Necesito leer “Nexus”, el nuevo ensayo de Yuval Noah Harari

Yuval Noah Harari, Nexus

Sevilla, 14/IX/2024

Ayer abandoné definitivamente el trasatlántico digital “X”, capitaneado por un peligroso líder, Elon Musk, convertido a la facción ultraderechista del mundo, para volver a mi patera de siempre: no tiene quilla, es insegura por definición y sólo depende de mi mente y mis brazos para navegar y tomar el rumbo adecuado en este mundo al revés. Lo he manifestado muchas veces en este cuaderno de inteligencia digital que busca islas desconocidas, porque pertenezco a una generación convencida de que todos no vamos en el mismo barco. Ese conformismo me rebela continuamente y prefiero el riesgo de navegar en patera surcando con mi ansiada libertad mares procelosos, algo en lo que se han convertido hoy las redes sociales.

Aprendí de Miguel Hernández, hace muchos años debido a mí matusalénica edad (que diría Benedetti), que para la libertad, sangro, lucho, pervivo, que para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos. Por ello creo que la gente de bien, frente a la gente de mal en las redes sociales, que son legión en el mundo, en nuestro país, en mi Comunidad, debemos crear, al igual que deseaba Miguel Hernández, futuras miradas, solidarias, respetuosas con los demás, dignas y luchadoras en favor de una democracia que proteja el bienestar para todos.

Estas son las razones para buscar conocimiento que me permita proteger valores inalienables y el nuevo libro de Yuval Noah Harari, Nexus, creo que lo ofrece por lo que he podido leer sobre él hasta ahora. Harari es un autor al que sigo desde la publicación de Sapiens, una obra magna. La sinopsis oficial ayuda a comprender el hilo conductor de la nueva obra: “En Nexus, Harari contempla a la humanidad desde la amplia perspectiva de la historia para analizar cómo las redes de información han hecho y deshecho nuestro mundo. Durante los últimos 100.000 años, los sapiens hemos acumulado un enorme poder. Pero, a pesar de todos los descubrimientos, inventos y conquistas, ahora nos enfrentamos a una crisis existencial: el mundo está al borde del colapso ecológico, abunda ladesinformación y nos precitamos hacia la era de la I.A. Con todo el camino andando, ¿por qué somos una especie autodestructiva? A partir de una fascinante variedad de ejemplos históricos, desde la Edad de Piedra, pasando por la Biblia, la caza de brujas de principios de la Edad Moderna, el estalinismo y el nazismo, hasta el resurgimiento del populismo en nuestros días, Harari nos ofrece un marco revelador para indagar en las complejas relaciones que existen entre información y verdad, burocracia y mitología, y sabiduría y poder. Examina cómo diferentes sociedades y sistemas políticos han utilizado la información para lograr sus objetivos e imponer el orden, para bien y para mal. Y plantea las opciones urgentes a las que nos enfrentamos hoy en día, cuando la inteligencia no humana amenaza nuestra propia existencia”.

En tiempos de polarización política, pensamiento único, deserciones políticas, corrupción, noticias falsas, desencanto con casi todo lo que se mueve, justificaciones imposibles, desafección del compromiso social y mala prensa del sector público, es fácil iniciar conversaciones en las que los que piensan de forma diametralmente opuesta a nuestras convicciones suelen rematar la faena dialógica diciendo con sonrisa sarcástica algo que me enerva: al fin y al cabo, da igual lo que estamos discutiendo porque estamos diciendo lo mismo. Por si había alguna duda sobre este aserto tan vano, agregan un estrambote final más impresentable todavía: es que todos vamos en el mismo barco. No. Hay que huir como de la peste de las personas que opinan de esta forma con maniobras envolventes, para agregarnos al Club de los Tibios, Tristes e Indignos, que todos los días fletan barcos de desencanto y conformismo, porque no soportan verte en la cola del Club que está siempre enfrente: el de las Personas Dignas, siempre abierto, sobre todo para los que navegan en patera, en mares sociales procelosos y no suelen tirarse al mar cuando la sociedad en general va a la deriva.

Me quedo hoy con la última frase de la citada sinopsis: “La información no es el principio activo de la verdad; tampoco una simple arma. Nexus explora el esperanzador término medio entre estos extremos”. Es lo que busco ahora a bordo de mi patera virtual.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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¡Paz y Libertad!