La firma con rotulador negro, no inocente, del presidente Trump

El presidente de EE UU, Donald Trump, firma un decreto en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el pasado lunes. JIM LO SCALZO / POOL (EFE)

Sevilla, 24/I/2025

Han pasado sólo unos días de la firma de estilo electrocardiográfico, compulsiva y estrambótica, no inocente, por parte de Mr. Trump, de órdenes ejecutivas revocando y desmantelando de un «plumazo» (dice él textualmente) regulaciones múltiples de Biden, las salidas de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París o de la OMS, ordenando redadas en busca y captura de inmigrantes, entre otras lindezas, actos llevados a cabo en diferentes escenarios, públicos y privados, inmediatamente después de su toma de posesión, con un protagonista de excepción, el rotulador negro de marca Sharpie, punta gruesa, que los lanzaba a sus seguidores de forma circense después de estampar su firma en los documentos oficiales, en el pabellón deportivo Capital One Arena de Washington DC, entre atronadores aplausos y vivas del público asistente al “espectáculo”. Se sabe que la relación de Trump con los rotuladores Sharpie es una auténtica historia de amor o guerra (se habla incluso del hashtag #SharpieGate y memes virales por lo que ocurrió con su pronóstico tan particular del huracán Doria en 2019, dibujado con este rotulador en el despacho oval de la Casa Blanca), de tal forma que la empresa americana que los fabrica, perteneciente al conglomerado Newell Brands, creó un rotulador personalizado para él, grabado con su firma en oro, según lo anunció en 2019 The New York Times y Business Insider, ocupando un lugar preferencial en su despacho.

Ayer leí en una fuente de información creíble, el diario El País, en referencia a lo comentado anteriormente, que “Gobernar a golpe de decreto puede proporcionar victorias rápidas para un público desencantado con el sistema, pero este enfoque centrado en el presidente distorsiona los límites constitucionales del cargo, fomenta la inestabilidad política y socava el espíritu colaborativo de un sistema democrático. Alimentando el ansia de una acción inmediata, Trump ha garantizado desde el primer día la continuidad de esta tendencia hacia la acción unilateral. Le domina la sensación de urgencia con solo un mandato por delante. ¿Por qué esforzarse en llegar a un compromiso en el Congreso cuando una sola firma ofrece una gratificación inmediata? Sin embargo, es un enfoque frágil. Las acciones ejecutivas pueden ser anuladas por un tribunal, por la oposición legislativa o simplemente por el siguiente presidente, lo que demuestra que la tinta de la pluma presidencial no es permanente”.

Es verdad, la tinta negra del rotulador Sharpie de Trump, es un símbolo de la fugacidad de un instrumento que ojalá se parezca un día no lejano, a lo que le ocurrió al famoso lápiz azul que utilizaba la censura durante la dictadura de Salazar en Portugal, de la marca Viarco, modelo Olímpico 291: ”Los censores de revistas y periódicos de la dictadura de Salazar solo usaban el color azul para sus anotaciones y tachones porque, en el caso de que acabaran en imprenta por error, no salían: las máquinas solo reproducían el negro sobre blanco. Un lápiz concreto se convirtió en símbolo de la censura: el Viarco Olímpico 291. Con la llegada de la democracia, la propia marca hizo una nueva versión que llamó “mi libertad”.

Como una imagen vale más que mil palabras, adjunto a continuación uno de los memes que se publicaron en Twitter, en septiembre de 2019, durante el primer mandato presidencial de Trump, al que sobran comentarios, porque se entiende a la perfección en el momento político actual, sobre todo al firmar las nuevas órdenes ejecutivas relacionadas con la deportación y el envío del ejército al muro construido en la frontera entre EE. UU. y México. El título del meme se explica por sí solo: La Casa Blanca publica nueva fotografía del muro fronterizo terminado por Trump, con el trazado simulado del muro, utilizando el famoso rotulador Sharpie.

Ojalá llegue el día en el que la marca Sharpie haga también una nueva versión en formato low cost de este rotulador, que lleve impresa la leyenda “mi libertad es la de todos”, la de millones de personas afectadas por la firma en negro de las órdenes ejecutivas de Trump, que tanto daño humano hará a partir de la fecha de su estampación en documentos que nunca se tendrían que haber firmado. La edición de ese nuevo rotulador Sharpie, al igual que pasó con el lápiz azul, Olímpico 291, utilizado por la censura de la dictadura portuguesa, podría llevar esa nueva leyenda que repito: mi libertad es la de todos. Ese es el verdadero mensaje aleccionador, metafórico por supuesto, que quiero compartir hoy con la malla pensante de la humanidad, la Noosfera, según Teilhard de Chardin. Al buen entendedor con pocas palabras basta.


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: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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