Es urgente la respuesta ante los abusos sexuales en la Iglesia Católica y el papel de los poderes públicos

Sevilla, 31/X/2023

Una vez más, he sentido el síndrome de Bartleby el escribiente, a través de su famoso aserto, preferiría no hacerlo, es decir, mi contención a la hora de abordar un problema lacerante de la Iglesia Católica, los abusos sexuales, pero la respuesta tibia de ayer, por parte de la Conferencia Episcopal Española, me ha dado el último empujón ético para escribir la palabras que siguen. He necesitado unos días para conocer con el detalle que merece el documento que ha presentado el Defensor del Pueblo, “Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos. Una respuesta necesaria, con casi 800 páginas, dando cumplimiento a la encomienda recibida del Congreso de los Diputados tras la aprobación de una Proposición no de Ley (PNL), el 10 de marzo de 2022, que contó con el voto a favor de la mayoría de los grupos políticos de la Cámara Baja, redactada en los siguientes términos: “El Congreso de los Diputados encomienda al Defensor del Pueblo, Alto comisionado de las Cortes Generales para la defensa de los derechos fundamentales, que proceda a constituir una Comisión independiente, presidida por él, con el encargo de elaborar un Informe sobre las denuncias por abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos”.

Ante la citada petición parlamentaria, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo Pujol, de cuyo nombre quiero acordarme hoy, como signo de agradecimiento por el trabajo llevado a cabo bajo su dirección, que culmina con el citado Informe, afirma en la presentación del mismo, concretamente en el resumen elaborado a tal fin ante la abrumadora información que contiene el informe general, que “[…] es necesario dar una respuesta a una situación de sufrimiento y de soledad que durante años se ha mantenido, de una u otra manera, cubierta por un injusto silencio. Cabe decir que lo que ha sucedido ha contado con ese silencio, el de quienes pudieron hacer más, o de otro modo para evitarlo. Se subraya que no es cierto que todos lo sabían, pero es así mismo cierto que no es verdad que nadie lo supiera. El presente informe responde a una necesidad social, ética y política expresada por la ciudadanía. A la par, y esto es lo decisivo, responde a lo que las víctimas de abusos sexuales vienen requiriendo. Para empezar, ser escuchadas, atendidas y correspondidas. Ellas son el sentido primero, el sentido último y el sentido central de este informe. Lo que en última instancia pretende este informe es que se asuma la responsabilidad, lo que implica responder de, responder ante y responder a. Y esta respuesta necesaria exige que el presente Informe contribuya a una toma de conciencia aún mayor de la cuestión, y a dar efectivamente una respuesta a las víctimas, una respuesta exigida por ellas con buenas razones, y por la sociedad. Sin duda, este asunto tiene no poco de escandaloso. Lo es y lo sería aún más el pretender hoy no abordar lo sucedido, amparándose en la conciencia mal entendida de que pueden perjudicarse convicciones, valores o principios vinculados a las creencias de personas concretas, o de determinados sectores de la ciudadanía. Ahora bien, parece haberse asentado ya, incluso en no pocos de esos ámbitos, la percepción de que tratar de evitar el escándalo de que se conozca lo sucedido produciría un daño mayor, el mayor de los escándalos, el escándalo de lo silenciado, con repercusiones institucionales graves e imprevisibles. Y, desde luego, personales. Entonces, la conciencia social asentaría, con buenas razones, un verdadero juicio social. Porque, en todo caso, siempre ha de tenerse presentes a las víctimas y anteponerlas a cualquier otra consideración. Es necesario responder”.

Recomiendo la lectura, comenzando por el citado Resumen, para hacer más llevadera la comprensión de lo que allí se describe, con datos que se pueden corroborar de forma objetiva en el informe general y en los anexos correspondientes, porque creo que es la única forma de emitir juicios bien informados. Hoy, comprendo mejor que nunca las palabras atribuidas por Rafael Alberti a San Pedro en la Basílica romana de su nombre en relación con el ciudadano Jesús, al que recordamos todos los años en dos acontecimientos cruciales de su vida, el nacimiento y la muerte, para “salvar al mundo”. Pedro (Francisco hoy), como responsable de lo que pasa en la Iglesia con lo expuesto en el Informe citado y como símbolo también del Papa, cardenales y obispos varios, con un insoportable silencio cómplice de algunos príncipes de la cita Iglesia, porque todos no son iguales, creo que hoy diría de nuevo las palabras asombrosas escritas por Alberti ante tanto escándalo protagonizado por sus variados representantes en la Tierra, como bien se detalla en el documento:

Di, Jesucristo, ¿Por qué
me besan tanto los pies?

Soy San Pedro aquí sentado,
en bronce inmovilizado,
no puedo mirar de lado
ni pegar un puntapié,
pues tengo los pies gastados,
como ves.

Haz un milagro, Señor.
Déjame bajar al río;
volver a ser pescador,
que es lo mío.

Espero que la iglesia de “pescadores” en el río revuelto actual, que también existe, dé una respuesta digna a las víctimas de lo ocurrido, anteponiéndola a cualquier otra consideración. No hay lugar a duda alguna: es necesario y urgente responder, asumiendo previamente las responsabilidades correspondientes, tanto de la Iglesia como de los poderes públicos, que tampoco han hecho mucho por descubrir y atender dignamente esta dura realidad a lo largo de décadas de sufrimiento para centenares de miles de víctimas de los hechos constatados y descritos.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!