Francisco cree, de forma equivocada, que el cotilleo sólo es cosa de mujeres

Francisco, en el encuentro con 72 sacerdotes jóvenes de la Diócesis de Roma, el pasado 29 de mayo / Silere non possum

Sevilla, 31/V/2024

El Papa Francisco ha vuelto a crear un gran revuelo mediático, en una reunión con jóvenes sacerdotes, a puerta cerrada, celebrada el miércoles pasado, a los que animó a que dejaran de lado los cotilleos y los chismes porque “son cosa de mujeres” (Il chiacchiericcio roba da donne, en Silere non possum), porque “nosotros llevamos pantalones, tenemos que decirnos las cosas a la cara”, insistió, pidiéndoles que así es como deben afrontar determinadas cuestiones, entiendo que “como hombres que somos”.

En este contexto, he recordado que hace quince años publiqué un artículo en este cuaderno digital, El cerebro cotilla, para divulgar qué significa “ser cotilla” como algo estructural en cualquier cerebro desde la perspectiva científica, sin identificación alguna de género, dicho con profundo respeto ante las desacertadas palabras de Francisco en referencia al cotilleo como “cosa de mujeres”. Es verdad que vivimos una época resplandeciente de cotilleos, chismes, bulos, cuentos y máquinas de fango. Basta repasar las programaciones de los medios de comunicación y, básicamente, de revistas y cadenas de televisión, para concluir que el cotilleo campa a sus anchas. También, en el mundo de la política indecente, que sabemos bien quién forma parte de ella. Muchas veces me he preguntado a qué se debe tal éxito social y desde mi pre-ocupación científica principal, es decir, cómo se comportan las estructuras del cerebro en la vida diaria, me he preguntado qué mecanismos se desencadenan en el cerebro de las personas cotillas, de las cotilleras y cotilleros, para que se obtenga tanto beneficio personal, familiar y social. 

Diccionario de Autoridades. Real Academia Española, 1729 (pág. 645,2)

Para reforzar la salida de tono De Francisco al hablar del cotilleo, como “cosas de mujeres”, deseo aclarar en este artículo mi aventura investigadora al respecto, centrada en averiguar cómo se fijó, limpió y dio esplendor a la palabra “cotilla” en la sociedad española, en su modo de hablar, sabiendo que cuando se construyen palabras es porque se introyectan en el lenguaje de una sociedad por aceptación popular. La primera vez que se encuentra la definición oficial de “cotilla” es en el Diccionario de Autoridades de la Real Academia, de 1729 (pág. 645,2), como diminutivo de la “cota”, es decir, un jubón sin mangas, una especie de armadura que se usaba en principio de cueros y después de mallas de hierro o de alambre gordo [sic], y que después se “suaviza” como una casaca de tela, embutida con barba de ballena y pespunteada, recogiendo en esta primera acepción un poema de la Autoridad de la época:

Éste, pues, por sus pecados,
Quiere a una niña de plata,
De esas de cotilla de oro,
Y de tabí de enaguas.

Es en 1927 la primera vez que se introduce en el Diccionario de la Real Academia (RAE Manual 1927, pág. 593, 1-2) un dibujo de la cotilla. Y hay que esperar hasta 1936 a que se introduzca, por primera vez, una segunda acepción del lema “cotilla” como mujer chismosa y parlanchina (RAE U 1936, 365,1). Asimismo, se introduce también una segunda acepción en el lema “cotillero”, con la siguiente definición: persona amiga de chismes y cuentos (RAE Usual 1937, pág. 365, 1). Creo que las fechas no son inocentes y coinciden con una etapa histórica del país, la II República, que permitía estas libertades no asociadas per se a un género determinado, el femenino por definición, aunque con un severo toque machista, que todo hay que decirlo y que fija definitivamente el Régimen, manteniendo la acepción sin cambio alguno en sucesivas ediciones. En la edición de 1956, es la última vez que se incluye la acepción de “cotilla” como mujer chismosa y parlanchina. Es en la edición de 1970 cuando se introduce por primera vez en masculino y femenino la definición de cotilla (segunda acepción), como persona amiga de chismes y cuentos, que se ha mantenido hasta la última edición de 1992 (22ª). Es en esta edición donde se consagra también el lema “cotilla” como segunda acepción de la palabra “cotillero”, introducida en 1937, como persona amiga de chismes y cuentos.

Esta intrahistoria del vocablo traduce la actividad cerebral de la persona cotilla, como una acción vinculada en principio a mujeres, cotilleras, de por sí chismosas y parlanchinas, pero que posteriormente se reconoce a toda persona que es amiga de chismes y cuentos, sin olvidar que al unirse la palabra “cotilla” al vocablo cotillero, se puede deducir claramente que la actividad de cotilleo se llevaba a cabo, fundamentalmente, en los talleres de los cotilleros, artesanos nada inocentes y siempre rodeados de mujeres a las que hacían los ajustadores de ballenas. Me quedo con la última acepción extendida a toda clase de personas, para intentar dilucidar por qué el cerebro construye este rasgo de personalidad, de tanto éxito en el momento actual. Y los sucesivos diccionarios de la Real Academia son implacables desde el siglo XVIII con los chismes y con las personas chismosas, como identificador de este rasgo tan peculiar: persona que es cuentista, enredadora y que se ocupa en meter cizaña entre amigos y parientes y persona que es pesquisidora de cuanto pasa, y aún de lo que no pasa, inventora, parlera y chismosa (RAE A 1729, 325,1), ésta última definición atribuida a Fray Luis de León, en La Perfecta Casada §.9. Porque el chisme es murmuración o cuento con que alguno intenta descomponer una persona con otra metiendo cizaña, y refiriendo lo que no tiene necesidad de que se sepa. Chisme viene del latín Schisma, por ser este el efecto del chisme, la separación, el cisma, que siempre causa discordias y malas avenencias.

¿Por qué construye el cerebro chismes y cuentos, como perfecto cotilla? Sin lugar a dudas porque esta actividad produce bienestar y satisfacción en muchas personas, a través de neurotransmisores amables para determinadas estructuras cerebrales. Porque el cerebro, a través del sistema límbico, siempre busca el mejor camino para la satisfacción, porque garantiza el bienestar diario, aunque sea momentáneo, a ráfagas. El cerebro, que aprende perdiendo y ganando, agota el conocimiento de lo que pasa, como “pesquisidor” de cuanto sucede a nuestro alrededor, aunque no seamos conscientes de ello, sea o no verdad. Siempre está grabando por diversas “pistas” e intenta recuperar aquello que causa satisfacción, recuperando lo que ha guardado en el hipocampo. Y en esta actividad frenética interviene el aprendizaje respecto de lo que acontece en cada vida, desde la preconcepción, donde el adiestramiento en este tipo de actividades, fabricar chismes y cuentos, puede ser una actividad perfectamente asumida en entornos familiares, laborales y de amigos. Si además, socialmente hablando, causa reconocimiento e hilaridad, por lo que se dice y se comenta, el bienestar está servido. Multiplicando el bienestar oculto o expreso, por cien, si estos chismes o cuentos se fabrican por periodistas científicos, que es como se denominan hoy determinados cotillas profesionales, como patente de corso de lo que ocurre en los entornos cotillas de papel cuché o de la alta definición. Multiplicando los cachés de chismosos y cuentistas, de las marcas comerciales, de las empresas de publicidad, de determinada clase política. Con el dinero de todas y todos los cotillas, al comprar y consumir aquellos productos que se introducen en la cadena de anuncios del programa de cotilleo, como descanso en el papel investigador de la vida de los demás, a cualquier precio, porque a mayor audiencia, mayores ingresos, a costa de los pesquisidores de cuanto pasa, y aún de lo que no pasa, inventores, parleros y chismosos

En 2009 leí un post en el blog de un periodista muy querido, Juan Cruz, que llevaba por título “El gen del cotilleo”. Sus palabras resumen muy bien hasta donde puede llegar el cerebro humano, cotilla y cotillero, que no puede con ese gusano de la aparente felicidad: “El cotilleo es como el gusano inservible de las frutas, lo quitas y parece que la fruta ya no está contaminada por la actividad modesta e insistente del gusano. Pero el gusano, en el mundo de la información malsana, es decir, del cotilleo, el rumor y la difamación, que muchas veces están juntos, es como un gusanillo, intriga su cuerpecillo, lo vemos deambular en torno nuestro y no nos decidimos a matarlo; creemos que es, tan solo, una sombra, y termina apoderándose de la fruta. Este contagio del cotilleo está afectando a la conversación cotidiana, daña a la esencia de lo que nos decimos y abre la puerta para aventuras aún más arriesgadas, en las que se pone en peligro la estima de los otros, y, aunque eso no se note en la superficie, nuestra propia autoestima. También lo dijo ese año, 2009, en sede parlamentaria, el recordado diputado Gaspar Llamazares, hablando de “las mentiras de destrucción masiva, porque hay mentirijillas que si se ponen juntas, y se animan a través del cotilleo, destruyen masivamente no sólo la conversación sino la reputación de las personas, generan un bicho bochornoso del que se tendría que prevenir la sociedad, y no sólo la sociedad de la cultura, la política o el espectáculo, sino la sociedad entera, que un día va a encontrarse que no halla otro tema de conversación que la que propone el cotilleo como materia informativa. El gen del cotilleo está excitadísimo, no le demos tregua”.

Ante lo anteriormente expuesto, sólo me quedaría aportar, humildemente, a Francisco, clarificación suficiente para superar el error en la calificación del género femenino como la sede de la “actividad cotilla” por excelencia, según sus palabras, al recomendar a los sacerdotes jóvenes reunidos en Roma, que “dejen de lado los cotilleos y los chismes porque “son cosa de mujeres”, porque “nosotros llevamos pantalones, debemos decir las cosas”, insistió, pidiéndoles que vayan de cara para afrontar determinadas cuestiones, entiendo que “como hombres que somos”. Hoy, como hombre que soy, tomo conciencia de nuevo de que “cotillas” podemos ser todos, sin distinción de género, como personas cuentistas, enredadoras y que se ocupan en meter cizaña entre amigos y parientes y personas pesquisidoras de cuanto pasa, y aún de lo que no pasa, inventoras, parleras y chismosas (RAE A 1729, 325,1). Protagonistas, a veces, de las máquinas de fango que tanto daño hacen en estos momentos tan complejos en nuestro país, porque entre cotillas, cotilleros y cotilleras, anda el juego.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad! 

La democracia ha aprobado hoy, en el Congreso, la normalización institucional, política y social en Cataluña

Pleno del Congreso de los Diputados, el 30 de mayo de 2024, día de la aprobación de la Ley de Amnistía

¿Qué hacer? Comprender (no tenemos nada mejor que hacer). ¿Comprender qué? Comprender la realidad (no tenemos nada más a mano).

Javier Wagensberg, La interdisciplinariedad en aforismos

Sevilla, 30/V/2024

De acuerdo con la comunicación oficial del Congreso de los Diputados emitida hoy, el Pleno “ha aprobado la Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña por 177 votos a favor y 172 votos en contra. La iniciativa, que llegó a la Cámara a través de una iniciativa del Grupo Socialista, comenzó su tramitación el 12 de diciembre, con la toma en consideración. Al aprobarse el texto, han quedado amnistiados, tal y como se expresa en el artículo primero, los «actos determinantes de responsabilidad penal, administrativa o contable, ejecutados en el marco de las consultas celebradas en Cataluña el 9 de noviembre de 2014 y el 1 de octubre de 2017, de su preparación o de sus consecuencias, siempre que hubieren sido realizados entre los días 1 de noviembre de 2011 y 13 de noviembre de 2013». 

Creo que ha sido un momento especial, democrático por excelencia, en el que la máxima representación de la voluntad del pueblo español ha refrendado por mayoría una Ley necesaria para reforzar la unidad de España y su más allá, tal y como lo he escrito en este cuaderno digital en varios artículos a lo largo de la accidentada tramitación de la misma, que vuelvo a resaltar en sus principales aspectos políticos, éticos y legales. Lo hago porque es verdad lo que he manifestado en varias ocasiones sobre mi aversión a los silencios cómplices, donde la traída y llevada “amnistía” no escapa de ser un auténtico asunto de interés parea nuestra democracia. Por esta razón ética de fondo, entiendo que Ley de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, así, desarrollada en todo su enunciado, es un camino para ordenar políticamente este país en estos momentos y con vocación de futuro, tal y como lo planteé también en un artículo de este cuaderno, que considero relevante, Amnistía significa esfuerzo coral democrático, comprensión y olvido, como antesala de estas palabras. Lo que expongo a continuación, forma parte de una reflexión profunda de pedagogía política sobre la amnistía, tan necesaria en este día tan importante para la democracia en este país.

En primer lugar, entiendo la amnistía como un paso más en el proceso de reconciliación política con Cataluña, que no judicial, que se inició con los indultos en el 2021, momento en el que publiqué también unas palabras en favor de esta medida política, como la mejor forma de seguir reconstruyendo un país dividido en relación con el independentismo, en una trayectoria personal de compromiso intelectual con el proceso de Cataluña, a lo largo de los años, en este cuaderno digital. Expliqué entonces el auténtico sentido de la palabra “indulto”, en todas sus variables, comprobando que todo lo expuesto anteriormente tiene su valor ético, porque demuestra que brotan estas palabras de un suelo firme que he ido poniendo a lo largo de la vida en mi alma, a modo de solería que justifica todos mis actos humanos. Indultar es perdonar y así se transmitió a lo largo de los siglos en el leal saber y entender de las palabras. Es lo que afirmó Rafael Alberti, hace ya muchos años, cuando nos regaló unas palabras bellísimas sobre el sentimiento humano nacido en el corazón: Sentimiento, pensamiento. / Que se escuche el corazón más fuertemente que el viento. / Libre y solo el corazón más que el viento. / El verso sin él no es nada. / Sólo verso. O lo que es lo mismo, el indulto sin con-cordia [así] con Cataluña, sin corazón compartido, sin perdón y comprensión, no es nada, sólo indulto.

En segundo lugar, conociendo el texto de la Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social de Cataluña, documento que se registró el 13 de noviembre de 2023, en el Congreso de los Diputados por parte del Partido Socialista Obrero Español, creo que es necesario recordar los contenidos de un programa real como la vida misma, de Primero de Democracia, teniendo como telón de fondo la Constitución, para analizar bien el citado texto, en un hipotético Curso impartido con la urgencia que merece, en la escuela de España al revés (Eduardo Galeano, dixit). Creo, por tanto, que a partir de hoy la amnistía quiere poner el contador político a cero en el problema de Cataluña, perdonando y sin dejar huella alguna de lo sucedido con valor actual, porque la historia no se olvida ni se borra, con objeto de que se pueda seguir avanzando en reconstruir lo que hasta ahora estaba hecho añicos, algo que expliqué en este cuaderno digital cuando hice una analogía del procés con el trencadís catalán, parafraseando una frase de Gaudí en relación con ese símbolo cultural muy querido en Cataluña: “A puñados se tienen que poner [las piezas rotas de cerámica], si no, no acabaremos nunca”, es decir, creo que es urgente recordar de nuevo esta técnica catalana como metáfora en estos momentos tan difíciles para el país, salvando lo que haya que salvar, para unir de una vez por todas a las partes implicadas en el proceso catalán e intentar buscar la mejor argamasa para unir piezas rotas hoy, pero que en un futuro pueden brillar en todo su esplendor. Trencadís político en estado puro, porque si no, “no acabaremos nunca” con esta situación política de ruptura civil del pueblo catalán y, por extensión, de este pueblo con España, sin necesidad de “embates definitivos para desbordar los límites autonómicos”.

En tercer lugar y último, por hoy, vuelvo a expresar alto y claro que creo firmemente en la reconciliación con Cataluña y en la sana utilización de una palabra de esencia lingüística catalana, seny, que recoge muy bien un sentir que deberíamos adoptar todas las personas que creemos en la comprensión, el perdón, el indulto, la amnistía y en la regeneración de la sociedad. Ha llegado el momento, con la aprobación hoy de esta proposición de Ley Orgánica de Amnistía, de seguir avanzando en ese difícil proceso de entendimiento con Cataluña, algo que ya he manifestado anteriormente en este cuaderno digital, situando en el centro de todos los próximos encuentros de Estado el diálogo político con espíritu machadiano, con las preguntas necesarias de las partes intervinientes y su correspondiente actitud de escucha, con un objetivo claro: hablar de la nueva y posible configuración territorial y federal de España en la que Cataluña tenga la cabida que busca en alternativas independentistas que hoy día no tienen viabilidad en un Estado Constitucional de Derecho.

Recuerdo hoy de nuevo, en este momento político tan trascendental, un aforismo de Jorge Wagensberg, entresacado entre otros dedicados a la interdisciplinariedad (1), que lo considero de especial interés para los que necesitamos viajar imaginaria y diariamente a la búsqueda de islas desconocidas para solucionar problemas de este país y no tener problemas al elegir qué llevarnos para meditar en la persona de secreto, que cada uno, cada una, llevamos dentro, cuando se queda sola ante la comprensión, el perdón, el indulto y la amnistía. Dice exactamente así: ¿Qué hacer? Comprender (no tenemos nada mejor que hacer). ¿Comprender qué? Comprender la realidad (no tenemos nada más a mano). Es verdad. Sobre todo, cuando la comprensión es fruto del perdón por lo que no acabamos de comprender, en una tautología de términos que se confunden casi siempre en estos tiempos tan modernos. Porque perdonar es comprender y a veces comprendemos tanto que no hay nada que perdonar. Vivimos momentos desconcertantes, porque no sabemos lo que nos pasa a los de alma inquieta. Nos rodea una mediocridad política galopante y una desvergüenza de lo corrupto que casi todo lo invade de forma silente, mucho más allá del territorio de la política profesional porque están instaladas en la sociedad. Solo nos queda comprender el comportamiento humano que nos rodea, porque nada nos puede ni debe ser ajeno, tomando conciencia de que no tenemos nada mejor que hacer si queremos comprender lo que nos pasa. Y lo que pasa es que la realidad nos rodea, porque la tenemos a mano en cualquier ámbito en el que nos movemos al despertar cada día. Y hay que comprenderla, caminando por las aceras de la vida que nos llevan al interesante Club de las Personas Dignas.

Un aforismo de Jorge Wagensberg precioso y útil, sobre todo en una sociedad de mercado que en este aquí y ahora de la comprensión no necesita recurrir al poderoso caballero don dinero. Es el deber de vivir con los demás y el derecho a comprenderlo para aprender a perdonar a los que hacen cosas que no nos gustan y seguir luchando por transformar la sociedad (la que no es digna, justa y equitativa), no sólo cambiarla (Feuerbach, dixit). Aunque, repito, estamos advertidos: perdonar es comprender y a veces comprendemos tanto que no hay nada que perdonar. Incluso, a las personas condenadas por el traído y llevado proceso catalán de independentismo.

Necesitamos recordar siempre que durante las veinticuatro horas del día este país necesita rescatar segundos de preguntas, comprensión y perdón si el acontecer diario abre heridas de amor y muerte, que para unas y unos puede ser entregar por cansancio existencial lo más querido y para aquellas y aquellos, alcanzar el sueño más esperado, ir siempre hacia adelante. Así recuperamos, al mismo tiempo, la dignidad, como cualidad de lo más digno, es decir, aquello que nos hace merecedores de algo tan importante como la comprensión de los demás. Además, sin necesitar el perdón, porque todas y todos aprendemos a comprender nuestras propias limitaciones, llevándonos de la mano al necesario tiempo de silencio nacional preconizado por Azaña: si los españoles habláramos sólo y exclusivamente de lo que sabemos, se produciría un gran silencio que nos permitiría pensar. También, comprender la realidad para no tener que perdonar tanto: ¿Qué hacer? Comprender (no tenemos nada mejor que hacer). ¿Comprender qué? Comprender la realidad (no tenemos nada más a mano). Y ¿por qué no?, indultar y amnistiar con espíritu de concordia recordando a Alberti: que se escuche la concordia mucho más fuerte que el viento, porque si el indulto y la amnistía no tienen eso, concordia, comprensión y perdón, no es indulto ni amnistía que valgan.

Lo he dicho en este cuaderno digital en varias ocasiones y lo repetiré hasta la saciedad: nada catalán -por humano- me es ajeno y suspiro por una Cataluña integrada en España, cuestión que sigo defendiendo hoy con ardor guerrero y con la ardiente paciencia de Neruda. En ese sentido vuelvo a leer una y otra vez el discurso dedicado a las floristas de La Rambla de Barcelona, que Federico García Lorca leyó en una cena en el hotel Majestic de esa ciudad, el 22 de diciembre de 1935, porque se estaba representando allí su obra “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores”, junto a la compañía de Margarita Xirgu. Todo es un símbolo, pero se me antoja necesario pensar en Cataluña, incluso cuando llegue la amnistía, como una calle larga, una Rambla rodeada de flores, “que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros y antigua de sangre”. ¡Qué mejor reconocimiento a una extraordinaria Comunidad, con palabras de un andaluz universal que supo cantar la quintaesencia de un pueblo al que tanto amamos!

(1) Wagensberg, Javier (2017, 26 de abril). La interdisciplinariedad en aforismos, en Babelia (El País.com).

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad! 

La población palestina necesita también un compromiso político de España para recobrar la paz y su identidad

¿Quién está traficando con todo este dolor humano? ¿A quién da de ganar esta tragedia? “La cara del verdugo está siempre bien escondida”, cantó, alguna vez, Bob Dylan.

Eduardo Galeano, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés.

Sevilla, 28/V/2024

El pasado 13 de octubre de 2023 publiqué un artículo en este cuaderno digital,  ´La población palestina necesita un compromiso político internacional para recobrar la paz y su identidad´, sobre lo que estaba sucediendo y estábamos viendo en la franja de Gaza, acontecimientos que, siete meses después, comprobamos que se han recrudecido día a día, causando un sufrimiento insoportable por parte del pueblo palestino y sin visos próximos de solución alguna, es más, con bombardeos indiscriminados como el del pasado domingo a un campamento de refugiados próximo a Rafah, declarado sarcásticamente “seguro” por las propias fuerzas de Israel. En este mundo al revés y visto desgraciadamente lo visto a diario, que se hace insoportable desde la mínima dignidad humana que se nos puede pedir, deseo solidarizarme con el reconocimiento hoy de Palestina como Estado, llevado a cabo por el Gobierno de España, junto a Irlanda y Noruega, en un acto que junto al simbolismo ideológico, no inocente, de lo que supone este gesto, conlleva una posición de Estado que ennoblece a nuestro país, sirviendo también de denuncia nacional e internacional de los silencios cómplices de todo tipo y responsabilidades políticas a escala mundial sobre lo que está ocurriendo en Gaza.

En un tiempo en el que se arrojan valores por la ventana desde nuestro desvencijado vehículo vital, el de cada uno con su cadaunada, vuelvo a hacer una declaración de principios sobre por qué escribo hoy sobre Palestina en este blog, en una etapa de mi vida en la que sigo asumiendo, cada día que pasa, que lo nuestro es pasar, con ardiente impaciencia personal y social, sabiendo que ahora tengo -entre otros- un compromiso intelectual con la sociedad en la que vivo y sufro. A veces, siguiendo tan solo la ruta de un pájaro herido, leyendo de nuevo a Eduardo Galeano, entre otros autores, para no sentirme así, por no vivir así, perdido. En este contexto, vuelvo a publicar aquellas palabras de octubre de 2023, en un ejercicio de escritura circular, porque siguen teniendo vigencia plena, en su fondo y forma, resaltando por encima de todo el artículo de Eduardo Galeano, ´Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa´, que acompañaba a aquel posicionamiento ético personal frente al conflicto, renovado íntegramente hoy, de nuevo, recomendando también que se lea atentamente para comprender este triste y dilatado conflicto político con su intrahistoria vergonzante dentro.

Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA)

La población palestina necesita un compromiso político internacional para recobrar la paz y su identidad

No me puedo quedar tranquilo ante lo que está sucediendo en la guerra de Israel y Palestina, centrada en la franja de Gaza, como si no tuviera que ver conmigo. Nada más lejos de la realidad y por esta razón escribo estas palabras de denuncia para lo que puedan valer en la Noosfera, la malla pensante de la humanidad. Sin paliativo alguno, condeno el ataque terrorista de Hamás en suelo israelí, pero la respuesta de un Goliat redivivo contra más de dos millones y medio de palestinos en Gaza, debe ser contenida urgentemente por los Organismos Internacionales y Estados con poder suficiente para llevarla a cabo. Muy pocas voces de autoridades políticas he escuchado acerca de esta contención de respuesta y venganza de Israel, reconociendo expresamente la del alto representante de la Unión Europea para Política Exterior y Defensa, Josep Borrell, al recordar, el pasado martes 10 de octubre, que Israel tiene derecho a la legítima defensa tras los atentados terroristas de Hamás iniciados el sábado, pero siempre dentro de la legislación internacional y humanitaria: “Algunas acciones de Israel, como cortar el agua, la electricidad o un bloqueo de alimentos, no son acordes al derecho internacional”.

Recuerdo en este sentido unas declaraciones que en 2021 hizo Josep Borrell en un acto en el Real Instituto Elcano en Madrid, cuando afirmó que quien podía ejercer una auténtica labor de intermediación en el conflicto entre Israel y Palestina era Estados Unidos y no la Unión Europea, porque es una realidad flagrante que Europa está dividida ante este conflicto, destacando que la verdadera ayuda de Europa está en la principal financiación de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), una comunidad de 5,9 millones de personas, casi la cuarta parte de la población refugiada del mundo.

En este contexto tan complejo, que permita emitir juicios bien informados, recurro a un artículo de Eduardo Galeano, Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa, que recomiendo leer atentamente para comprender la intrahistoria de este triste y dilatado conflicto:

Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas: siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos.

Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.

Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina. Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.

Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.

Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.

Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.

Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.

La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró).

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

¡Viva la música y la vida!, a pesar de todo

Pabellón de Alfonso XII, en la Isleta de los pájaros, Parque de María Luisa, Sevilla / JA COBEÑA

Sevilla, 25/V/2024

En tiempos de tanta turbación política, en nuestro país y en el mundo en general, es importante compartir momentos mágicos como los que hoy he vivido y sentido en un paseo por el Parque de María Luisa, en esta ciudad en la que el gran escritor Stefan Zweig dijo “que se podía ser feliz”.

Al contemplar la naturaleza en todo su esplendor, sentado en la glorieta de Rafael de León, el gran poeta y letrista del dolor humano llevado a las coplas de generaciones que las grabaron en su corazón, con su verdad dentro, cobraba todo el entorno una fuerza especial por el sonido de unas interpretaciones que venían de una zona próxima del parque. Lo busqué, como un regalo venido del cielo, encontrándolo en el Pabellón de Alfonso XII, a modo de templete, en la Isleta de los Pájaros, donde un músico de calle y de fiestas de guardar, interpretaba en ese momento una composición que no olvido, Viva la vida, creada por Coldplay, un título copiado de un cuadro homónimo de Frida Kahlo.

En este tiempo de turbación y sus inseparables mudanzas de ánimo, como decía al principio, deseo compartir lo allí vivido y sentido, porque sé que “el amor y el sufrimiento aúna voluntades”, que aprendí de la Cantata de Santa María de Iquique, en la interpretación especial de Quilapayún. Ahora, más que nunca, he comprendido parte de la letra de esta canción icónica de Coldplay, de título real mucho más largo, Viva la vida o muerte y todos sus amigos, mensaje que anunciaba de forma simbólica en la portada del disco que contenía esta bella composición publicada en 2008, la Revolución de Julio, en 1830, llamada La Libertad guiando al pueblo, del pintor francés Eugène Delacroix.

Para que no se olvide el gran papel de la libertad en nuestras vidas, cuando ante el ocaso de la democracia, esta canción nos recuerda que es necesario, ahora más que nunca, blindar las libertades que garanticen vivir con dignidad humana la vida propia y la de los demás, siempre que no estén sustentadas en sal o barro o en cantos de sirena de los mediocres con poder, el mayor peligro para la democracia.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

La pintura histórica muestra y protege la memoria democrática de este país

Vicente Cutanda y Toraya, Una huelga de obreros en Vizcaya, 1892 – Colección – Museo Nacional del Prado (museodelprado.es)

Sevilla, 21/V/2024

Siempre es una gran noticia para nuestro país que la cultura muestre la pintura histórica como parte importante de su memoria democrática. Es lo que se manifiesta ahora al inaugurarse hoy en el Museo Nacional del Prado,  la exposición Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910), comisariada por Javier Barón, Jefe de Conservación del Área de Pintura del Siglo XIX del citado Museo, que permanecerá abierta hasta el 22 de septiembre, ocupando todas las salas de exposiciones temporales, contando con el patrocinio exclusivo de la Fundación BBVA: “Esta muestra es una oportunidad única para aproximarse a las interpretaciones de los artistas de la profunda transformación social experimentada en España entre 1885 y 1910. Después de una larga época de predominio de la pintura de historia como inspiración principal, será la temática de contenido social la que analiza los cambios que tuvieron lugar en España en este periodo. La diversidad de técnicas y registros creativos en las casi 300 obras -muchas antes no expuestas- que componen la exposición permiten mostrar la gran variedad de respuestas de los artistas al reto de representar las transformaciones de la sociedad de su tiempo en aspectos hasta entonces apenas tratados como el trabajo industrial y el de la mujer, la educación, la enfermedad y la medicina, los accidentes laborales, la prostitución, la emigración, la pobreza y la marginación étnica y social, el colonialismo, las huelgas, el anarquismo y las reivindicaciones obreras”. La exposición muestra “obras destacadas de Regoyos, Sorolla, Nonell, Gargallo, Picasso, Gris y Solana, entre otros artistas”.

En este contexto se destaca en la sinopsis oficial de la exposición, que “El periodo de eclosión del primer arte social estuvo comprendido entre las Exposiciones Universales de París de 1889 y 1900, en las que dos pintores españoles, Luis Jiménez Aranda y Joaquín Sorolla, respectivamente, recibieron la medalla de honor. Aunque continuaron cultivándose por otros artistas hasta 1910, las propuestas del naturalismo fueron sustituidas por otras de índole más expresiva. De modo simultáneo declinó la influencia de Velázquez, progresivamente sustituida por la del Greco entre los artistas renovadores y sensibles, además, a las transformaciones que se habían producido en Europa. El primer ejemplo importante, y el más temprano, fue Darío de Regoyos y, después de 1900, Francisco Iturrino, Ricardo Baroja, Hermen Anglada-Camarasa, Isidre Nonell, Evaristo Valle, Joaquim Sunyer, Pablo Gargallo, Pablo Picasso, Juan Gris y José Gutiérrez Solana. También Ignacio Zuloaga y Julio Romero de Torres trabajaron, según planteamientos muy personales, más atentos a ciertos aspectos del arte del pasado, nuevas orientaciones. El cinematógrafo había llevado al máximo las posibilidades de representación de la vida, de modo que los artistas renunciaron a los grandes formatos y a la objetividad y siguieron una orientación radicalmente moderna, que consideraba la revolución obrada por el postimpresionismo en París. Pintores, escultores y artistas gráficos, entre ellos muchos catalanes y vascos, encontraron allí un cauce apropiado para desarrollar sus propuestas con mayor libertad y al margen de la academia. El hecho de que continuaran tratando los mismos temas que habían abordado los naturalistas permite poner de manifiesto, en la exposición, la riqueza de las aproximaciones a aquellos asuntos en un corto periodo de tiempo que, por ello, resulta de gran interés y relevancia”.

Sobre esta exposición ya publiqué el año pasado un avance de la misma en este cuaderno digital, La miseria humana también se debe pintar como denuncia social, un artículo en el que ensalzaba “la pintura realista social que tuvo su pujanza a finales del siglo XIX y principios del XX, como ahora se reivindicará, respetando la memoria democrática cultural, que también existe, a través de la exposición programada por el Museo del Prado en mayo de 2024, “cuando se inaugure Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910), la gran exposición de la nueva temporada del Prado y la primera en la historia dedicada a este movimiento plástico y descaradamente político, usado muchas veces como decoración de pasillos administrativos en depósito. Así llegó al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria desde el Prado una de las obras maestras del género: Emigrantes (1908), pintado por el asturiano Ventura Álvarez Sala. El jurado de la Exposición Nacional de 1908 le concedió la primera de las medallas de segunda clase y sería un fracaso si no estuviera incluido en la selección de obra de la temporal de mayo” (1). En este artículo de elDiario.es, Los museos aceptan el realismo social con más de un siglo de retraso, se hace una exposición extraordinaria sobre esta vertiente cultural tan importante para comprender la evolución histórica del arte pictórico en nuestro país.

Recomiendo su atenta lectura cuando hoy se inaugura esta importante exposición en el Museo Nacional del Prado, porque como dije en mi artículo citado, “hace una radiografía de esta corriente pictórica que durante tantos siglos ha permanecido oculta y que fue denostada incluso por algunos artistas contemporáneos a los que se quiere rescatar ahora. Es el caso del llamado gusto social de la época, que privilegió siempre escenas, temas y artistas que dulcificaban la vida, frente al realismo social descarnado de algunos autores como Vicente Cutanda, Antonio Fillol, Ventura Álvarez Sala, José María Mezquita, José Uría y Uría o el de una pintora excepcional, Lluïsa Vidal. En el lado opuesto estaba “Pedro Sáenz Sáenz, pintor de niñas púberes a las que imagina y representa ofreciendo su desnudez al espectador, como son Inocencia y Crisálida. En una entrevista concedida en 1903 por este pintor malagueño a la publicación Vida Galante cargó contra la moda por pintar las desdichas sociales: “No comprendo cómo se pinta otra cosa que no sean mujeres, copiando todas sus innumerables gracias…” Para Sáenz Sáenz y sus protectores todo lo que fuera denunciar la realidad debía ser borrado. La pintura realista se dedicaba a llamar la atención sobre la pobreza, el hambre, la muerte de los huelguistas, la prostitución… Lo que Sáenz Sáenz llamaba con desprecio “las infamias y los crímenes de la vida”. Según su criterio, la miseria humana no era asunto de los cuadros. “La eterna historia que todos conocemos y que a todos nos aflige… ¿por qué conservarla en los cuadros? ¿Es que va a morir o dejar de perseguirnos?”, se preguntó de manera retórica el pintor que encontró placer en fantasear con el sexo de las niñas. “Destiérrese esa costumbre, todo ese mal gusto y vengan sus compensaciones”, añadió en aquella entrevista de 1903. Le atendieron y en 1906, el jurado de la Exposición Nacional canceló y descolgó El sátiro porque denunciaba la violación de una niña”, cuadro este último que recientemente ha sido adquirido por el Museo del Prado por 110.000 euros, hecho que ha sido considerado por la familia del pintor como una forma de reparación histórica”.

Sáenz y Sáenz reflejaba lo que la alta sociedad practicaba a diario a través de sus vicios privados y sus públicas virtudes, lo que le llevaba a negar y silenciar a través del arte, de la cultura y de la pintura en concreto, algo que marcó toda una época: la miseria humana no es asunto de los cuadros, del arte en general, algo que evidenció años después Pablo Picasso en sentido contrario cuando dijo que un cuadro como el Guernica no se había pintado para decorar apartamentos, sino para que se exhibiera en lugares que albergaran las denuncias públicas como instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo, una realidad social que según Sáenz y Sáenz, no se debería haber pintado jamás.

Aunque sea con más de un siglo de retraso, como nos recordaba el artículo citado de elDiario.es, es importante resaltar que a partir de la exposición que se inaugura hoy, se hace justicia de una vez por todas con este movimiento pictórico llamado “realismo social”, cuyo exponente es lo ocurrido con una obra extraordinaria, Una huelga de obreros en Vizcaya, que “fue con el que el pintor Vicente Cutanda ganó la Medalla de Primera Clase, en la Exposición Nacional de Bellas Artes del año 1892. El Estado adquiría los cuadros premiados y los depositaba en el Museo del Prado, que a su vez depositaba en el Museo de Arte Moderno (desaparecido en 1971). La última fecha que habla de la presencia de la huelga de Cutanda en los almacenes de ese centro es de 1936. Luego, desapareció. No hay rastro de cuándo lo abandonó ni cómo. Hasta que Díez dio con él en 2002 y el taller de restauración del Prado rescató de las miserias la pintura, para colocar ante el público un tema incómodo y actual. Tan cruda y brutal, que esta pintura no estaba hecha para las colecciones particulares, como apunta el propio José Luis Díez [conservador del Museo del Prado], siendo expulsada de forma no inocente del lugar para el que había sido creada: el museo. Los constructores de los relatos decimonónicos preferían extasiarse con la belleza de una estatua romana desnuda, que copiaba a una griega. Y borraron todo lo demás. Enrollaron y silenciaron todas esas obras críticas con su presente. Más tarde, la dictadura tampoco dio una oportunidad a los cuadros que gritaban como pancartas. La Transición también se olvidó de ellos. Había que hacer las paces. Y así, ninguneado en los manuales de la historia del arte español, ha llegado este género hasta nuestros días”.

Es verdad lo expuesto anteriormente: este cuadro no estaba hecho para las colecciones particulares, como tampoco el Guernica se pintó para decorar apartamentos, en palabras del propio Picasso, porque para él era un instrumento de guerra ofensiva y defensiva contra el enemigo. El realismo social que figura en estas pinturas, es aleccionador siempre, como recoge el artículo de elDiario.es, Los museos aceptan el realismo social con más de un siglo de retraso, porque aunque son enfoques melodramáticos y arriesgados, “es una pintura honesta y verdadera. No son meras ilustraciones de los problemas. Para eso estaban las revistas ilustradas. Los artistas de este género dignifican y trascienden los problemas de la calle. No son temas agradables, son asuntos sobrecogedores, emocionantes y de una violencia a la que llegaron muy pocos artistas fuera de España”, explica Díez [conservador del Museo del Prado]. Los motivos representados cobraron tanta importancia como las soluciones plásticas. Por eso “es un tipo de pintura que sigue incordiando y molestando”. Por eso encuentra refugio y atención hoy, en una sociedad que lucha por ser menos injusta”. Para que no olvide, ni siquiera un momento.

Lo expuesto anteriormente cobra especial relevancia en la presentación del catálogo de la muestra que se inaugura hoy, que casualmente ha escogido para su portada el cuadro de Vicente Cutanda citado por mí el año pasado, Una huelga de obreros en Vizcaya, convirtiéndose la exposición en un acontecimiento cultural de primer orden para salvaguardar un aserto para mí incuestionable, como hilo conductor de lo anteriormente expuesto, la pintura muestra y protege la memoria democrática de este país: «En el periodo comprendido entre 1885 y 1910 se produjeron en España transformaciones decisivas para la modernización del país. En esos años los artistas dejaron de tratar asuntos históricos para abordar los aspectos más relevantes de la vida del momento, de modo que sus obras se convirtieron en testimonios de aquellos cambios. Surgió así la pintura social, cuyas obras más destacadas, adquiridas por el Estado en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, conserva el Museo del Prado. También abordaron esos temas la escultura, las artes gráficas y la fotografía, que tuvieron un papel destacado en la configuración de la imagen de la época. Muchas de estas obras se estudian por vez primera en esta publicación. En ella se da cuenta de cómo el naturalismo, asociado en sus fines a la fotografía, fue el estilo que, por su propósito de objetividad, definió inicialmente la aproximación de la mayor parte de los artistas a los asuntos que trataban. En estos se produjo una significativa ampliación hasta abarcar todos los aspectos de la vida contemporánea, incluidos aquellos que, por su fealdad o aparente falta de interés, apenas habían sido considerados antes. Entre ellos, el trabajo industrial y el de la mujer, la educación, la enfermedad y la medicina, los accidentes laborales, la prostitución, la emigración, la pobreza y la marginación étnica y social, el colonialismo y las luchas obreras. Otros asuntos, como la religión y la muerte, aparecen vistos bajo un prisma nuevo”.

(1) Riaño, Peio H., 2023 (elDiario.es, 18 de agosto), Los museos aceptan el realismo social con más de un siglo de retraso.


CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN
: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

En el mundo al revés de Galeano, el relato mata al dato

Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.

Eduardo Galeano, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés.

Sevilla, 19/V/2024

Hoy sería más adecuado seguir dando pábulo a una locución clásica muy vinculada al llamado principio de realidad, dato mata relato, pero en este loco mundo al revés en el que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, a modo de las cuatro cuerdas del violín, tal y como lo expone Manuel Vicent en su última obra, Una historia particular, lo que está sucediendo es que relatos de las llamadas derechas y su más allá, acaban neutralizando los datos de las democracias más avanzadas, propiciando su ocaso. ¿Cómo, si no, se puede entender lo que está pasando en nuestro país, con resultados electorales donde las derechas ultramontanas se hacen con el poder y arrasan conquistas sociales históricas, socavando las bases del bien llamado Estado de Bienestar, en sus pilares más significativos: educación, salud y servicios sociales?

La respuesta no está en el viento, sino en la interpretación al revés del dicho clásico, es decir, lo que ocurre ahora es que el “relato mata dato”. Además, si se utilizan incansablemente las máquinas del fango, mejor. Creo que todavía no me he recuperado de lo que sucedió hace un año, en las elecciones municipales y locales, en las que se demostró que este país entraba en una senda imparable de ejemplos del mundo al revés, porque los resultados de las citadas elecciones “premiaron” a quienes habían estado obstaculizando todo el progreso de este país en la XIV legislatura o simplemente la habían ninguneado, en un olvido colectivo cómplice, que da miedo, de los grandes logros sociales que me molesté en analizar, paso a paso, en el citado ciclo legislativo que culminó con las elecciones generales, cuyos resultados también conocemos. Es este contexto, aporto un dato de gran interés: en la citada legislatura XIV (03/12/2019-30/05/2023) se aprobaron 117 leyes, de las cuales destaqué en un artículo publicado el año pasado en este cuaderno digital, España al revés, las más relevantes, por orden cronológico de aprobación, por su impacto en el Estado de Bienestar y porque afectaban a millones de ciudadanos de este país, aunque se pueden verificar todas, una a una, por orden cronológico, en el hiperenlace que indiqué en aquella ocasión. Lo verdaderamente lamentable es que, a pesar de todo, relato mata dato.

También demostré con datos, intentando matar falsos relatos, el largo recorrido de las diferentes disposiciones y los resultados de las votaciones, que habían propiciado un gran progreso para el país, para que supiéramos quienes las habían votado a favor o en contra, algo muy importante a considerar porque no era una acción inocente, llevando a cabo una selección de aquellas que bajo mi opinión representaban avances incontestables en el Estado de Bienestar, colectivo e individual, que habían supuesto un espaldarazo a la atención preferente de los que menos tienen, de los que más sufren los avatares contextuales de todo tipo, destacando la pandemia, la guerra de Ucrania y sus efectos colaterales, así como el paro endémico,  pero que en general, permitieron salir de una pandemia que había hecho estragos en el país, sobre todo, otra vez lo digo, de los que sufren la pobreza severa, la exclusión y el olvido social, como hecho que habían llevado al país a una situación de la que se iba saliendo poco a poco con resultados extraordinarios como los que citaba anteriormente del mercado laboral y que se sigue ratificando en la actualidad. De ahí, mi consternación actual, porque a pesar de los avances sociales y económicos hasta hoy, ya en una nueva legislatura, donde la llamada izquierda, que por su representación en las Cámaras legislativas, sigue obteniendo grandes logros de bienestar social y económico, es golpeada duramente y sin compasión alguna por el frente de las derechas de todo tipo, incluida obviamente la del flanco más extremo.

Con el mantra ahora de la ley de amnistía, que se aprobará en fechas próximas, así como ante el resultado reciente de las elecciones en Cataluña, con el gran revés para el independentismo y el “procés” en particular, el relato de las máquinas del fango seguirán intentando contrarrestar permanentemente la verdad objetiva del dato. Estamos avisados para defender, en todos los foros posibles, la realidad social y económica de este país, con datos extraordinarios, porque en el ocaso de la democracia, el relato manipulado, no verdadero y enfangado, acaba matando al mejor dato.

NOTA: la imagen se ha recuperado de http://a53.idata.over-blog.com/460×600/1/21/63/43/2011-Catorce/medios-de-comunicacion1.jpg

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

Michael Ignatieff, gran defensor de la verdad en política, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024

Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad

Michael Ignatieff, Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política

Sevilla, 15/V/2024

Se acaba de hacer pública hoy la concesión del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2024 al académico y ensayista canadiense Michael Ignatieff, según consta en el acta del jurado, por “su intensa y polifacética vida profesional, que se extiende desde el estudio de la historia y la filosofía hasta el ejercicio del periodismo y la política, se caracteriza por aplicar la reflexión crítica a los grandes conflictos políticos de nuestro tiempo. En su obra, el análisis de los problemas políticos concretos se hace siempre desde las exigencias normativas propias de los sistemas democráticos. El resultado es una original mezcla de realismo político, humanismo e idealismo liberal, donde los valores de la libertad, los derechos humanos, la tolerancia y la salvaguarda de las instituciones son su preocupación fundamental. La aportación de este autor constituye una referencia imprescindible para orientarnos en un presente tan cargado de conflictos bélicos, polarización política y amenazas a la libertad”.

Las personas que frecuentan este cuaderno digital saben de mi aprecio por este intelectual y político canadiense, fundamentalmente por su defensa de la verdad en política. Lo citaba recientemente en el último artículo que he publicado en relación con la verdad en política, Verdad y Regeneración Democrática, un claro objeto de deseo popular, cuando escribí que “por desgracia, el modelo de comunicación social que abunda en nuestro país, a través de los altavoces de los medios financiados de forma manifiesta por el capital y su más allá, es el de la mentira descarada o camuflada en relación con casi todo lo que se mueve, salvando a miles de personas que hacen todos los días su trabajo con una dignidad encomiable. También es verdad que determinados representantes políticos de nuestro país dejan mucho que desear a la hora de analizar la verdad en su quehacer diario. En estos momentos, aplicando de forma tozuda el principio de realidad que asola nuestras vidas, soy consciente de que estamos sobrepasados por experiencias políticas pasadas y presentes, enmarcadas en mentiras que parecen, en el mejor de los casos, verdades a medias, muy lejos del interés general. Ahora hace falta altura de miras, sensatez extrema, diálogo donde la búsqueda de la verdad y la regeneración ética en democracia sea un esfuerzo común, guardándose cada uno las suyas en aquello que no une, aunque comprendamos ahora mejor que nunca algo que experimentó en su experiencia vital el gran político canadiense Michael Ignatieff, en su frustrada carrera hacia la presidencia de su nación: “Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad”.

Lo que de verdad me interesa recordar hoy al conocer el premio concedido a Michael Ignatieff, es lo que supuso en mi vida le lectura de un libro suyo, Fuego y cenizas (1), que mantiene su actualidad de contenido en el mundo actual. Fue hace diez años, en un artículo que no olvido, Hagamos un agosto diferente (VII). Una reflexión política ejemplar: Michael Ignatieff, porque recogí en él las claves que me impresionaron en la lectura pormenorizada del citado libro, que mantengo cerca de mi mesa de trabajo, reflexiones que deseo compartir hoy de nuevo como pequeño homenaje a este autor, que me conmovió al leer su trayectoria académica y política. No les defraudará, sobre todo al comparar lo que allí se dice con el gran espectáculo que la derecha y su más allá, de este país, nos ofrece a diario.

Hagamos un agosto diferente (VII). Una reflexión política ejemplar: Michael Ignatieff

…pensemos en la política como una llamada que nos empuja hacia adelante, siempre hacia adelante, como una estrella que nos guía… Aquellos de nosotros que respondimos a la llamada sabemos que el éxito o el fracaso importan menos que el hecho de haber respondido…

Michael Ignatieff, Fuego y cenizas

El hombre es un lobo para el hombre (Homo homini lupus). Aprendí este principio social de Hobbes y no lo he olvidado nunca, porque lleva una parte de razón. Solo es necesario leer estos días las principales noticias del mundo bélico y político que nos rodea para comprender bien este aserto. En este contexto, he leído un libro reciente de Michael Ignatieff, Fuego y cenizas (1), que no me ha dejado indiferente, que puede hacernos comprender que el hombre también puede ser un cordero para el hombre. Lo he vuelto a leer hasta en dos ocasiones porque me han impactado sus reflexiones acerca de la experiencia política que vivió en su país natal, Canadá, desde 2008 a 2011, liderando la oposición y con una clara opción a gobernar ese país como Primer ministro. Un profesor universitario en Harvard que es captado para iniciar una carrera política implacable, tal y como nos la narra él en sus reflexiones cargadas sobre todo de sentimientos y emociones, éxitos y fracasos, fuego y cenizas…

El libro es excelente y lo recomiendo sin ninguna duda, porque es bueno e higiénico leerlo con detenimiento en cualquier posición que uno ocupe en la sociedad como ciudadano. Da igual, porque es importante conocer cómo todos los políticos no son iguales y cómo existen también políticos dignos, por mucho que en este país cueste creerlo, visto el panorama actual, aunque personalmente no pertenezca a este club del desencanto permanente.

Tengo la tentación de hacer una reflexión pormenorizada en este post sobre sus principales puntos de vista, una vez culminada la experiencia y no con éxito político, indudablemente, aunque sí ético. Por ello, solo voy a subrayar varias puntualizaciones de los tres primeros capítulos, con objeto de que si interesa su contenido iniciático, se pueda acometer la lectura completa del libro sin adelantar las claves subjetivas que puedo introducir sobre el mismo.

1ª. El ideal democrático es la fe, continuamente puesta a prueba, en que los hombres y mujeres corrientes puedan elegir adecuadamente a aquellos que van a gobernar en su nombre, y en que aquellos que elijan puedan gobernar con justicia y compasión.

Es una declaración de principios, en toda regla, en el primer capítulo. Ignatieff habla de creencia en los procesos democráticos para elegir personas, de forma abierta (adecuadamente) a los que se traslada un poder mediante empoderamiento compartido y que mediante esta confianza transmitida, a veces fe ciega, se actúe dando a cada uno lo suyo y sintiendo de verdad lo que siente la ciudadanía de a pie. Por ello, es urgente transformar los procesos democráticos de elección de candidatos y las votaciones consiguientes, porque ya no funciona el sistema actual.

2ª. Nada te va a causar más problemas en la política que decir la verdad.

Comienzo con la que me ha parecido el hilo conductor de todo lo que narra el autor. Es escalofriante el poder de esta reflexión, porque es una realidad ciudadana que emerge sobre todas las querellas más o menos criminales en torno a las personas que trabajan en política, porque muchas personas están convencidas de que en política se miente continuamente: “los políticos, mienten más que hablan”. Es una realidad flagrante, que solo se puede combatir si el poder político en todas sus escalas se instala una vez por todas en la verdad, teniendo una clave machadiana contundente al respecto: “¿Tu verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela”. Así de sencillo, pero así de difícil en la situación actual. Muchos siglos antes, un tal Jesús de Nazareth ya lo había declarado con contundencia: “La verdad os hará libres (Jn, 8,32)”.

3ª. La pregunta de por qué quieres ser un político significa en realidad por quién quieres serlo.

Sin lugar a duda, establece una jerarquía de intereses generales de la ciudadanía, en política, sobre los particulares. Ahí estriba el secreto de esta reflexión sobre la ambición política, de tanta actualidad en este país con los casos de corrupción que todos los días saltan a la luz pública. En el caso de Ignatieff, él reconoce el error de no haber dado la respuesta correcta en su momento, porque fundamentalmente lo hizo para homenajear a sus padres, un interés legítimo, pero equivocado. No vale solo la estirpe o experiencias anteriores de tu familia, de amigos, de camaradas, de compañeros y compañeras, porque en política hay que ganarse todos los días los votos de forma certera, es decir, con la verdad por delante, y ya hemos dejado constancia de que no es precisamente la verdad la flor que adorna la política hoy en día. Él tuvo también un gran maestro, que preservó el interés general de los canadienses, Pierre Trudeau, primer ministro en una etapa floreciente del partido de Ignatieff, porque sabía por qué y por quienes estaba en política. Es probable que intentara sacarse la espina del fallido nombramiento de su padre como Gobernador general, por parte de Trudeau, que llenó de desolación su casa, aunque él lo transmita como una de las mejores lecciones de su padre, al confiarle que esa experiencia, el fracaso, era lo mejor que le había ocurrido en su vida. Toda una premonición.

4ª La política se desarrolla bajo la mirada de Fortuna, una diosa caprichosa.

Aquí hace una digresión aprendida en la Academia a través de Maquiavelo, llena de interés. Piensa que las aptitudes para entender la Fortuna pueden aprenderse pero no enseñarse, porque hay un factor en política, el tiempo, donde todo es imprevisible: “Un intelectual puede estar interesado en las ideas y las políticas en sí mismas, pero el interés de un político reside exclusivamente en saber si el tiempo para una determinada idea ha llegado o no. Cuando llamamos a la política el arte de lo posible nos referimos a lo que es posible aquí y ahora” (hic et nunc). Ya lo dijo Harold Macmillan en su momento, cuando le preguntaron cuál era la parte más difícil de su trabajo: “Los acontecimientos, querido, los acontecimientos”. Precisamente, en el capítulo dedicado a Fortuna, recoge un aspecto de transparencia nada desdeñable, referido al pasado de cada político y cómo se interpreta normalmente por la oposición, en un trabajo sucio que hay que cuestionar siempre, ante una “investigación de oposición” casi siempre torticera y fuera de contexto. Esa situación también está tocada por la diosa caprichosa Fortuna. Otra vez aparece la verdad, como auténtica vía para hacer política de altura, con visión, no de salón, aunque estas situaciones de combate total solo tienen un fin correcto: ganar la pelea, porque la buena o mala fe en política, al final, no cuentan. Terrible reflexión.

De aquí en adelante, se abordan temas de un interés excelente, tales como la necesidad de entender al público, la dialéctica del dinero y el lenguaje, la responsabilidad y la representación, el derecho a ser escuchado, la identificación de los enemigos y adversarios, las reflexiones sencillas de un taxista y la llamada, con unas palabras mágicas de Max Weber. Impecables reflexiones para alcanzar un grado de conocimiento de la política desde la óptica de una persona que estuvo a punto de ser Primer ministro pero que la diosa Fortuna no lo acompañó en el momento y sitio oportunos.

Dice Ignatieff, reinterpretando una frase de Ernest Renan, que la democracia es un “plebiscito diario” mediante el que evalúas “cómo te mira la gente en la calle, como te saludan cuando les estrechas la mano, cómo reaccionan cuando atraviesas el pasillo del avión buscando tu sitio”. Y hace hincapié en la necesidad de que en política siempre haya un hilo conductor como pregunta permanente: ¿cómo cree Vd. que lo estoy haciendo? Y que sirvan para algo estas respuestas de forma directa, no solo a través de las encuestas.

Para finalizar estas breves reflexiones voy a utilizar unas palabras de Ignatieff, sin reinterpretación alguna, que me han parecido excelentes. Espero que sirvan de acicate para animarte/animarle a comprar el libro y leerlo sin desmayo, para comprender mejor la política y a quienes la desempeñan. Estoy convencido que saldrá fortalecido o fortalecida como persona ante el desafío de la política, que es más cercana a nosotros de lo que a veces creemos, porque “Los ciudadanos saben la diferencia entre alguien que busca su aprobación y alguien que busca su respeto. No siempre tienes que ser popular para tener éxito. No necesitas gustar a tu gente, pero su respeto es esencial. Deben notar que eres una persona íntegra y que estás esforzándote por ellos”.

(1) Ignatieff, Michael, Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política. Madrid: Taurus, 2014.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!

Ahora, se trata de comprender la realidad de Cataluña y su más allá en España

Casa Batlló, Barcelona (detalle del trencadís)

¿Qué hacer? Comprender (no tenemos nada mejor que hacer). ¿Comprender qué? Comprender la realidad (no tenemos nada más a mano).

Javier Wagensberg, La interdisciplinariedad en aforismos

Sevilla, 15/V/2024

Como ciudadano que vive la responsabilidad política diaria en mi ciudad, en mi país, deseo expresar de nuevo lo que siento en este momento, al confluir el resultado claro y sin paliativos, democrático por excelencia, del triunfo rotundo del Partido Socialista el pasado domingo electoral en Cataluña y el veto del Senado, ayer, a la ley que prevé las medidas de gracia a los implicados en el “procés”, la conocida como “ley de amnistía”. A esta delicada situación, hay que agregar la fragmentación de siglas y porcentaje de votos salidos de las urnas, que sitúa el futuro de elección de la Presidencia y constitución posterior del Gobierno de Cataluña, en una posición de alto riesgo, que puede llevar a una repetición electoral, con los daños colaterales de todo tipo que puede ocasionar.

En el contexto anterior, vuelvo a resaltar la importancia del diálogo político, que no sólo judicial, en Cataluña, alentado y reforzado hoy más que nunca con el resultado emanado de las urnas el pasado domingo, por lo que vuelvo a publicar, con las actualizaciones necesarias y respetando su hilo conductor, el artículo que escribí el pasado 11 de noviembre de 2023 en este cuaderno digital, “Se trata de comprender la realidad de España y más allá”, en el que abordaba la importancia de la amnistía en estos momentos históricos y cruciales en Cataluña. Es mi expresión democrática del convencimiento de que ha merecido la pena la labor desarrollada por el Gobierno actual a la hora de abordar las consecuencias del “procés” y la apertura del país a un nuevo proceso de entendimiento político con Cataluña a través del diálogo, del perdón y de la comprensión al máximo nivel político y democrático que podamos imaginar. Creo, por tanto, que vamos por el buen camino.

Se trata de comprender la realidad de España y más allá

Sevilla, 7/XI/2023

Tengo plena conciencia de que sólo soy uno entre los más de 48 millones de habitantes de este país, en el momento que escribo estas palabras, pero los silencios se convierten casi siempre en cómplices ante lo que está pasando, en un sentido o en otro y, una vez más, quiero dejar claros mis principios respecto a la traída y llevada ´amnistía´, porque no tengo otros. Por tanto, expongo a continuación por qué entiendo que es un camino para ordenar políticamente este país en estos momentos y con vocación de futuro, tal y como lo planteé también en otro artículo, Amnistía significa esfuerzo coral democrático, comprensión y olvido, como antesala de estas palabras. Lo que expongo a continuación, forma parte de una reflexión profunda de pedagogía política sobre la amnistía, que echo de menos por parte de los partidos que la impulsan, en estos días tan convulsos en el país. Sólo lo hago, hoy, trascendiendo y yendo más allá de la figura de Carles Puigdemont, sobre quien no tengo simpatía alguna, es más, detesto todavía hoy que en el momento en que tuvo que dar la cara por el denominado proceso catalán, el procés, huyera del país de la forma más vil que podamos pensar, junto a otras personas de cuyo nombre ahora no quiero acordarme, como fugitivos no honorables, por utilizar una palabra muy apreciada por ellos.

En primer lugar, entiendo la amnistía como un paso más en el proceso de reconciliación política con Cataluña, que no judicial, que se inició con los indultos en el 2021, momento en el que publiqué también unas palabras en favor de esta medida política, como la mejor forma de seguir reconstruyendo un país dividido en relación con el independentismo, en una trayectoria personal de compromiso intelectual con el proceso de Cataluña, a lo largo de los años, en este cuaderno digital. Expliqué entonces el auténtico sentido de la palabra “indulto”, en todas sus variables, comprobando que todo lo expuesto anteriormente tiene su valor ético, porque demuestra que brotan estas palabras de un suelo firme que he ido poniendo a lo largo de la vida en mi alma, a modo de solería que justifica todos mis actos humanos. Indultar es perdonar y así se transmitió a lo largo de los siglos en el leal saber y entender de las palabras. Es lo que afirmó Rafael Alberti, hace ya muchos años, cuando nos regaló unas palabras bellísimas sobre el sentimiento humano nacido en el corazón: Sentimiento, pensamiento. / Que se escuche el corazón más fuertemente que el viento. / Libre y solo el corazón más que el viento. / El verso sin él no es nada. / Sólo verso. O lo que es lo mismo, el indulto sin con-cordia [así] con Cataluña, sin corazón compartido, sin perdón y comprensión, no es nada, sólo indulto.

En segundo lugar, conociendo el texto de la Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social de Cataluña, documento que se registró el 13 de noviembre de 2023, en el Congreso de los Diputados por parte del Partido Socialista Obrero Español, creo que es necesario recordar los contenidos de un programa real como la vida misma, de primero de Democracia, teniendo como telón de fondo la Constitución, para analizar bien el citado texto, en un hipotético Curso impartido con la urgencia que merece, en la escuela de España al revés. Creo, por tanto, que la amnistía quiere poner el contador político a cero en el problema de Cataluña, perdonando y sin dejar huella alguna de lo sucedido con valor actual, porque la historia no se olvida ni se borra, con objeto de que se pueda seguir avanzando en reconstruir lo que ahora está hecho añicos, algo que expliqué en este cuaderno digital cuando hice una analogía del procés con el trencadís catalán, parafraseando una frase de Gaudí en relación con ese símbolo cultural muy querido en Cataluña, el trencadís, “A puñados se tienen que poner [las piezas rotas de cerámica], si no, no acabaremos nunca”, es decir, una forma de unir piezas rotas de cerámica de forma aleatoria, es urgente recordar de nuevo esta técnica catalana como metáfora en estos momentos tan difíciles para el país, salvando lo que haya que salvar, para unir de una vez por todas a las partes implicadas en el proceso catalán e intentar buscar la mejor argamasa para unir piezas rotas hoy, pero que en un futuro pueden brillar en todo su esplendor. Trencadís político en estado puro, porque si no, “no acabaremos nunca” con esta situación política de ruptura civil del pueblo catalán y, por extensión, de este pueblo con España, sin necesidad de “embates definitivos para desbordar los límites autonómicos”.

En tercer lugar y último, por hoy, vuelvo a expresar alto y claro que creo firmemente en la reconciliación con Cataluña y en la sana utilización de una palabra de esencia lingüística catalana, seny, que recoge muy bien un sentir que deberíamos adoptar todas las personas que creemos en la comprensión, el perdón, el indulto, la amnistía y en la regeneración de la sociedad. Ha llegado el momento de seguir avanzando en ese difícil proceso de entendimiento con Cataluña, algo que ya he manifestado anteriormente en este cuaderno digital, situando en el centro de todos los próximos encuentros de Estado el diálogo político con espíritu machadiano, con las preguntas necesarias de las partes intervinientes y su correspondiente actitud de escucha, con un objetivo claro: hablar de la nueva y posible configuración territorial y federal de España en la que Cataluña tenga la cabida que busca en alternativas independentistas que hoy día no tienen viabilidad en un Estado Constitucional de Derecho.

Me gusta leer aforismos, sobre todo los de un maestro como Jorge Wagensberg, que desgraciadamente falleció en 2018, sabiendo que ya en el siglo XVIII se definía por primera vez el lema “aforismo”, en el Diccionario de Autoridades, como “Sentencia breve y doctrinal, que en pocas palabras explica y comprehende la esencia de las cosas” (RAE A 1726, pág. 338,1). Recuerdo con especial atención uno, entresacado entre otros dedicados a la interdisciplinariedad (1), que lo considero de especial interés para los que necesitamos viajar imaginariamente a islas desconocidas para solucionar problemas de este país y no tener problemas al elegir qué llevarnos para meditar en la persona de secreto que se queda sola ante la comprensión, el perdón, el indulto y la amnistía. Dice exactamente así: ¿Qué hacer? Comprender (no tenemos nada mejor que hacer). ¿Comprender qué? Comprender la realidad (no tenemos nada más a mano). Es verdad. Sobre todo, cuando la comprensión es fruto del perdón por lo que no acabamos de comprender, en una tautología de términos que se confunden casi siempre en estos tiempos tan modernos. Porque perdonar es comprender y a veces comprendemos tanto que no hay nada que perdonar. Vivimos momentos desconcertantes, porque no sabemos lo que nos pasa a los de alma inquieta. Nos rodea una mediocridad política galopante y una desvergüenza de lo corrupto que casi todo lo invade de forma silente, mucho más allá del territorio de la política profesional porque están instaladas en la sociedad. Solo nos queda comprender el comportamiento humano que nos rodea, porque nada nos puede ni debe ser ajeno, tomando conciencia de que no tenemos nada mejor que hacer si queremos comprender lo que nos pasa. Y lo que pasa es que la realidad nos rodea, porque la tenemos a mano en cualquier ámbito en el que nos movemos al despertar cada día. Y hay que comprenderla, caminando por las aceras de la vida que nos llevan al interesante Club de las Personas Dignas.

Un aforismo de Jorge Wagensberg precioso y útil, sobre todo en una sociedad de mercado que en este aquí y ahora de la comprensión no necesita recurrir al poderoso caballero don dinero. Es el deber de vivir con los demás y el derecho a comprenderlo para aprender a perdonar a los que hacen cosas que no nos gustan y seguir luchando por transformar la sociedad (la que no es digna, justa y equitativa), no sólo cambiarla (Feuerbach, dixit). Aunque, repito, estamos advertidos: perdonar es comprender y a veces comprendemos tanto que no hay nada que perdonar. Incluso, a las personas condenadas por el traído y llevado proceso catalán de independentismo.

Necesitamos recordar siempre que durante las veinticuatro horas del día este país necesita rescatar segundos de preguntas, comprensión y perdón si el acontecer diario abre heridas de amor y muerte, que para unas y unos puede ser entregar por cansancio existencial lo más querido y para aquellas y aquellos, alcanzar el sueño más esperado, ir siempre hacia adelante. Así recuperamos, al mismo tiempo, la dignidad, como cualidad de lo más digno, es decir, aquello que nos hace merecedores de algo tan importante como la comprensión de los demás. Además, sin necesitar el perdón, porque todas y todos aprendemos a comprender nuestras propias limitaciones, llevándonos de la mano al necesario tiempo de silencio nacional preconizado por Azaña: si los españoles habláramos sólo y exclusivamente de lo que sabemos, se produciría un gran silencio que nos permitiría pensar. También, comprender la realidad para no tener que perdonar tanto: ¿Qué hacer? Comprender (no tenemos nada mejor que hacer). ¿Comprender qué? Comprender la realidad (no tenemos nada más a mano). Y ¿por qué no?, indultar y amnistiar con espíritu de concordia recordando a Alberti: que se escuche la concordia mucho más fuerte que el viento, porque si el indulto y la amnistía no tienen eso, concordia, comprensión y perdón, no es indulto ni amnistía que valgan.

Lo he dicho en este cuaderno digital en varias ocasiones y lo repetiré hasta la saciedad: nada catalán -por humano- me es ajeno y suspiro por una Cataluña integrada en España, cuestión que sigo defendiendo hoy con ardor guerrero y con la ardiente paciencia de Neruda. En ese sentido vuelvo a leer una y otra vez el discurso dedicado a las floristas de La Rambla de Barcelona, que Federico García Lorca leyó en una cena en el hotel Majestic de esa ciudad, el 22 de diciembre de 1935, porque se estaba representando allí su obra “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores”, junto a la compañía de Margarita Xirgu. Todo es un símbolo, pero se me antoja necesario pensar en Cataluña, incluso cuando llegue la amnistía, como una calle larga, una Rambla rodeada de flores, “que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros y antigua de sangre”. ¡Qué mejor reconocimiento a una extraordinaria Comunidad, con palabras de un andaluz universal que supo cantar la quintaesencia de un pueblo al que tanto amamos!

(1) Wagensberg, Javier (2017, 26 de abril). La interdisciplinariedad en aforismos, en Babelia (El País.com).

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad! 

Donde hay música no puede haber cosa mala

Sevilla, 13/V/2024

En la octava de Eurovisión, espectáculo que cada vez se parece más a un gran circo mediático, salvando lo que haya que salvar, la música nos ha brindado la oportunidad de comprender y compartir su sentido más profundo, ser compañera en la alegría y medicina para el dolor (Musica laetitiae comes, medicina dolorum).

En este contexto recurro, una vez más, a Cervantes, porque nos dejó en su obra magna un mensaje esperanzador para sobrellevar la vida diaria con la música como protagonista, dando voz a Sancho Panza:

“[…] -Señora, donde hay música no puede haber cosa mala.

-Tampoco donde hay luces y claridad, respondió la duquesa. Menester será que se le ponga el laúd, que sin duda don Quijote quiere darnos música, y no será mala, siendo suya.

A lo que replicó Sancho:

-Luz da el fuego y claridad las hogueras, como lo vemos en las que nos cercan, y bien podría ser que nos abrasasen, pero la música siempre es indicio de regocijos y de fiestas […](El Quijote, II, XXXIV).

Es verdad. La música, bien entendida, proporciona a la humanidad grandes beneficios. De todas formas, un gran acontecimiento musical, como el de Eurovisión, con periodicidad anual, reproduce a su escala justa, la situación mundial en su dimensión más controvertida. La presencia de Israel, el éxito sin paliativos de Suiza con su denuncia expresa de la falta de visibilidad de la intrahistoria olvidada LGTBI+ en su dimensión no binaría y la derrota atemperada de España, con su mensaje no bien entendido en torno a la palabra “zorra”, es una tríada que, como variaciones sobre un mismo tema, el triunfo en Eurovisión, conlleva interpretaciones diversas, no inocentes por supuesto.

La participación de Israel, cuando menos, ha sido inoportuna. La organización oficial ha debido intervenir en el proceso de admisión, porque no debe ser ajena a lo que está ocurriendo en Gaza, donde no se debe permitir lavado alguno de imagen política, bajo ningún concepto, con miles de muertos en su haber, a pesar del denostado origen del conflicto. Además y en este contexto, sorprende que se haya denegado a los asistentes a la final, entrar con la bandera comunitaria, aludiendo a que hacerlo es un acto “político” y, por tanto, “no permitido”. Surge irremisiblemente la gran pregunta: ¿Cómo puede la Unión Europea de Radiodifusión prohibir la bandera de la UE en el evento más grande de Europa?, por razones políticas y ¿no es un “acto político” permitir a Israel cantar al mundo como si no pasara nada?

En relación con el triunfo de Nemo, le ganadore en lenguaje no binario, representando a Suiza con The Code, también fue un acto político, en el sentido más pleno del término. Él lo expresó en estos términos en la rueda de prensa que siguió a la entrega del ansiado micrófono de cristal: “Esta experiencia completa ha sido realmente intensa, y no ha sido agradable todo el tiempo. Han pasado muchas cosas que no daban la sensación de que todo giraba alrededor del amor y la música, y que me han hecho estar triste […] Al mismo tiempo ha habido mucho amor y unidad aquí, muchas culturas encontrándose. Gente llena de positivismo y amor por la música, que realmente me han dado esperanzas. Sé que esa gente existe y necesitamos trabajar para crear un buen entorno. Realmente deseo que Eurovisión continúe apostando por la paz y el amor en el futuro. Creo que todavía hay mucho trabajo por hacer”. Igualmente, también contó que en el acto previo de la final, le prohibieron mostrar la bandera no binaria que representa su vida, su colectivo y su participación en Eurovisión.

Por último, Zorra cumplió su objetivo principal, participar en un foro de alcance humano impresionante para reivindicar el auténtico significado de su mensaje, obteniendo un puesto nada relevante desde el ranking musical impuesto por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), pero que no se justifica a tenor del éxito obtenido en las plataformas musicales de nuestro país.

Con lo expuesto anteriormente, creo que Sancho Panza tenía razón cuando quiso justificar ante el Quijote su verdadero mensaje: donde hay música no puede haber cosa mala, agregando algo rotundo a estas bellas palabras: luz da el fuego y claridad las hogueras, como lo vemos en las que nos cercan, y bien podría ser que nos abrasasen, pero la música siempre es indicio de regocijos y de fiestas. Sí Eurovisión supiera alejarse de los fuegos y hogueras que rodean el Festival, es seguro que la música nos llenaría siempre de alegría, convirtiéndose en compañera en la alegría, sin olvidar que también es medicina para el dolor. Es lo que Nemo, gran triunfador de Eurovisión, nos ha transmitido con El Código, su canción ganadora: ¿Quién decide qué está mal, qué está bien? // Fui al infierno y regresé / para encontrarme en el camino correcto. / Descifré el código.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

Andalucía ya es la cuarta Comunidad en privatización de la sanidad en España

Manifestación en Sevilla en defensa de la Sanidad Pública – 25 de marzo de 2023 / JA COBEÑA

Sevilla, 9/V/2024

Ayer se presentó por parte de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública en nuestro país, el décimo informe sobre La privatización sanitaria de las CCAA –  2024, en el que Andalucía ocupa ya el cuarto puesto de CCAA con un mayor grado de privatización, que encabeza Madrid, seguida de Baleares y Cataluña, con una clasificación que se obtiene a través de 10 indicadores objetivos y públicos: el porcentaje de funcionarios cubiertos por mutuas que eligen la atención en seguros privados, el gasto sanitario per cápita pólizas, el gasto sanitario de bolsillo per cápita, el porcentaje del gasto dedicado a concertación con centros privados, la porción de camas hospitalarias privadas, el de equipamiento de alta tecnología en hospitales privados, el número de consultas a especialistas del sector sanitario privado por 1.000 habitantes, el porcentaje de personas que han acudido al médico general privado en el último año, la presencia de modelos de colaboración público-privada y la existencia de dedicación exclusiva.

El informe explica en su introducción que “La privatización sanitaria es un gran problema de nuestro sistema sanitario público, porque incrementa los costes de manera importante y mercantiliza un derecho fundamental de las personas, uno de los pilares clave del Estado del Bienestar. Hay evidencias de que se ha extendido a todo el Sistema Nacional de Salud teniendo una intensidad variable según las CCAA atendiendo tanto al grupo político en el gobierno como a otras circunstancias. Las privatizaciones se profundizaron y diversificaron a partir de la finalización de las transferencias sanitarias en 2001 y del primer gobierno del PP a nivel central, y se han acentuado en las anteriores legislaturas, en gran parte aprovechando la excusa de la crisis económica y de la pandemia. […] Los recortes y el deterioro de la Sanidad Pública han sido y continúan siendo el principal incentivo para el crecimiento del sector privado, y por eso es una de las estrategias utilizadas para favorecer la privatización. Obviamente este aumento de la provisión y del aseguramiento privado va unido a una mayor desigualdad y a exclusiones porque solo acceden a estas fórmulas las personas con más recursos, pero también se conoce que el aumento de la financiación pública hacia el sector privado produce un aumento de la mortalidad evitable y que ello se debe a que va unida a una desfinanciación paralela de los centros de gestión pública (Outsourcing health-care services to the private sector and treatable mortality rates in England, 2013–20: an observational study of NHS privatisation. Lancet 2022)”.

Es importante resaltar que las fuentes utilizadas para elaborar este informe son públicas, Ministerio de Sanidad (MS), Instituto Nacional de Estadística, Barómetro Sanitario y Fundación IDIS, a pesar de que todavía es un reto franquear la falta de transparencia, por parte de la Administración Sanitaria del Estado y de las CCAA, en el acceso a los datos necesarios para elaborar este tipo de informes. Aún así, es importante resaltar la metodología utilizada, en la que se muestra alguna ausencia de datos exactos que pueden contaminar el resultado final del informe, como los referidos a contratación directa de los centros sanitarios con el sector privado (pruebas diagnósticas y otras actuaciones): “Hay que ser conscientes de que las cifras de contratación del sistema público con el sector privado están infraestimadas por dos motivos: la presencia del modelo de las mutualidades de funcionarios, que en su mayoría dedica fondos públicos a financiar seguros privados, y luego porque existen muchos casos de contratación directa de los centros sanitarios con el sector privado (pruebas diagnósticas, etc.) con lo que estas partidas no aparecen contabilizadas de manera diferenciada y se incluyen en los presupuestos de los centros públicos. Los ocho primeros apartados se han puntuado de 1 a 4 según la posición de cada Comunidad en los cuartiles de cada variable, considerando el más bajo el de menor puntuación. La variable 9 se ha puntuado asignando un punto a las CCAA donde existen estos fenómenos y 0 a aquellas en las que están ausentes. La variable 10 se ha puntuado asignando un punto a aquellas CCAA donde no hay dedicación exclusiva y 0 a aquellas en las que existe. Este año hemos utilizado el porcentaje de personas (sobre el total de la población) que teniendo asistencia por las Mutualidades de funcionarios han elegido la asistencia privada, en lugar del % de población cubierta por estas porque nos parece que expresa mejor el grado de privatización”.

En definitiva, el informe explica de forma sucinta la puntuación otorgada a cada variable, de lo que resulta obteniendo un promedio de 21,58 puntos con una DS (desviación estándar) de 3,27 (rango entre 16 y 28 puntos), sobre un máximo de 34 puntos posibles, con una ratio máximo/mínimo de 1,75. Después de calcular los percentiles de los resultados obtenidos, se clasifican las CCAA en tres grupos: mayor grado de privatización (mayor al percentil 75 = 24,5), privatización intermedia (entre percentil 25 y 75) y menor grado de privatización (menor del percentil 25=19):

CCAA con un mayor grado de privatización:

1. Madrid 28

2. Baleares 27

3. Cataluña 26

4. Andalucía 25

CCAA con un grado intermedio de privatización:

5. Aragón 24

6. Valencia 24

7. Asturias 23

8. Canarias 23

9. Murcia 22

10. Castilla y León 21

11. Cantabria 20

12. Galicia 20

13. País Vasco 19

14. La Rioja 19

CCAA con menor grado de privatización:

15. Castilla – La Mancha 18

16. Extremadura 16

17. Navarra 16

Finalmente, destaco los comentarios del informe, resaltando los que tienen especial incidencia en Andalucía, que se refieren al aumento de la privatización en dos puntos respecto al informe anterior, ocupando el cuarto puesto indicado al principio, con una evolución alarmante desde 2020 y el menor grado de privatización que mantenía en los informes anteriores, según se puede visualizar en la tabla que figura a continuación, así como la evidencia de la injusta desigualdad que se vuelve a constatar entre las diferentes CCAA en este ámbito de privatización sanitaria, de la que Andalucía es un fiel reflejo de lo que está pasando:

1.  Los datos se corresponden mayoritariamente a 2023 y solo alguno a 2022, siendo los últimos disponibles.

2. Se ha producido un aumento de la privatización, en la provisión y en la financiación de nuestro sistema sanitario en general, especialmente importante a partir de 2009. Conviene recordar que según los últimos datos de la OCDE (noviembre de 2023) el gasto sanitario privado en España es del 28% del total del gasto sanitario (media OCDE 24%) y el gasto de bolsillo se sitúa en el 21% del total (media OCDE 18%), datos que han empeorado desde 2022, y que además se ha incrementado de manera importante el aseguramiento privado.

3. La tabla siguiente recoge la clasificación en 5 informes, el primero, el de este año y los de 2019, 2020, 2022 y 2023, (en los 5 primeros años se analizaron las mismas variables, en 2019 se incluyeron 2 más, en 2020 no se pudo incluir una, en 2022 vuelve a recuperarse una más, aunque proveniente de una fuente distinta y en 2023 se mantienen las mismas variando la fuente en 2 de ellas y en 2024 se cambia la fuente de 1). Se observa que 3 de las 4 primeras CCAA con más privatización en 2024 ya estaban en 2014 en este grupo donde han permanecido con algún cambio de posición. La primera es la misma en todos los informes (Madrid) y las otras 2 (Cataluña y Baleares) han ido cambiando de posición.

4. En el grupo con menor nivel de privatización sólo se mantiene Extremadura en todos los informes, que hace 2 años dejó de ser la Comunidad Autónoma con menor grado de privatización. Este año en este grupo están también Castilla – La Mancha y Navarra que se incorporan en este informe.

5. Los movimientos más llamativos en cuanto a mayor privatización entre los dos últimos informes son el de Cantabria que aumenta 6 puestos, Murcia y Aragón que aumentan 4 , Asturias 3 , Andalucía y Valencia que aumentan 2 y Baleares y País Vasco que aumentan 1.

6. Bajan Navarra 12 puestos (el año anterior había aumentado 8), Galicia 5, Canarias 4, La Rioja 2, y Cataluña 1. Solo 3 CCAA mantienen la misma posición que en 2023 (Madrid a la cabeza y Castilla – La Mancha y Extremadura en las últimas posiciones).

7. Es importante tener en cuenta que la privatización ha aumentado en todas las CCAA, lo que se evidencia con el aumento de la puntuación media de 1,41 puntos, y por lo tanto el resultado y los movimientos en la clasificación solo recogen la mayor o menor intensidad que ha alcanzado en cada Comunidad Autónoma en concreto.

8. Como suele ser habitual en los estudios sobre los sistemas sanitarios de las CCAA se objetiva una gran desigualdad entre las mismas, la ratio entre la puntuación máxima y mínima es de 1,75 (que ha disminuido desde 2,46 en 2023), lo que evidencia que en la privatización de los servicios sanitarios, hay diferencias excesivas que suponen una falta de cohesión del Sistema Nacional de Salud.

El corolario final del informe no deja lugar a dudas: “La principal limitación del estudio está en la ausencia de transparencia de las administraciones sanitarias que dificulta enormemente el encontrar datos homogéneos para todas las CCAA, lo que es un fraude a la ciudadanía que es la que las sufraga con sus impuestos y un incumplimiento notorio de la denominada “ley de transparencia”, que desgraciadamente no ha mejorado de manera sustancial la información sanitaria disponible”.

Una vez más, expongo con datos el progresivo desmantelamiento ordenado de la sanidad pública en nuestro país, del que Andalucía no escapa, con cifras y argumentos que permiten emitir juicios bien informados, como evaluación técnica y ética de lo que está pasando y estamos viendo todos los días. Asimismo, también es importante analizar con detalle lo manifestado en un artículo del diario El País publicado el pasado 25 de abril, La sanidad privada no para de crecer ante la crisis de la pública: uno de cada cuatro españoles tiene una póliza, que sintetiza muy bien la preocupante situación de la privatización sanitaria en nuestro país: “Con una sanidad pública española tocada tras la pandemia y las mayores listas de espera de la historia, la privada no para de crecer. El último informe de la Fundación IDIS (que defiende los intereses de las empresas del sector) desgrana los datos más recientes ―de diferentes fuentes y años― y pone negro sobre blanco esta realidad: el gasto en sanidad privada superó en 2021 los 36.800 millones de euros, un 14% más que el ejercicio anterior, y los seguros crecen cada año: 12,4 millones (una cuarta parte de la población) en 2023, casi 400.000 nuevos con respecto a 2022. Casi uno de cada tres euros que se gastan en sanidad en España procede del bolsillo de los ciudadanos, ya sea para pagar seguros, intervenciones concretas, medicamentos o consultas que casi siempre se salen de la pública, como la del dentista o el óptico. Esto supone un 3,05% del PIB nacional”.

Nos quedan la acción popular y la palabra para denunciar en todos los foros posibles un hecho indiscutible, la privatización a pasos agigantados de la sanidad pública. Estamos, una vez más, avisados e informados.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!