El antiguo modelo de enseñanza ya no es válido
en una sociedad basada en el conocimiento
Linda Darling-Hammond
El pasado 13 de diciembre de 2009, tuve la suerte digital de admirarme con un programa (Redes 50) dirigido por Eduard Punset, dedicado a la educación para fabricar ciudadanos. En estos días de contexto navideño, en clave nuclear de divertimento comercial, he preferido escribir sobre la experiencia que conocí a través del programa, basada en la creación de rincones de paz, como lugar al que niñas y niños acuden para encontrarse consigo mismo, antes de entrar en el aula, por ejemplo. Es una experiencia que se lleva a cabo en colegios de Estados Unidos, siguiendo un modelo auspiciado por la profesora Linda Lantieri, experta en aprendizaje social y emocional, resolución de conflictos e intervención en situaciones de crisis, de fama mundial y con cuarenta años de experiencia en el campo de la educación. Es directora de The Inner Resilience Program y una de las fundadoras de Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning (CASEL). También es cofundadora del Resolving Conflict Creatively Program (RCCP), un programa de aprendizaje social y emocional que se ha puesto en marcha en cuatrocientas escuelas de quince distritos escolares en Estados Unidos y también en centros experimentales en Brasil y Puerto Rico, experiencias recogidas en un libro ya publicado en español, Inteligencia emocional infantil y juvenil Ejercicios para cultivar la fortaleza interior en niños y jóvenes, de gran interés para los que andamos pre-ocupados con la formación inteligente de las ciudadanas y de los ciudadanos de hoy y de mañana.
En la entrevista que he citado anteriormente realizada por Eduard Punset a Linda Lantieri, se aborda la necesidad del trabajo interior de las personas en los siguientes términos:
Eduard Punset:
Cuando hablas de trabajo interior, ¿a qué te refieres? ¿A mirar en nuestro interior, a contemplar?
Linda Lantieri:
No exactamente. Entre los componentes de la inteligencia emocional está la conciencia de uno mismo, y también el control de las emociones, la relación con los demás y la capacidad de tomar buenas decisiones. Todo eso ya está incluido. A lo que me refiero es a ayudar a las personas para que entrenen voluntariamente la mente, ya sea mediante algo como la meditación, o bien a través de lo que denominamos «el rincón de la paz» en las aulas, un sitio al que los niños puedan ir para estar en calma, apaciguar la mente y empezar a centrar la atención.
Linda Lantieri es autora también de un alegato a favor del aprendizaje social y emocional en el Congreso de los EUA, que se puede leer con detalle (en inglés) en la siguiente dirección: http://www.redesparalaciencia.com/1236/fundacion/testimonio-de-linda-lantieri, que es digno de tenerse en cuenta para la preparación de ciudadanía responsable.
He pensado en la necesidad de que en los centros de trabajo, en nuestras casas, en centros de ocio, se crearan también estos “rincones de paz”, donde pudiéramos entrar para recuperar la calma que no tenemos a diario, para apaciguar la mente tan estresada por el con y sin-vivir de muchos días, así como para empezar a centrar la atención en lo verdaderamente importante, como hacen las niñas y niños de la experiencia.
Y cuando seguía leyendo a la profesora Lantieri, he recordado en mi rincón de paz el villancico que cerraba la maravillosa película “Plácido” de Berlanga, en estos días de navidad a pesar de todo, como aviso para navegantes de la inteligencia digital y emocional. Quizá como rincón de la intranquilidad ética:
en esta tierra nunca ha habido caridad, ni nunca la ha habido, ni nunca la habrá
Sevilla, 26/XII/2009
Debe estar conectado para enviar un comentario.