, porque la citada regeneración y decir la verdad son cuestiones de actitud ética que no se pueden ni deben regular por decreto. Sí, por el contrario, ordenar el alcance de la «tríada capitolina» en democracia, como llamo a la coexistencia de tres pilares básicos en cualquier ordenación y organización administrativa del país: el espacio, tiempo y dinero, públicos, que deben blindarse y protegerse ante cualquier atisbo de manipulación y uso indebido de los mismos, como suelo firme del que deberían nacer todos los actos políticos o periodísticos, para ajustarlos a la realidad de lo que estamos tratando, justificándolos, pero que se puede llevar a todos los ámbitos de la vida de este país..

Por desgracia, el modelo de comunicación social que abunda en nuestro país, a través de los altavoces de los medios financiados de forma manifiesta por el capital y su más allá, es el de la mentira descarada o camuflada en relación con casi todo lo que se mueve, salvando a miles de personas que hacen todos los días su trabajo con una dignidad encomiable. También es verdad que determinados representantes políticos de nuestro país dejan mucho que desear a la hora de analizar la verdad en su quehacer diario. En estos momentos, aplicando de forma tozuda el principio de realidad que asola nuestras vidas, soy consciente de que estamos sobrepasados por experiencias políticas pasadas y presentes, enmarcadas en mentiras que parecen, en el mejor de los casos, verdades a medias, muy lejos del interés general. Ahora hace falta altura de miras, sensatez extrema, diálogo donde la búsqueda de la verdad y la regeneración ética en democracia sea un esfuerzo común, guardándose cada uno las suyas en aquello que no une, aunque comprendamos ahora mejor que nunca algo que experimentó en su experiencia vital el gran político canadiense Michael Ignatieff, en su frustrada carrera hacia la presidencia de su nación: “Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad”. Porque si no, solo nos quedará en nuestro pensamiento y sentimiento una reflexión […] que se podría convertir los próximos días en trending topic popular a todas luces: si nos dijeran la verdad algunos políticos, algunos medios de comunicación y sus comunicadores, mentirían. Aprendiendo con humildad de la paradoja de Epiménides, cuando afirmó que todos los cretenses eran unos mentirosos, porque casualmente…, él también lo era. La retranca gallega me ha enseñado algo importante y a tener en cuenta en este momento delicado para salvaguardar la democracia decente, que haberla haylasi alguna vez los profesionales de la mentira, en cualquier orden social, intentaran decir la verdad de lo que está ocurriendo, estoy seguro de que mentirían en la forma de decirlo, fundamentalmente porque están incapacitados para llevar la la verdad y la regeneración ética profesional hasta las últimas consecuencias.

En este contexto, recuerdo de nuevo un libro aleccionador, El Ministerio de la Verdad: Una biografía del 1984 de George Orwell, de Dorian Lynskey, porque pone bastantes cosas en su sitio en el momento actual, a pesar de su distopía intrínseca. Su sinopsis oficial no deja lugar a duda alguna: “La fascinante obra 1984, de George Orwell, se ha convertido en un relato definitorio del mundo moderno. Su influencia cultural puede observarse en algunas de las creaciones más notables de los últimos setenta años, desde El cuento de la criada de Margaret Atwood hasta el hito televisivo Gran Hermano, mientras que ideas como «Policía del Pensamiento», «doblepensamiento» y «nuevalengua» están arraigadas en nuestro discurso. El Ministerio de la Verdad traza la vida de uno de los libros más influyentes del siglo XX y una obra que es cada vez más relevante en esta tumultuosa era de «noticias falsas» y «hechos alternativos». Dorian Lynskey investiga las influencias que confluyeron en la escritura de 1984, desde las experiencias de Orwell en la guerra civil española y en el Londres de la guerra hasta su fascinación por la ficción utópica y distópica. Lynskey explora el fenómeno en que se convirtió la novela cuando se publicó por primera vez, en 1949, y las formas cambiantes en que se ha leído desde entonces, revelando cómo la historia puede orientar a la ficción y cómo la ficción a su vez puede influir en la historia”.

El ocaso de la democracia tiene una misión muy próxima a la creación de un Ministerio de la Verdad y Regeneración Política, para la «gente de bien» exclusivamente, en términos orwellianos. La derecha cerril y la ultraderecha crean, poco a poco y a modo de gota malaya, un “nuevo lenguaje”, equívoco casi siempre, para defender su supuesta Verdad con mayúscula, manipulando todo lo que toca, convirtiendo todo en el contrario que haga falta, sin escrúpulo alguno y utilizando la maquinaria orwelliana de la única verdad posible. Creo que se puede llegar a entender así, ya que los tres lemas del Ministerio de la Verdad de Orwell, (el lema del Ingsoc, acrónimo del “socialismo inglés” en la novela de Orwell), es decir, «La guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza», se pueden trasladar a cualquier partido totalitarista de corte de derechas y su más allá, como hemos podido visualizar y escuchar estos días atrás, en las reacciones desde amplios sectores de la derecha de este país a la carta a la ciudadanía enviada por el presidente Sánchez el pasado 24 de abril y su comparecencia posterior el día 29, en la que manifestó que va a trabajar «sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades«. Estamos asistiendo a una triste experiencia que va más allá de una distopía con visos de realidad, porque las derechas frecuentan un lema que me horroriza: “Quien controla el pasado controla el futuro”, es decir, no conviene en este país que se respete la memoria democrática, sino lo que ellos entienden por «concordia», porque los guardianes de la Verdad son ellos, a través de su propia policía del pensamiento político. Si hay que cambiar la verdad de la Historia se cambia, porque para eso está detrás la maquinaria del fango de los partidos de las derechas y su más allá. El totalitarismo social y político está cerca y estamos avisados. En el ocaso de la democracia, el Ministerio de la Verdad y Regeneración Política está para ellos más cerca.

Visto lo visto estos días pasados en el devenir político de este país, entro de nuevo en mi Clínica del Alma, mi biblioteca, para leer a  Marco Fabio Quintiliano, abogado y profesor de retórica, nacido en Calahorra en el siglo I d. C., porque es rotundo en su Instituciones oratorias (1), que personalmente hago extensivo a los nuevos oradores en el ámbito político: “Por lo común, el discurso manifiesta las costumbres y descubre los secretos del corazón, y no sin razón dejaron escrito los griegos que cada uno habla en público según la vida que tiene” (XI, 1), es decir, el orador será honrado si es creído o creíble, como manifiesta también en el mismo libro, en el capítulo IV, 2: “Nunca habla mejor el orador que cuando parece hablar con verdad”. Lo que de verdad me llama la atención en Quintiliano es la contundencia a la hora de unir oratoria con ética, tal y como lo demuestra de forma reiterada en su libro: “No separo el oficio de orador de la bondad moral” (II, 18),  “Porque no solamente digo que el que ha de ser orador es necesario que sea hombre de bien, sino que no lo puede ser sino el que lo sea. Porque en la realidad no se les ha de tener por hombres de razón a aquellos que habiéndose propuesto el camino de la virtud y el de la maldad, quieren más bien seguir el peor; ni por prudentes a aquellos que no previendo el éxito de las cosas, se exponen ellos mismos a las muy terribles penas que llevan consigo las leyes y que son inseparables de la mala conciencia. Y si no solamente los sabios, sino que también la gente vulgar ha creído siempre que ningún hombre malo hay que al mismo tiempo no sea necio, cosa clara es que ningún necio podrá jamás llegar a ser orador” (XII, 1).

El que quiera entender que entienda, pero necesitamos buena oratoria de hombres buenos y mujeres buenas para la regeneración de la política, que se instalen en la Verdad, para acabar con los escándalos y sonrojos parlamentarios. Lo que puedo asegurar es que hay que blindar la Verdad en el Congreso de los Diputados y en el Senado para responder de la mejor forma posible y no desde un Ministerio de la Verdad y Regeneración, no inocente, de la derecha cerril y ultraderecha, a la pregunta que deja entrever lo sucedido: ¿No será que no hablan bien algunos padres y algunas madres de nuestra patria, que mienten más que hablan, porque no son buenas personas? En Quintiliano quizás se puede encontrar alguna solución a esta realidad que nos asola.

(1) López Navia, Santiago A. (ed.), El arte de hablar bien y convencer. Platón, Aristóteles, Cicerón y Quintiliano, 1997. Madrid: Ediciones Temas de Hoy. Sobre la obra de Quintiliano, he utilizado la citada por el autor en su libro, Quintiliano, Instituciones oratorias, en la traducción de Ignacio Rodríguez y Pedro Sandier, editada en Madrid en 1916 por la Librería de Perlado y Páez, sucesores de Hernando, a la que se puede acceder online en la Biblioteca Virtual de la Universidad de Sevilla, en la siguiente dirección: Instituciones oratorias – Universidad de Sevilla (us.es), con alguna corrección sintáctica para facilitar la comprensión del texto.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

La curiosidad de Eva, fue por algo mucho más importante que una manzana

Sevilla, 3/V/2024

Se ha publicado recientemente un libro que me ha llamado poderosamente la atención, por una cuestión de principios y de creencias, La herencia de Eva, escrito por Carmen Estrada (Sevilla, 1947), una neurocientífica en su vida profesio0nal y filóloga clásica en su edad más madura, donde aborda una cuestión que siempre me ha preocupado, la relación entre ciencia y religión o creencias, muy bien descrita en una entrevista publicada en el diario El País, Carmen Estrada, neurocientífica: “Ciencia y Dios no pueden coexistir”, donde reivindica a través de la obra citada que el personaje bíblico de Eva es “un símbolo de curiosidad y humanismo”. La sinopsis oficial del libro, no deja lugar a dudas sobre este planteamiento de fondo y forma: “Con una emocionante mirada humanista, Carmen Estrada, catedrática de fisiología humana, investigadora en neurociencia y estudiosa del griego clásico, explora la historia de la ciencia, su papel en el desarrollo de nuestra cultura y el lugar que ocupa hoy, y sitúa los orígenes de esta actividad humana, natural, instintiva y hermanada con la filosofía mucho antes del nacimiento de la palabra ciencia, en los inicios de nuestra especie. En el camino, este ensayo relata, desde un punto de vista progresista y muy personal, las grandes colaboraciones y descubrimientos científicos, así como las maravillosas curiosidades que los rodean. Pero La herencia de Eva es también una crítica convincente a cierta manera de entender la ciencia como medio para alcanzar unos fines interesados, una poderosa defensa de su función social y un intento de comprender la situación incómoda a la que se ha visto abocada en la sociedad neoliberal y globalizada actual. Solo a través del humanismo científico, o de una ciencia humanista, podremos recuperar el papel central y de vanguardia que ha desempeñado la ciencia a lo largo de nuestra historia”.

El personaje de Eva, al desnudo, siempre me ha resultado muy atractivo como claro objeto de investigación, a la que me he aproximado en varias ocasiones en este cuaderno digital. Mi primera cita fue en 2007, cuando hice un planteamiento metafórico sobre la pareja bíblica por excelencia, Adán y Eva, donde dije que “… no fueron expulsados. Se mudaron a otro Paraíso. ¿Al de la ciencia? Esta frase formaba parte de una campaña publicitaria de una empresa que vendía productos para exterior en el mundo. Rápidamente la asocié a mi cultura clásica de creencias, en su primeras fases de necesidad y no de azar (la persona necesita creer, de acuerdo con Ferrater Mora) e imaginé -gracias a la inteligencia creadora- una vuelta atrás en la historia del ser humano donde las primeras narraciones bíblicas pudieran imputar la soberbia humana, el pecado, no a una manzana sino a una mudanza. Entonces entenderíamos bien por qué nuestros antepasados decidieron salir a pasear desde África, hace millones de años y darse una vuelta al mundo. Vamos, mudarse de sitio. Y al final de esta microhistoria, un representante de aquellos maravillosos viajeros decide escribir al revés, desde Sevilla, lo aprendido. Lo creído con tanto esfuerzo. Aunque siendo sincero, me sigue entusiasmando leer una parte del relato primero de la creación donde al crear Dios al hombre y a la mujer, la interpretación del traductor de la vida introdujo por primera vez un adverbio “muy” (meod, en hebreo) –no inocente- que marcó la diferencia con los demás seres vivos: y vio Dios que muy bueno. Seguro que ya se habían mudado de Paraíso”. Es lo que la ciencia nos ha legado con el paso de millones de años.

Con el paso de los años, abordé también la realidad de esta pareja y el papel trascendental de Eva, cuando me aproximé a desentrañar algo muy importante en la vida, por qué existe el bien y el mal, realidad social que la ciencia tiene problemas para justificarla desde el laboratorio de la vida, aunque a veces lo consigue, dialéctica mostrada a través de un libro sobre el que ya he reflexionado en alguna ocasión en esta páginas, La mente moral (1), en el que se intenta desentrañar el dilema de cómo la naturaleza ha desarrollado nuestro sentido del bien y del mal, porque al igual que damos valor a la plata, dado que en sí misma no vale nada, el mal nos hace daño porque así lo identifica el cerebro humano: “Creo que una obligación humana por excelencia es llegar al conocimiento de por qué tenemos que encontrarnos siempre con el gran dilema dialéctico del bien y del mal, así como de las consecuencias de las decisiones que tomamos a diario en las que siempre está presente y del que difícilmente aprendemos por acción o por omisión. Si alguna vez llegáramos a explicar la causa de la decisión u omisión ética de nuestro cerebro, por qué se producen algunas respuestas que no nos agradan o que incluso nos hacen fracasar en un momento o para toda la vida, viviendo un desposorio casi místico con la culpa, haríamos mucho más fácil la vida diaria porque al menos sabríamos a qué atenernos.

Hoy, nos agarramos como a un clavo ardiendo, a Dios, a la naturaleza, a la sociedad o a las personas, en cualquiera de sus múltiples manifestaciones, para justificar nuestras acciones, olvidando que nuestra gran máquina de la verdad, nuestro cerebro, guarda el secreto ancestral de por qué existe el bien o el mal y de por qué actuamos de una forma u otra. Maravillosa aventura para dejar de lado, definitivamente, el drama (¡con perdón!) de la serpiente malvada, tal como se recogió en las famosas diez líneas del libro del Génesis, en la tríada serpiente/Adán/Eva, que son “la quintaesencia de una religión que ha dado vueltas al mundo y ha construido patrones de conducta personal y social. Y cuando crecemos en inteligencia y creencias, descubrimos que las serpientes no hablan, pero que su cerebro permanece en el ser humano como primer cerebro, “restos” de un ser anterior que conformó el cerebro actual. Convendría profundizar por qué nuestros antepasados utilizaron este relato “comprometiendo” al más astuto de los animales del campo [en un enfoque básicamente machista de la ética del cerebro humano]. Sabemos que el contexto en el que se escriben estos relatos era cananeo y que en esta cultura la serpiente reunía tres cualidades extraordinarias: “primero, la serpiente tenía fama de otorgar la inmortalidad, ya que el hecho de cambiar constantemente de piel parecía garantizarle el perpetuo rejuvenecimiento. Segundo, garantizaba la fecundidad, ya que vive arrastrándose sobre la tierra, que para los orientales representaba a la diosa Madre, fecunda y dadora de vida. Y tercero, transmitía sabiduría, pues la falta de párpados en sus ojos y su vista penetrante hacía de ella el prototipo de la sabiduría y las ciencias ocultas. (…) Estas tres características hicieron de la serpiente el símbolo de la sabiduría, la vida eterna y la inmortalidad, no sólo entre los cananeos sino en muchos otros pueblos, como los egipcios, los sumerios y los babilonios, que empleaban la imagen de la serpiente para simbolizar a la divinidad que adoraban, cualquiera sea ella (2). Queda claro que la manzana fue harina del costal católico, apostólico y romano, por más señas.

En definitiva, surgen ahora más que nunca las grandes preguntas, cuando nuestros antepasados, Adán y Eva, decidieron cambiarse de Paraíso, hecho transcendental para la historia y que ha ido más allá que hacerlo por una triste manzana: ¿por qué somos buenos o malos?, o mejor, ¿por qué actuamos bien o mal?, incluso con extrema violencia, o peor todavía, ¿por qué cuando queremos hacer las cosas bien, salen mal, y además nos auto inculpamos o lanzamos las responsabilidades hacia los demás, sin com-pasión [sic] alguna? Los que hemos crecido en entornos nacional-católicos, apostólicos y romanos, lo teníamos fácil, en principio. Esas preguntas, que son terrenales para las iglesias, solo tienen una respuesta clara y contundente en la católica y la judía: la responsabilidad de actuar mal, cuando lo tuvimos todo a favor, para actuar bien, es de nuestros antepasados, Adán y Eva, que comieron de una manzana prohibida y desde entonces no hacemos otra cosa que sufrir el mal por todas partes. Así de sencillo (?).

La verdad es que hemos crecido desentendiéndonos poco a poco de estos esquemas, sin que Dios, curiosamente, nos recogiera a tiempo…, con escapadas históricas y lógicas hacia otro tipo de razonamientos, científicos por excelencia, gracias a la herencia de Adán y Eva, sobre todo Eva, mujer maldita para la historia, expuestos por Galileo, Darwin, Einstein y tantos otros científicos que nos los ofrecieron para justificar razones de la razón para comprender mejor nuestra existencia, la ética de nuestro cerebro, sin mezcla de religión alguna. Hoy, con la investigación exhaustiva de las estructuras cerebrales, con medios poderosos de laboratorio, nos atrevemos a hacer la pregunta sobre si la ética cerebral es instinto o aprendizaje, dejando la manzana maligna al margen, con el ardor guerrero de intentar encontrar respuestas coherentes con la inteligencia humana, con absoluto respeto a todas las personas que les sigue viniendo bien creer en la irresponsabilidad maldita de Adán y Eva, en su herencia.

El cerebro contiene un instinto básico que nos lleva a actuar bien o mal con patrones construidos hace millones de años. La estructura cerebral reptiliana que todavía permanece en nuestro cerebro guarda un gran misterio de millones años que debemos descubrir. Es probable que de esta forma sufriéramos menos en el difícil día a día de nuestra existencia y comprendiéramos mejor nuestros propios actos sorprendentes y, lógicamente, los de los demás, aprendiendo día a día qué es la com-pasión (el sufrimiento con o junto a los otros). Básicamente en términos de responsabilidad personal y social, sabiendo que “responsabilidad” es la capacidad de dar respuesta individual o colectiva, con conocimiento y libertad entendidos como sus dos elementos esenciales, a cualquier situación que se nos presenta en el acontecer diario. Bien o mal, y hasta qué grado de compromiso o consecuencia, es harina de otro costal. Quizá, de un conjunto de estructuras cerebrales en funcionamiento permanente, sin descanso, que todavía no conocemos, bajo el mando del cerebro reptiliano todavía presente en las llamadas respuestas éticas.

Ante todo lo expuesto, insisto de nuevo en la importancia de esta obra de Carmen Estrada, que recomiendo leer con el entusiasmo científico que ella la ha escrito, porque probablemente nos ayude a comprender bien el papel histórico que desempeñaron Adán y Eva en el primer relato de la creación y la importancia científica que tuvo, para ellos y para humanidad, la decisión de cambiarse de Paraíso.

(1) Hauser, Marc, La mente moral. Barcelona: Paidós Ibérica, pág. 17., 2008.

(2) Cobeña Fernández, J.A., Estereotipo machista 4: “¡mujer tenías que ser!”, 2007

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!  

En el trabajo diario, hay que ganar, junto al pan, la luz con el dolor de los ojos

Xulio Formoso: León Felipe

He venido a escuchar otra vez esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás el pan con el sudor de tu frente
“y la luz con el dolor de tus ojos”.
Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.

León Felipe, en El dolor (Ganarás la luz1975)

Sevilla, 1/V/2024

En el día internacional dedicado al trabajo, me acerco de nuevo al gran poeta español León Felipe, para encontrar un sentido a una celebración que este año, de acuerdo con las grandes organizaciones sindicales del país, se dedica a la lucha para alcanzar grandes objetivos laborales: “por el pleno empleo, menos jornada y mejores salarios”, a los que hoy agrego uno especial: “más luz por el dolor que a veces contemplan nuestros ojos”. Como este país es muy dado a no reconocer sus propios éxitos, creo que de justicia recordar que la afiliación a la Seguridad Social, ha alcanzado una cifra notable, de récord en los últimos quince años, de 21 millones de afiliados, pero sigue teniendo el contrapunto del paro, que según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), se ha situado en el 12,3%, en el primer trimestre de 2024. Junto a esta realidad, no hay que olvidar las cifras sobre condiciones de vida en este país, fundamentalmente por ese paro lacerante, según la reciente Encuesta de condiciones de vida (ECV), referida a 2023 y elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, cuyos resultados principales demuestran cuánto queda por hacer en relación con el trabajo digno para todos los ciudadanos y ciudadanas de este país. Ofrece datos que duelen, que nos hacen reflexionar sobre la imperiosa solidaridad que hay que demostrar a través de políticas sociales, las que se deben desarrollar por el Estado de Bienestar que defienda y proteja los gobiernos progresistas.

Si traigo hoy a colación, de nuevo, al poeta León Felipe, en un día tan especial, es porque la lectura de un poema suyo, El dolor, simboliza también el mejor homenaje a las personas que desean dar un nuevo sentido a la vida a través del trabajo digno, bien remunerado y desarrollado con todas las garantías de realización personal, más allá de reconocerse como meros “recursos humanos”, tal y como nos recordaba Eduardo Galeano, porque somos “seres humanos”, mucho más que nadies que necesitan trabajar a diario: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida… Con ojos que son fuentes del llanto y de la luz también.

El dolor

No he venido a cantar
No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra.
No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente
para que me canonicen cuando muera.
He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar,
por el río
y por la nube…
y en las lágrimas que se esconden
en el pozo,
en la noche
y en la sangre…

He venido a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.
Y también a poner una gota de azogue, de llanto,
una gota siquiera de mi llanto
en la gran luna de este espejo sin límites, donde
me miren y se reconozcan los que vengan.
He venido a escuchar otra vez esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás el pan con el sudor de tu frente
“y la luz con el dolor de tus ojos”.
Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.«

Muchas personas de este país, crecimos con el mensaje bíblico de las primeras palabras de Dios sobre el trabajo humano, aquello de “conseguir el pan con el sudor de la frente”, lo que nos permite comprender mejor a León Felipe, con sus palabras llenas de exilio interior y físico, porque una de sus razones laicas es que se puede ganar, con el trabajo digno, la luz para iluminar el día a día de nuestras vidas.

Todo lo expuesto tiene hoy un sentido especial, en el Primero de Mayo y su más allá, sin quitar un ápice de importancia a la luz que este tiempo tan complejo también lleva dentro. Sobretodo, cuando el trabajo de cada día, de cada uno, de todos, es digno.

NOTA: la imagen la he recuperado de https://periodistas-es.com/leon-felipe-medio-siglo-muerte-recuerdo-zamora-96579

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Elogio de José Mujica, un maestro de la regeneración política, que tanta falta hace en nuestro país

José Pepe Mujica, Movimiento de Participación Popular

El quid de la cuestión de triunfar en la vida es volver a empezar cada vez que uno cae. Y que, si hay bronca, que la transforme por la esperanza. Que luchen por el amor. No se dejen engatusar por el odio.

José Mujica, en la conferencia de prensa, celebrada el 29 de abril de 2024, en la sede del Movimiento de Participación Popular

Sevilla, 30/IV/2024

José Pepe Mujica, expresidente de Uruguay, anunció ayer que tiene un tumor en el esófago: Es un referente en mi vida desde hace muchos años y siento su situación actual, aunque leyendo su comunicación oficial sobre lo que le acontece en estos momentos, tomo conciencia de que sigue con una lucidez encomiable, como ejemplo de una auténtica regeneración política de la que deberíamos aprender en nuestro país, en este tiempo político actual tan complejo. Reproduzco a continuación su intervención en la conferencia de prensa de ayer, en la sede del Movimiento de Participación Popular, en Montevideo (Uruguay), del que es líder en la actualidad:

“Necesito informarles que el viernes pasado concurrí al Casmu a hacerme un chequeo. Resultado del cual se descubrió que tengo un tumor en el esófago, que es algo obviamente muy comprometido y que es doblemente complejo en mi caso, porque padezco una enfermedad inmunológica hace más de 20 años que me afectó, entre otras cosas, los riñones. Lo cual crea obvias dificultades para técnicas de quimioterapia o de cirugía. Todo eso lo están evaluando los galenos, haciendo análisis celular, para ver cómo sigue esta historia.

Yo les quiero transmitir que, en mi vida, más de una vez anduvo la parca rondando el catre. Pero me siguió pastoreando todos estos años. Seguramente que, por obvias razones, esta vez me parece que vengo con la guadaña en ristre. Veremos lo que pasa. Mientras tanto, mientras pueda, yo voy a seguir militando con mis compañeros, fiel a mi manera de pensar. Entretenido con mis verduras, con mis gallinas. Porque no se cambia de matungo [caballo] al final del río. Siempre he sido un terrón con patas y amo a la tierra. Y mientras el rollo aguante, voy a estar.

Quiero sí agradecerles y, además, transmitirles a las pibas y pibes de este país, a los jóvenes, que la vida es hermosa, que se gasta y se va. El quid de la cuestión de triunfar en la vida es volver a empezar cada vez que uno cae. Y que, si hay bronca, que la transforme por la esperanza. Que luchen por el amor. No se dejen engatusar por el odio. Si los llega a atrapar la droga, no se queden solos. Nadie se salva solo. Pidan colaboración, luchen. La única libertad está en la cabeza y se llama voluntad. Y si no la utilizamos, no somos libres. Esto hay que entenderlo.

Este desafío lo tienen las próximas generaciones. La vida es tan hermosa que no tiene sentido que la sacrifiquen por estupideces.

Por lo demás, estoy agradecido. Y al fin y al cabo, que me quiten lo bailado”.

En el buscador de este cuaderno digital se puede verificar que José Pepe Mujica es un referente para mí por su forma de entender y vivir la política digna. En este contexto, he elegido para publicarlo de nuevo hoy, el último artículo dedicado a él en 2023, Noam Chomsky y Pepe Mujica sobreviven en un mundo al revés, en el que intenté reflejar el elogio a su dignidad política, porque resaltaba la auténtica misión de un mandatario político. La vida es una dialéctica en la acción de cada día, que tiene su poso en la condición humana, centrada siempre, según Mujica, entre la defensa de la solidaridad frente al egoísmo. Sorprendente, pero estoy de acuerdo con Mujica en que nada de lo humano nos debe ser ajeno. Todavía resuena en mi alma de secreto la frase final de su discurso final de gobierno en febrero de 2015, convertido en un discurso de agradecimiento al pueblo uruguayo: “No me voy, estoy llegando, me iré con el último aliento y donde esté estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo”.

Pepe Mujica y su mensaje a la militancia
7 de diciembre de 2023

Por último, deseo compartir hoy, en un tiempo nuevo de regeneración política, una lección imprescindible en la escuela del mundo al revés, la de Galeano, a través de un mensaje a la militancia de su querido Movimiento de Participación Popular, que pueden escuchar atentamente a través del vídeo que acompaña a estas palabras. Me ha emocionado escuchar la palabra de Mujica que, afortunadamente, aún nos queda.

Noam Chomsky y Pepe Mujica sobreviven en un mundo al revés

Sevilla, 28/IX/2023

Siempre busco alternativas de salida en este mundo al revés y en esta ocasión he encontrado una interpretación de búsqueda de sentido vital y esperanza en un mundo mejor a través de la reciente publicación de un libro muy recomendable, Chomsky y Mujica. Sobreviviendo al siglo XXI, en un encuentro personal en la casa del expresidente uruguayo, donde los dos entablan una conversación transcrita posteriormente por el documentalista mejicano Saúl Alvídrez. Las teorías de Chomsky sobre significante y significado tuve que estudiarlas a fondo en mis años jóvenes, después enseñé sus teorías en la Universidad oficial y en la de la calle y, más tarde, las asumí en mi persona de secreto y en la de todos, en pocas palabras, integré su eterna dialéctica en mi vida, hasta que comprendí bien aquel ejemplo fantástico de que “una pipa no es una pipa” (de Magritte) sólo por el mero hecho de verla. Por otra parte, me preocupa desde mis años jóvenes algo que Michel Foucault tradujo en una reflexión impecable: “La razón política no está al lado del poder, sino en su límite, en su borde” o lo que es lo mismo, el poder no se posee sino que se ejerce y la política no es solo una cuestión de poder, sino también de resistencia y lucha contra el poder. Esta es la razón principal de por qué Mujica, sobre todo, está muy presente en estas páginas y, también, por qué leo y escucho siempre sus palabras, porque expresan qué significan poder y política en el siglo XXI, en un auténtico mundo al revés, el que expuso magistralmente Eduardo Galeano en sus clases virtuales de la escuela de este mundo tan inhóspito.

La sinopsis oficial del libro deja abiertas las puertas de la esperanza para muchas personas, jóvenes sobre todo, que la buscan desesperadamente: “Dos referentes mundiales del pensamiento contemporáneo se reúnen en este libro para conversar acerca de temas trascendentales que afectan a la humanidad y debatir alternativas de cara al futuro. Por un lado, José Pepe Mujica, un expresidente y exguerrillero que ha logrado una enorme popularidad internacional por su mensaje de austeridad, sabiduría y sentido común. Por otro lado, Noam Chomsky, el intelectual que revolucionó la lingüística para luego abordar una amplia gama de temas humanísticos y filosóficos de profunda actualidad. El documentalista mexicano Saúl Alvídrez logró reunirlos y generar el clima propicio para el intercambio fecundo de ideas. Del encuentro de estas voces surgen reflexiones que permiten un acercamiento a los grandes temas que el mundo actual está afrontando: las consecuencias del cambio climático, los males de la política, la corrupción, los populismos, la crisis del capitalismo y sus sucesivas mutaciones, la lógica de la economía de mercado y los problemas de la producción, entre muchos otros. Frente a la amenaza de un colapso civilizatorio, y ante las contradicciones de las alternativas de izquierda, Chomsky y Mujica apuntan a los valores que deben tenerse en cuenta para avanzar hacia un cambio sostenible. La democracia, la libertad, la vida con propósito, el amor y la amistad, como pilares desde los que construir un nuevo rumbo. Convencido de que las generaciones millennial y centennial han heredado una civilización ecológica, económica, política y socialmente insostenible, Alvídrez afirma que su misión es intentar amplificar la conversación pública entre los jóvenes y enfocarla a la solución de problemas globales”.

En el ánimo de que esta referencia sirva exclusivamente para leer el libro, sin adelantar por mi parte más contenido que el expuesto por la editora, cumpliendo una norma ética de protección intelectual de todos los participantes en la citada publicación, comparto con la Noosfera mi pensamiento sobre la estrecha relación entre razón y política, expuesta ya por mi parte en estas páginas, pero que no me pertenecen sólo a mí desde la perspectiva de conocimiento compartido. Esto es así porque determinados mensajes éticos se pueden descubrir en la Universidad de la Calle. En un viaje que hice en 2010 a la sierra de Cádiz, descubrí en un pueblo muy querido por mí la preciosa frase de Foucault, LA RAZÓN POLÍTIKA NO ESTÁ AL LADO DEL PODER [así, con K], en una pintada mural, sobre la que sentí en esas fechas la necesidad de escribir desde la perspectiva de la ética de la razón política, que hoy rescato en su fondo y forma a la hora de enfrentarme a la lectura de la conversación entre Chomsky y Mujica. ¿Qué quiso expresar el autor o autora de la pintada, en la vertiente de significantes y significados en este aquí y ahora, de ambos protagonistas de la historia, supervivientes de este siglo XXI? Me pareció muy sugerente el planteamiento reflejado en aquella tapia de la Universidad de la Calle, con unas reflexiones que escribí en los siguientes términos y que, hoy, trece años después, comparto de nuevo porque creo que no han perdido su valor:

– La razón es una oportunidad para el poder, no para cualquier poder, pero a veces éste huye de ella, porque poder y razón son contrarios que están obligatoriamente obligados a entenderse en determinadas ideologías. A desentenderse, en otras, cuando el poder está fundado en la manipulación del conocimiento, de la ciencia, de la política y de la religión. En la sinrazón (Chomsky).

– La razón política suele vivir desesperadamente junto al poder autoritario, porque es irreconciliable para determinadas poderes fácticos con gran ausencia de valores (a pesar de que ostenten el poder).

– La razón política de determinados ciudadanos hace crisis con determinados poderes. Es cuestión de principios y de valores, porque no todo vale.

– La democracia suele estar muy atenta a la razón política, pero no a cualquiera. Esta es la razón de los partidos. Y por qué hay que elegir a uno en concreto (todos no son iguales).

– La inteligencia política es la capacidad de ser ciudadanos aun estando rodeados del poder.

– La auténtica razón política puede hacer libres a las personas que no buscan estrictamente cualquier poder, porque sabe que es mal consejero en determinadas ideologías, dado que ninguna es inocente, afortunadamente (pero no todas son iguales, afortunadamente).

– La auténtica razón política suele viajar en patera, al lado de los yates en los que suelen viajar siempre los que dicen que todas y todos viajamos en el mismo barco.

– El poder es necesario para cambiar la sociedad forjada en valores humanos y sociales, construidos de forma responsable con razones políticas.

Hace tan sólo cinco meses recordé a José Pepe Mujica en este cuaderno digital, a través de unas palabras escogidas del discurso que pronunció en la entrega del título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), el 10 de abril de 2023: “La vida es hermosa porque es la aventura, pero como es algo cotidiano no le damos valor y no nos hacemos la pregunta de si la vida tiene un sentido y si debemos vivir detrás de un sueño o si debemos vegetar, dejando que el mercado la maneje. La disyuntiva de las almas jóvenes es elegir o no un rumbo. Y esa es una decisión”. Por esta razón y por muchas más estoy atento siempre a la relación de razón política y poder que transmite en cada una de sus palabras el expresidente de Uruguay. Excelente maestro que, junto a Chomsky, nos aseguran reflexiones en este libro preparado por Saúl Alvídrez, que no nos dejarán indiferentes en este mundo al revés que hay que transformar sin dilación alguna, navegando a diario por mares procelosos y cada uno con su razón política, su poder, en yate o en patera y que, afortunadamente, no es lo mismo.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Con tu puedo y con mi quiero, iremos juntos, compañero

Fotograma de la comparecencia del presidente, Pedro Sánchez, desde el Palacio de la Moncloa / 29/4/2024

[…] ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.

Mario Benedetti, Vamos juntos

Sevilla, 29/IV/2024

A las once de la mañana, cuando el presidente Sánchez ha saludado a la ciudadanía con un sonoro “buenas tardes”, quizás como una concesión a la hora malva de Garcia Márquez, por el largo camino andado estos días atrás, “nos ha dicho”, porque ciudadano soy al que iba dirigida su carta, que continúa en su cargo: “He decidido seguir y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España”. Es lo que yo, personalmente, quería escuchar hoy en beneficio del interés general para nuestra democracia, en “el después” más esperado en días de zozobra desde su carta a la ciudadanía del pasado miércoles, en la que anunciaba su retirada momentánea, en su residencia oficial de La Moncloa, prácticamente cinco días, para meditar sobre su continuidad o no al frente del Gobierno de este país tan dual y cainita.

Por esta razón, al comunicar el presidente su continuidad, siento la necesidad de compartir palabras de escritores, poetas y cantores de solidaridad activa sin límite, como un abrazo imaginario rodeado de palabras de agradecimiento, junto a millones de personas en este país, que estamos sufriendo de alguna manera los ataques furibundos al Gobierno legítimamente constituido, al Presidente y a su familia, por parte de las derechas y su más allá, precedidos de su artillería mediática por tierra, mar y aire.

Es el motivo por el que resuena hoy en mi mente, más que nunca, una canción de Luis Pastor muy escuchada y compartida en mis años jóvenes, Vamos juntos, que me marcó desesperadamente gracias a la composición de fondo creada por Mario Benedetti en su compromiso activo y porque ahora, más que nunca, ya no somos inocentes / ni en la mala ni en la buena / cada cual en su faena / porque en esto no hay suplentes, con una ideología concreta, que debemos gritar a los cuatro vientos, cada cual con su faena, porque entre todos tenemos que neutralizar con urgencia estos ataques desmedidos, disparados por diferentes “máquinas del fango”, sufridos por el Presidente, su familia y, por extensión ideológica, por millones de ciudadanos y ciudadanas de este país, artilugios que nos rodean a diario, no inocentes, a los que aludía Umberto Eco en su última obra publicada, Número Cero.

Audio de Mario Benedetti recitando Vamos juntos

Vamos juntos (Letras de emergencia, 1969-1973, Versos para cantar)

Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

compañero te desvela
la misma suerte que a mí
prometiste y prometí
encender esta candela

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas
pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.

De esta letra se desprende una actitud ante la vida, en permanente lucha y, salvando lo que haya que salvar, podemos llevarla al ámbito de lo que ha supuesto la situación denunciada por el presidente Sánchez en su carta, anteriormente citada:

[…] la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero […]

Luis Pastor, Vamos juntos

Es urgente actuar, pelear el ahora, ante las maniobras silenciosas y ruidosas de las derechas y su más allá, que activan a diario la maquinaria del fango, que trabaja sin descanso provocando el ocaso paulatino de la democracia en nuestro país. Esa es la razón de por qué hay que tomar conciencia de que esto no es tarea sólo del Presidente y de su Gobierno, sino de millones de demócratas de este país que, día a día, queremos construir un país libre y que mire a un presente y futuro más digno para todos. Estoy convencido de que todo sería más próspero si se abandonaran las luchas fratricidas y comenzáramos a escucharnos y dialogar sin límites. ¿Hay algo más hermoso en la vida diaria que comprender que con tu puedo y con mi quiero podemos hacer muchas cosas y avanzar en la dignidad política de cada día, que nos obliga por el mero hecho de ser ciudadanos responsables? La respuesta no está en el viento, a pesar de Bob Dylan. Aprenderíamos a perdonarnos y entender que perdonar es comprender y si la actitud de comprender es auténtica estoy seguro de que ya no habría casi nada que perdonar. Sería, sin duda alguna, la mejor vacuna contra el odio y la separación en este país tan cainita. Quizás, bastaría una sola dosis de reflexión para curarnos de la actual pandemia de odio al diferente, que nos azota y separa de la dignidad humana, porque pensamos siempre que el otro, casi por definición, no piensa igual que yo y, por tanto, no merece nuestro respeto. Aunque debemos tomar conciencia de que ya no somos inocentes / ni en la mala ni en la buena / cada cual en su faena / porque en esto no hay suplentes y porque para gozar el mañana / hay que pelear el ahora. ¿Cómo? Con tu puedo democrático y con mi quiero democrático, también.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

¿Qué significa “máquina del fango”?

Sevilla, 28/IV/2024

Umberto Eco ha regresado a nuestro imaginario español al haber sido citado en la carta enviada por el presidente Pedro Sánchez a la ciudadanía: “Sin ningún rubor, el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal, y los intereses que les mueven, han puesto en marcha lo que el gran escritor italiano Umberto Eco llamó la máquina del fango”. Este constructo se desarrolló conceptualmente en la última obra de Eco, Número Cero, publicada en 2015, que fue presentada en la Feria del Libro de Frankfurt, en 2014, con el título en inglés de That’s the press, baby (Es la prensa, cariño), en alusión a la frase de Humphrey Bogart “¡Es la prensa, encanto, no puedes hacer nada!”, en el papel de Ed Hutcheson, protagonista en la película Deadline (1952), El cuarto poder, en España.

Eco cita expresamente esta frase en su novela, concretamente en un capítulo que trata sobre las vicisitudes de cómo se elaboran dosieres o noticias como herramientas de desprestigio contra el adversario, utilizadas sobretodo en el ámbito político para deslegitimar a alguien, siendo suficiente divulgar que ese oscuro sujeto de odio, ha hecho algo para crear una sombra de sospecha que acaba extendiéndose como una mancha de aceite. En este capítulo se aborda cómo se puede arrojar fango sobre la adjudicación del contrato de limpieza de la residencia de ancianos Pio Albergo Trivulzio. Es escalofriante cómo describe en este contexto lo que significa un “dosier”, pieza fundamental que alimenta a las máquinas de fango: “Un dosier contiene recortes de prensa, artículos de periódicos donde se dice lo que todos saben. Salvo que no lo sabía el ministro o el líder de la oposición a quien va destinado, que nunca ha tenido tiempo de leer los periódicos, y lo toma como secreto de Estado. Los informes contienen noticias desperdigadas que luego la persona interesada tiene que elaborar, de modo que afloren sospechas, alusiones. Un recorte dice que Fulanito ha sido multado hace años por exceso de velocidad, otro que el mes pasado visitó una acampada de boy scouts, otro más que ayer se le vio en una discoteca. Se puede empezar perfectamente por ahí para sugerir que se trata de un temerario que se salta las normas de la circulación para ir a lugares donde se bebe, y que es probable, digo probable pero es evidente, que le gusten los jovencitos. Lo bastante para desacreditarlo. Y diciendo solo la pura verdad. Además, la fuerza de un dosier es que ni siquiera sirve enseñarlo: basta con hacer circular la voz de que existe y de que contiene noticias —digamos— interesantes. Fulanito se entera de que tienes noticias sobre él, no sabe cuáles, pero todos tienen algún esqueleto en el armario, y ya ha caído en la trampa: en cuanto le pidas algo, se avendrá a ser razonable”.

Desgraciadamente y como ocurre con las películas, cualquier parecido con la realidad de lo que está sucediendo últimamente en nuestro país, en lo narrado por Umberto Eco en Número Cero, no es pura coincidencia, algo que se desprende de la lectura atenta de su sinopsis oficial: “ ‘Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores’. Con estas credenciales se nos presenta Colonna, el protagonista de Número Cero, que en abril de 1992, a sus cincuenta años, recibe una extraña propuesta de un tal Simei: va a convertirse en redactor jefe de Domani, un diario que se adelantará a los acontecimientos a base de suposiciones y mucha imaginación, sin reparar casi en el límite que separa la verdad de la mentira, y chantajeando de paso a las altas esferas del poder. El hombre, que hasta la fecha ha malvivido como documentalista y en palabras de su ex mujer es un perdedor compulsivo, acepta el reto a cambio de una cantidad considerable de dinero, y arranca la aventura. Reunidos en un despacho confortable, Colonna y otros seis colegas preparan el Número Cero, la edición anticipada del nuevo periódico, indagando en archivos que esconden los secretos ocultos de la CIA, del Vaticano y de la vida de Mussolini. Todo parece ir sobre ruedas hasta que un cadáver tendido en una callejuela de Milán y un amor discreto cambian el destino de nuestro héroe y el modo en que sus lectores vamos a mirar la realidad, o lo que queda de ella”.

Lo expuesto anteriormente nos suena como muy cercano en nuestro país y con decenas de ejemplos a cual más deleznable. Es el neofascismo en estado puro. Se conoce bien cómo funcionan las máquinas de fango y ventiladores de maledicencia a pleno rendimiento, que tienen nombres y apellidos, que conocemos perfectamente. Lo importante es poder contrarrestar de forma ordenada su trabajo sucio, aunque ya sabemos que la frase de Bogart en El cuarto poder, “¡Es la prensa, encanto, no puedes hacer nada!”, encierra el secreto de los silencios cómplices y del conformismo execrable por parte de la ciudadanía teledirigida por redes sociales no inocentes, las derechas enfurecidas y su poder mediático en la actualidad.

Tal y como aprendí de la Cantata de Santa María de Iquique, sé que “con el amor y el sufrimiento se pueden aunar voluntades” ante tanto desmán, porque en democracia todos los medios de comunicación no son iguales y sus profesionales tampoco, por lo que hay que apoyar con todas nuestras fuerzas a los que hacen un periodismo digno y veraz ante tanta máquina de fango. Creo que es lo que nos pide ahora el presidente Sánchez en su carta, salpicado por el fango de esas máquinas perniciosas que debemos clausurar inmediatamente con la defensa de la verdad, la que nos enseñó Antonio Machado a buscarla, segundo a segundo, en el acontecer diario de nuestras vidas: “¿Tu verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

Los presidentes lloran también


Carta de Pedro Sánchez a la ciudadanía

Yo pensé también un día
que los hombres nunca lloran
porque es una cobardía
que ninguno debe hacer

que por mucho sufrimiento
que haya dentro de sus vidas
en los hombres hay heridas
que nunca se dejan ver

Raphael, Los hombres lloran también (1964)

Sevilla, 27/IV/2024

Hace 17 años publiqué en este cuaderno digital un artículo, Estereotipo machista 2: los hombres no lloran, tópico muy extendido en nuestro país y que a mí me marcó mucho en mi infancia. Lo he recordado especialmente, al verificar cómo han reaccionado muchos líderes políticos y tertulianos, las redes sociales y las derechas mediáticas también, a la “carta a la ciudadanía” enviada el pasado miércoles por Pedro Sánchez, ciudadano y presidente de este país, apoyados por el consabido mantra de que “de casa hay que salir llorados” (Puigdemont, dixit) o una variación sobre el mismo tema, “al trabajo hay que venir llorados”. Han agregado también, entre otras lindezas e improperios, que lo que ha hecho el presidente, al escribir esta carta, es hacer pública una rabieta propia de un adolescente (Feijóo, dixit). Nuestro mítico y universal cantante, Rafael, me ha recordado en pocas palabras que “yo pensé también un día / que los hombres nunca lloran / porque es una cobardía / que ninguno debe hacer”.

En fin, lo que viene a decir la derecha y su más allá ultramontano, es que un presidente “serio”, “de bien”, no llora, porque es de cobardes. En este contexto tan triste y desolador, vuelvo a publicar el artículo citado, porque creo que no ha perdido actualidad alguna y porque el presidente Sánchez, cuando está triste e incluso llora, merece nuestro respeto y comprensión. Sobretodo, porque en relación a lo que han hecho con las insidias contra su esposa, “aunque sea cobardía, cuando se ha querido bien, se diga lo que se diga”, demuestra con su carta que “los hombres [aunque sean presidentes] lloran también”.

Estereotipo machista 2: los hombres no lloran

Sabemos muy poco del llanto. Recuerdo, cuando era niño, que en mi casa sabían cómo provocar sentimientos contradictorios niño/niña para sentirme mal después de una caída en la calle, cuando llegaba a casa llorando porque el dolor era insoportable en las rodillas destrozadas, al grito unánime de varias mujeres que me rodeaban: «¡los hombres no lloran!». ¡Cuántas veces lo habré escuchado! Y así hemos crecido durante varias generaciones, desde una perspectiva de género muy confusa porque me lo decían las mujeres más queridas en mi vida, porque cuando lloraba mi hermana yo lo veía como lo más natural del mundo y porque cuando había que llorar en común en la clave del Padre Peyton: la familia que llora unida, permanece unida, todas las miradas de mi tía y abuela iban hacia mis ojos como espías impertérritas ante la radio “Philips” que presidía la repisa principal de la sala de estar, lanzando a los cuatro vientos a través de Radio Madrid las voces de las radionovelas, los seriales radiofónicos y los programas del tipo “Ustedes son formidables” y “Operación Clavel”, en los que tenía que reprimir mis emociones y sentimientos para no caer en el ridículo más espantoso. Además, si lloraba, era candidato seguro a ser “mariquita”, cuestión de la que ya estaba advertido por lo que pudiera pasar…, porque al único que se le permitía decir algo en tal sentido era al cantante Raphael, en la canción que abre este post: y aunque sea cobardía, cuando se ha querido bien, se diga lo que se diga, los hombres lloran también.

Y lo que puedo asegurar es que lloraba, tragándome las lágrimas de una represión colectiva que no me enseñaba a llorar adecuadamente, porque la preocupación estribaba más en la representación del llanto y casi nunca en su causa. Pesaban más los fárragos que las quintaesencias, en lenguaje casi arcano. Así hemos crecido. Por ello, en esta tarea de deconstrucción del cerebro, me encuentro con una realidad que voy a analizar desde la perspectiva de género. Y como siempre, voy a intentar explicar bien por qué llora el ser humano. Por qué lloramos todas y todos, sin excepción.

Lloramos, porque todos los seres humanos estamos preprogramados para ello. En palabras del Dr. Murube del Castillo, un gran experto en dacriología (dácrion en griego: lágrima), la ciencia que estudia la lágrima: “Hace 280-360 millones de años los peces crosopterigios comenzaron a salir frecuentemente de su medio acuático al terrestre, ya por la presión ecológica de otros animales, ya por vivir en charcas de desecación repetida. Así, surgieron los anfibios, uno de cuyos principales cambios fue la creación de un aparato lacrimal que mantuviese mojada permanentemente su córnea, ya que ésta necesita estar cubierta por una película lacrimal para su correcto metabolismo y para mantener una superficie ópticamente lisa. A lo largo de la evolución de las especies fueron apareciendo muchos cambios en el aparato lacrimal, entre los que están la aparición y perfeccionamiento de un sistema nervioso de conexión, que dio lugar a la lágrima refleja, y de un sistema nervioso de elaboración que dio lugar a la lágrima emocional”. Es decir, la evolución ha llevado a su expresión más desarrollada la estructura cerebral que controla también el llanto de los seres humanos y todos los procesos desencadenantes para su estudio e interpretación científica.

Tres tipologías de lágrima se estudian hoy en la investigación dacriológica: la basal, la refleja y la emocional. La lacrimación basal es la que el ojo produce en circunstancias normales, ejerciendo una función protectora en el globo ocular, de forma que lubrica su superficie, procurando a la córnea oxígeno y nutrientes para su metabolismo y finalmente mantiene en suspensión sustancias relacionadas con la defensa inmunitaria. La lágrima está compuesta en su mayor parte por agua, siendo los otros componentes lípidos y proteínas. La glándula lagrimal principal produce el 95% del componente acuoso de las lágrimas, siendo las glándulas lagrimales accesorias de Krause y Wolfring las encargadas de la producción del resto. La secreción lagrimal refleja es varios cientos de veces superior a la producción basal o de reposo, y está producida por la estimulación sensorial conjuntival y corneal superficial. El estímulo secretor que actúa sobre la glándula es parasimpático y produce secreción refleja en ambos ojos. También existe una lacrimación emocional que se produce siempre a través de una orden cerebral relacionada con determinados estados anímicos. 

De acuerdo con el Dr. Murube, “la lacrimación emocional es filogenéticamente muy reciente, y sólo existe en la especie humana. Hay 5 teorías para explicar su aparición, todas basadas en la transformación del lagrimeo en un reflejo condicionado asociado a la angustia del llanto: La compresión de las glándulas lacrimales al comprimir las glándulas con el blefarospasmo del llanto (Darwin 1872), la liberación catártica de un estímulo nervioso por vía parasimpático-lacrimal (Freud 1893, 1929), la humidificación del aparato fonatorio (Montagu 1969), el aclaramiento de productos biológicos liberados a la sangre por la emoción (Frey et al 1983), y la simbolización de la lágrima como manifestación de dolor, derivada de que el derramamiento de lágrima por lagrimeo reflejo se hace siempre asociado a dolor (Murube). La secreción emocional se admitía hasta el presente que se inicia a las pocas semanas o meses del nacimiento. Desde que se descompuso la lacrimal emocional en dos tipos, el de petición de ayuda y el de donación de ayuda (Murube et al 1990a), esta fecha queda asignada a la lacrimación de petición de ayuda, apareciendo la de donación de ayuda al acceso del uso de razón, es decir, entre los 5 y 7 años” (1). 

Daniel Goleman, en referencia a la lágrima emocional, sintetizó muy bien el proceso del llanto en su presentación mediática de la inteligencia emocional: “El llanto, un rasgo emocional típicamente humano, es activado por la amígdala y por una estructura próxima a ella, el gyrus cingulatus. Cuando uno se siente apoyado, consolado y confortado, esas mismas regiones cerebrales se ocupan de mitigar los sollozos pero, sin amígdala, ni siquiera es posible el desahogo que proporcionan las lágrimas” (2). Tal y como manifestaba en el post dedicado al gyrus cingulatus, “sus funciones básicas están centradas en proporcionar comunicación continua -es zona de paso y proceso continuo- desde el tálamo hasta el hipocampo, estructuras ya analizadas en la cartografía cerebral que estoy construyendo y que se puede volver a consultar para ir montando este puzle humano de cien mil millones de piezas, ninguna igual. El giro colabora con la memoria emocional, con reminiscencias muy primitivas cercanas al olor, al llanto y al dolor, es decir, esta realidad nos permite constatar que hace millones de años que el ser humano llora, sufre. Es también el lugar de control para el trabajo atencional ejecutivo y esta misma estructura cerebral recibe las aferencias desde las estructuras emocionales en red que se asocian con el malestar humano, procesan las respuestas al estrés y modulan la conciencia, expresión esta última a la que habría que dedicar muchas anotaciones en este cuaderno y que asumo como responsabilidad científica (3). En definitiva, existe una correlación causa-efecto, en el marco emocional de las personas, determinante para llorar. Además, al llorar hacemos una exhibición de lo que somos, siendo uno de los momentos estelares en la representación del llanto que alcanzan las actrices y los actores: “lloran como si fuera verdad lo que está pasando”, solemos decir.

A partir de estos planteamientos básicos, solo queda aceptar la realidad del llanto como patrón de conducta aprendido en la sociedad que rodea a cada persona. La investigación al respecto nació en la década de los años setenta del siglo pasado. En un estudio llevado a cabo en 2004 por el investigador y fisiólogo William Frey, autor del libro Llorar, el misterio de las lágrimas(4), ya se van acercando más hombres y mujeres al llanto común: 64 episodios de llanto como promedio anual para las mujeres y 17 para los hombres, lo que implica un volumen cuatro veces menor de lágrimas masculinas que femeninas. Asimismo, el informe señalaba que los hombres lloran un promedio de cuatro minutos por episodio, mientras las mujeres lo hacen durante seis o más. Pero, aunque, hoy, los hombres lloran sin pudor, los estereotipos de género siguen teniendo un peso decisivo. Al menos eso fue lo que manifestó otro estudio, que comprobó que las mujeres lloran más que los hombres si miran una película emotiva en compañía de alguien del sexo opuesto que cuando lo hacen con alguien del propio (5).

Las pocas veces que al fin pude llorar en mi infancia, recuerdos de Castilla, se interpretaban mis lágrimas con la dura expresión de “¡Lágrimas de cocodrilo!”, que nunca entendí en la razón última de su origen, porque precisamente nunca había podido vincular la firmeza del saurio con una debilidad tan extrema. Entre mujeres y cocodrilos crecíamos para ser personas. Luego supe que esta frase tenía una base cultural importante en nuestro país, porque según el propio Dr. Murube: “En el siglo XIII, Bartolomeu Angelicus escribió que cuando el cocodrilo encuentra a un hombre a la orilla del agua lo mata, si puede, después llora sobre él y, finalmente lo devora». De ahí nació la expresión de «lágrimas de cocodrilo», aquellas derramadas hipócritamente por quien hizo el daño. De todos modos, «hasta hace siglo y medio no se aclaró que la razón no es psicógena, sino de pura fisiología digestiva: el cocodrilo produce poca saliva, por lo que llora para que las lágrimas pasen a la cavidad orofaríngea y le sirvan para lubricar y deglutir el bolo alimenticio».

Siempre me ha impresionado cómo influyen los estereotipos sociales en estas manifestaciones machistas. Aquí en Andalucía tenemos un capítulo en la intrahistoria penosa de la erradicación de las culturas invasoras, cuando solo sabemos de las lágrimas de Boabdil en el «Suspiro del Moro» tal y como nos lo ha contado la historia hasta hoy en palabras de su madre: Llora como mujer lo que no supiste guardar y defender como un hombre. Sin embargo, poco han trascendido sus lágrimas del silencio, en una tumba del pueblo granadino llamado Mondújar. En esa tierra dejó Boabdil los restos mortales de la persona que amó tanto como a Granada, a su esposa Morayma, la mujer que se mantuvo fiel a su lado, que le dio dos hijos y que sufrió en silencio, tanto como él, su vida y reinado desdichado. Un ejemplo clarividente de aprendizaje y estereotipo injusto para la posteridad, de las niñas y niños que lloran en Andalucía.

Sevilla, 15/VII/2007

(1) Murube del Castillo, J. Mesa Redonda, 73 Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología – Granada, 1997 (recuperado de http://www.anatomiahumana.ucv.cl/estructura/modulo8.html).
(2) Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós, p. 39.
(3) González, C., Carranza, J. A., Fuentes, L. J., Galián, M. D. y Estévez, A. F. (2001). Mecanismos atencionales y desarrollo de la autorregulación en la infancia. Anales de psicología, vol. 17, nº 2 (diciembre), 275-286.
(4) William H.F. and Muriel, L. (1985). Crying, the Mystery of Tears. Minneapolis: Winston Press.
(5) Diaz Prieto, M. (2004). Los hombres lloran 4 veces menos que las mujeres. Sin embargo, dice un estudio, antes lloraban aún menos. La moda del varón sensible (recuperado de http://www.unsl.edu.ar/~dospu/archivos/llora.htm, el 12 de julio de 2007).

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

Cuando la paciencia de un presidente se quiebra y casi todo le falta

Carta de Pedro Sánchez a la ciudadanía

Debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia, dignidad a todos los hombres.

Pablo Neruda, Discurso en el acto de entrega del Premio Nobel (1971).

Sevilla, 26/IV/2024

En los tiempos que corren, donde las “crisis” políticas hacen mella por donde pasan, arrasando Estados, conciencias y personas, incluidos presidentes de Gobiernos que en el mundo son, me preocupa saber por qué se recurre tanto a la paciencia, virtud de la que se habla mucho y se sabe poco, sin tener que recurrir a la tradición religiosa de su identificación con la ensalzada por Santa Teresa de Jesús (1515-1582), en un soneto que ha hecho historia: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. ¡Sólo Dios basta! (Nada te turbe). Y porque estoy convencido de que la paciencia bien entendida, como otras tantas experiencias vitales, se construye en el cerebro y nada más, como signo evidente de salud mental.

He escrito en este cuaderno digital sobre esta realidad tan humana y cercana, razón por la que utilizo hoy, de nuevo, lo que denomino “escritura circular”. En este contexto, recurro una vez más al Diccionario de Autoridades porque es la primera vez que en España las palabras y los constructos se fijaron, brillaron y dieron esplendor a las situaciones vitales traducidas al lenguaje común en suelo hispano. Y, sorprendentemente, encuentro en pleno siglo XVIII una definición que no tiene desperdicio: la paciencia es la virtud que enseña a sufrir y tolerar los infortunios y trabajos, en las ocasiones que irritan y conmueven, para pasar inmediatamente el testigo a su origen divino: es uno de los frutos del Espíritu Santo, no localizándose la misma, es decir, la virtud, en el cerebro, por ningún sitio humano. Ya está, no hay que preocuparse de nada más, porque es una virtud que quien la alcanza demuestra noble y superior fortaleza. Además, en unas breves líneas, con la recámara teresiana, se sitúa el lugar de origen de esta manifestación de conducta humana: la paciencia todo lo alcanza, porque Dios no se muda, porque quien confía en él nada le falta. Solo Dios basta. Y para cerrar el círculo histórico, ahí tenemos el Libro, la Biblia, el “santo” Job, del que por cierto descubrí hace muchos años que tenía de todo menos paciencia, cuando contaba sus penas, que no alegrías: los terrores se vuelven contra mí, como el viento mi dignidad arrastra; como una nube ha pasado mi salud. Y ahora en mí se derrama mi alma, me atenazan días de aflicción (Job, 30, 15s), hasta el punto de que el joven Elihú le reprende y lo lleva de la mano para ser paciente (Job, 32-37), para que busque, curiosamente, la sede de la Inteligencia [sic]: huir del mal, claro objeto del deseo impaciente de Job, porque lo que declaraba como sede de la inteligencia: huir del mal, reaccionar ante cualquier tipo de agresión, resolver problemas, era un elemento diferenciador esencial de la búsqueda desesperada de la sede de la sabiduría: temer a Dios.

Con el respeto que debo siempre a la historia, fundamentalmente para aprender de sus errores y horrores que se han cometido, me he planteado si es posible averiguar dónde se aloja la paciencia en el cerebro y como se configuran las manifestaciones humanas de una realidad existencial que, al menos, la gran mayoría de las personas, conocemos como virtud. Gran empresa, sin ánimo de escribir las bases de un libro de autoayuda, que no me gusta nada. ¿Cómo nace la paciencia? Sin lugar a dudas porque el cerebro actual ha vencido al cerebro reptiliano, es decir, la corteza cerebral que configura hoy la realidad existencial de cada persona permite controlar los impulsos más primitivos de los seres humanos, de nuestros antepasados, que solucionaban cualquier beligerancia y adversidad (infortunios y trabajos) con agresividad total. Hay una realidad histórica: se han necesitado millones de años para “preparar” la configuración del cerebro que posibilite “tener paciencia” y “aprender” a convivir con ella si tener que llamarla necesariamente “virtud”, porque es una posibilidad que ofrece históricamente la estructura global del cerebro humano.

A la luz de lo expuesto anteriormente, surge una pregunta inquietante: ¿dónde reside la paciencia?, aunque para la ciencia existe una respuesta clara: en todas las estructuras del cerebro que interactúan para dar órdenes pacientes e impacientes a través de la corteza cerebral, reflejadas en la conducta implícita o explícita de cada persona, aprendida o genéticamente fundada, con un control férreo del sistema límbico donde se alojan las centralitas de los sentimientos y emociones, sabiendo también que los ojos están grabando permanentemente miles de ocasiones para provocar la paciencia e impaciencia, en un debate ético que hacen trabajar a destajo a las neuronas en lo que saben hacer: alimentar acciones humanas pacientes e impacientes en milisegundos. Sabiendo, que no descansan nunca a pesar de que dormimos y soñamos desesperadamente. Científicamente se sabe que las neuronas no se permiten nunca la licencia para descansar. A no ser que las obliguemos farmacológicamente a cambiar su rumbo desestructurado cuando, a veces, la impaciencia no nos deja vivir como personas y nos provoca algún trastorno mental que nos inhibe la posibilidad de ser y estar en el mundo dignamente.

Y yendo de mis asuntos a mi corazón, repaso, por último, el Diccionario de la Lengua Española en su última edición, encontrándome con definiciones de paciencia (del latín patientia) de amplio calado cultural: capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse, capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas, facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho, lentitud para hacer algo, resalte inferior del asiento de una silla de coro, de modo que, levantado aquel, pueda servir de apoyo a quien está de pie, bollo redondo y muy pequeño hecho con harina, huevo, almendra y azúcar y cocido en el horno, y tolerancia o consentimiento en mengua del honor. De todas ellas, me quedo con una: saber esperar, aunque sea con ardiente paciencia (Neruda). Creo que la propia necesidad cerebral de autoformarse a lo largo de la vida, con más de cien mil millones de posibilidades (neuronas) de hacer cosas y sentir nuevas vibraciones de sentimientos y emociones, acotadas en el tiempo vital de cada persona, son un reflejo de que las estructuras del cerebro necesitan a veces esperar, con más o menos paciencia aprendida o inducida genéticamente, para que nos mostremos tal y como somos, para que alcancemos nuestros proyectos más queridos y deseados, porque oportunidades tenemos de forma personal e intransferible a través de una estructura que dignifica por sí mismo a cada ser humano: la corteza cerebral que venció al cerebro original de los reptiles, otorgándonos genéticamente la posibilidad de ser inteligentes.

Aprendamos por tanto de ella, de su forma de ser en cada una, en cada uno. Por aquello de las posibilidades que se abren a través de las cadaunadas, de la ética del cerebro. Al fin y al cabo es lo que nos pasa a los que estamos viviendo e interiorizando lo expresado en la carta por Pedro Sánchez, el presidente, que envió el pasado miércoles, por la tarde, a todos los ciudadanos y ciudadanas de este país, en la que nos decía que estaba transido de dolor por las insidias de la derecha y su más allá, la ultraderecha, con nombres, apellidos y sus aparatos mediáticos a pleno rendimiento, que habían acabado con su proverbial paciencia y resistencia. Por estas razones lo entiendo y tomo conciencia de que la paciencia de un presidente también se quiebra y que, en este momento, casi todo le falta, por mucho que algunos le susurren al oído, con buena fe, las palabras actualizadas de Santa Teresa en su situación actual. Sin alterarnos más de lo debido, porque la vida a veces nos turba, nos espanta, porque estas situaciones pasan, porque el “dios” de cada uno se muda en la conciencia de muchas personas, porque la paciencia casi nada alcanza. Porque muchas personas no tienen a Dios, no tienen nada, todo les falta ¡Y sólo Dios no basta!

Al fin y al cabo, lo que aprendí de Pablo Neruda, cuando pronunció una frase gloriosa al finalizar su discurso en el acto de entrega del Premio Nobel, en 1971: «En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia, dignidad a todos los hombres». Ese es mi mensaje hoy para el ciudadano y presidente Pedro Sánchez, en mi ardiente impaciencia durante el tiempo de espera para conocer su decisión final.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!