Europa siempre ayuda a levantarnos ante la adversidad

Sevilla, 9/VI/2024

Sigo defendiendo la tarea diaria de cumplir un sueño: ser andaluz en Europa, no sin ella, construyendo un mundo local diferente, basado en el respeto a los derechos sociales para compartir educación, salud, servicios sociales e ilusiones íntimas en igualdad, es decir, sueños. Con la ayuda de Europa, a la que Andalucía debe tanto, porque con el dinero europeo compartido hemos podido construir y mantener, por ejemplo, la historia de salud mejor contada en mi Comunidad, la historia digital de Salud, “Diraya”, conocimiento en nuestra lengua, una palabra que aprendí de Averroes cuando la defendió hace ya varios siglos, desde Andalucía, frente a la tradición, riwaya, que nunca frecuenta el futuro.

Hace diez años, en un día en el que también se celebraban las elecciones europeas, escribí un artículo, Europa se levanta, que tiene hoy todo su sentido, cuando sólo faltan unas horas para saber si Europa se puede levantar con nuevos programas políticos, urgentes y necesarios, que llevarán a cabo las personas que tendrán el encargo, por mayoría, de ejecutarlos. Es una oportunidad de iniciar ahora un camino diferente al actual, donde tenga cabida el cumplimiento de objetivos para una Europa diferente, donde los valores educativos y sociales, con el denominador común de trabajo para todos, dando acogida a la inmigración desesperada tal y como lo contemplamos a diario en los medios de comunicación, permita vislumbrar una forma diferente de ser en Europa, en España, en Andalucía. 

En aquella ocasión, recordaba una película maravillosa, El viento se levanta, dirigida por Hayao Miyazaki, un maestro de la animación, que culminaba su carrera con el Oscar que le otorgaron en la edición de 2014. Está basada en una obra homónima del escritor japonés Kaze Tachinu(The Wind Has Risen (風立ちぬ?), 1936–37), que da vida a un poema de Paul Valéry, Le cimetière marin (El cementerio marino), que comienza con esta frase:

“Le vent se lève! . . . il faut tenter de vivre!
L’air immense ouvre et referme mon livre,
La vague en poudre ose jaillir des rocs!
Envolez-vous, pages tout éblouies!
Rompez, vagues! Rompez d’eaux réjouies
Ce toit tranquille où picoraient des focs!” 

El mensaje de la película se centra en la posibilidad que tiene el ser humano de lograr que se cumplan los sueños, siempre que se actúe de forma consecuente con tales deseos, a base de constancia, con esfuerzo diario, sorteando dificultades, pero sobreponiéndose a las mismas, en una dialéctica permanente de amor/odio, alegría/tristeza, superación, caídas… Es lo que ocurre al ingeniero Jirō Horikoshi, el niño protagonista de esta bella historia que sueña con ser piloto, pero ante la miopía que sufre y que le impedirá serlo, busca la alternativa a su realidad física, utilizando su inteligencia para construir aviones, no pilotarlos. Y aviones para un doble uso, donde el ser humano tiene que decidir sobre su función final, con la paradoja de que también pueden destinarse para hacer la guerra, no el amor, como le sucedió a él.

Ya se lo dijo en sueños un día Giovanni Battista Caproni, el gran diseñador italiano de aviones: «Escúchame, muchacho japonés. Los aviones no son una herramienta para la guerra, ni un negocio para ganar dinero. Los aviones son hermosos sueños y los ingenieros hacemos realidad esos hermosos sueños».

Me gustaría hoy soñar con una Europa diferente, porque es posible, siempre que seamos conscientes de que el voto particular de cada europeo, siendo más de 360 millones de votantes, es necesario para que se pueda seguir construyendo un mosaico de dignidad humana, en el que tengan cabida los sueños de cada uno, superando invasiones, migración, falta de trabajo diario, problemas agrarios, altibajos de la economía, contrapuntos en el amor y en la familia, fracasos personales y colectivos, equivocaciones y mezquindad humana. De esta forma, hoy, 9 de junio de 2024, día de las elecciones europeas, podríamos entender mejor el poema de Valéry, el hilo conductor de la película de Miyazaki y la vida de su estrella invitada: Jirō Horikoshi:

Me atrevería a decir hoy, con el espíritu de Valéry, que:

¡Europa se levanta…! ¡hay que intentar vivir en ella!

El viento de la crisis ha abierto y cerrado muchas páginas
en los libros de nuestras vidas.

¡Aprovechemos la fuerza del viento de las elecciones, en esta nueva etapa, para levantarnos e iniciar una nueva vida!

Es verdad: Europa es un hermoso sueño.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.