Hay que amar a la naturaleza, de la que formamos parte

NASA: Visualización de cómo ha subido el mar desde 1993

Solo nos queda gozar lo creado y cuidarlo para el que vendrá, que es una continuación nuestra como nosotros somos continuadores de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos y así hasta Adán, el rojo Adán, como le gustaba decir a Borges; que cometió el peor de los pecados, no fue feliz.

Facundo Cabral, en No estás Deprimido, estás Distraído

Sevilla, 22/VI/2023

Hemos entrado en el verano, con avisos sobre lo que nos espera de olas de calor extremo, como consecuencia directa del traído y llevado cambio climático, del que los negacionistas están haciendo su verano en este país, en el contexto de las elecciones generales, por ejemplo. Esta situación, acompañada por otras como se puede verificar en el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea: El estado del clima en Europa 2022, en el que se puede constatar la evidencia de que Europa es el continente que más rápido se calienta en el mundo -el doble que la media mundial- desde la década de los 80, nos debería ofrecer la oportunidad de interesarnos sobre qué está pasando realmente y como puede contribuir cada persona en la contención de este cambio.

En este contexto y cuando estamos escribiendo esta reflexión en este mes de junio de 2023 de los cristianos, el 1401 de los musulmanes, el 5136 de los mayas y el 5784 de los judíos, es decir, después de tantas vicisitudes en el mundo climático pasado, presente y futuro, vuelvo a recordar lo que en este sentido escribió Eduardo Galeano en su obra Patas arriba. La escuela del mundo al revés, tantas veces comentada en este cuaderno digital, refiriéndose en concreto a la oportunidad que nos ofrecía el cambio de milenio para el abordaje ético de los grandes problemas del mundo: “Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio. La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así [la llegada en 2000 del nuevo Milenio] por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será. Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio”.

Por tanto, ante las evidencias científicas del cambio climático, debemos pedir de nuevo lo imposible en “un mundo diseñado por el enemigo” (en frase de mi admirado escritor y poeta Juan Cobos Wilkins), dado que “aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible”, enumerando sucesivos delirios para los que creemos que transformar este mundo tan afectado por el cambio climático y, sobre todo, por los problemas sociales que custodia el Estado de Malestar, que tanto daño hacen a millones de personas, nos pueden ofrecer un camino de esperanza en el ser humano, del que entresaco hoy dos por su relación con la naturaleza:

  • la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: Amarás a la naturaleza, de la que formas parte;
  • serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;

Es sólo un ejemplo, una proposición que diría Pablo Milanés cantando. Lo que nos queda es informarnos adecuadamente, bien, alejados de las falsas noticias e informes prefabricados por el Mercado, con objeto de poder emitir juicios bien informados. Por ejemplo, conociendo los diez mensajes clave del informe citado, El estado del clima en Europa 2022, del que destaco tres como ejemplo de su importante mensaje:

  • Europa es el país con el calentamiento más rápido de todos los países integrados en la Organización Meteorológica Mundial (WMO), el doble que el promedio del planeta desde la década de 1980. En 2022, la temperatura promedio anual fue entre la segunda y la cuarta más alta registrada, dependiendo del conjunto de datos utilizado, y el verano fue el más cálido. En muchos países del oeste y suroeste de Europa, 2022 fue el más cálido año registrado.
  • La precipitación estuvo por debajo del promedio en gran parte de la región en 2022. Fue el cuarto seco año consecutivo en la Península Ibérica, y el tercer año seco consecutivo en las Regiones de los Alpes y Pirineos.
  • La información climática es un elemento importante para mejorar la resiliencia y las operaciones a llevar a cabo por los sistemas energéticos. Mientras que el 80% de los miembros de Europa están proporcionando información climática para el sector energético, menos del 50% proporciona predicciones climáticas estacionales a dicho sector, lo que demuestra el desaprovechamiento del potencial apoyo de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) en la transición energética y mayor resiliencia climática del sector energético.

Hoy, no olvido el “delirio” expresado por Galeano: debemos amar a la naturaleza, de la que formamos parte; será la única forma de que sean reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma, por el cambio ético mundial, que también existe.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!