Agosto, en los inviernos chilenos de Pablo Neruda

Pablo Neruda

Sevilla, 4/VIII/2023

En un mundo al revés, lleno de contrapuntos diarios, he escogido hoy un soneto de Pablo Neruda como muestra de un derecho propio y maravilloso de la naturaleza, como es el invierno en estas fechas en Chile. Así lo interpretaba, cargado de sentimiento hacia la naturaleza de su país (soneto LXXIV, en Cien sonetos de amor):

El camino mojado por el agua de Agosto
brilla como si fuera cortado en plena luna,
en plena claridad de la manzana,
en mitad de la fruta del otoño.

Neblina, espacio o cielo, la vaga red del día
crece con fríos sueños, sonidos y pescados,
el vapor de las islas combate la comarca,
palpita el mar sobre la luz de Chile.

Todo se reconcentra como el metal, se esconden
las hojas, el invierno enmascara su estirpe
y sólo ciegos somos, sin cesar, solamente.

Solamente sujetos al cauce sigiloso
del movimiento, adiós, del viaje, del camino:
adiós, caen las lágrimas de la naturaleza.

Este maravilloso mundo al derecho, cuando se respeta la naturaleza, nos muestra una forma de aprehender la vida con sus contrapuntos. Ahora, en Chile, disfrutan de un tiempo ligado per se al invierno, como fenómeno natural en un país en el que ayer se alcanzaron 37ºC, un episodio de calor inédito que muestra a las claras qué está pasando con el cambio climático, ante el negacionismo que acompaña si piedad alguna al ocaso de la democracia, cubriendo de mentiras este mundo al revés. La noticia en prensa era así de inquietante: “Hubo un tiempo en Buenos Aires e incluso Santiago de Chile en que el frío podía ser algo más que una molestia. Eso ya es parte del pasado. Lo inédito y a la vez inquietanteviene de la mano de un calor en invierno, lo que es una contradicción a los que los especialistas comienzan a acostumbrarse. De hecho, el pasado martes se registraron 30ºc en la capital argentina, el valor más alto desde que el Servicio Meteorológico Nacional registra a diario las variaciones climáticas. Habría que remontarse a 1942 para encontrar un caso aproximado: 24,6 ºC. La localidad chilena de Vicuña, en la cordillera de la región de Coquimbo, a unos 450 kilómetros al norte de Santiago, anotó el mismo martes 37 ºC, la cifra más alta desde 1951. En varias ciudades uruguayas se registraron el miércoles temperaturas similares”.

Ante este fenómeno imparable del cambio climático, es probable que Neruda no hubiera podido realizar ahora estas afirmaciones tan bellas de su país, porque sus caminos no están ya mojados por el agua de agosto, por la pertinaz sequía que les invade, ya que no pueden brillar como si fueran cortados por la luna. Neblinas, espacios o cielos, no pueden ahora crecer con fríos sueños, sonidos y pescados. Tampoco el vapor de las islas combate ahora la comarca, ni palpita el mar sobre la luz de Chile. Es verdad que en el invierno chileno se esconden las hojas, porque la naturaleza es sabia en el florecer de la vida, atentos a lo que pase en esta realidad, que aquí en España o allá en Chile está avisando a un terco mundo que no quiere enterarse de lo que está pasando. Lleva razón el poeta cuando afirma que ciegos somos, sujetos al cauce sigiloso del movimiento, adiós, del viaje, del camino: / adiós, caen las lágrimas de la naturaleza. No porque lluevan ahora estas lágrimas, que no ocurre, sino porque la naturaleza tampoco lo puede expresar así por la pertinaz sequía que azota a este mundo al revés y porque está muy triste, empeñada en que la comprendamos y respetemos de una vez por todas, para que de verdad lo entendamos los humanos.

Me queda la palabra de Neruda en este verano/invierno dual, porque hasta que no se demuestra lo contrario, no detecto movimiento alguno en el cambio poético. Lo expresado por él, cuando lo escribió para el presente suyo y para la posteridad, nos sigue ayudando hoy a interpretar, lo que de verdad nos está pasando.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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