Mozart admiraba a Benda

G. A. Benda, ca. 1751. Wikimmedia Commons

Sevilla, 14/VIII/2023

En un verano de Sevilla, muy particular, porque hace mucho calor como en otros muchos lugares del planeta, de forma exponencial en cuanto a las subidas del termómetro por el traído y llevado cambio climático, algo innegable a pesar de sus detractores y negacionistas de nuevo cuño político de derechas, vivimos una situación «acalorada» que muchas veces nos obliga a ir del timbo al tambo en el acontecer diario, lo que nos permite también interpretar la vida a través de la cultura. Leyendo hoy con atención reverencial la información que me ofrece semanalmente la Fundación Juan March, he descubierto algo que me ha sorprendido sobre el compositor Mozart, a quien manifiesto siempre mi respeto como maestro musical, como se puede constatar en numerosas páginas de este cuaderno digital.

Me refiero concretamente a la admiración que profesaba el maestro de Salzburgo al compositor checo Georg Anton Benda (1722–1795), que nació en Benátky nad Jizerou, cerca de Praga, muy cuidadoso del llamado estilo sentimental (Empfindsamkeit) y por sus obras melodramáticas inspiradas en sus estancias profesionales en Francia e Italia. Creo que es muy interesante conocer el círculo de amigos de Mozart para conocer cómo era él y como componía escuchando la obra excelsa de Benda. También me ha interesado conocer la vinculación de Benda con la familia Bach, en concreto con Carl Philipp Emanuel Bach, porque sus conciertos para clave «materializan una interpretación de la estética sentimental muy similar a la de Carl Philipp, que, a su vez, es heredera de la tradición clavecinística de su padre [Johann Sebastian Bach].

¿Cuándo se produjo el encuentro personal de Benda con Mozart?: «En la primavera de 1778, Benda renunció temporalmente a su cargo como máximo responsable de la actividad musical de Friedenstein a causa de la tensión que se había generado entre él y Schweitzer, el compositor titular de la Seylersche Schauspiel-Gesellschaft. Dada su nueva popularidad, Benda pensó que podría encontrar fácilmente un puesto en cualquier otro lugar y emprendió un viaje que lo llevó, primero, a Hamburgo, donde volvió a encontrarse con Carl Philipp Emanuel Bach, y, luego, a Viena. Sus obras habían sido representadas con éxito en el Burgtheater de la capital austríaca, por entonces conocido como Teutschen Nationaltheater, así que empezó a promocionarse en la ciudad. Rivalizó con Mozart en el nombramiento como compositor de óperas y singspiele nacionales, aunque ambos reconocían mutuamente su excelencia musical. El salzburgués, por ejemplo, le confesó a su padre por carta el 12 de noviembre de 1778 que sentía una profunda admiración por sus melodramas Medea y Ariadna auf Naxos«.

Recomiendo la lectura del artículo citado, Benda, el compositor admirado por Mozart, porque hay matices que conviene contextualizar plenamente para entender esta admiración mutua. Lo comentaba al principio de estas palabras, que siempre pretenden decir algo esencial: ir del timbo al tambo nos lleva, a veces, a conocer grandes obras maestras de la música clásica. En este caso la de un amigo de Mozart, porque me agrada compartir con la Noosfera este encuentro y para que lo conozca escuchando sus excelentes composiciones que, en plena canícula, nos acompañan para dar calor, también, al alma humana.

Lo decía de forma excelente Rafael Alberti: Sentimiento, pensamiento. / Que se escuche el corazón / Más fuertemente que el viento. / Libre y solo el corazón, / Más que el viento. / El verso sin él no es nada. / Sólo verso. O lo que es lo mismo hoy: la música sin sentimiento es eso, sólo música. Benda lo confirmó siendo fiel a su estilo sentimental, del que fue un auténtico maestro.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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