Sevilla, 25/X/2024
La canción interpretada por Joan Manuel Serrat, Aquellas pequeñas cosas, después de su breve discurso al recibir hoy el Premio Princesa a las Artes 2024, que al haber sido bueno, considero dos veces bueno (Baltasar Gracián, dixit), simboliza el mejor agradecimiento a un premio que, a los que le valoramos a través de su vida y obra, consideramos merecido, justo y necesario en un mundo descreído y falto de valores.
Creo que Serrat ha dado hoy una gran lección de dignidad humana, en tan sólo tres minutos de su memoria histórica y muy cerca, a su vez, de una realidad de mercado que le rodea, nos rodea, y que ha denunciado: “Tal vez por eso no me gusta el mundo en que vivimos, hostil, contaminado e insolidario, donde los valores democráticos y morales han sido sustituidos por la avidez del mercado, donde todo tiene un precio. No me gusta ser testigo de atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas”. Por esta razón, adjunto el texto oficial de su intervención, con las modificaciones y pausas cargadas de sentimientos y emociones al pronunciarlo personalmente:
Majestades,
Altezas Reales,
dignísimas autoridades,
distinguidos premiados,
señoras y señores.
Buenas tardes.
Se me ha recomendado brevedad. Me parece muy prudente. Por mi experiencia, la brevedad, en general, siempre se agradece.
En mis años universitarios, obligado a complementar la magra beca de estudios, antes de que fuesen remuneradas mis habilidades en el mundo de música, tuve que recurrir, como tantos de ustedes, a empleos eventuales. En uno de ellos, para casos de urgencia de los empleados, la empresa tenia habilitado un teléfono que funcionaba a base de fichas celosamente controladas por el encargado, un hombre de confianza de la casa, que racionaba el tiempo en
plan estajanovista y distribuía celosamente los codiciados objetos. Tiene para tres minutos joven, tal vez le parezca poco tiempo, pero cuando se tiene algo importante que comunicar, tres minutos son mas que suficientes”.
Trataré.
Como ven, soy un señor mayor tirando a viejo. Vengo de una larga posguerra y de una familia humilde que me dio lo mejor que podrán hallar en mi. En el camino azaroso fui encontrando las razones para seguir adelante y con el
impulso de los sueños llegué hasta aquí.
Soy una persona que se siente querida y respetada, a la que le gusta su oficio. Cantar y escribir canciones.
Soy un hombre partidario de la vida.
Prefiero los caminos a las fronteras, la razón a la fuerza y el instinto a la urbanidad.
Soy un animal social y racional que necesita del hombre mas allá de la tribu.
Creo en la tolerancia. Creo en el respeto al derecho ajeno y el diálogo como la única manera de resolver los asuntos justamente.
Creo en la libertad, la justicia y la. Valores que van de la mano o no lo son.
Tal vez por eso no me gusta el mundo en que vivimos, hostil, contaminado e insolidario, donde los valores democráticos y morales han sido sustituidos por la avidez del mercado, donde todo tiene un precio. No me gusta ser testigo de atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas.
No me conformo al ver los sueños varados en la otra orilla del rio.
¿Cuándo llegará el tiempo de vendimiar los sueños?, me pregunto de mala gana, al ver partir a los amigos sin cosechar.
Quiero dejar el recuerdo de un buen hombre, justo y agradecido y espero no haber llegado hasta hoy para mostrar gratitud y afecto a quienes generosamente me han regalado su
amistad, su compañía y su consejo pero, por si acaso desde aquí, quiero dar las gracias a mis maestros que han sido muchos, a mis compañeros, a los amigos que han compartido el
camino conmigo y que me han estimulado y ayudado a sabiendas o no a recorrerlo y sobre todo quiero agradecer a mi mujer haberme permitido compartir la vida con ella.
Gracias a mis padres que me la dieron y a mis hijos y a mis nietos que son mi mayor orgullo.
Gracias a los que han hecho suyas mis canciones y a todos los que desde los cuatro puntos cardinales se alegran conmigo al ver mi nombre unido a la rotunda lista de galardonados con
este Premio.
Gracias por su tiempo y buenas tardes.
Es verdad que las pequeñas cosas de la vida ordinaria, las convierte en grandes y hermosas, a través de sus canciones, el gran Serrat.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
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