Sobre Rubiales, ¡disculpen mi ignorancia!

Jugadoras de la selección española de fútbol celebran el triunfo en Australia / SAEED KHAN

Sevilla, 29/VIII/2023

La imagen que encabeza hoy estas palabras lo dice todo: ese fue el auténtico beso de la noche, entre otros similares, el que habría que resaltar por encima de todo y de todos. Aunque lo que debía haber quedado en el imaginario popular del Campeonato Mundial de Fútbol Femenino, en Australia, en torno al éxito incontestable de la selección española, debía ser esta imagen y otras parecidas, los acontecimientos sobrevenidos no permitieron que fuera así. Por esta razón y en torno al llamado ya en medio mundo, “caso Rubiales”, no sé si en el otro medio también, que desgraciadamente ha dado la vuelta a este loco mundo al revés, he recordado algo que escribí en 2020 en este cuaderno digital, con motivo del fallecimiento de Maradona, cuando en cierta ocasión preguntaron a Jorge Luis Borges qué opinaba acerca de Maradona, a lo que el escritor -argentino como él- respondió: ¡Disculpen mi ignorancia! Cuando se lo contaron al jugador, hizo una jugada verbal perfecta y le devolvió la ironía de origen preguntando en qué equipo de fútbol jugaba Borges. Al escritor, todo lo relacionado con el fútbol lo sacaba de sus casillas: “La idea que haya uno que gane y que el otro pierda me parece esencialmente desagradable. Hay una idea de supremacía, de poder, que me parece horrible”. No llego a ese extremo de juicio, pero tengo que reconocer que el fútbol no me apasiona, aunque me asombra el seguimiento que tiene por millones de personas y el dinero que mueve, con frases de asombro vinculadas casi siempre a las cifras astronómicas derivadas de la compraventa de jugadores en los mejores mercados del mundo. Me reafirmo en el aserto de que todo necio confunde valor y precio. En estos días, ha recobrado un impacto mundial con el triunfo de la selección española femenina al ganar el campeonato del mundo y los hechos impresentables protagonizados por el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, apartado de su cargo por la FIFA, por unas imágenes que conocimos en directo celebrando el triunfo con una jugadora de la Selección, que se definen por sí mismas.

Tengo que reconocer una vez más que este deporte, junto a la música militar, nunca me supo levantar. Volviendo a Borges, recuerdo ahora que escribió en 1967 un cuento junto a Adolfo Bioy Casares con un título críptico, Esse est percipi (Ser es ser percibido, en Crónicas de Honorio Bustos Domecq), pero evidente en nuestros tiempos modernos del caso Rubiales. He vuelto a leer un fragmento del mismo: “El género humano está en casa, repantigado, atento a la pantalla o al locutor, cuando no a la prensa amarilla. ¿Qué más quiere, Domecq? Es la marcha gigante de los siglos, el ritmo del progreso que se impone”. Porque, agrega: “No hay score ni cuadros ni partidos. Los estadios ya son demoliciones que se caen a pedazos. Hoy todo pasa en la televisión y en la radio. La falsa excitación de los locutores, ¿nunca lo llevó a maliciar que todo es patraña? El último partido de fútbol se jugó en esta capital el día 24 de junio del 37. Desde aquel preciso momento, el fútbol, al igual que la vasta gama de los deportes, es un género dramático, a cargo de un solo hombre en una cabina o de actores con camiseta ante el cameraman”.

Reconozco que en relación con el fútbol soy un espectador ignorante. Ya lo decía Hans Magnus Enszerberger, escritor sobre el que he escrito páginas en este cuaderno digital, cuando hablaba de la ciudadanía “ignorante y molesta”, al referirse a las personas alejadas de las tecnologías de la información y comunicación, que no es mi caso, aunque hace ya mucho tiempo que entré -a juicio de muchas personas- en el colectivo de ovejas descarriadas de lo que está pasando y están viendo a través del fútbol, que ahora se traduce en una pregunta no inocente: ¿No te has enterado de lo de Rubiales?

Sí, me he enterado, ¡como para no hacerlo con el bombardeo mediático, a todas horas, que ha tenido el “caso”! Soy consciente de que lo que ha ocurrido ha dado, efectivamente, la vuelta al mundo, en un momento en que gracias a lo acontecido y a pesar de ello, el feminismo en el deporte en general, no sólo en el fútbol, alcanza ahora el protagonismo que en este país debió haber tenido hace ya muchos años, Percibimos en estos momentos y en torno al caso Rubiales algo de sumo interés, el gran espectáculo del fútbol en un mundo que ya no es lo que era, porque en su vertiente femenina es una ilusión colectiva muy importante y contagiosa, cuando los estadios representan también con ellas, a veces, un género dramático, como fue siempre, donde unos ganan y otros pierden, eso sí, con gran dolor de Borges. Ahora, todo es diferente con lo ocurrido con el caso Rubiales, porque el fútbol tiene la gran oportunidad de reinventarse, hacer que desaparezcan las estructuras machistas sempiternas, como es el caso de la Real Federación Española (yo diría que ahora “y Machista” también) de Fútbol, que debería removerse desde sus cimientos como ejemplo de que otra forma de entender la cultura del fútbol en nuestro país es posible. Si no ocurre esto, el caso Rubiales se quedará en una mera “patraña” que alguien interesado nos ha contado, la que preocupaba tanto a Borges en su cuento Ser es percibido.

Una cosa más sobre el caso Rubiales: ¡perdonen mi ignorancia sobre el oscuro mundo del fútbol en general!, donde los silencios cómplices están a la orden del día, pero hoy que no cuenten con el mío, porque lo digo alto y claro: el comportamiento de Luis Rubiales, como Presidente de la Real Federación Española de Fútbol me pareció impresentable en los minutos que siguieron al triunfo de la Selección Española desde el palco presidencial del Stadium Australia de Sydney, el pasado domingo 20 de agosto, con gestos obscenos de un machismo recalcitrante, un beso no consentido en su esencia y unos comportamientos exculpatorios inadecuados, por parte de un representante del país en el deporte de élite, en todo el proceso que siguió a estos acontecimientos y que se siguen produciendo hasta el día de hoy por parte del citado presidente suspendido, así como por su círculo de allegados.

Perdonen que diga finalmente lo que pienso al respecto por lo sucedido: el fútbol, el llamado “deporte rey”, junto con Rubiales y su equipo al frente, va hoy desnudo, como el protagonista del cuento de Andersen, a pesar del silencio cómplice de los que aplauden a rabiar estos comportamientos indeseables y fuera de lugar.

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de https://cadenaser.com/nacional/2023/08/21/cuanto-ganan-las-jugadoras-de-espana-por-la-victoria-del-mundial-2023-cadena-ser/

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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