
Sevilla, 31/VIII/2024
En mi reciente visita al Museo Provincial de Lugo, con un fondo histórico extraordinario, descubrí en una exposición temporal, Ver y tocar: escultoras en el Museo Tiflológico, con el patrocinio de la ONCE, un espacio que permite interactuar con 12 obras de artistas de forma diferente, a través del tacto, para todo tipo de visitantes, incluyendo aquellos que no tienen discapacidad visual grave, como era mi caso. Como se expone en el catálogo de la exposición, el Museo Tiflológico de la ONCE, de donde proceden las 12 obras elegidas, «fue inaugurado en Madrid en el año 1992 , con la misión de facilitar el acceso a la cultura a las personas con discapacidad visual, promocionar a artistas con discapacidad visual afiliados y afiliadas a la ONCE; y ofrecer a todas las personas que nos visitan una forma diferente de disfrutar de las colecciones, ya que se define como un Museo para ver y tocar».
Entre la selección de obras expuestas, me impresionó una de Mercedes Rodriguez Elvira (Santander, 1950), en la que la cabeza de la madre está realizada en cemento armado patinado, y la del niño en bronce, con un título conmovedor, Ojos que no ven, corazón que sí siente, que ella presenta con palabras que llevan su sentimiento dentro: “Concebí Ojos que no ven, corazón que sí siente, como homenaje a los sentimientos de las personas invidentes. La idea más concisa de la maternidad, me pareció la mejor para tal fin. Para ello adapté un retrato de uno de mis hijos pequeños e imaginé la caricia amorosa de una madre invidente, rozando su sien; para lo cual, vendé sus ojos y escribí en braille, el título en la parte inferior de la obra“.
Creo que esta exposición temporal ayuda a comprender que los Museos tienen que cambiar y cumplir una función de cercanía con quienes los visitan, permitiendo que interactúen con las obras expuestas siempre que técnicamente sea posible. La función museística tiene que cambiar radicalmente y esta exposición trifológica es una muestra de ello, entendiendo que la palabra trifología viene del griego τυφλός typhlós ‘ciego’ y logía ´ciencia´, como una parte de la medicina que estudia la ceguera y los medios de curarla. Si, además, se acompañan estas muestras de diversidad existencial con actividades culturales e integradoras de todo tipo, el éxito del interés público museístico estará garantizado. La ciudadanía pasará de visitarlos de forma pasiva, para interactuar plenamente. Ese es el giro copernicano que se debería producir ya en nuestro país, donde en el Directorio de Museos y Colecciones de España, publicado por el Ministerio de Cultura, aparecen registrados más de 1500 instituciones museísticas que «se caracterizan por presentar una gran diversidad tipológica, territorial, de colecciones o incluso de titularidad y gestión, destacando que en España la mayoría de ellas son públicas». Todas las posibilidades están abiertas y desde el Ministerio se deberían definir directrices en el ámbito de participación anteriormente expuesto, fijando políticas museísticas públicas en tal sentido.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
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¡Paz y Libertad!

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