Diversión y compromiso en un mundo patas arriba, al revés (II)

Sevilla, 8/I/2025

Lo he manifestado en diversas páginas de este cuaderno digital: “La verdad es que a veces tengo la sensación de vivir en un mundo al revés. Eduardo Galeano ya nos lo mostró de forma directa y sin paños calientes en una obra que, como tantas otras, han pasado bastante desapercibidas en nuestro país. Nos invitó, hace ya veintiséis años, a entrar en la escuela de ese mundo tan opresivo para personas que buscan otra forma de ser y estar en el mundo de todos y lo sintetizó en unas palabras, Si Alicia volviera,  que no olvido: “Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies” (1).

En este mundo al revés, quiero resaltar hoy, de nuevo, la dialéctica que aprendí en mis años jóvenes del filósofo Blas Pascal, cuando relacionaba diversión (divertissement) y compromiso (engagement). Dos opciones en busca de una solución al largo caminar en la vida.

Cuando comienza en estos días el calendario gregoriano de 2025, quiero detenerme en el análisis de la percepción del mundo al revés por parte de todos y, lógicamente, por el comportamiento de la ciudadanía de este país, reflejado en el último barómetro del CIS, de noviembre de 2024, porque la realidad que gravita sobre la mente de estas personas que emiten juicios de valor, es que el mundo no funciona y que sus respuestas “mundanas” no bastan para explicar lo que está pasando. También, porque cuando opinan necesitan verter hacia el exterior su desencanto y desafección política en la mayoría de los casos, con mucha desorientación en este mundo al revés, que no propicia el aprendizaje de la esencia del compromiso activo (engagement), fundamentalmente porque la educación cívica e ideológica que han recibido está llena de lagunas históricas no inocentes y muy desorientada en cada aquí y ahora, el clásico hic et nunc. De ahí, al divertimento (divertissement) pascaliano, sólo hay un paso

La esencia del problema, desde mi visión particular, está en la realidad del mundo al revés, tan magistralmente expuesto por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, en el libro citado anteriormente:

¡Vayan pasando, señoras y señores!

¡Vayan pasando!

¡Entren en la escuela del mundo al revés!

¡Que se alce la linterna mágica!

¡Imagen y sonido! ¡La ilusión de la vida!

¡En obsequio del común lo estamos ofreciendo!

¡Para ilustración del público presente y buen ejemplo de las generaciones venideras!

¡Vengan a ver el río que echa fuego!

¡El Señor Sol iluminando la noche!

¡La Señora Luna en pleno día!

¡Las Señoritas Estrellas echadas del cielo!

¡El bufón sentado en el trono del rey!

¡El aliento de Lucifer nublando el universo!

¡Los muertos paseándose con un espejo en la mano!

¡Brujos! ¡Saltimbanquis!

¡Dragones y vampiros!

¡La varita mágica que convierte a un niño en una moneda!

¡El mundo perdido en un juego de dados!

¡No confundir con las groseras imitaciones!

¡Dios bendiga a quien vea!

¡Dios perdone a quien no!

Personas sensibles y menores, abstenerse.

(Basado en los pregones de la linterna mágica, del siglo dieciocho)

Bajando a nuestra realidad en España, se me ocurre elaborar un nuevo pregón en defensa de los que no comprendemos este mundo al revés: ¡Pasen y vean, el mayor espectáculo del mundo al revés!, como dicen ahora los directores de pista del Circo Nacional, de cuyos nombres no quiero acordarme, pero que casi todos conocemos.

¡Vayan pasando y vengan a ver…, los principales problemas del país!

¡Los problemas políticos en general!

¡La vivienda!

¡La crisis económica y los problemas de índole económica!

¡El paro!

¡La inmigración!

¡El mal comportamiento de los/as políticos/as!

¡Los problemas relacionados con la calidad del empleo!

¡El Gobierno y partidos o políticos/as concretos/as!

¡La sanidad!

¡Los problemas relacionados con la juventud. Falta de apoyo y oportunidades para los jóvenes!

En este pregón de una linterna mágica rediviva, improvisado para describir ahora la realidad de lo que está pasando en este país uno nos gusta, he recogido con exactitud el orden cronológico de las respuestas dadas en el último barómetro del CIS, correspondiente a noviembre de 2024, no el mundo al revés de ficción o el que diseñan los hombres de negro desde un apartamento en Manhattan, sino de lo que de verdad está pasando por la cabeza de las personas de este país representadas en el barómetro y ante la siguiente pregunta con respuestas espontáneas: “¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”, dando el resultado por totales según lo expuesto anteriormente, habiendo escogido por mi parte los doce primeros problemas señalados por las personas encuestadas, por orden de relevancia, a los que personalmente añadiría los cinco siguientes, entre otros, a título meramente indicativo, no exhaustivo:

Junto a lo expuesto anteriormente, ¡vayan pasando y vengan a ver…, otros problemas importantes del país!

¡La demolición progresiva del Estado de Bienestar y sus grandes pilares: la educación, la sanidad, los servicios sociales y atención a la dependencia, y el derecho a una vivienda digna!

¡La pobreza severa y exclusión social, con daños importantes en niños niñas del territorio nacional!

¡La falta de acuerdos, unidad y capacidad de colaboración, en el ámbito parlamentario, que desembocan en una alarmante situación de inestabilidad política!

¡La violencia de género y el acoso escolar!

¡Las noticias falsas, los bulos y las máquinas de fango!

Lo expuesto está afectando a la población en general, pero sobre todo a los más jóvenes. La di-versión [así, con guion] y el compromiso, que pueden caminar juntos, hay que plantearlos con este principio de realidad, no olvidando que el sentir común es de sensatez extrema y que lo que necesitamos es que se atienda a lo que realmente nos pasa a todos. Lo que pasa es que los que tienen que tomar decisiones, no saben o ignoran muchas veces lo que nos pasa. Sobre todo, a los más jóvenes, sin olvidar tampoco a los mayores, injustamente tratados en muchos casos, en el ocaso de sus vidas. Divertirse o comprometerse, esa es la cuestión.

(1) Eduardo Galeano (1998). Si Alicia volviera, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés. Madrid: Siglo XXI Editores de España.

UCRANIA, GAZA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA O LO MISMO MÁS PARECIDO A ELLA, EN GENERAL

¡Paz y Libertad!