Cuando el cine nos ayuda a soñar y mirar de otra forma la vida

El mar será muy grande, muy ancho y muy hondo: ¡la gente va allí a bañarse! Yo no he visto nunca el mar. El maestro nos dice que iremos a bañarnos. Yo digo que no voy a ir porque tengo miedo de que me voy a ahogar.

Lucía Carranza, una alumna de la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba (Burgos), en el cuaderno El MarVisión de unos niños que no lo han visto nunca, enero de 1936.

Sevilla, 19/XI/2023

Anoche cumplí un sueño en el cine de gran pantalla, al contemplar, sentir y mirar detenidamente la mar imaginaria en una película imprescindible en los tiempos que corren, El maestro que prometió el mar, sobre la que ya he escrito en este cuaderno digital, donde se cuenta una historia que me conmovió al vivirla de cerca, la de un maestro, Antoni Benaiges Nogués, nacido en un pueblo de Tarragona, Mont-roig del Camp, en 1903, que ejerció su preciosa tarea en un destino rural desde 1934, concretamente en la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba, un pequeño pueblo de Burgos, de infeliz memoria por su trágico fusilamiento, llevado a cabo el 25 de julio de 1936, recién iniciada la guerra civil, siendo enterrado en una fosa común que todavía no se ha podido localizar, para mayor escarnio de sus familiares y allegados más directos, así como para la memoria histórica y democrática de este país.

Hoy, recordando esta trágica historia en mi memoria democrática y como muestra de respeto a tantos maestros y maestras de este país, que también fueron fusilados y vejados durante la guerra civil y años posteriores de la dictadura, he recuperado un relato de Eduardo Galeano en El libro de los abrazos, con un título programático, La función del arte, I, que también podría ser la del cine, porque resume bien lo que sentí durante toda la proyección:   

Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.  Viajaron al sur.  Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas dunas de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedo mudo de hermosura.  Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:

– ¡Ayúdame a mirar!

Es lo que aquellos niños y niñas de la Escuela Nacional Mixta de Bañuelos de Bureba, sintieron en los meses preparatorios para conocer ese mar que soñaban de diferentes formas y que dejaron plasmadas en su cuaderno monográfico elaborado artesanalmente en su pequeña imprenta artesanal, bajo la atenta mirada de su querido maestro, Antoni, a secas. Les ayudó a saber cómo era el encanto de su vida diaria y… el del mar, antes de verlo por primera vez, porque él les enseñó desde el primer momento a mirarlo. Ese cuaderno concreto tenía una fecha de edición: enero de 1936. Seis meses más tarde, la locura de la guerra civil acabó con todas las ilusiones de esos niños y niñas, forjadas durante días y meses de trabajo arduo y eficaz de su maestro. El 25 de julio de 1936, unos días después de su apresamiento infame, fue asesinado de un tiro en la nuca, de la manera más vil que se pueda imaginar, gracias al terrible silencio cómplice, que tanto detesto, de los salvadores de aquella patria y su bandera rojigualda, que no hicieron nada por evitarlo.

He recordado hoy estos hechos verdaderos, para que no se olviden ni siquiera un momento, en días aciagos para este país, en los que parece que no hemos aprendido nada de los trágicos sucesos de la pasada guerra civil, en un país tan dual y cainita por definición. Los niños y niñas de aquél pueblo, que fueron alumnos y alumnas de un maestro extraordinario, imprescindible para la historia de este país, como símbolo de otros muchos durante la guerra civil y los años posteriores de dictadura, que los ayudó a mirar la vida de otra forma, sintieron la necesidad de saber mirar el mar de la vida, porque soñar lo hicieron de forma expresa a través de sus redacciones en el cuaderno mágico que sus pequeñas manos imprimieron, uno a uno, sin descanso alguno y para la posteridad democrática de este país. En definitiva un ejemplo extraordinario para aprender a mirar, soñar y vivir democráticamente en común, en libertad y sin hacernos daño.

Tal y como finalizaba en mi artículo anterior, En memoria de Antoni Benaiges Nogués, un maestro imprescindible, escribo de nuevo estas palabras, con alma, para que no se olvide la maravillosa obra didáctica de este maestro rural, ni siquiera un momento, porque hay que decirlo alto, claro y fuerte: estamos avisados. Como ejemplo a secundar, podemos aprender y reforzar la historia democrática de este país, viendo esta película y leyendo una obra monográfica que ha servido para elaborar el guion de la misma,  El maestro que prometió el mar, una publicación coordinada por Francesc Escribano, difundiéndolas a los cuatro vientos para reforzar nuestra democracia, en momentos cruciales como los que estamos viviendo en la actualidad ante la legislatura progresista y de su futuro alentador, ya iniciada, cargada también de legítimas esperanzas. Como las que transmitió el maestro Benaiges a tantos niños y niñas de un pueblo burgalés, Bañuelos de Bureba, recordados hoy gracias a la magia del cine y de la memoria democrática, que nos enseñan hoy, una vez más, el arte de soñar y mirar.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad! 

Andalucía amarga, triste, por las listas de espera en su Sistema Sanitario Público

Rótulo de la calle Andalucía amarga, en el barrio de El Cerro del Águila, en Sevilla, al que tanto amó Salvador Távora (Sevilla, 1930-2019)

No te creas si te dicen que ya no sufre mi pueblo, porque aunque los pobres reímos y algunas veces cantamos, la procesión va por dentro.

Ricardo Cantalapiedra 

Sevilla, 18/XI/2023

No me refiero ahora de manera formal a la obra que Salvador Távora (Sevilla, 1930-2019) hizo famosa en 1979, Andalucía amarga, de feliz recuerdo ideológico por su acerado trato de la emigración en general y andaluza en particular, sino a una realidad lacerante en Andalucía, de fondo, desde hace ya bastantes años, en concreto, las listas de espera en atención especializada, que agregan mucha ansiedad a pacientes andaluces, al haber alcanzado porcentajes imposibles de asumir en muchos casos, afectando a la vida presente y futura, todavía más, a la vulnerabilidad física, psíquica y mental de muchas personas y familias en esta Comunidad. Abordo hoy esta cuestión “amarga” para Andalucía, porque ayer publicó el Ministerio de Sanidad los indicadores de la situación sobre las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud, a 30 de junio de 2023, “fecha a la que corresponden los últimos datos enviados por las comunidades autónomas, de acuerdo con lo establecido en el Real Decreto 605/2003, por el que se establecen medidas para el tratamiento homogéneo de la información sobre las listas de espera en el Sistema Nacional de Salud”.

Como una imagen vale más que mil palabras y los datos, a veces, no dejan ver el bosque del problema latente y manifiesto que intentan expresar, adjunto la tabla siguiente que aparece en el citado informe, donde a modo de resumen se puede comprobar la situación de Andalucía en la realidad manifiesta de su situación preocupante en relación con las listas de espera quirúrgica, a 30 de junio de este año: 192.561 pacientes, un 11% más que hace un año, superando todas las medias del país, tanto en la tasa por 1000 habitantes, 23,24%, como en porcentaje de espera que supera los seis meses, el 25,0%, y en tiempo medio de espera, que se eleva a 139 días, ocupando la Comunidad y, obviamente, su Sistema Sanitario Público, puestos de cola del país en esta estadística tan relevante para los habitantes de Andalucía.

Fuente: Ministerio de Sanidad – Sistema de información sobre listas de espera en el Sistema Nacional de Salud – SISLE-SNS – Junio 2023

Si preocupantes son en sí mismos los datos anteriores, todavía tienen más relevancia, por la incertidumbre que llevan implícita para los pacientes, las listas de espera en consultas de especialistas, que también tienen su reflejo en la siguiente tabla, donde Andalucía ha mejorado en relación con el año anterior, pero con unas cifras todavía muy alarmantes, elevándose a un total de 841.731 pacientes, con diferente distribución en función de las diez especialidades más relevantes, destacando sobre ellas las de Traumatología y Oftalmología, por este orden, con cifras elevadísimas también en número de pacientes por 1000 habitantes, 101,57, tiempo media de espera, 121 días, con situaciones muy desiguales, que alumbran un problema grave en algunas especialidades, como Neurología, 213 días o Dermatología y Traumatología, con 147 y 135 días de espera, respectivamente, así como porcentajes de pacientes que esperan más de sesenta días, muy elevados y que agravan la situación descrita en general, un 40,8% del total.

Fuente: Ministerio de Sanidad – Sistema de información sobre listas de espera en el Sistema Nacional de Salud – SISLE-SNS – Junio 2023

Creo que los datos anteriormente expuestos, que se pueden enriquecer con una consulta detallada del informe general elaborado por el Ministerio de Sanidad, del que he extraído estos datos referidos a Andalucía, traducen una realidad en Andalucía muy preocupante, junto a los indicadores principales en relación con estas listas de espera, una situación que se debería abordar con un plan de emergencia sanitaria a corto plazo, preferentemente con recursos propios, antes de seguir la senda de externalización continua de estos compromisos ineludibles mediante recursos privados, porque se ha convertido en un problema estructural que requiere una estrategia pública de amplio espectro. En estos momentos, hablamos de una realidad lacerante: más del 12% de la población andaluza, 1.034.292 de pacientes, está en una lista de espera sanitaria, algo que se puede constatar con los datos anteriormente expuestos de forma sucinta. Contrasta esta realidad con el silencio oficial de la Junta de Andalucía al respecto, con permanentes evasivas de origen técnico para justificar que desde hace más de año y medio no se faciliten datos que debería ofrecer de forma transparente la Consejería de Salud y Consumo, sin que tuviera que mediar al respecto petición ciudadana alguna. Es la única forma de que las ciudadanas y los ciudadanos de esta Comunidad pudiéramos emitir juicios bien informados sobre la situación real del Sistema Sanitario Público de Andalucía, que acusa daños estructurales, organizativos y económicos de importancia extrema, en un proceso paulatino de demolición de los principios públicos del Estado de Bienestar que lo sustentan. Con situaciones como las descritas anteriormente, tengo que reconocer que me entristece transitar por las calles de la Andalucía amarga, a las que no olvido, ni siquiera un momento.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

La política no debe hacer daño a nadie

¿Cuántas iglesias tiene el cielo?
¿Por qué no ataca el tiburón a las impávidas sirenas?
¿Conversa el humo con las nubes?
¿Es verdad que las esperanzas deben regarse con rocío?

Pablo Neruda, Libro de las preguntas, IV

Sevilla, 17/XI/2023

En política, como en casi todos los órdenes de la vida, unos ganan y otros pierden, pero de lo que estoy convencido es de que la política no debe hacer daño a nadie, porque la función principal de la democracia, de la que derivan las estructuras y funciones políticas, es hacer posible la convivencia y la consecución de objetivos que permitan llevar a cabo los principios de libertad, equidad y justicia social para todos, sin excepción alguna. El bienestar común, en definitiva. Lo dije el día después de las elecciones del pasado 23 de julio, donde hubo un hecho claro y contundente mediante el resultado obtenido en las urnas: el conjunto de la llamada izquierda progresista sacó un número mayor de votos que las derechas juntas y en unión, ´defendiendo la bandera de la santa tradición´ y, por tanto, de lo que se trataba a partir de ese momento es de que, de verdad, la política no hiciera daño a nadie.

Han pasado casi cuatro meses y los resultados se concretaron ayer con la elección del nuevo Presidente del Gobierno, legítimo, por mayoría absoluta, gracias a los votos emitidos en el Congreso de los Diputados. Por esta razón, a partir de ese momento estamos todos obligatoriamente obligados a aceptar el resultado, porque así lo ordena la democracia y la Constitución de nuestro país. Una vez más, sigo recordando una canción muy breve interpretada por Aguaviva, Ni yo tampoco entiendo (1975), con letra del poeta malagueño Rafael Ballesteros, que procuro aplicarla todos los días, en democracia, por su mensaje final: todos, sin excepción, estamos obligatoriamente obligados a entendernos: partidos políticos y ciudadanía, casi por igual, tanto monta monta tanto, porque los votos son de los ciudadanos que votan a sus representantes legítimos, diputados y diputadas, en este caso. Sobre todo, porque hay una finalidad casi sagrada: pretendemos, con nuestro voto, ser dueños de nuestro destino, algunos con más ensoñación democrática de su destino que otros, a pesar de todo: […] El tema 83, la democracia, / el ácido sulfúrico, los ceros, el tacón, / las hambres, el casamiento / orgánico. / De este mundo los dos sabemos poco. / Y sin embargo, estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo. 

Al vivir en un país en el que funciona la democracia representativa, ahora toca de nuevo a los representantes a los que hemos delegado nuestros sueños y deseos más legítimos, tomar la responsabilidad de entenderse entre ellos, a pesar de lo que hemos visto y vivido en estos cuatro meses hasta llegar a la elección del nuevo Presidente del Gobierno -vuelvo a insistir que de forma legítima– por si cabe alguna duda, que la hay. Están obligatoriamente obligados a hacerlo en beneficio del país, de todos. La izquierda sabe que con el triunfo obtenido ayer, porque en los gobiernos es donde se hace posible la transformación de la sociedad de la mejor forma posible, por su capacidad legislativa, hay una palabra mágica que no hay que traicionar: unidad, para no ser vencidos. Eso sí, sin esperar milagros, porque es suficiente con que la política no haga daño a nadie, que es el principal ´milagro´, terrenal y cercano, como decía mi admirado escritor Manuel Rivas en su columna del domingo electoral de 26 de mayo de 2019, en el diario El País, hablando de lo que hace verdaderamente daño a la política, nacional y europea: “Hay mucha gente desencantada de la política, tal vez porque tenía de ella una visión providencial. Yo no estoy desencantado, ni encantado, porque no espero milagros. Me parece suficiente milagro una política que no haga daño. Aunque imperfecta, que no cause desperfectos. Que no penalice la libertad, que no normalice la injusticia, que frene la guerra contra la naturaleza. Una política que no se nos caiga encima”.

No espero milagros en esta nueva Legislatura, pero sí la continuidad del blindaje del Estado de Bienestar, que tanto he defendido a lo largo de los años de vida de este cuaderno digital, a través de un gobierno progresista que frecuente un presente y un futuro más amables para el país, sin discriminación alguna, pero con la imprescindible salvaguarda de la equidad en todo los terrenos posibles, sin dejar a nadie atrás, fundamentalmente a los que menos tienen, a los nadies señalados y defendidos por Eduardo Galeano, como los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida…  Igualmente y como utopiano de pura cepa, sigo pensando que las ideologías progresistas seguirán marcando el curso de la historia, tal y como lo expresó de forma excelente el filósofo George Lukács en El asalto a la razón: “[…] no hay ninguna ideología inocente: la actitud favorable o contraria a la razón decide, al mismo tiempo, en cuanto a la esencia de una filosofía como tal filosofía en cuanto a la misión que está llamada a cumplir en el desarrollo social. Entre otras razones, porque la razón misma no es ni puede ser algo que flota por encima del desarrollo social, algo neutral o imparcial, sino que refleja siempre el carácter racional (o irracional) concreto de una situación social, de una tendencia del desarrollo, dándole claridad conceptual y; por tanto, impulsándola o entorpeciéndola” (1).

La mediocracia, es decir, el gobierno de los mediocres, está haciendo estragos por donde pasa y ya está instalada en el país como actitud política, siendo conscientes, atendiendo a lo expuesto por Jorge Wagensberg en un aforismo que no olvido, que lo mediocre es peor que lo bueno, pero también es peor que lo malo, porque la mediocridad no es un grado que pueda mejorar o empeorar, es una actitud, dado que todo mediocre cree haber descubierto lo que es poder: poder es poder hacer sufrir. Por esta razón concreta y visto lo visto con las derechas y ultraderechas, cerriles y mediocres por definición, me corresponde a partir de hoy, el día después, como ciudadano que defiende el Estado de Bienestar a ultranza, para todos y sin discriminación alguna, descubrir y desenmascarar las maniobras oscuras de la mediocracia con poder, especialistas en hacer daño, sin esperar que vengan los demás a solucionarnos los problemas que nos rodean y, para decirlo bien alto y claro, porque todos no somos iguales y porque estoy convencido de que la política no debería hacer daño a nadie. Sólo debe existir esta igualdad ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, como dice el Artículo 14 de la Constitución. Aunque dentro de unos días, cuando la mar política esté en calma y la dirección de la mina democrática en la que vivimos no sufra más sobresaltos, tengamos que volver con la cabeza bien alta a la contramina o a la sala de máquinas en la que tanto nos gusta trabajar, para seguir navegando y cavando en la igualdad que tanto necesitamos todos para alcanzar la libertad, sin excepción alguna. De lo contrario sucederá lo que ya nos advirtió Benedetti sobre los peligros del conformismo y la mediocridad: sin pensar uno ahorra desalientos / porque no espera nada en cada espera / si uno no piensa no se desespera / ni pregunta por dónde van los vientos // la mente se acostumbra a ese vacío / no sabe ya de nortes ni de sures / no sabe ya de invierno ni de estío (2).

Una cosa más. Hoy, en el día después, con el triunfo progresista de ayer, al salir adelante un proyecto progresista para el país, que sólo se podrá llevar a cabo mediante el nuevo Gobierno de coalición, pienso, junto a Pablo Neruda y soñando despierto como utopiano irredento, dar una respuesta clara y objetiva a una de sus preguntas, en su libro de referencia (3): con el compromiso social activo de cada uno, de cada una, se puede regar todos los días con rocío la esperanza de vivir en este país, formando parte de un mundo diferente, equitativo, solidario y perfectamente posible.

(1) Lukács, G, El asalto a la razón, Barcelona: Grijalbo, pág. 5. 1976.

(2) Benedetti, Mario, Soneto del pensamiento, en Testigo de uno mismo. Madrid: Visor Libros, pág. 122, 2014 (2ª ed.).

(3) Neruda, Pablo, Libro de las preguntas, Barcelona: Seix-Barral, 2018.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

¡No uséis el nombre de Antonio Machado en vano!

Hoy es siempre todavía

Antonio Machado, en Proverbios y cantares, VIII (Nuevas canciones, 1917-1930).

Sevilla, 16/XI/2023

Ayer, salvando lo que haya que salvar en el momento actual, con el trasfondo bíblico de lo expresado en el título, se citó al poeta Antonio Machado en la sesión de investidura de la presidencia al Gobierno del país, en primer lugar por el candidato en nombre del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, en el contexto de su justificación política del abordaje de la amnistía para la normalización institucional, política y social de Cataluña, no como afrenta a la Constitución sino como una muestra de fortaleza, a través de la concordia y la reconciliación, “porque es posible y porque, como dijo el genial Antonio Machado: ‘Hoy es siempre todavía’”. Al intervenir en su turno de réplica el representante del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, comenzó la misma aludiendo a la frase de Machado, citada por el candidato socialista, diciéndole exactamente: “No le ha hecho ningún favor a don Antonio. ¿Hasta en las citas miente usted? Dice: ‘Hoy es siempre todavía, todavía la vida es ahora’. Y omite: ‘Y ahora, ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos’. Esta es la cita completa, señor Sánchez. Ahora es el momento de cumplir los compromisos que nos hicimos”.

Lo verdaderamente sorprendente vino después en la contrarréplica del candidato socialista, cuando aclaró a Feijóo lo siguiente: “La cita de Machado es una cita válida. El añadido que usted ha hecho desde esta tribuna fue una adaptación del cantautor Ismael Serrano”, tal y como el cantor acababa de explicar en la red social “X”: “No es por darme el pisto. Pero ese añadido no es de Machado. Es de un servidor. Forma parte de la presentación que hice de la canción ‘Ahora’ en la grabación de un concierto en vivo (‘Principio de Incertidumbre’)”. La cita verdadera fue la del candidato socialista, Hoy es siempre todavía, tal y como Antonio Machado lo había publicado en octavo lugar en sus Proverbios y cantares, dedicados a José Ortega y Gasset y recogidos en Nuevas canciones (1917-1930). A la luz de lo expuesto, lo manifestado por el representante del partido popular, fue un uso en vano del verso del poeta.

Creo que lo que sucedió no debe quedar como un desliz o una anécdota sin más, porque lo que transmite es una afrenta a la cultura, un insulto a la inteligencia digna y una falta de respeto memorable en relación con el significante y significado de la vida y obra de Antonio Machado, todavía hoy, en nuestro país. Es proverbial esta actitud de las derechas locales, que no sólo ignoran o tratan la cultura como pariente, hasta censurarla y tacharla de sus programas políticos cuando haga falta, sino que se utiliza en vano lo dicho en la vida y obra de sus representantes más insignes, como ha sido este caso, verdaderamente vergonzoso y vergonzante, que retrata a un político que se considera de “altura”, “de bien”. Es lo mismo que cuando estos días, en las manifestaciones de las derechas y ultraderechas ante la sede del PSOE, en la calle Ferraz, en Madrid, así como en otras localizaciones por todo el país, escucho y veo una frase, El pueblo unido jamás será vencido, a voz en grito o en pancartas, que llevo grabada en mi corazón, formando parte de la banda sonora de cualquier persona de izquierda y que nos suena siempre de una forma especial. Si lo traigo a colación hoy, unido a la cita de ayer de Machado, corregida lamentablemente por el representante popular, es por la utilización torticera actual de estas canciones, sus letras y su música, así como citas literarias o versos sacados de su contexto, muchas veces en actos políticos de todo cuño, llevados también a la mercadotecnia pura y dura, descontextualizándolo todo de forma no inocente y vaciándolo de su auténtico sentido primigenio.

Dentro de las aportaciones cada día más necesarias en pedagogía política o política pedagógica, que no es lo mismo, como pequeño homenaje al sentido primigenio de las grandes aportaciones democráticas a la cultura de la igualdad y solidaridad mundial, conviene recordar que la canción El pueblo unido, jamás será vencido, es una canción protesta chilena popularizada por el conjunto Quilapayún, que tantas veces he citado en este blog: “El título de la canción estaría inspirado en la frase del líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán pronunciadas en un discurso en la década de 1940, siendo popularizada por manifestantes de la Unidad Popular durante el gobierno socialista del presidente chileno Salvador Allende a comienzos de la década de 1970. Según el propio Sergio Ortega Alvarado, éste compuso la canción inspirándose inicialmente en un joven que gritó la conocida frase mientras él se dirigía caminando a su casa, en Santiago de Chile, en junio de 1973. La canción fue grabada por primera vez en Chile en 1973 durante un masivo concierto de Quilapayún en la Alameda de Santiago,​ sólo tres meses antes del Golpe de Estado de Augusto Pinochet que derrocó a Allende y dio inicio al periodo de dictadura militar. Poco antes de dicho concierto, Salvador Allende había nombrado a Sergio Ortega Alvarado como Embajador Cultural del gobierno de la Unidad Popular, cargo que compartió por un breve tiempo con Víctor Jara, quien fue asesinado días después del Golpe Militar” (1).

No es lo mismo leer y comprender el sentido de los versos de Antonio Machado o cantar canciones de protesta, conociendo su letra y contexto histórico, que parafrasearlas con letras imposibles, citarlas en Parlamentos de forma equivocada para insultar al contrario, muy lejos todo ello de su verdadero significado. No es lo mismo, porque hoy, como símbolo de que todos no somos iguales, tomamos conciencia de que el nombre de este poeta no se debe usar en vano en las circunstancias políticas actuales, al margen del contexto en el que fue utilizada la frase de forma acertada por el candidato a la Presidencia del Gobierno. Así lo he sentido y así lo escribo hoy para quien lo quiera compartir en estos momentos de confusión de ideologías y principios éticos para personas dignas, en días en los que se adultera todo, la poesía también, a cualquier precio. Es verdad y así lo creo porque, gracias a la democracia, hoy es siempre todavía. Por tanto, queda claro que nunca se debe utilizar la poesía y el nombre de Antonio Machado en vano.

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/El_pueblo_unido_jamás_será_vencido

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UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

En democracia, no hay que cultivar odio en el jardín de la libertad

José Mujica – Discurso de despedida y renuncia a su escaño de senador – Octubre 2020

Sevilla, 15/XI/2023

Hoy comienza el debate de investidura del que saldrá el nuevo presidente del Gobierno, el maltratado y vilipendiado Pedro Sánchez, actual presidente en funciones y ariete de las derechas cerriles y ultramontanas. Es un día en el que deberíamos comprometernos en democracia a no azuzar el fuego de la violencia política verbal y de calle, sino cuidar el jardín personal y colectivo, para que en él nunca se cultive el odio.

Aprendí esta reflexión de José (Pepe) Mujica en su discurso de despedida y renuncia a su escaño en el Senado de Uruguay, en octubre de 2020, del que resalto -por nuestro aquí y ahora- sus palabras contra el odio y la necesidad de conocer qué significa hoy la libertad para la Política con mayúsculas, con una tarea que está por encima de otras: luchar por la felicidad humana, aunque parezca hoy una quimera, según sus propias palabras.

En el texto y contexto de su discurso, expresó un canto al diálogo y convivencia política entre desiguales y con posturas antagónicas: “Yo tengo mi buena cantidad de defectos, soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una lección que me puso la vida: el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad ante las cosas, el odio es ciego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye. Una cosa es la pasión y otra el cultivo del odio”.

Deberíamos tomar nota todos, sin excepción, de esta reflexión en tiempos tan complejos como los actuales. Mujica nunca lo tuvo fácil, tildado de terrorista durante muchos años, por lo que sufrió torturas, prisión y cárcel: “En política no hay sucesión, en política hay causas y los hombres pasamos y las mujeres pasamos, todos pasamos, algunas causas sobreviven y se tienen que transformar y lo único permanente es el cambio. La biología impone cambios, pero también tiene que haber una actitud de cambio, de dar oportunidad a nuevas generaciones. Construir, ayudar a construir el porvenir, ya que la vida se nos va y es inevitable pero las causas quedan. Por eso, he pasado de todo en la vida: estar 6 meses atado con alambre con las manos en la espalda, irme de cuerpo por no poder aguantar en un camión, ni estar dos días o tres, estar dos años sin que me llevaran a bañarme y tener que bañarme con un frasco, con una taza de agua, con un pañuelo. He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie y le quiero transmitir a los jóvenes que hay que darle gracias a la vida, triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es levantarse cada vez que uno cae”.

No vendría mal recordar hoy estas palabras en el Congreso de los Diputados, en todas y cada una de las sesiones de debate que culminarán mañana con la votación para elegir al nuevo presidente del país. Mujica lo resumió muy bien en pocas palabras: “el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad ante las cosas, el odio es ciego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye. Una cosa es la pasión y otra el cultivo del odio”. Tomo nota.

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UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

Primero de Democracia, en la escuela de España al revés

Noray (Puerto Calero, Lanzarote) – Puerta principal del Congreso de los Diputados – España / Fotocomposición JA COBEÑA

Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana.

Eduardo Galeano, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés.

Sevilla, 14/XI/2023

Visto lo visto estos días, sin entrar en detalles de pura hojarasca antidemocrática, que tiene nombres y apellidos, en relación con la Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social de Cataluña, documento que se registró ayer en el Congreso de los Diputados por parte del Partido Socialista Obrero Español, creo que es necesario recordar los contenidos de un programa real como la vida misma, de primero de Democracia, teniendo como telón de fondo la Constitución, para analizar bien el texto de la amnistía, en un hipotético Curso impartido con la urgencia que merece, en la escuela de España al revés.

No me considero con la preparación jurídica suficiente para valorar desde la perspectiva de técnica legislativa las 22 páginas del citado documento, que he leído varias veces, pero me quedo con algo trascendental que se dice en su extensa y didáctica Exposición de Motivos, once páginas de veintidós, en clave de política pedagógica, concretamente en su apartado II, porque estoy convencido de que en él se encierra todo el sentido de la citada Ley: “Así, con esta ley orgánica de amnistía las Cortes Generales acuden de nuevo a un mecanismo constitucional que refuerza el Estado de derecho para dar una respuesta adecuada más de diez años después del comienzo del proceso independentista, cuando ya se han superado los momentos más acusados de la crisis y toca establecer las bases para garantizar la convivencia de cara al futuro. De esta manera, al asumir las Cortes Generales esta decisión de política legislativa, no solo no invaden otros espacios, sino que, muy al contrario y en uso de sus competencias, asumen la mejor vía de las posibles para abordar, desde la política, un conflicto político. La aprobación de esta ley orgánica se entiende, por tanto, como un paso necesario para superar las tensiones referidas y eliminar algunas de las circunstancias que provocan la desafección que mantiene alejada de las instituciones estatales a una parte de la población. Unas consecuencias, además, que podrían agravarse en los próximos años a medida que se sustancien procedimientos judiciales que afectan no solo a los líderes de aquel proceso (que son los menos), sino también a los múltiples casos de ciudadanos e incluso a empleados públicos que ejercen funciones esenciales en la administración autonómica y local y cuyo procesamiento y eventual condena e inhabilitación produciría un trastorno grave en el funcionamiento de los servicios en la vida diaria de sus vecinos y, en definitiva, en la convivencia social”, porque España se caracteriza por ser una democracia y un Estado de derecho, en el que el principio de legalidad, el principio democrático y el respeto a los derechos fundamentales se configuran como pilares esenciales”, algo que se refrenda en el apartado siguiente, III: “Hoy, en el año 2023, España se caracteriza por ser una democracia y un Estado de derecho, en el que el principio de legalidad, el principio democrático y el respeto a los derechos fundamentales se configuran como pilares esenciales”.

Lo afirmado anteriormente, se rubrica en el citado apartado III cuando se afirma que “este es el marco jurídico general en el que se concibe la presente ley de amnistía, en el claro entendimiento de que, si bien no hay democracia fuera del Estado de derecho, es necesario crear las condiciones para que la política, el diálogo y los cauces parlamentarios sean los protagonistas en la búsqueda de soluciones a una cuestión política con una presencia recurrente en nuestra historia. Se trata, pues, de utilizar cuantos instrumentos estén en manos del Estado para procurar la normalización institucional tras un periodo de grave perturbación, así como seguir favoreciendo el diálogo, el entendimiento y la convivencia. Este proceso está inspirado, además, por la interpretación que ofrece el Tribunal Constitucional sobre las obligaciones políticas de los poderes públicos al decir que “la Constitución no aborda ni puede abordar expresamente todos los problemas que se pueden suscitar en el orden constitucional […]. Por ello, los poderes públicos y muy especialmente los poderes territoriales que conforman nuestro Estado autonómico son quienes están llamados a resolver mediante el diálogo y la cooperación los problemas que se desenvuelven en este ámbito” (sentencia 42/2014, de 24 de marzo).

Junto a la lectura de la citada proposición de ley orgánica de amnistía, he vuelto a leer el libro tercero de una obra magna de Aristóteles, Política (1), sobre todo en lo que se refiere a la relación del Estado con los ciudadanos y, más en concreto, a la teoría de los gobiernos y de la soberanía, porque recordaba que en ese texto se encontraba una frase que habría que grabar en estos momentos, tan cruciales en el Congreso, con letras de oro: a la Constitución es a la que debe atenderse [siempre] para resolver sobre la identidad del Estado (los corchetes son míos). Por tanto, no hay que despreciar el contexto en la que lo escribe: “Pero admitamos que el mismo lugar continúa siendo habitado por los mismos individuos. Entonces ¿es posible sostener, en tanto que la raza de los habitantes sea la misma, que el Estado es idéntico, a pesar de la continua alternativa de muertes y de nacimientos, lo mismo que se reconoce la identidad de los ríos y de las fuentes por más que sus ondas se renueven y corran perpetuamente? ¿O más bien debe decirse que sólo los hombres subsisten y que el Estado cambia? Si el Estado es efectivamente una especie de asociación; si es una asociación de ciudadanos que obedecen a una misma constitución, mudando esta constitución y modificándose en su forma, se sigue necesariamente, al parecer, que el Estado no queda idéntico; es como el coro que, al tener lugar sucesivamente en la comedia y en la tragedia, cambia para nosotros, por más que se componga de los mismos cantores. Esta observación se aplica igualmente a toda asociación, a todo sistema que se supone cambiado cuando la especie de combinación cambia también; sucede lo que con la armonía, en la que los mismos sonidos pueden dar lugar, ya al tono dórico, ya al tono frigio. Si esto es cierto, a la constitución es a la que debe atenderse para resolver sobre la identidad del Estado. Puede suceder por otra parte, que reciba una denominación diferente, subsistiendo los mismos individuos que le componen, o que conserve su primera denominación a pesar del cambio radical de sus individuos”.

Visto lo anterior y como ya lo he manifestado en este cuaderno digital en alguna ocasión y en clave de política pedagógica, nos tenemos que convencer de que nada es estático en política porque todo cambia, panta rei, siguiendo el adagio de Heráclito de Éfeso. Es verdad. Quienes no se adaptan a los entornos cambiantes, sufren mucho porque pierden seguridad en el quehacer y qué sentir político de todos los días. En España, ante la realidad de Cataluña, hemos reaccionado siempre tarde y mal, agarrándonos a la Constitución en su lado más punitivo como un clavo ardiendo, en lugar de entenderla como un noray al que se deben asegurar los cabos cuando llegamos de la alta mar de los conflictos o del que hay que quitarlos para poder navegar en mares abiertos de libertad. Y la historia demuestra que esta realidad viene de antiguo, desde la etapa presocrática, cuando Heráclito pretendió que las personas dignas nos acostumbráramos a pensar que todo fluye y que nada permanece, como actitud vital, incluso las Constituciones, porque solo hay que pensar en que nadie se baña dos veces en el mismo río o en el mismo mar. Porque no controlamos la perpetuidad de lo que legislamos, hacemos, vivimos, somos, sentimos y conocemos. Es verdad, porque si comprendiéramos estas palabras excelentes de Aristóteles en su tratado más político, pueden cambiar las asociaciones de ciudadanos (el que quiera entender que entienda), las Comunidades, la Constitución, pero hay un magma que aglutina todo, la propia Constitución, que es a la que debe atenderse siempre para resolver sobre la identidad del Estado. Aunque haya un cambio, incluso radical, de los individuos y las organizaciones en las que se integran, que son los que componen el Estado, como puede ser en este momento la asunción de la Ley de Amnistía registrada ayer en el Congreso.

Esta altura de miras en relación con la proposición de ley orgánica de amnistía, tantas veces citada, se refrenda con unas palabras esclarecedoras de lo anteriormente expuesto, que se encuentran en el capítulo IV del citado libro tercero de Política: “todas las constituciones hechas en vista del interés general, son puras, porque practican rigurosamente la justicia; y todas las que sólo tienen en cuenta el interés personal de los gobernantes, están viciadas en su base, y no son más que una corrupción de las buenas constituciones; ellas se aproximan al poder del señor sobre el esclavo, siendo así que la ciudad no es más que una asociación de hombres libres”. Dicho queda por Aristóteles hace muchos siglos y por Baltasar Gracián después: lo breve, si bueno, dos veces bueno.

Esta es la razón de por qué considero que leer detenidamente la Constitución, junto a la Exposición de Motivos de la proposición de Ley de Amnistía, nos permite vislumbrar que, efectivamente, como dice el documento, “Hoy, en el año 2023, España se caracteriza por ser una democracia y un Estado de derecho, en el que el principio de legalidad, el principio democrático y el respeto a los derechos fundamentales se configuran como pilares esenciales”. Por tanto, me reafirmo en algo que ya he afirmado con rotundidad en este cuaderno digital en repetidas ocasiones: quiero a la Constitución como para seguir leyéndola cada noche, como mi libro favorito, línea tras línea, letra por letra, espacio por espacio. En estos días, todavía más, convirtiéndose en mi noray preferido. No la olvido en uno de los marcapáginas que utilizo en el libro de mi vida. El país, Cataluña, País Vasco y los brotes del nacionalismo en general, a lo que deben aspirar siempre es a ser asociaciones de personas libres articuladas por la Constitución, una Asociación escrita y hecha en vista exclusiva del interés general.

(1) Aristóteles. Política · libro tercero. Del Estado y del ciudadano. Teoría de los gobiernos y de la soberanía. Del reinado.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!  

Un Gran Concierto de Mozart ante el Gran Desconcierto Político en este país

Fotocomposición con la portada de la partitura original del Gran Concierto para clavecín o pianoforte, W.A. Mozart (1782), KV 414 / JA COBEÑA

Alza las palabras, no la voz. Es la lluvia lo que hace crecer las flores, no los truenos

En El pan de la guerra, 2018.

Sevilla, 13/XI/2023

La verdad es que estamos viviendo días muy desconcertantes en este país, instalado en el insulto y descalificaciones gruesas permanentes de los que no piensan igual, de la derecha en concreto y su más allá, que existen y ahí están, saltándose a la torera cualquier resquicio de comprensión y respeto hacia los demás, que somos más de doce millones de votantes que representamos los que al final, con nuestros votos respaldamos la democracia representativa y constitucional, aunque algunas de las decisiones finales que se han tomado por la llamada izquierda o bloque progresista no acaben de gustarnos a todos por igual. Pero la situación no va de gustos sino de llevar al país al progreso y a la eliminación de las barricadas y de su dualismo y cainismo sempiterno como señas de identidad de estas dos Españas que se intentan resucitar por algunos.

En este contexto, cuando me enfrento esta mañana a la pantalla en blanco, vuelve a sonar en mi conciencia la voz de Ítalo Calvino, en su conferencia malograda por su fallecimiento repentino antes de pronunciarla en Estados Unidos, en 1985, El arte de empezar y el arte de acabar, sabiendo que si sigo al pie de la letra su recomendación a la hora de escribir, tengo la oportunidad cada día de decir todo o nada, pero de los que se trata es de que me esfuerce en decir algo especial. Y lo especial hoy es que intentemos escribir palabras concertantes, con el espíritu de Mozart a la hora de escribir la partitura de este Gran Concierto para clavecín o fortepiano (KV 414), compuesto en 1782, que me rodea a diario a modo de banda sonora permanente en mis oídos, porque figura como imagen principal de la portada de la partitura de este concierto, en las cortinas de la habitación desde la que escribo a diario páginas en este cuaderno digital.

Nuestras Autoridades, que dieron sentido en el siglo XVIII al primer diccionario de la lengua castellana, permitieron que la Real Academia española de la Lengua publicara entre 1726 y 1739 suprimer repertorio lexicográfico, en que se explicaba el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las frases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua», lo que se conoce como el Diccionario de autoridades, “pensando que una lengua necesita contar con una norma culta sustentada en el uso de los mejores escritores (aquellos que, como se advierte en el prólogo, a juicio de la Academia «han tratado la Lengua Española con la mayor propiedad y elegancia: conociéndose por ellos su buen juicio, claridad y proporción, con cuyas autoridades están afianzadas las voces», si bien se puntualiza que «no por esta razón se dexan de citar otros [autores], para comprobar la naturaleza de la voz, porque se halla en Autor nacional, sin que en estas voces sea su intento calificar la autoridad por precisión del uso, sino por afianzar la voz»)”. He querido recurrir hoy a esta fuente, para alejar la palabra “concierto” de los llamados “adoctrinamientos” que utiliza la llamada “gente de bien”, frente a los que nos tildan de “gente de mal” en casi todas sus intervenciones. Es precisamente en su primera edición cuando el diccionario citado dice que “concierto”, en su primera acepción significa  “ajuste, pacto, convenio, tratado hecho de acuerdo y consentimiento de ambas partes, sobre alguna cosa”, pero cobra más valor aún cuando acudimos a la segunda, al decir textualmente que “vale también buena orden, disposición y método en el modo de hacer y ejecutar alguna cosa”, citando expresamente en su referencia a una autoridad más allá de toda sospecha, Fray Luis de León, cuando afirmó algo que se olvida casi siempre a la hora de enfrentarnos a conciertos de la vida ordinaria y, ahora, al concierto político y de Estado: “Dicen que no hablo en romance, porque no hablo desatadamente y sin orden, y porque pongo en las palabras concierto, y las escojo, y les doy su lugar (De los nombres de Cristo, 3, Proemium, 1583)”.

Daniel Barenboim – Concierto para piano, número 12 in La Mayor K. 414: I. Allegro

Por lo expuesto anteriormente y con el Gran Concierto de Mozart de fondo, el nº 12, KV 414, creo que ahora y siempre debemos recuperar todos los esfuerzos posibles para lograr componer un Gran Concierto Político en este país, que permita buen orden, así como buena disposición y método en el modo de hacer y ejecutar la política en la actualidad, siguiendo de cerca a Fray Luis de León, sin hablar desatadamente y sin orden, poniendo todos las palabras como una partitura imaginaria del Gran Concierto de nuestras vidas, haciendo un esfuerzo por escoger las mejores, sin insultar o descalificar por principio a nadie, dándoles su lugar, porque afortunadamente, en ese principio, aún nos quedan, recordando a Blas de Otero en Pido la paz y la palabra (1955), que yo, hoy, también las proclamo alzando esa palabra, no la voz, porque es la lluvia lo que hace crecer las flores, no los truenos:

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

En las librerías siempre hay vida

Sevilla, 11/X/2023, Día de las librerías

No puedo dejar pasar la celebración del Día de la Librerías 2023 sin dedicar unas palabras a esta efeméride, sobre un lugar que tanto respeto, con sus libreros y libreras dentro. Además, este año, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), “ha encargado al ilustrador madrileño Javier Navarrete, conocido como El Chico Llama, diseñar la ilustración de la edición de este año, con la que hemos querido destacar que en las librerías hay vida. Sobre la ilustración Javier nos cuenta: “En la gran mayoría de mis ilustraciones siempre incluyo personas leyendo… Son instantes individuales y privados que no solemos dar importancia, pero que entrañan belleza en sí mismos. Siempre he tenido las librerías como un espacio casi mágico cargado de historias que te invita a abandonar el ajetreo de las calles y a viajar a lugares remotos simplemente cruzando la puerta. Tener la oportunidad de ilustrar el cartel del Día de las Librerías 2023 ha sido una suerte porque me ha permitido, en cierta manera, poder recrear esa sensación y representar con vectores lo que siento al visitar una librería de toda la vida, donde un libro en sí mismo se convierte en librería y te abre sus puertas a un mundo lleno de aventuras”. Sobran palabras para dar sentido a esta celebración en este año tan complejo y lleno de vicisitudes de todo tipo, en el que necesitamos más que nunca buscar sentido a la vida y las librerías pueden ser un lugar perfecto para encontrarlo.

CEGAL, ofrece servicios de librerías abiertas las veinticuatro horas, en alta disponibilidad, a través de la plataforma TodosTusLibros.com, una web de librerías independientes con locales de proximidad, como “servicio de consulta bibliográfica, de interacción con el público, difusión cultural y comercio del sector del libro fruto de la unión de las librerías a través de sus asociaciones y gremios que forman parte de CEGAL y la colaboración de las diferentes entidades operadoras del sector (editoriales y empresas de distribución), con el apoyo de las instituciones públicas”. En esta celebración tan especial, CEGAL quiere destacar “el esfuerzo de las librerías por mantenerse vivas y activas, generando cultura y comunidad a través de los libros y la lectura. Además, queremos dar las gracias a todas las personas usuarias que eligen las librerías independientes para preservar su espacio en el mundo de la lectura”. Es muy interesante el enfoque de CEGAL ante la arrolladora maquinaria de la industria del libro, ofreciendo servicios y herramientas en red, teniendo en cuenta y con carácter prioritario que existen librerías que están situadas en localidades por debajo de los 5.000 habitantes, a las que hay que hacerles llegar todas las posibilidades para que puedan llevar a cabo su tarea de forma digna, profesional y cercana al lector, profesionalizando la gestión de las mismas.

Quien lee este cuaderno digital sabe que estas páginas están impregnadas siempre de un amor profundo a las librerías, porque alguna vez he escrito que estos espacios, con el tiempo dentro, son la atención primaria del alma, siendo este el motivo por el que cuido la mía con la lectura de libros. Recuerdo que sobre las estanterías o nichos (bibliotecas, en griego) donde se colocaban los rollos de papiros que se podían leer en la Biblioteca de Alejandría, figuraba siempre un letrero sobrecogedor: lugar del cuidado del alma o más exactamente “Clínicas del alma”, tal y como nos lo ha transmitido el historiador siciliano Diodoro de Sículo en el siglo I a.C. Amo la lectura, los libros, los libreros y libreras, las librerías y tengo un respeto casi reverencial a las personas que están detrás de cada página bien escrita, sobre todo con alma. De los que critican cada publicación y aconsejan su lectura. De cada persona que está detrás de este círculo virtuoso del libro en todas sus proyecciones posibles, librerías incluidas y sobre las que, repito, he escrito en muchas ocasiones en este cuaderno digital porque las admiro.

Las librerías son una antesala de las bibliotecas, a modo de atención primaria del alma, si consideramos lo manifestado anteriormente al considerar las citadas bibliotecas como lugares del cuidado del alma o más exactamente “Clínicas del alma”. Como ya he escrito en ocasiones anteriores en páginas de este cuaderno digital, nunca olvido el mensaje de Guido Orefice, el protagonista de la preciosa película La vida es bella, por su ilusión de poner una librería, que le jugaría al final una mala pasada por la invasión nazi en Italia, teniendo que explicar a su hijo Josué, de nombre hebreo, qué cartel van a poner en la librería para prohibir determinadas entradas como la que han leído al detenerse en un escaparate para ver un posible regalo para su madre: prohibida la entrada a hebreos y perros.  Para quitar hierro a la dramática situación que está viviendo con su hijo, lo resuelve con una respuesta genial:

Josué: – Pero nosotros dejamos entrar a todo el mundo en la librería.
Guido: – ¡No, mañana mismo también pondremos un cartel! A ver dime algo que te caiga mal.
Josué: – Las arañas. ¿Y a ti?
Guido – ¡A mí, los visigodos! A partir de mañana vamos a poner un cartel que diga. “prohibida la entrada a las arañas y a los visigodos”. Me tienen frito los visigodos. Se acabó.

Guido era un judío pobre que tenía tres ilusiones en su vida humilde: abrir una librería, comprender bien a Schopenhauer (por su canto a la voluntad como motor de la dialéctica pendular de la vida) y saber distinguir el norte del sur (que también existe). Todo quedaría en nada excepto su dignidad humana y el ejemplo para su hijo en el campo de concentración, sin libros ya, casi sin nada. En la celebración del Día de la Librerías, estas palabras son un pequeño homenaje a los libros con alma y a Guido Orefice, un librero digno, como tantos miles que en este país, en esta Comunidad, intentan abrir sus puertas todos los días, para una comprensión de la vida diferente, como cooperantes necesarios e imprescindibles para la promoción y consolidación de la cultura, porque casi todo está en los libros, hasta la posibilidad de ser más felices en tiempos de dolor y mudanzas del alma, cuando la situación actual no nos da, a veces, la vida.

Hay silencios al leer que hablan por sí solos y que cuidan con mimo nuestra alma. Es el motivo principal de por qué se hace imprescindible proclamar la necesidad de la lectura como medio de descubrimiento de la palabra articulada en frases preciosas, cuando lo que se lee nos permite comprender la capacidad humana de aprehender la realidad de la palabra escrita o hablada. Maravillosa experiencia que se convierte en arte cuando la cuidamos en el día a día, aunque paradójicamente tengamos que aprender el arte de leer siendo mayores, porque la realidad amarga es que muchas veces no lo sabemos hacer. El alma busca siempre refugio en la dignidad humana, un cortafuegos que suele encontrar su sitio en libros preciosos para comprender la imprescindible condición humana de la libertad. Para que no se olvide en un día tan importante como hoy, porque cómo lo ha expresado muy bien el ilustrador del cartel oficial de este año, en las librerías hay vida.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

Necesitamos, como el comer, política pedagógica

Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad

Michael Ignatieff, Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política

Sevilla, 10/XI/2023

Estamos viviendo en este país momentos trascendentales para su presente y futuro democrático y ahora, más que nunca, necesitamos asistir en la escuela de un país al revés, a clases de política pedagógica, entendida no como adoctrinamiento, como se intenta desprestigiar y manipular por los de siempre, sino como la actividad que deben llevar a cabo, en este caso y por una parte, la principal, los partidos del arco parlamentario de izquierda, para presentar, diciendo la verdad y sólo la verdad, lo que significa un pacto de un futuro gobierno de coalición para la próxima legislatura, donde ha adquirido un protagonismo total la amnistía, en relación con el procés soberanista de Cataluña y sin desmerecer de forma alguna el resto de los pactos políticos para garantizar la investidura del nuevo Gobierno para la próxima legislatura. Lo digo alto y claro porque estamos asistiendo a una pugna para adueñarse del relato sobre esta realidad ya pactada con los partidos independentistas, en el que se sabe poco o nada de sus objetivos políticos, más allá de los que hemos podido conocer en el documento del pacto firmado ayer con Junts, de tan sólo cuatro páginas, que yan dado para interpretaciones torticeras de todo tipo y con alcances muy peligrosos y apocalípticos casi siempre, que no responden a la realidad literal de ese texto. También, de forma contemporánea, porque esa política pedagógica debería ser respetada por los medios de comunicación social honestos y comprometidos con decir la verdad y sólo la verdad, porque haberlos haylos, que deberían presentar las noticias y las opiniones, tertulianos incluidos, sin permitir rastro alguno de mentiras o calificaciones espurias.

Precisamente por estas razones, creo que ahora más que nunca necesitamos conocer en un alarde de pedagogía política que echo de menos, conocer la verdad de lo que se ha pactado y pactará hasta llegar a la investidura del próximo presidente del Gobierno en España, así como el desarrollo posterior del programa de ese gobierno para la próxima legislatura, a modo de verdad final, aunque soy consciente de que en política nada causa más problemas que decir la verdad, como aprendí hace ya bastantes años del expolítico canadiense Michael Ignatieff, en su obra Fuego y cenizas. Lo merecemos, en principio, los más de doce millones de personas que con nuestro voto vamos a hacer posible un nuevo gobierno de coalición, pero también lo necesita todo el país, para que no se adueñen del relato verdadero sobre la amnistía, por ejemplo, aquellos que interpretan siempre la política como la que se lleva a cabo para “las personas de bien”, con el altavoz conectado siempre para la desmesura y la corrupción mental generalizada, con objeto de que no volvamos a escuchar aquello de que ´España se rompe´, que ´vamos hacia una dictadura´ o que sólo el Rey, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el ejército, lo militar por supuesto, pueden parar tanta desmesura y desgobierno de lo que ellos llaman, en su relato populista, ‘ la gente de mal’. No olvido en estos momentos al gran filósofo Emilio Lledó cuando afirmó que le preocupaba la corrupción mental, que un ignorante con poder determine nuestra vida, ante la que hay que vacunarse urgentemente.

Lo he manifestado en este cuaderno digital en alguna ocasión y en clave de política pedagógica: nos tenemos que convencer de que nada es estático en política porque todo cambia, panta rei, siguiendo el adagio de Heráclito de Éfeso. Es verdad. Quienes no se adaptan a los entornos cambiantes, sufren mucho porque pierden seguridad en el quehacer y qué sentir político de todos los días. En España, ante la realidad de Cataluña, hemos reaccionado siempre tarde y mal, agarrándonos a la Constitución en su lado más punitivo como un clavo ardiendo, en lugar de entenderla como un noray al que se deben asegurar los cabos cuando llegamos de la alta mar de los conflictos o del que hay que quitarlos para poder navegar en mares abiertos de libertad. Y la historia demuestra que esta realidad viene de antiguo, desde la etapa presocrática, cuando Heráclito pretendió que las personas dignas nos acostumbráramos a pensar que todo fluye y que nada permanece, como actitud vital, incluso las Constituciones, porque solo hay que pensar en: nadie se baña dos veces en el mismo río o en el mismo mar. Porque no controlamos la perpetuidad de lo que hacemos, vivimos, somos, sentimos y conocemos. Es verdad, porque si comprendiéramos estas palabras excelentes de Aristóteles en su tratado más político, pueden cambiar las asociaciones de ciudadanos (el que quiera entender que entienda), las Comunidades, la Constitución, pero hay un magma que aglutina todo, la propia Constitución, que es a la que debe atenderse siempre para resolver sobre la identidad del Estado. Aunque haya un cambio, incluso radical, de los individuos y las organizaciones en las que se integran, que son los que componen el Estado.

Reiteraré, una y mil veces, las que hagan falta, que la democracia es obra de millones de personas en este país, algo que debería figurar como asignatura aprobada en el currículum ´político´, de cada ciudadano y ciudadana que vive en este territorio en el que somos y estamos. Esa es la razón de la frase de Joseph Brodsky, La verdadera tragedia no es cuando muere el héroe, sino cuando muere el coro, que aparece en la cita introductoria del libro Atenas 403, un libro recomendable para entender qué significa la amnistía, por ejemplo, en el momento actual, porque lo peor que puede pasar es que desfallezca el coro de millones de demócratas convencidos de que otro país plural y democrático es posible. Vivimos en un mundo al revés, porque utilizamos las palabras como armas arrojadizas, cuando nos viene en gana y dependiendo del contexto en que se digan. ¿Nos gusta la palabra “independencia” como imperativo categórico tanto personal como colectivamente hablando? Depende, todo depende. ¿Comprendemos qué significa amnistía, aplicado a Cataluña en su justo sentido? No tanto, pero resulta que también hemos evolucionado con otra palabra, fijada, que brilla y dar esplendor social, que se llama democracia, que está regulada por leyes, que no se debe saltar uno a la torera, también cuando nos viene en gana, porque quiero o me gusta ser legítimamente independiente (amparándome, dicen muchos, el derecho internacional que es el único que me vincula como ciudadano del mundo). Las Comunidades Autónomas en España, con una Constitución reguladora, que estoy seguro de que comprenden bien los alcances reales de las políticas independientes que hacen los Gobiernos correspondientes, con una independencia bien entendida, saben que hay una delgada o gruesa línea roja (según como se mire), que se llama soberanía popular que ampara los tres poderes para hacerla posible y que se recogen en la Carta Magna. Es todo el pueblo español el que decide, no solo una parte de él. La Constitución no prohíbe dialogar, ni que nunca se pueda cambiar su articulado, en fondo y forma. Hagámoslo y con urgencia absoluta, en beneficio de todos, porque este gran país lo necesita y porque hay que atender demandas territoriales y sociales muy concretas.

Lo expuesto anteriormente, a modo de primeros apuntes de una clase de política pedagógica en esta escuela imaginaria de la España al revés, no creo que nos sobre por falta de interés general para comprenderlo, porque creo firmemente que lo que necesitamos saber es qué es lo que de verdad está pasando y que alguien, algunos políticos dignos sin ir más lejos, que existen por miles, nos lo cuenten democráticamente de la mejor forma posible, ahora y siempre, sin intermediarios, por tierra, mar y aire, para que lo podamos entender todos, sin lenguaje de artificio y con el denominador común de la verdad política que siempre debería llevar dentro. Sinceramente, es lo que echo en falta en estos momentos.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

Valeria Castro, ´chiquita´ y muy grande al mismo tiempo

Sevilla, 9/XI/2023

La música es una de las grandes pasiones culturales que cuidan mi alma, porque sé que siempre es compañera en la alegría, pero también medicina para el dolor (musica laetitiae comes, medicina dolorum), incluso para comprender el sinsentido de las guerras actuales, en Palestina y Ucrania, a la que no olvido, junto a las intestinas de la política nacional cuando ésta carece de altura de miras, no inocente por cierto, tal y como lo estamos viviendo estos días en este país como consecuencia de la traída y llevada amnistía, sin que se explique bien y se comprenda su verdadero alcance democrático. En este contexto, vuelvo hoy a ella a través del descubrimiento, esa es la misión de este cuaderno digital, de una cantante ´chiquita´, debido a su nacimiento en la isla de la Palma, que así se identifica también a esta preciosa isla, muy bonita y que conozco bien, cuyo nombre, Valeria Castro (La Palma, 1999), se va a escuchar a escala internacional, próximamente, con motivo de la ceremonia de la entrega de los premios Grammy en esta ciudad, el próximo 16 de este mes, al estar nominada a uno de estos premios, concretamente el Grammy Latino a mejor canción de cantautor por ´La raíz´, canción que preside estas palabras, como homenaje a su tierra ´chiquita´, a la que nunca ha renunciado en su fondo y forma.

Así se presentaba en 2021 en una entrevista en la revista ´Vogue´, con palabras que enmarcan perfectamente su vida y su obra, respetando siempre sus raíces: ´Nací en La Palma, que es una de las islas menores de Canarias, y es también por eso mi sentimiento de pequeñita. Saber de dónde vienes, cuando se trata de un sitio pequeño, es saber también que tienes que crecer desde más abajo. Empecé estudiando en una escuela de música de allí y, si no hubiese crecido ahí, quizás mi amor por la música no sería el que es hoy. Empezar con 4 años a tocar el piano y cantar fue clave, la infancia es una etapa muy bonita para desarrollar esas pasiones y que luego duren, ojalá, siempre´.

Valeria Castro ha crecido junto a la música en sus más diversas manifestaciones, baile, guitarra, piano y canto, faceta esta última que le permitió con tan sólo 18 años, entrar a formar parte de la discográfica multinacional ‘Warner Music’, presentándose en el mundo musical con un proyecto de homenaje a canciones de las décadas de 1990 y 2000, junto a su guitarrista y violinista, Alberto Torres. Dos años más tarde, la discográfica lanzó un disco, ´Chiquita´, con seis temas entre los que destaca ‘Ay, amor’, una canción que critica la hipocresía frente a la inmigración, junto a otras composiciones que mezcla ´talento y ternura´, tal y como la ha definido a ella  Alejandro Sanz, mentor también de su meteórica carrera artística, ‘Culpa’, ‘Cómo te voy a olvidar’, ‘La corriente’, ‘Cuídate’ y ‘Guerrera’, siempre con el hilo conductor de la sororidad y su proximidad a las mujeres que sufren violencia de género y que junto a su madre y abuela, constituyen su inspiración más directa a la hora de componer y cantar sus propias canciones.

Respetando esta trayectoria vital, me ha interesado conocer la letra de la canción nominada al premio Grammy citado, La raíz, porque refleja el respeto que debemos sentir siempre por nuestras raíces humanas, con sus sentimientos y emociones, porque hay que escucharla siempre con el corazón, más fuerte que el viento, tal y como lo aprendí hace ya muchos años de Rafael Alberti, aplicado a los versos, en su Canción 8, recogida en Baladas y canciones del ParanáSentimiento, pensamiento. / Que se escuche el corazón / Más fuertemente que el viento. / Libre y solo el corazón, / Más que el viento. // El verso sin él no es nada. / Sólo verso. O lo que es lo mismo: La raíz, sin corazón, no es nada. Solo una canción.

Todo se inunda y piensas que nunca
Toca la bala en tu pecho y asusta
Y todo parece que en unos meses
Sigues pensando en que igual es tu culpa

Y tú mirando a todos lados por si alguien ha llorado
Y tus ojitos tan mojados no han secado
Y tú que tanto te mereces, no todos permanecen
Y no por ello no amanece, no florece

Pasó lo que tenía que pasar
Y no pienso hacer nada más
Más que quedarme aquí
Cuidándola

Pasó lo que tenía que pasar
Y no pienso hacer nada más
Más que quedarme aquí
Cuidando la raíz
Cuidando la raíz
Cuidándola

Y aunque a veces llores, tienen las flores
Que tener agua aunque no sea la justa
Y es recurrente al lado de tu frente
Unos ojitos que piden disculpas

Y tú que siempre has intentado tener tanto cuidado
Con lo que estaba cerca pero no en tu mano
Y tú tendrías que ver el alma que tiene tu garganta
Que solo así se aprende a ver el mar en calma

Pasó lo que tenía que pasar
Y no pienso hacer nada más
Más que quedarme aquí
Cuidándola

Pasó lo que tenía que pasar
Y no pienso hacer nada más
Más que quedarme aquí
Cuidando la raíz
Cuidando la raíz
Cuidándola

Pasó lo que tenía que pasar
Y no pienso hacer nada más
Más que quedarme aquí
Cuidándola

Pasó lo que tenía que pasar
Y no pienso hacer nada más
Más que quedarme aquí
Cuidando la raíz
Cuidando la raíz

Cuidando la raíz (cuidando, ay cuidándola)
Cuidando la raíz (cuidando, ay cuidándola)
Cuidando la raíz (cuidando, ay cuidándola)
Cuidando la raíz (cuidando, ay cuidándola)
Cuidando la raíz (cuidando, ay cuidándola)
Cuidando la raíz (cuidando, ay cuidándola)
Cuidándola

Valeria Castro va a estar en esta ciudad, pendiente de su nominación junto a otros cantautores de mucho prestigio. No sabemos qué pasará la semana próxima, pero de lo que estoy convencido es de que a ella sólo le basta su raíz, cuidándola día a día, como siempre, su mejor premio, porque siempre ha intentado, en una adaptación personal que hago de la letra propuesta al Grammy, tener cuidado con lo que estaba cerca pero no en su mano / porque es consciente del alma que tiene su garganta / porque solo así se aprende a ver el mar en calma // Pasará lo que tenga que pasar / Sé que no piensa hacer nada más / más que quedarse cuidando… su raíz.

Con estas palabras, sólo he querido cuidar las raíces ´chiquitas´ de su vida y de su extraordinaria obra, en un mundo tan alejado de estas cuestiones. Nada más. Para lo que sirva, Valeria.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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