¿Quién recicla el oro de nuestros teléfonos inteligentes?

Adquirir sabiduría es mejor que el oro; adquirir inteligencia es preferible a la plata.

Proverbios, 16,16

Sevilla, 26/I/2023

El oro tiene una historia milenaria, muy controvertida. Hace miles de años, los pueblos ribereños del Tigris y Éufrates, en la actual Irak, no lo valoraban si era para los dioses o el dios correspondiente, es decir, no tenía valor para las divinidades humanas de los gentiles: No haréis junto a mi dioses de plata, ni os haréis dioses de oro. Así lo dejaron reflejado nuestros antepasados en el libro del Éxodo 20, 23. Las cosas cambiaron a lo largo de la historia de la humanidad y poco a poco fue cobrando importancia hasta llegar a nuestros días. Lo verdaderamente sorprendente es una cita del libro de Jeremías (10, 3-8), también en el Antiguo Testamento, en el que el lenguaje utilizado es demoledor hacia este metal: Las costumbres de los gentiles son vanidad: un madero del bosque, obra  de manos del maestro que con el hacha lo cortó, con plata y oro lo embellece -plata laminada, de Tarsis importada, y oro de Ofir; hechura de maestro y de manos de platero (de púrpura violeta y escarlata es su vestido): todos son obra de artistas. Con clavos y a martillazos se los sujeta para que no se meneen. Son como espantajos de pepinar, que ni hablan. Tienen que ser transportados, porque no andan. No les tengáis miedo, que no hacen ni bien ni mal. No hay como tú, Yahvéh; grande eres tú, y grande tu Nombre en poderío. ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Porque a ti se te debe eso. Porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú. Todos a la par son estúpidos y necios: lección huera la que dan los ídolos”. Será el libro de los Proverbios, 16, 16, el que finalmente deje a estos metales preciosos en su sitio digno, para el presente y la posteridad de la vida humana: Adquirir sabiduría es mejor que el oro; adquirir inteligencia es preferible a la plata.

Todo lo anterior viene a colación al verificar qué está pasando con el oro y otros metales preciosos en los vertederos electrónicos repartidos por este injusto mundo. Nunca se había tirado tanto oro y tanta plata a la basura. No somos capaces de valorar lo que tiramos cuando practicamos el eslogan de usar y tirar en relación con los aparatos electrónicos, sin darnos cuenta que cada uno de ellos lleva en sus entrañas metales preciosos que podrían tener una segunda vida. Lo que está ocurriendo con esta actividad humana es de tal trascendencia que las Naciones Unidas hace años que tomaron carta en el asunto, informando de la creación de un portal específico para conocer la situación mundial en esta materia, en la que como muestra basta un mensaje oficial de este Organismo, lanzado al mundo en 2019: “El mundo generó en 2018 más de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos; el equivalente a tirar a la basura 125.000 aviones jumbo o 4500 torres Eiffel y suficientes para cubrir de desperdicios toda la isla de Manhattan. Solo una pequeña porción de los restos de computadoras, electrodomésticos, teléfonos, baterías son reciclados correctamente, a pesar de que tienen un alto valor económico y el potencial de crear trabajos. Sin una gestión adecuada, dañan el medio ambiente y la salud humana”. Es importante señalar que la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA) participan en la Asociación Mundial de Estadísticas sobre Residuos Electrónicos.

Con estos antecedentes, sabemos que la situación de España en 2019 era la siguiente:

Tengo que señalar que durante el tiempo que tuve abierta esta página mostrada en la imagen anterior, se había generado una cantidad aproximada de 393.220 kg de desechos electrónicos en todo el mundo. Para reflexionar en cualquier caso.

La verdad es que es un asunto que requiere mucha atención, pero quiero centrarme hoy en qué significa el oro en este mundo de deshechos electrónicos, fundamentalmente por su valor en el mercado. He consultado una de las empresas especializadas en la actualidad en la producción de joyería con oro reciclado, AuTerra, localizada en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), fundamentalmente porque la historia de su fundadora, Ashley Heather, me ha parecido apasionante, así como la justificación oficial y social que ofrecen públicamente, que me ha interesado mucho por el trasfondo ecológico y de respeto al planeta que manifiestan, con independencia del valor que personalmente doy al oro que no va más allá de lo que aprendí del profesor Sánchez Vázquez en su libro Ética, cundo decía que el oro y la plata, por ejemplo, tienen valor porque se lo ha dado el ser humano a lo largo de la historia, nada más, porque en sí mismo, sin la intervención humana de agregarle el valor no significarían nada: “La minería de solo diez gramos de oro desplaza 4800 kg de tierra. Pero el oro no solo se encuentra bajo tierra, de hecho, una proporción significativa del suministro mundial de oro ya está por encima del suelo y gran parte de él en un lugar muy sorprendente…, nuestros vertederos. E-waste (desechos electrónicos) es un término general para productos o componentes electrónicos desechados. Estos dispositivos a menudo utilizan, entre muchos otros materiales, pequeñas cantidades de oro y plata debido a la notable conductividad eléctrica de ambos metales. La computadora promedio, por ejemplo, tiene aproximadamente una quinta parte de un gramo de oro. Solo el 12.5% de los desechos electrónicos en todo el mundo se reciclan actualmente, el resto se deja en vertederos donde comienza a degradarse liberando toxinas en el aire, el suelo y las aguas subterráneas. Solo en los Estados Unidos, los teléfonos celulares que contienen 60 millones de dólares en oro y plata, se arrojan a los vertederos cada año. Esto no parece un final apropiado para uno de los componentes más venerados por la humanidad”. Agregan también: “Nuestro proceso de refinación comienza con el desmantelamiento manual de los productos electrónicos de desecho. Todos los componentes se envían por separado para su reciclaje. Las placas de circuito se pasan a través de una trituradora antes de ser introducidas en el horno. Esto da como resultado dos materiales, la escoria que es un subproducto (obtiene una segunda vida en la construcción de carreteras) y una masa metálica mixta. Esta masa es una combinación de cobre, oro, plata y, dependiendo del tipo de desechos electrónicos, algunos otros metales. A continuación, el aspecto técnicamente más desafiante del proceso de reciclaje, los metales preciosos se separan en soluciones antes de fundirse nuevamente en la etapa final para garantizar un material puro y de alta calidad. El oro y la plata reciclados comienzan su nueva vida en nuestro estudio de Ciudad del Cabo, donde se alean y se elaboran meticulosamente en joyas fáciles de usar”.

He conocido también que mi móvil contiene, aproximadamente, unos 0,2 gramos de oro, arrancado de las entrañas de la tierra en las dos terceras partes de reservas que ya se han explotado. También sé ya que una tonelada de mineral puede dar tan sólo 30 gramos de oro, cuando con una tonelada de desechos electrónicos, se pueden obtener unos 300 gramos de este metal precioso. Queda un campo de actuación urgente e importante para salvar el planeta y para reconducir el lujo humano hacia nuevos senderos más lógicos y respetuosos con el planeta.

Hace bastantes años, diecisiete concretamente, escribí una carta a la revista dominical Magazine, con un título que rescato hoy, El oro para quien lo quiera, porque mantengo su fondo y forma sin cambiar palabra alguna. Exigían sólo quince líneas y cumplí el mandato, que hoy transcribo íntegramente, para dejar patente mi valoración de un metal precioso que, perdónenme, tiene el valor que cada uno quiera darle, nada más, porque tengo claro que adquirir sabiduría es mejor que el oro y que adquirir inteligencia es preferible a la plata:

El oro para quien lo quiera

Esta frase figura en la primera canción del álbum que presenta en estos días Alejandro Sanz. Hace muchos años aprendí del profesor de ética, Adolfo Sánchez Vázquez, que el oro solo tiene valor porque se lo dan las personas, dado que en sí mismo podría pasar desapercibido. Pero lo que califica el valor de las cosas, que no su precio, de acuerdo con la diferencia establecida de forma maravillosa por Antonio Machado, es la visión que las personas pueden llegar a tener de las cosas materiales. Ser o tener, en dialéctica permanente. Y una frase de Alejandro Sanz, recogida en el reportaje de Magazine de 5/XI/2006, puede ser la mejor clase de ética jamás contada.

Alejandro, subido a un episódico “Tren de los momentos”, reflexiona que “planeamos la vida como si fuéramos a ser eternos y luego, en realidad, te das cuenta de que no tienes nada salvo los recuerdos, la gente que te quiere y la gente a la que tú quieres”. Y quiere convencernos que en la terraza del restaurante Pizarro, en su Alcalá de los Gazules (Cádiz) de la niñez rediviva, las personas que le han rodeado siempre, son las que pueden recibir las pequeñas cosas de los amigos, las que siempre ensalzó Tagore en sus “Pájaros perdidos” y a las que hoy pone música y palabras.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

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