Cosas de estío / y 10. Invencibles del siglo XXI

NELSON MANDELA

PODCAST 6: Cosas de estío / y 10. Invencibles del siglo XXI

Se está recordando especialmente en estos días de estío al presidente Mandela, Madiba. En tal sentido, he leído con atención el discurso que el expresidente Obama pronunció el pasado 17 de julio en Johannesburgo, con motivo de la celebración de la Conferencia Anual sobre Nelson Mandela, con un título sugerente: Seguid alzando la voz. Hay que leerlo detenidamente porque aporta ideas muy interesantes en un mundo convulso donde es imprescindible que identifiquemos a los invencibles de este siglo, aquellos en los que pensaba Mandela en su celda de castigo de Robben Island, leyendo el poema Invencible de William Ernest Henley. Solo recojo un fragmento de su discurso porque me parece muy representativo del mismo: “Nelson Mandela dedicó su vida a este largo camino hacia la libertad, la justicia y la igualdad de oportunidades. Al principio luchó por este lugar, su país, para terminar con el Apartheid y garantizar la igualdad política, social y económica de los ciudadanos no blancos y sin derechos de Sudáfrica. Sin embargo, gracias a su sacrificio, su liderazgo infatigable y, sobre todo, a su ejemplo moral, Mandela y el movimiento que encabezaba cruzó fronteras. Su figura encarnó las aspiraciones universales de las personas más desfavorecidas. Les insufló esperanza y les hizo ver que era posible una transformación moral en la conducta de los seres humanos”.

Afortunadamente y en el contexto de estos actos conmemorativos, la televisión pública nos ofreció en la noche del domingo pasado una reposición de Invictus, una película que tuvo muy buena acogida de público en el año del estreno en España, 2010, cuyo hilo conductor era la figura de Nelson Mandela y su intervención visionaria en el equipo de rugby de Sudáfrica en la Copa Mundial de Rugby celebrada en 2005, en la ciudad de Johannesburgo. La película, al estilo Eastwood, fuerza en algunos momentos la obra escrita sobre la que se construyó el guion, una publicación de John Carlin, El factor humano, de la que se cambió un hecho fundamental. El papel que entrega el presidente Mandela al capitán del equipo sudafricano de rugby, François Piennaar, en un momento clave de la película, en la primera entrevista institucional con él, con el poema del poeta inglés citado anteriormente, William Ernest Henley titulado Invictus, no es el que utilizó el equipo realmente como mensaje conductor para fortalecer su inspiración triunfadora. La realidad es que Mandela le entregó un fragmento del discurso del presidente Theodore Roosevelt en su visita institucional a París el 23 de abril de 1910, conocido como El hombre en la Arena, que exactamente decía lo siguiente, tal y como figura en la página 7 del discurso real de 35 páginas:

No es el crítico quien cuenta,
ni el que señala con el dedo
al hombre fuerte cuando tropieza
o el que indica en qué cuestiones
quien hace las cosas podría haberlas hecho mejor.
El mérito recae exclusivamente
en el hombre que se halla en la arena,
aquel cuyo rostro está manchado
de polvo, sudor y sangre,
el que lucha con valentía,
el que se equivoca
y falla el golpe una y otra vez,
porque no hay esfuerzo
sin error y sin limitaciones.
El que cuenta es el que de hecho lucha
por llevar a cabo las acciones,
el que conoce los grandes entusiasmos,
las grandes devociones,
el que agota sus fuerzas
en defensa de una causa noble,
el que, si tiene suerte,
saborea el triunfo de los grandes logros
y si no la tiene y falla,
fracasa al menos atreviéndose al mayor riesgo,
de modo que nunca ocupará el lugar reservado
a esas almas frías y tímidas
que ignoran tanto la victoria como la derrota.

Me ha recordado este hecho lo que aprendí hace muchos años de Bertolt Brecht: hay hombres y [mujeres] que luchan un día y son buenos, otros [y otras] luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los [hombres y mujeres] que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles. También, lo que Obama dijo en su discurso refiriéndose al presidente Mandela, Madiba: “Les voy a decir lo que creo yo. Creo en la visión de Nelson Mandela. Creo en una visión que era también la de Gandhi, Martin Luther King y Abraham Lincoln. Creo en una idea de igualdad, justicia, libertad y democracia multirracial, construida sobre la premisa de que todas las personas son iguales y nuestro creador dio a todas unos derechos inalienables (vítores y aplausos). Y creo que un mundo regido por esos principios es posible y puede lograr más paz y más cooperación en busca del bien común. Eso es lo que creo”.

Las personas que citó, incluido Mandela, fueron imprescindibles en su momento y lo siguen siendo todavía hoy. Invencibles, en definitiva, tal y como lo pensaba Mandela en su corazón y a los que necesitamos identificar hoy día más que nunca, alzando todos la voz para desterrar los silencios cómplices de cualquier tipo, leyendo en voz alta el poema Invictus que tanto ayudó a Madiba:

Más allá de la noche que me envuelve,
negra como el abismo insondable,
agradezco a los dioses que pudieran existir
por mi alma inquebrantable.
En las azarosas garras de la circunstancia
no me he lamentado ni he llorado.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza esta ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
yace el Horror de la sombra,
y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuan cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.

THE END

Sevilla, 24/VII/2018

NOTA: la imagen del presidente Mandela se ha recuperado hoy de: https://www.nelsonmandela.org/news/entry/wearing-mandelas-values

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