¿Qué datos se conocen sobre el acoso escolar y ciberacoso, en España, en la infancia y la adolescencia?

Sevilla, 30/III/2025 – 15:45 h (CET+2)

Estoy todavía conmocionado y conturbado al haberse publicado el pasado miércoles, en un programa de televisión, las imágenes de una agresión de cuatro alumnos, de entre 16 y 17 años, a un compañero con parálisis cerebral, en un instituto de Santander, en las que se ve cómo le acosan y se burlan de él, defendiéndose como podía e intentando escapar de ellos en su silla de ruedas. Creo que han conmovido a la opinión pública sensata de este país y lo que traducen estas imágenes es que la educación institucional tiene un serio problema de convivencia que va a más y sin visos inmediatos de solución. Esta es la razón de por qué he investigado cómo podía conocer datos fiables y recientes de la situación de acoso y ciberacoso en España, bullying , localizando un informe después de diversos análisis de fiabilidad profesional en este tipo de documentos, I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia, llevado a cabo por la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación ColaCao, concretamente por la Unidad de Psicología Preventiva dependiente de la Facultad de Psicología y dirigido por la profesora María José Díaz-Aguado Jalón.

Quien lee páginas de este cuaderno digital sabe la importancia que doy a la obtención de datos fiables, para conformar juicios bien informados que nos permitan evaluar este tipo de noticias, en las que muchas veces el relato mata al dato. Por esta razón he leído atentamente el estudio, del que se obtienen las siguientes conclusiones, también facilitadas por el mismo, bajo un epígrafe impactante: casi dos alumnos por clase sufren acoso escolar en España. Con este primer dato relevante, es importante contextualizar los más significativos , en una síntesis obligada que no exime de la lectura pormenorizada del estudio completo:

• La investigación, una de las más completas hasta la fecha en nuestro país con una muestra de casi 21.000 estudiantes de las 17 comunidades autónomas, refleja que desde 4º de primaria hasta 4º de secundaria hay un 6,2% de alumnos que se reconocen como víctimas de acoso escolar.

• 1 de cada 3 víctimas de bullying afirma no explicárselo a nadie: el miedo y no querer preocupar a sus familiares, los dos motivos principales.

• Se reconocen como acosadores un 2,1%: hay un acosador/a por cada dos clases. Un 16,3% de estudiantes- casi 5 estudiantes por aula- afirman haber presenciado situaciones en las que se ha acosado a un/a compañero/a del mismo centro en los últimos meses.

• El 19,2% del alumnado reconoce haber sufrido situaciones de maltrato entre estudiantes que podrían derivar en acoso escolar, tales como llamar por motes o burlarse. En el caso del ciberbullying, las víctimas de estas situaciones ascienden al 10,3%.

• Haber sufrido acoso escolar incrementa el riesgo de sufrir ciberacoso: casi la mitad de las víctimas de bullying (46,4%) reconoce haber sufrido alguna situación de maltrato digital.

• La relación del bullying y el suicidio es muy alarmante: en el caso del acoso escolar, el 20,4% de las víctimas y el 16,8% de los acosadores declaran haber intentado quitarse la vida alguna vez. En el caso del ciberacoso, este dato es del 21,1% de las víctimas y del 24,9% de los acosadores.

Sobre la actuación impresentable de acoso al adolescente con parálisis cerebral que comentaba al principio, se sabe a la fecha en la que escribo estas líneas que la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria ha activado el protocolo de acoso escolar y que el centro educativo donde sucedió este lamentable hecho ha abierto un expediente disciplinario a los menores implicados en la agresión, junto a medidas cautelares y la expulsión del instituto durante cinco días, el plazo máximo que permite la ley, aunque también se conoce ya que pero al iniciarse un procedimiento por vía judicial por parte de la familia del adolescente, se ha paralizado el citado expediente administrativo.

He leído también una noticia que reproduce perfectamente la gravedad del acoso escolar y ciberacoso en nuestro país, todavía más acusada en menores discapacitados: “Inazio Nieva, de 25 años y nacido en el pueblo vizcaíno de Leioa, se muestra conmovido por este caso porque le ha recordado lo que él vivió hace 10 años. Tiene parálisis cerebral y es divulgador de la discapacidad. “Caí en depresión, no tenía amigos”, rememora. Sufrió acoso escolar en los dos centros educativos en los que estuvo, del primero asegura que se tuvo que ir porque la situación le resultaba insostenible, cuenta que padecía agresiones verbales. “Las monitoras del recreo miraban hacia otro lado”, denuncia. En el segundo, sufrió violencia física, pero asegura que los profesores supieron atajar la situación en cuanto un vídeo, similar al que se ha conocido este miércoles, llegó a sus manos. “El moratón lo vemos todos, pero las secuelas son invisibles y pueden quedar de por vida”, dice mientras explica que ocho de cada 10 alumnos con discapacidad han sufrido bullying. El dato procede del estudio Acoso y ciberacoso elaborado por Fundación ONCE y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), en 2023, que también muestra que las burlas, el aislamiento y el rechazo son las modalidades de violencia más frecuentes.

Sobran más comentarios. Lo importante ahora es actuar inmediatamente ante teste tipo de situaciones y establecer protocolos efectivos que permitan actuar de forma preventiva y no sólo reactiva, rodeada de silencios cómplices, en la convivencia escolar. Es lo que he descubierto también como preocupación educativa estatal y pública, a través de una publicación científica de sumo interés, Indicadores para evaluar y mejorar la convivencia escolar, por parte de la profesora María José Díaz-Aguado, autora del estudio anteriormente citado, cuya sinopsis oficial ayuda a comprender bien su hilo conductor: “El estudio es una herramienta que permite medir y valorar el grado de cumplimiento de los objetivos que los centros educativos se proponen para mejorar la convivencia escolar. En él se recogen elementos y propuestas que son el resultado de más de cuatro décadas de estudio. Los indicadores que se presentan en el primer capítulo reflejan la calidad global de la convivencia en el centro; en el segundo capítulo se muestran los indicadores para evaluar oportunidades y problemas de las relaciones de amistad entre el alumnado, así como pautas para favorecer dichas relaciones; en el siguiente capítulo se analizan las relaciones entre el alumnado y el profesorado; en el cuarto se exponen los indicadores para evaluar la relación entre la escuela y las familias desde diferentes perspectivas; y el último capítulo se centra en los indicadores que permiten el diagnóstico global de la convivencia escolar a partir de las condiciones, recursos y obstáculos en el centro y en su entorno”.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL,

¡Paz y Libertad!

No olvido a los refugiados y refugiadas de Palestina

Marwán, Nana urgente para Palestina

 ¿Quién está traficando con todo este dolor humano? ¿A quién da de ganar esta tragedia? “La cara del verdugo está siempre bien escondida”, cantó, alguna vez, Bob Dylan.

Eduardo Galeano, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés.

Sevilla, 29/III/2025 – 13:35 h (CET+1)

Procuro olvidar el olvido de lo que está sucediendo en Palestina, un auténtico calvario, nunca mejor dicho en aquella tierra sacrosanta, recrudecido ahora con la invasión de Gaza en 2023, por parte de Israel. Vuelvo a recordar hoy que esta situación tiene una larga historia, más de setenta y cinco años de sufrimiento del pueblo palestino, que se dice pronto, algo que nos debería llevar a olvidar el olvido de este territorio, como nos lo recordaba Eduardo Galeano en su lectura del mundo actual, patas arribaal revés: “Olvidar el olvido: don Ramón Gómez de la Serna contó de alguien que tenía tan mala memoria que un día se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo. Recordar el pasado, para liberarnos de sus maldiciones: no para atar los pies del tiempo presente, sino para que el presente camine libre de trampas. Hasta hace algunos siglos, se decía recordar para decir despertar, y todavía la palabra se usa en este sentido en algunos campos de América latina. La memoria despierta es contradictoria, como nosotros; nunca está quieta, y con nosotros cambia. No nació para ancla. Tiene, más bien, vocación de catapulta. Quiere ser puerto de partida, no de llegada. Ella no reniega de la nostalgia: pero prefiere la esperanza, su peligro, su intemperie. Creyeron los griegos que la memoria es hermana del tiempo y de la mar, y no se equivocaron”. Excelente reflexión.

Nada mejor que estar cerca de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) para olvidar el olvido, el Organismo que nació en 1949 para ayudar a las personas refugiadas de Palestina, en un conflicto internacional que comenzó en 1948: ”Una población que, de un día para otro, perdió sus hogares y sus medios de vida. El compromiso de UNRWA es el de apoyar a millones de seres humanos que sin nosotros carecerían de lo más básico: alimentos, cobijo, sanidad, educación, protección… y lo más importante, dignidad”. Según UNRWA, “se considera persona refugiada de Palestina a aquella “cuyo lugar de residencia habitual, entre junio de 1946 y mayo de 1948, era la Palestina histórica –el actual estado de Israel– y que perdieron sus casas y medios de vida como consecuencia de la guerra. Las descendientes de esta población son también considerados refugiadas por la Agencia. En 1950, cuando UNRWA comenzó sus operaciones, 750.000 personas tenían el estatus de refugiada de Palestina. Hoy, son más de 5,9 millones las que esperan dejar de serlo para convertirse en ciudadanos de pleno derecho. Hasta que se alcance este objetivo, somos prácticamente su único apoyo”.

Setenta y cinco años después, UNRWA trabaja día a día por y para la defensa de la dignidad de las personas refugiadas del pueblo palestino, que alcanza una cifra demoledora: cerca de seis millones de personas, distribuidas en 5 campos de refugiados: Gaza, Cisjordania, Líbano, Jordania y Siria: “Desde la primera guerra Árabe-Israelí de 1948, cientos de miles de habitantes de la Palestina histórica y sus descendientes viven refugiados dentro de su propio territorio o en otros países de Oriente Próximo, como Siria, Líbano y Jordania. Hoy son 5,9 millones de personas que viven en campamentos sitiados en pleno conflicto sirio, zonas sometidas a bloqueo militar, ciudades devastadas por los bombardeos, tiendas de campaña desprovistas de las condiciones mínimas para una vida digna, lugares de difícil acceso para la ayuda humanitaria… esos son los escenarios donde transcurre la vida de la población refugiada de Palestina, desde que un conflicto político la sorprendiera sin previo aviso hace más de 75 años. Desde entonces, la labor de UNRWA ha sido garantizar su protección, ayuda de emergencia, y ayudarles a alcanzar su pleno potencial de desarrollo humano hasta que se alcance una solución justa y definitiva a su situación. Su misión es clara: “Estar ahí cuando más nos necesiten, a través de ayuda humanitaria y emergencias, protección y servicios sociales, teniendo en cuenta que el 80% de la población de Gaza depende de la ayuda de emergencia de UNRWA, y el 59% está clasificada como población en situación de inseguridad alimentaria”. Igualmente, la atención a la sanidad y la salud de como pilares fundamentales del trabajo de la Agencia, así como a la educación, siendo conscientes de que UNRWA gestiona uno de los sistemas escolares más importantes de Oriente Próximo, desempeñando una función que en otras zonas del mundo recae sobre los Estados.

Aconsejo también leer la información oficial de dónde se encuentran los cinco campos de refugio donde UNRWA ofrece diariamente al pueblo palestino mantener la dignidad como personas. No sólo hay que contemplar la realidad sangrante de Gaza en el momento actual, sino la realidad conjunta en la que viven en este momento millones de personas palestinas en refugios gracias a la acción de UNRWA, junto con otras muchas organizaciones mundiales, no gubernamentales, que también están presentes en estos campos con diversas ayudas de primera necesidad y mantenidas en este largo tiempo de exilio.

Adjunto hoy una canción compuesta por Marwán, Nana urgente para Palestina, “Un canto suave a una tierra que nunca ha estado dormida, pero a la que, en los últimos meses, el sonido de las bombas ha querido silenciar. Marwán acaricia con palabras ensordecedoras el miedo y la pena. El miedo atroz entre las mantas y la pena del que a nadie importa. Esta nana es una oda a las personas que sufren la dura existencia de Palestina. Porque sí, importan. La realidad es que “todavía siguen en pie”. La letra de la canción ayuda a comprender este dolor de millones de personas, que debería tener una repercusión mundial diaria, teniendo en cuenta que la cuarta parte de las personas refugiadas en el mundo pertenecen a Palestina. Compartir esta Nana en la Noosfera es una ayuda directa a poder conocer y sentir lo que está ocurriendo ahora en Gaza, convertido ya ese territorio en un desbordante campo de dos millones y medio de refugiados en su propio territorio a través de campamentos construidos a tal fin.

Soporté
Las cosas que nadie soporta
La pena del que a nadie importa
Y todavía sigo en pie

Soporté
El vientre de la artillería
El fuego en la guardería
Y todavía sigo en pie

No puedo hacer una canción de paz
Si no me puedo ni mover
No puedo hacer una canción de paz
Si no me puedo ni mover

Soporté
El miedo atroz entre las mantas
Que todos me dieran la espalda
Y todavía sigo en pie

Recuerda bien
Que no hay rumor que me defina
Todos me llaman Palestina
Y todavía sigo en pie

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL,

¡Paz y Libertad!

¡Aquí hay dragones!

El Globo de Hunt-Lenox, por B. F. De Costa, con la inscripción “Aquí hay dragones”, resaltada por el círculo rojo.

Sevilla, 28/III/2025

A un buscador empedernido de islas desconocidas, las que cuenta José Saramago que existen en el cuento homónimo, tan querido por mí y tantas veces citado en este cuaderno digital que, además, figuran como hilo conductor en su entradilla y unidas siempre a la inteligencia digital, sigue llamándole la atención una referencia que se escribió por primera vez en el Globo de Hunt-Lenox (1503–1507), exactamente con la denominación latina  «HC SVNT DRACONES» (es decir, hic sunt dracones, “aquí hay dragones”), como figura exactamente en la reproducción del citado Globo (enmarcada en rojo en la imagen de cabecera), concretamente en la costa oriental de Asia, vinculado probablemente con los dragones (cocodrilos de tierra) de Komodo, que habitan todavía hoy en aquella zona. Este documento milenario se conserva en la Rare Book Division de la Biblioteca Pública de Nueva York (EE.UU.), siendo importante señalar que se desconocen datos de su origen. Se sabe que “fue comprado en Paris en 1855 por el arquitecto Richard Morris Hunt, que se lo dio al bibliófilo James Lenox, cuya colección formó parte de la Biblioteca Pública de Nueva York, donde se conserva en la actualidad el globo de cobre hueco que mide 112 mm de diámetro y 345 mm de circunferencia.

Expuesto lo anterior, hoy deseo resaltar la importancia de detectar en nuestras vidas la existencia de “dragones”, como figura metafórica de seres peligrosos que habitan en islas remotas, casi siempre desconocidos hasta que desembarcamos en ellas, en nuestras singladuras diarias. Hace diez años escribí una reflexión sobre la publicación de un libro precioso, Atlas de islas remotasconocidas hasta donde había podido investigar, en el que propuse que también se debería hacer un atlas de islas desconocidas, algunas con dragones dentro, que sería maravilloso compartir en la Noosfera de miles de millones de personas que ahora vivimos en el planeta tierra. Aunque en el libro se hacía una reflexión sorprendente y, quizá, disuasoria: “El paraíso es una isla. Y el infierno también”, con “dragones” metafóricos incluidos.

Edward Hopper, El «Martha Mckeen» de Wellfleet – 1944

Suelo subirme en este tipo de singladuras al barco que pintó Eduard Hopper en 1944, El «Martha Mckeen», situado físicamente en Wellfleet, un pueblo pequeño ubicado en el condado de Barnstable en el estado estadounidense de Massachusetts, porque me recuerda siempre que también hay que saber hacia dónde navegamos en los ríos de la vida, que suelen dar a la mar e islas desconocidas casi siempre, donde puede haber dragones, gente de mal, y a qué puerta se llama de las ofertas reales de este vivir cotidiano para descubrir el amor que lo mueve todo, pero saliendo cada uno de sí mismo para contemplar lo que hay que cambiar en cada persona de secreto para compartirlo con los demás. En esas islas, junto a esos dragones de Lenox, ¡estamos avisados!, sabemos que para desembarcar y entrar en ellas, existen varias puertas a modo de oportunidades, a las que podemos llamar y entrar dependiendo de nuestra actitud ante la vida: la Puerta de las Peticiones, la de los Obsequios y… la del Compromiso. Además, ese atlas de nuestras islas desconocidas, a configurar, es siempre personal e intransferible, de difícil localización por personas ajenas a nuestro barco de secreto. A menos que la mujer zurcidora, que limpia el barco, tal y como nos la presentó Saramago en su cuento, acuda también en nuestra ayuda…

Así lo escribí un día, no tan lejano, cuando describía la forma de acceder a esas islas tan necesarias para vivir con dignidad humana: “Sigo entretejiendo una telaraña digital en torno a la divulgación científica de las estructuras del cerebro humano, de la inteligencia digital, porque estoy convencido que la Noosfera es la gran aventura por descubrir en toda su potencialidad”, porque […] “El viaje de la “Isla desconocida” que me regaló en el más puro anonimato su autor, José Saramago, no se me olvidará nunca. Gracias a él, fueron 43 pequeñas páginas las que el 10 de diciembre de 2005, cuando registré este blog, aparecieron como por arte de magia en mi memoria a largo plazo como abriéndose paso, hoja a hoja, para tener un sitio preferente -intercaladas- en este cuaderno de derrota, en términos marinos. Quizá fuera porque siempre he insistido en mi vida que lo importante es viajar hacia alguna parte, buscándonos a nosotros mismos y, a veces, en compañía de algunas y algunos, los más próximos y cercanos. Al fin y al cabo, tal y como finalizaba el cuento de Saramago. Su compromiso”.

El paraíso y el infierno existen, sin lugar a dudas, en el viaje hacia alguna parte, hacia islas desconocidas, que hacemos cada día. Los dragones, también (hic sunt dracones). Quizá deberíamos aprender en el aquí y ahora de cada uno, de la misión y visión perfecta del charrán ártico, por ejemplo, que persigue un objetivo claro que siempre cumple: alcanzar las metas propuestas volando por esos mundos de dios. Porque buscar islas desconocidas, es decir, descubrir cómo somos cuando decidimos vernos desde fuera, es lo mejor que nos puede pasar en la vida sola o asociada. Al fin y al cabo, la vida se nos pasa… volando, sorteando dragones por todas partes, porque en las cartas de navegación imaginaria y digna de hoy día no figura la inscripción de Lenox.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL,

¡Paz y Libertad!

Es importante conocer los principales resultados en hábitos de lectura y compra de libros en España, en 2024

Hábitos de lectura y compra de libros en España en 2024. Principales resultados.

Somos seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces, de historia, de filosofía y de ciencia, de leyes y leyendas. Por eso, la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva.

Irene Vallejo, en Manifiesto por la lectura

Sevilla, 27/III/2025

Lo dijo en cierta ocasión el eminente cardiólogo Valentín Fuster, catalán por cierto y residente durante muchos años en América, durante una de sus múltiples visitas a España: “Yo puedo estar hablando todo el rato del desastre que hay en España. Pero igual podemos sacar unos minutos para saber si algo funciona…” o lo que es lo mismo, puedo estar hablando todo el rato de lo que hace mal este país, pero igual podemos sacar unos minutos para saber si algo funciona…, si alguien nos representa con dignidad más allá de nuestras fronteras y alegrarnos por ello, rompiendo los silencios cómplices a los que estamos acostumbrados o a desprestigiar a quien tanto lucha por sus ideales y principios.

En este contexto, reconozco públicamente que una de mis actividades preferidas es buscar islas desconocidas en el sector de la lectura en nuestro país, actividad que se puede constatar leyendo páginas de este cuaderno digital dedicadas a tal fin. Siguiendo lo expuesto por el doctor Fuster, creo que es muy importante hablar de algo que funciona muy bien en este país, gracias al esfuerzo de autores, libreros y, en general, al sector industrial del libro, en todas y cada una de sus manifestaciones, porque propician un acto muy noble y liberador: la lectura. En este caso, me refiero hoy a los últimos datos facilitados desde el Gobierno de este país, en referencia a los principales resultados en hábitos de lectura y compra de libros en España, en 2024, elaborados a través de una encuesta realizada por CONECTA para la Federación de Gremios de Editores de España y con el patrocinio del Ministerio de Cultura y CEDRO, reflejados en un Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2024. En un esfuerzo de síntesis, desde el Ministerio se ha facilitado un documento suficientemente explicativo de tales resultados, entre los que hay que destacar los siguientes:

  1. El 70,3% de la población española mayor de 14 años lee libros. De estos, la mayoría, un 65,5%, lee libros por ocio, en su tiempo libre.
  2. La lectura de libros por ocio, en tiempo libre, continua con la tendencia ascendente observada desde los últimos ejercicios.
  3. La lectura de libros por motivos de trabajo o estudios aumenta notablemente en 2024, teniendo en cuenta que en este año se ha reformulado la forma de preguntar sobre la lectura por motivos de trabajo/estudios para incluir tanto lectura completa como partes del libro.
  4. La gran mayoría de los lectores de libros en tiempo libre son lectores frecuentes (lectores diarios o semanales) y sigue descendiendo la proporción de no lectores.
  5. El hábito por la lectura en tiempo libre está determinado en gran medida por la edad, el sexo, el nivel educativo y la región. Durante 2024, la lectura ha crecido entre las mujeres, los jóvenes, las personas mayores y aquellos con estudios primarios.
  6. Las mujeres leen más que los hombres. Esta brecha de género en lectura se mantiene estable a lo largo del tiempo.
  7. El porcentaje de población lectora sigue aumentado en todos los grupos de edad: hay un mayor incremento entre la población de más edad al tiempo que se siguen incorporando nuevos lectores jóvenes.
  8. El nivel educativo es la variable con más impacto en la lectura de libros. Esta diferencia en lectores en función de los estudios se mantiene estable a lo largo de los años.
  9. La Comunidad de Madrid, País Vasco, Cataluña, Navarra, La Rioja y Galicia destacan como las CC.AA. con un índice de lectores de libros en su tiempo libre por encima de la media. Aragón, C. Valenciana, Asturias, Castilla y León, Andalucía, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Murcia, Canarias y Extremadura obtienen valores por debajo de la media nacional.
  10. Las razones para no leer libros varían notablemente en función del sexo, la edad y el nivel educativo
    • La falta de tiempo es más mencionada por mujeres, población adulta y con estudios universitarios.
    • La preferencia por otros entretenimientos crece entre los hombres y jóvenes.
    • La falta de interés es más habitual en los más jóvenes y con menos estudios.
  11. Continua con una tendencia ascendente el número de compradores de libros no de texto. El crecimiento desde el 2017 es de 6,5 puntos porcentuales.
  12. Las librerías se mantienen como el principal canal de compra de libros no de texto.
  13. La lectura en formato digital aumenta ligeramente, tras años estancada. El E-Reader se mantiene como el dispositivo más utilizado entre los lectores de libros digitales, seguido por el ordenador y el móvil (al mismo nivel).
  14. El 39,1% de los lectores digitales pagó por los libros digitales, aunque son mayoría los que siguen descargando los libros de manera “gratuita”.
  15. El 65,9% de los entrevistados que se descargan libros electrónicos gratuitamente reconocen que saben perfectamente que la descarga no es legal y un 12,8% dudan a veces si es legal o no.
  16. Crece de nuevo el número de usuarios de audiolibros. Alcanza en 2024 el 7,9% de la población. El porcentaje de usuarios de audiolibros es superior entre los menores de 45 años.
  17. La asistencia a bibliotecas sigue una tendencia ascendente alcanzando en 2024 un 28,8% Las bibliotecas están muy bien valoradas por los usuarios, 8,3 sobre 10.
  18. La lectura infantil continúa con valores muy elevados
    • Aumenta la lectura a los más pequeños
    • Disminuye la lectura de los niños de 6 a 9 años.
  19. La lectura en menores se ha mantenido relativamente estable a lo largo de los últimos ejercicios.

De estos resultados destaco dos gráficos del informe por su especial relevancia comparativa a nivel de país: el índice de lectores de libros en su tiempo libre por Comunidades Autónomas y el hábito por la lectura en tiempo libre, determinado en gran medida por la edad, el sexo, el nivel educativo y la región, teniendo en cuenta que durante 2024, la lectura ha crecido entre las mujeres, los jóvenes, las personas mayores y aquellos con estudios primarios. La situación de Andalucía en el primer gráfico, aunque con una leve mejora del resultado obtenido en 2023, sigue siendo deficitaria atendiendo al volumen de población que supone para el país, quedando en 2,9 puntos por debajo de la media de España, aunque los datos más relevantes son los del segundo gráfico en relación con Andalucía:

También me ha interesado descifrar de forma detallada las razones para no leer libros, variando notablemente en función del sexo, la edad y el nivel educativo:

Por último, deseo destacar también una constante obtenida como resultado relevante en esta encuesta, referida al dato de que las mujeres leen más que los hombres, donde se puede verificar con detalle cómo esta brecha de género en lectura se mantiene estable a lo largo del tiempo.

Ante estos datos, leo de nuevo el Manifiesto por la lectura, una obra excelente de Irene Vallejo, breve y buena, dos veces buena, que ya he comentado en este cuaderno digital: “los libros ofrecen un gimnasio asequible y barato para la inteligencia en todas las edades, y tan solo por ese motivo sería aconsejable incluirlos desde la más temprana infancia y mantenerlos a lo largo de la vida” o cuando hace un canto precioso a la lectura: “Somos seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces, de historia, de filosofía y de ciencia, de leyes y leyendas. Por eso, la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva. Los libros nos recuerdan, serenos y siempre dispuestos a desplegarse ante nuestros ojos, que la salud de las palabras enraíza en las editoriales, en las librerías, en los círculos de lecturas compartidas, en las bibliotecas, en las escuelas. Es allí donde imaginamos el futuro que nos une”. Los datos expuestos muestran el interés creciente por la lectura en este país. Quedémonos hoy con esta buene noticia y divulguémosla, como nos pedía de alguna forma el doctor Fuster en relación con las cosas que se hacen bien en España.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL,

¡Paz y Libertad!

¿Por qué lo llaman “seguridad” cuando quieren decir “guerra”?

Eduardo Galeano

La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares. Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.

Eduardo Galeano, El miedo global

Sevilla, 26/III/2025 – 11:26 h (CET+1)

Ayer leí atentamente un artículo en el diario El País, como un auténtico aviso para navegantes en este mundo al revés, que comenzaba sin rodeo alguno: “Europa debe prepararse para una potencial guerra, también para ciberataques, pandemias y los terribles efectos de la crisis climática, advierte la Comisión Europea. Con un tablero geopolítico en ebullición y en plena carrera para el rearme ante la amenaza de Rusia, con el temor a quedarse sin el paraguas de seguridad de Estados Unidos y ante un número creciente de desastres naturales, Bruselas pide que todos los hogares europeos tengan reservas de agua, medicamentos, baterías y alimentos para subsistir 72 horas sin ayuda externa en caso de crisis. Es una de las directrices de la Estrategia de Preparación de la Unión, que presentará el Ejecutivo comunitario el miércoles. Un plan para tiempos de crisis”.

Lo que me sorprende es que nunca se había hablado tanto de seguridad como hasta ahora, enmascarando una realidad geopolítica de gran magnitud como es la escalada bélica mundial en la que Europa está atrapada por la nueva estrategia bélica de Estados Unidos. Como un ejemplo claro de lo que analizo hoy, creo que tenemos el derecho de tener toda la información posible sobre la citada Estrategia y el deber humano de conocerla, para saber a qué nos enfrentamos.

Cuando escribo estas líneas recibo una noticia de última hora sobre la intervención del presidente Sánchez en el Congreso de los Diputados, que confirma mi preocupación: “Pedro Sánchez admite que aún no está en condiciones de concretar cuál será la senda de gasto que asumirá España en los planes de rearme europeos pero defiende que el país está preparado para afrontar “una situación inédita, otra más”, que ha descrito como “un nuevo momento Covid” por lo que implica para Europa. “La Unión Europea debe reaccionar como hizo entonces: con una respuesta conjunta, mutualizada y solidaria, que aglutine la fuerza de todos los Estados Miembros”, ha defendido. El presidente del Gobierno ha anunciado un Plan Nacional para el Desarrollo e Impulso de la Tecnología y la Industria de la Seguridad y Defensa españolas. “Concentrará el grueso de la inversión adicional exigida para cumplir con nuestros socios europeos. Y la canalizará a través de programas de colaboración público-privada para crear un nuevo salto tecnológico e industrial en España”, ha explicado”.

Ante esta grave situación, la gran pregunta es ¿por qué se habla tanto de “seguridad” cuando quieren decir “guerra”? Es lo que intuí ayer cuando corrió como la pólvora la noticia citada de que Bruselas anunciará hoy que todos los hogares deberán disponer de un kit de emergencia con agua, medicamentos, baterías y alimentos para subsistir 72 horas sin ayuda externa en caso de crisis… o de guerra, hablando claro.

Estaremos atentos al desarrollo de los acontecimientos. Creo, hoy más que nunca, que Eduardo Galeano tenía toda la razón cuando describió algo muy relacionado con la situación actual, El miedo global (1), fundamentalmente porque en esta reflexión se dice algo verdaderamente sobrecogedor y porque reconozco que lo que está pasando y estamos viendo en la actualidad da miedo, sintetizado en uno de sus estrofas: Las armas tienen miedo a la falta de guerra y un corolario anterior: Los militares tienen miedo a la falta de armas, porque la realidad es que estamos viviendo en un mundo al revés:

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Y los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo a caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares. Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones y miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura.
Al tiempo sin relojes.
Al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir y a la mañana sin pastillas para despertar.
Miedo a la soledad y miedo a la multitud.
Miedo a lo que fue.
Miedo a lo que será.
Miedo de morir.
Miedo de vivir.

Aunque reconozco que soy pesimista ante esta situación, como optimista bien informado (Benedetti, dixit), reivindico también junto a Galeano mi derecho al delirio, en este mundo loco, al revés, con ejemplos rotundos para pensar que son posibles en un mundo nuevo, una invitación a volar sobre la realidad que nos duele, consterna y conturba a diario, del que personalmente he escogido algunos que sanan mi alma: “los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas; los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos; el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra; la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla; la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda y, como corolario, la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: amarás a la naturaleza, de la que formas parte; serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma”.

Es verdad, estos delirios son una invitación a experimentar el derecho a volar alto, algo que agradezco cuando vivimos tan atados a la dura realidad de la tierra, situación que no nos permite ver mas allá de lo que nos transmiten a diario los agoreros mayores del mundo al revés, Trump, Putin, Xin Jinping, entre otros, con sus cohortes ultraderechistas y oligarcas tecnológicos que casi todo lo controlan y pueden. Ahora, acosándonos con el nuevo mundo de seguridad y seguridades, enmascarando el entorno bélico, de muchas caras, al que el mundo se enfrenta ya a diario.

(1) Eduardo Galeano, Patas arriba. La escuela del mundo al revés, 1998. Madrid: Siglo XXI Editores de España.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL,

¡Paz y Libertad!

La música cinematográfica es la melodía principal de ‘La lista de Schindler’

Itzhak Perlman, interpretando el tema principal de la banda sonora de La lista de Schindler, junto a John Williams, compositor de la misma, dirigiendo la Orquesta de Connecticut.

Sevilla, 25/III/2025 – 11:30 h (CET+1)

El gran director americano John Ford, ídolo de mi infancia, ante la pregunta de un periodista sobre qué es el cine, contestó en cierta ocasión, sin inmutarse, algo aleccionador que no he olvidado: “es ver caminar a Henry Fonda”. Algo así me ocurre a mí si me preguntaran hoy qué es la música cinematográfica, porque mi respuesta es clara: escuchar, por ejemplo, al gran violinista Itzhak Perlman, interpretando el tema principal de la banda sonora de La lista de Schindler, una obra maestra compuesta por John Williams.

Este homenaje que hago hoy a la música en el cine viene dado por haber escuchado recientemente a la Film Symphony Orchestra, que ha traído a esta ciudad su último montaje, TARAB, palabra árabe cuyo significado, emoción que genera la música en quien la escucha, fue el hilo conductor del espectáculo. La FSO es un proyecto cultural y didáctico, como pude comprobar personalmente a lo largo de casi tres horas de actuación sinfónica: “Film Symphony Orchestra es un novedoso proyecto artístico y empresarial que nace con la finalidad de cubrir un hueco existente en la oferta cultural y musical de España. Se trata de una orquesta sinfónica profesional de la más alta calidad que, con más de 70 músicos, ofrece exclusivamente conciertos de música de cine – en su sentido más amplio- o de autores estrechamente vinculados al género. De la mano de su internacionalmente laureado director Constantino Martínez Orts, la FSO ofrece espectáculos de música cinematográfica con o sin proyección visual y la posibilidad de grabar bandas sonoras. De esta manera hemos abierto una apasionante dinámica a través de la cual, Film Symphony Orchestra acomete, con las máximas garantías, un intenso proceso de trabajo estratégico para el desarrollo, en todos los sentidos, de un proyecto innovador y único, que une cultura, arte y espectáculo , con la pretensión de acercar la música sinfónica a nuestra sociedad a través de un hilo conductor tan universal como el cine”.

La interpretación del tema principal de la banda sonora de La lista de Schindler, por parte de la joven violinista Amanda Ochoa, sobrecogió al auditorio. Era la auténtica representación de la música cinematográfica al alcance de todos, del alma musical de cada uno, de cada una de las personas asistentes. Comprendo bien al director de la FSO, Constantino Martínez-Orts, al elegir la palabra Tarab para esta gira musical 2024-2025, porque al escuchar las composiciones elegidas con especial cuidado emocional para esta ocasión, sabe que provocan “ese palpitar del corazón aceleradamente”. Tarab, en su sentido pleno.

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¡Paz y Libertad!

La primavera llama a nuestros sentidos, templa nuestra sangre e ilumina nuestra mente

Luis Cernuda Bidón
(Sevilla, 21 de septiembre de 1902 – Ciudad de México, 5 de noviembre de 1963)

Sevilla, 24/III/2025 – 19:00 h (CET+1)

La llegada de la primavera este año, el pasado 20 de marzo, a las 10:02 horas, según el Observatorio Astronómico Nacional, no ha venido acompañada de su luz característica, sino cubierta de agua, asumiendo que nunca llueve a gusto de todos. Junto a esta realidad acuática, tan necesaria y beneficiosa en su justo sentido, es verdad que el poeta Luis Cernuda, cuando llega cada año esta estación a Sevilla, me recuerda siempre cosas importantes con su prosa poética, que no olvido, porque lo único que sabemos es que no sabemos en realidad lo que nos pasa y él nos ayuda a entenderlo, fundamentalmente porque es verdad que estamos atravesando una etapa histórica plagada de dificultades y sinsentidos en un mundo y un país al revés.

En este caso, me refiero hoy a una obra suya preciosa en la que canta a la primavera (1), recordando a su tierra natal desde la tragedia del exilio, añorando cómo la naturaleza, a pesar de todo, cuida la belleza de Sevilla:

Este año no conoces el despertar de la primavera por aquellos campos, cuando bajo el cielo gris, bien temprano a la mañana, oías los silbos impacientes de los pájaros, extrañando en las ramas aún secas la hojosa espesura húmeda de rocío que ya debía cobijarles. En lugar de praderas sembradas por las corolas del azafrán, tienes el asfalto sucio de estas calles; y no es el aire marceño de tibieza prematura, sino el frío retrasado quien te asalta en tu deambular, helándote a cada esquina.

Abstraído en este imaginar, marchas con nostalgia por la avenida del parque, donde revuela espectral a ras de tierra y te precede, fugitiva ala terrosa, una hoja del otoño último. Tan reseca es y oscura, que se diría muerta años atrás; imposible su verdor y frescura idos, como la juventud de aquel viejo, inmóvil allá, traspuesta la reja, hombros encogidos, manos en los bolsillos, aguardando no sabes qué.

Al acercarte luego, hallas que el viejo tiene a sus pies manojos de flores tempranas, asfodelos, jacintos, tulipanes, de vívidos colores increíbles en esta atmósfera aterida. Casi da pena verlas así, expuestas en mercado norteño, como si ellas también sintieran su hermosura indefensa ante la hostilidad sombría del ambiente.

Pero la primavera está ahí, loca y generosa. Llama a tus sentidos, y a través de ellos a tu corazón, adonde entra templando tu sangre e iluminando tu mente; quienes a la invocación mágica, a pesar del frío, lo sórdido, la carencia de luz, no pueden contener el júbilo vernal que estas flores, como promesa suya, te han traído e infundido en tu miedo, tu desesperanza y tu apatía.

La primavera, con su luz y fragancia de azahar en Sevilla, llama a mis sentidos y se aloja en mi corazón, regalándome un júbilo de emociones y sentimientos, a modo de flores, que me ayudan a caminar en un mundo loco, al revés, que nos asola y nos da miedo, desesperanza y apatía, con una misión posible que necesitamos ahora más que nunca: iluminar la mente. También, para comprender qué significa la paz en tiempos de guerra, tan lejos, tan cerca.

En este contexto local y mundial, expreso a Luis Cernuda, mi paisano, el más sincero agradecimiento a su obra, porque siempre reconozco el trabajo que hizo con amor desde su alma exiliada, tan lejos de sus primaveras en Sevilla, cuando escribía estas palabras desde la sordidez de Escocia, que le llevaban a recordar entrañablemente su niñez y juventud en esta ciudad, en la que Stefan Zweig siempre pensó que se podía ser feliz (2): “La vida parece tener aquí un ritmo más veloz, y las personas la sangre más viva; en ningún lugar hay más estómagos hambrientos que en Andalucía y, aun así, Sevilla brilla con su portentoso colorido, resplandece de alegría y nos saluda con miles de banderas. Aquí se puede ser feliz”, agregando matices especiales para ensalzarla con bellas palabras: “Hay ciudades en las que nunca se está por primera vez. Deambulas por sus calles desconocidas y sientes como si de todos los rincones te acudieran los recuerdos, te llamaran voces amigas. Su rostro -porque las ciudades puedes ser como las personas: tristes y viejas, risueñas y jóvenes, amenazadoras y gráciles, dulces y afligidas- te suena de una ciudad hermana, o de una imagen, de un libro, de una canción. Y Sevilla es así”. 

También aprendí de Luis Cernuda algo muy importante que pidió a sus paisanos en esta sacrosanta ciudad: el reconocimiento a su trabajo bien hecho y envuelto en bellas palabras, que siempre lo merece ahora y en cualquier estación del año: «más el trabajo humano, con amor hecho, merece el reconocimiento de los otros». No lo olvido en este tiempo tan difícil y complejo, porque hoy día me duele todavía que su país y sus paisanos olvidemos algo simbólico que nos enseñó él a comprenderlo: el valor intrínseco de la poesía, de la prosa poética, porque la primavera, por ejemplo, llama a nuestros sentidos, y a través de ellos a nuestro corazón, adonde entra templando nuestra sangre e iluminando nuestra mente. ¿Existe algo más bello?

(1) Cernuda, Luis, La Primavera, en Ócnos (Poesía completa, vol. I), Madrid: Siruela, 1993.

(2) Zweig, Stefan, De viaje II: Francia, España, Argelia e Italia. Madrid: Sequitur, 2015.

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¡Paz y Libertad!

¿Se puede salir de tanto escepticismo e indiferencia en este mundo al revés?

El Roto, en el diario El País, en su edición de 29 de enero de 2012

Sevilla, 23/III/2025 – 14:35 h (CET+1)

Como persona que admiro todos los días lo que pasa y veo, es decir, que no frecuento la indiferencia y el escepticismo a pesar de lo que vivimos a diario, me preocupa, en la antesala del ocaso de la democracia estas actitudes humanas (que no me son ajenas, siguiendo a Terencio), llegar a comprender el alcance de por qué se extienden como una mancha de aceite social, resumido todo en una frase proverbial ante la vida política: “a mí, visto lo visto, me da igual todo y que no me llamen para nada, porque todos son iguales”. La declaración de “apolíticos” , independientes extremos, viene inmediatamente después. Suenan tambores de independencia de todo lo que se mueve en el mundo que nos rodea. Hace años, la viñeta de El Roto, que publicó el diario El País, en su edición de 29 de enero de 2012, me pareció una interpretación muy inteligente de una tentación que rodea nuestra vida cuando llega el hartazgo de casi todo, abriéndonos la puerta al escepticismo y a la indiferencia plena. En el momento actual, donde el fariseísmo gana adeptos día a día, se propaga la idea de que como el mundo está imposible, ¿yo no?, no hay más remedio que independizarse del propio mundo en el que vivimos y “a mí que no me llamen”, pidiendo a gritos atribuidos a Groucho Marx, que lo paren ¡ya! porque hay que bajarse de él.

Estas actitudes humanas, el escepticismo y la indiferencia como “pirronismo” puro, vienen de antiguo. El gran exponente del escepticismo, el filósofo Pirrón de Elis (circa 360 a. C. – 270 a. C.), del que no se conoce texto alguno por escrito, sólo interpretaciones sobre lo que dijo e hizo a lo largo de su vida, por parte de seguidores de esta corriente filosófica a lo largo de los siglos, puede ayudarnos hoy día a pesar de los siglos transcurridos a comprender que significan ambos conceptos, siendo la entrada del lema “Pirrón” en el Diccionario histórico y crítico, de Pierre Bayle el mejor exponente para conocerlo, porque en pocas palabras resume perfectamente su pensamiento y obra, aunque he eliminado por concisión obligada en este artículo las referencias  exhaustivas que acompañan a este lema: “Pirrón, filósofo griego, originario de Elis en el Peloponeso, fue discípulo de Anaxarco, a quien acompañó hasta la India. Habiendo ocurrido este evento después de la muerte de Alejandro Magno, no hay duda sobre el tiempo en que floreció Pirrón. Tuvo como profesión la pintura, antes de dedicarse al estudio de la filosofía. Sus opiniones apenas se distinguían de aquellas de Arcesilao, ya que, como éste, Pirrón estuvo muy próximo a predicar la incompresibilidad de todas las cosas. Por todas partes encontraba razones para afirmar y razones para negar. Así, tras examinar detenidamente todos los argumentos a favor y en contra de algo, Pirrón suspendía su juicio y reducía todo asunto a un non liquet, a un “debe ser investigado más ampliamente”. Durante toda su vida buscó la verdad, pero siempre halló la forma de negar que la hubiera encontrado. Y si bien Pirrón no fue su inventor, este método filosófico lleva su nombre: el arte de discutir todas las cosas y de nunca tomar otro partido que la suspensión del juicio se llama pirronismo: es su nombre más común. Con toda razón detestan al pirronismo en las escuelas de Teología, pues allí tiende a ganar nuevas fuerzas, no siendo estas fuerzas más que quimeras. El pirronismo, sin embargo, puede tener una utilidad: al extender sus tinieblas sobre la razón, obliga al hombre a pedir socorro al cielo y a someterse a la autoridad de la Fe. Ahora bien, en vista de que el siguiente relato –que trata de una conferencia en la cual dos abates discuten sobre el pirronismo– podría suscitar ciertas molestias en algunos de mis lectores, he destinado a este asunto una Clarificación que se encuentra al final de esta obra. Son bromas maliciosas, o mejor, imposturas, aquellas narraciones de Antígono Caristio, que cuentan que Pirrón nunca tuvo preferencias; que ni el avance de una carroza ni la proximidad de un precipicio lo desviaban de su camino, y que sus amigos tuvieron que salvarle la vida con mucha frecuencia. Hasta hoy nada indica que Pirrón hubiese estado loco. Sin embargo no podemos dudar de que Pirrón siempre enseñara que el honor y la infamia, y la justicia y la injusticia de cualquier acto tan sólo dependen de las leyes de los hombres y de sus costumbres. No obstante cuán abominable pueda resultar esta doctrina, ella deriva de aquel principio pirrónico que profesa la reconditez de la naturaleza absoluta e interna de los objetos, y predica que, desde cierto punto de vista, sólo podemos estar seguros de la apariencia de las cosas. La indiferencia de Pirrón era asombrosa. Nada le gustaba. Nada lo hacía enojar. Nunca un hombre ha estado tan convencido de la vanidad de las cosas. Que lo escucharan o no cuando hablaba no le preocupaba, y así se alejaran sus oyentes, él seguía hablando. Vivía con su hermana en la misma casa y compartía con ella hasta los más pequeños oficios domésticos. Aquellos que afirman que Pirrón obtuvo la ciudadanía ateniense por asesinar a un rey en Tracia están enormemente equivocados. No tengo muchos errores que reprocharle a Monsieur Moréri. La indiferencia con la que Pirrón se estableció entre la vida y la muerte fue alabada por Epicteto, quien, en todo lo demás, abominó del pirronismo”.

No sé si estamos ante un pirronismo extremo en estos momentos, pero consultando la obra excelsa de mi admirado José Ferrater Mora, encuentro en el lema “Pirrón” una explicación también sucinta de su pensamiento, que explica perfectamente esta escepticismo radical en la vida actual: “[…] Lo que más resalta en las doctrinas atribuidas a Pirrón es la insistencia en la indiferencia de las cosas externas (y de los juicios sobre estas cosas) y la necesidad de atenerse a sí mismo si se quiere conseguir una estabilidad dentro de la constante e imprevisible fluencia de los fenómenos”. Pirrón practicaba, por definición, la retirada y la suspensión de todo juicio (epojé): “no hay que adoptar ninguna opinión o creencia. El verdadero sabio debe encerrarse en sí mismo y optar por el silencio, pues solo de este modo alcanzará la impertubabilidad, la ataraxia [serenidad, calma, tranquilidad, frialdad, impasibilidad, impavidez, insensibilidad, RAE], y con ésta, la auténtica (y única posible) felicidad”. ¿Estamos atravesando una crisis de pirronismo extremo? Es verdad que la tentación de independencia total de lo que sucede sobrevuela nuestras mentes. Ahí está el dilema.

En este contexto, la vida “retirada” preconizada por Pirrón, refugiada en la independencia anímica del escepticismo y la indiferencia, es sencillamente imposible. El cerebro no descansa nunca. Tenemos hasta cien mil millones de posibilidades de ordenar lo que percibimos y sentimos a diario, afectos incluidos, y nada se borra salvo por accidentes vasculares cerebrales o traumas de etiología diversa. Siempre está atento a lo que nos rodea. Por eso salimos indemnes de tantos ataques conceptuales, educativos, familiares, políticos, físicos, psíquicos y éticos. O dañados. Porque dependemos de los demás, de los otros, de otros derechos. Para empezar, los de los demás, y porque nuestras opiniones son eso, solo opiniones, cuando crecen sin cesar teorías, relaciones, personas, decisiones políticas, partidos, religiones, que dan al traste con lo que intentamos proteger y mantener en el cerco de la llamada independencia, trufada de escepticismo e indiferencia.

Nos pasamos la vida cuidando la raya que un día decidimos pintar en nuestro cerebro de secreto, en nuestro suelo firme de la existencia, en frase del Profesor López-Aranguren, la ética de secreto, porque tomamos esa decisión y la realidad nos demuestra que no es viable, cuando se cruza tantas veces sin contemplaciones y nos invaden los otros. Aunque la pintemos de rojo, delgada o gruesa, da igual. No cabe por tanto el escepticismo y la indiferencia. No es posible. Por estas razones y otras muchas existe su alternativa: el compromiso activo, en cualquier ámbito, porque se descubre que no podemos caminar solos, ser independientes en estado puro. Es lo que hacen nuestras neuronas a diario: reciben unas órdenes y las pasan a la neurona siguiente, a decenas o miles de siguientes, con impulsos eléctricos. Y se quedan todas en algún sitio a la espera de nuevas órdenes, sin descanso, es decir, de viajar siempre hacia alguna parte cuando las órdenes van cargadas de un único compromiso que no falla al hacer lo que se tiene que hacer: el trabajo bien hecho, la búsqueda de la felicidad propia y ajena. Eso sí, cuidando las delgadas líneas rojas propias y de los otros, estando pendientes siempre de ellas, como el protagonista de El Roto.

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¡Paz y Libertad!

La impaciencia de Job

George de la Tour, Job, menospreciado por su mujerMusée départemental d´ Art ancien et contemporain, Épinal

Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. ¡Sólo Dios basta!

Santa Teresa de Jesús (1515-1582), Nada te turbe

Sevilla, 22/III/2025 – 10:40 h (CET+1)

En este mes de marzo he recuperado la lectura de páginas de este cuaderno digital al cumplirse el quinto aniversario del comienzo de la terrible pandemia del coronavirus. Soy consciente de que se está escribiendo mucho sobre una pregunta importante acerca de lo ocurrido: ¿qué hemos aprendido? y hoy, para buscar una respuesta en mi caso, me he centrado en una virtud, la paciencia infinita, que en aquellos días cada uno la vivió de la mejor forma posible, en un túnel que tuvo durante bastante tiempo una salida desconocida, casi siempre bajo una ardiente impaciencia. También escribí sobre ella en aquél tiempo difícil, eso sí, desde una perspectiva laica. Siguiendo el camino de la escritura circular, iniciado por mí en algunas ocasiones en este cuaderno, vuelvo a utilizar la quintaesencia de aquellas palabras, que me quedan recordando a Blas de Otero, en un mundo al revés que se dedica a agotarnos la paciencia a diario, sin descanso alguno, con sobresaltos continuos en el ocaso de la democracia.

Cuando era niño me enseñaron que el modelo de paciencia que debía adoptar en mi vida era la del santo Job, al que desconocía por completo. Cuando dejé de hacer y pensar las cosas de niño, comprobé que había sufrido un engaño monumental porque Job tenía de todo menos la paciencia infinita que me habían inculcado desde que tuve uso de razón. Lo que pasó es que usé la razón de forma audaz y verifiqué qué pensaba Job de las injusticias del mundo, dándome cuenta de que tenía muy poca paciencia cuando contaba sus penas, que no alegrías: los terrores se vuelven contra mí, como el viento mi dignidad arrastra; como una nube ha pasado mi saludY ahora en mí se derrama mi alma, me atenazan días de aflicción (Job, 30, 15s), hasta el punto de que el joven Elihú le reprende y lo lleva de la mano para ser paciente (Job, 32-37), para que busque, curiosamente, la sede de la Inteligencia [sic]: huir del mal, claro objeto del deseo impaciente de Job, porque lo que declaraba como sede de la inteligencia, reaccionar ante cualquier tipo de agresión, resolver problemas, era un elemento diferenciador esencial de la búsqueda desesperada de la sede de la sabiduría: temer a Dios, es decir, para los no creyentes hay que aceptar que algo pasa ahí fuera, a veces, que no controlamos y que nos hace sufrir mucho. La conclusión de Job ante tanto sufrimiento en su vida es que Dios se había pasado con él.

Si la inteligencia humana es la capacidad de resolver problemas para que la paciencia sea ardiente pero no nos queme, voy a repasar la historia de la inteligencia paciente en la humanidad, con brevedad para que sea dos veces buena para mi alma impaciente, fundamentalmente para aprender de sus errores y horrores que se han cometido, planteándome si es posible averiguar dónde se aloja la paciencia en el cerebro (la sede de la inteligencia que nos hace ser pacientes) y como se configuran las manifestaciones humanas de una realidad existencial que, al menos, la gran mayoría de las personas, conocemos como virtud refrendada por el santo Job que, recuerdo, no la tuvo durante los momentos difíciles en su vida ni era un dechado de esa virtud. Gran empresa, sin ánimo de escribir las bases de un libro de autoayuda, que no me gusta nada.

¿Cómo nace la paciencia? Sin lugar a dudas porque el cerebro actual ha vencido al cerebro reptiliano, es decir, la corteza cerebral que configura hoy la realidad existencial de cada persona permite controlar los impulsos más primitivos de los seres humanos, de nuestros antepasados, que solucionaban cualquier beligerancia y adversidad (infortunios y trabajos) con agresividad total. Hay una realidad histórica: se han necesitado millones de años para “preparar” la configuración del cerebro que posibilite “tener paciencia” y “aprender” a convivir con ella si tener que llamarla necesariamente “virtud”, porque es una posibilidad que ofrece históricamente la estructura global del cerebro humano. Job fue una prueba palpable de ello.

¿Dónde reside la paciencia? En todas las estructuras del cerebro que interactúan para dar órdenes pacientes e impacientes a través de la corteza cerebral, reflejadas en la conducta implícita o explícita de cada persona, aprendida o genéticamente fundada, con un control férreo del sistema límbico donde se alojan las centralitas de los sentimientos y emociones, sabiendo también que los ojos están grabando permanentemente miles de ocasiones para provocar la paciencia e impaciencia, en un debate ético que hacen trabajar a destajo a las neuronas en lo que saben hacer: alimentar acciones humanas pacientes e impacientes en milisegundos. Sabiendo, que no descansan nunca a pesar de que dormimos y soñamos desesperadamente. Científicamente se sabe que las neuronas no se permiten nunca la licencia para descansar. A no ser que las obliguemos farmacológicamente a cambiar su rumbo desestructurado cuando, a veces, la impaciencia no nos deja vivir como personas y nos provoca algún trastorno mental que nos inhibe la posibilidad de ser y estar en el mundo dignamente.

Y yendo de mis asuntos a mi corazón, repaso, por último, el Diccionario de la Lengua Española (edición el Tricentenario), encontrándome con definiciones de paciencia (del latín patientia) de amplio calado cultural: capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse, capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas, facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho, lentitud para hacer algo, […] y tolerancia o consentimiento en mengua del honor. De todas ellas, me quedo con una: saber esperar, aunque sea con ardiente paciencia (Neruda). Creo que la propia necesidad cerebral de autoformarse a lo largo de la vida, con más de cien mil millones de posibilidades (neuronas) de hacer cosas y sentir nuevas vibraciones de sentimientos y emociones, acotadas en el tiempo vital de cada persona, son un reflejo de que las estructuras del cerebro necesitan a veces esperar, con más o menos paciencia aprendida o inducida genéticamente, para que nos mostremos tal y como somos, para que alcancemos nuestros proyectos más queridos y deseados, porque oportunidades tenemos de forma personal e intransferible a través de una estructura que dignifica por sí mismo a cada ser humano: la corteza cerebral que venció al cerebro original de los reptiles, otorgándonos genéticamente la posibilidad de ser inteligentes.

Aprendamos por tanto de ella, de su forma de ser en cada una, en cada uno. Por aquello de las posibilidades que se abren a través de las cadaunadas, de la ética del cerebro. Sin alterarnos, escuchando a Teresa de Jesús en el momento actual, reinterpretándola, por si nos alumbra algo en tanto desconcierto que nos derrama el alma, tal y como lo describía el ciudadano Job: porque la vida a veces nos turba, nos espanta, porque estas situaciones pasan, porque Dios se muda en la conciencia de muchas personas, porque la paciencia casi nada alcanza. Porque muchas personas no tienen a Dios, no tienen nada, todo les falta ¡Y sólo Dios no basta!

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¡Paz y Libertad!

La sinfonía y el relato de “Pedro y el lobo”, no estuvieron ayer presentes en el Congreso de los Diputados

Sevilla, 21/III/2025

En 1935, la directora del teatro central infantil de Moscú, Natalya Sats, encargó al compositor Serguéi Prokófiev una sinfonía musical para niños, con el objetivo institucional de cuidar sus “gustos musicales” desde la infancia. De esta forma y en tan sólo cuatro días, compuso Pedro y el lobo (Op. 67), estrenándose en Moscú el 2 de mayo de 1936, con una acogida fría y desfavorable. ​Han pasado casi 89 años y la sinfonía sigue teniendo un éxito continuo en sus múltiples representaciones mundiales, cuidando el guion original del relator, de contenido no inocente por cierto, tal y como lo concibió él, respetando la tradición de sus padres al contárselo, en su ciudad natal, Sontsivka, en el Donetsk, región de la actual Ucrania, concretamente en una de las zonas más castigadas hoy por la invasión rusa. Lo que deseo resaltar de aquel guion original utilizado por el narrador junto a la partitura compuesta por Prokófiev, es que Pedro, un niño perteneciente a una organización juvenil soviética, que vive con su abuelo que es leñador, sabe que no debe salir solo al prado, ya que si lo hace le regañará su abuelo, porque le ha dicho que le puede atrapar un lobo. Un día, hace caso omiso de este consejo, porque él se considera valiente y que puede ser precisamente él quien lo atrape. Viendo cómo un lobo de verdad merodea por la casa, cazando un pato, Pedro se sube a un árbol próximo, pide a un pájaro que ya conocía que sobrevuele encima del lobo para distraerlo mientras él prepara un nudo corredizo, consiguiendo enlazar al lobo por la cola, logrando atar al lobo al árbol. En ese momento llegan tres cazadores que venían rastreando al lobo y se preparan para darle caza finalmente, aunque Pedro les convence para que le ayuden a llevarlo vivo al zoológico. Y todos emprenden un desfile triunfal hacia el zoo, celebrando felices el fin del terror. La moraleja de Prokófiev es clara, porque el argumento va de exaltación de héroes frente al miedo, de no vengarse de nada ni de nadie y de no matar a cualquier precio. El contexto histórico en el que compuso la sinfonía tampoco era inocente.

Lo ocurrido ayer en el Congreso de los Diputados, me ha recordado esta obra extraordinaria de Prokófiev, al aprobarse de forma sorpresiva la salida del lobo del listado de especies protegidas (Lespre) con los votos del PP, Vox, Junts y el PNV, escondida en la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, incorporando a última hora tres enmiendas en el Senado con el objetivo de desproteger a la especie al norte del Duero donde se concentra el 95% de lobos en el país, volviendo a la situación anterior a septiembre de 2021, abriéndose también la puerta a permitir su caza también al sur del Duero, una vez que Europa apruebe definitivamente la Directiva Hábitats, mediante la cual la especie pasa de “estrictamente protegida” a “protegida” en el Convenio de Berna sobre la conservación de la naturaleza. La modificación aprobada ayer permitirá que una vez aprobada la Ley las comunidades autónomas se harán cargo de la gestión de la especie y determinarán cuántos ejemplares se matarán.

Ante el resultado de la votación, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha manifestado que «Se ha tomado una decisión en contra de la ciencia. Se ha tomado una decisión precipitada e imprudente, sobre todo sabiendo que llevamos meses trabajando con las comunidades autónomas para poder tener el censo del lobo en España. […] Se ha tomado un atajo, unas medidas, insisto, precipitadas, que lo dejan desprotegido», reconociendo que ha sido un día triste para el Ministerio y todos los que quieren proteger la biodiversidad. Según fuentes oficiales del propio Ministerio, la última comunidad que remitió los datos sobre el lobo lo hizo hace dos semanas y la previsión era tener los datos del censo listos en junio o julio: «Habíamos iniciado una gestión de la especie diferente, responsable con la especie, pero también con los ganaderos. Somos sensibles a la afectación que tiene para los ganaderos. La protección de la biodiversidad no puede ser un coste para ellos».

Salvando lo que haya que salvar, la sinfonía de Prokófiev sobrevoló ayer el Congreso de los Diputados en su sentido contrario. El relato que acompañó el compositor a la Sinfonía no se escuchaba con fuerza. Estamos advertidos de los peligros del lobo, pero el Gobierno actual, a modo del protagonista del relato de la sinfonía, casualmente de nombre Pedro, que tiene la responsabilidad de cuidar la legislación actual de protección del lobo según la LESPRE, cree que las cosas se pueden hacer bien desde el punto de responsabilidad legislativa, científica y de escucha a los actualmente afectados por la presencia del lobo en sus territorios, como ha afirmado la ministra responsable de esta situación, cuidando como el niño Pedro de Prokófiev, de controlarlo, protegerlo de sus cazadores porque el peligro de extinción sigue presente y sólo una diferencia, procurar que no los maten sin más, llevándolos a una situación de hábitat controlado en beneficio del interés general, humano sobre todo.

Curiosamente y en estos días, cuidando su “gusto musical”,  he estado leyendo a mis nietos este cuento, Pedro y el lobo, en una versión preciosa, fiel al texto original de Sergey Prokófiev, nombre y apellido que ellos pronuncian perfectamente, explicándoles el contenido musical de la sinfonía y el sonido de cada instrumento, así como la moraleja auténtica, no la de Disney y otras corporaciones no inocentes como multinacionales en la reinterpretación de estas fábulas y cuentos convertidos en mercancías, a veces abusando del miedo, siendo el lobo un animal propicio. Conocen ya los instrumentos y la asignación que el compositor hizo de ellos a cada personaje en la sinfonía, por lo que he tomado conciencia de que para ellos soy el fagot de la orquesta. El que quiera entender que entienda, porque esta fábula se puede hacer extensiva, cada día, a lo que sucede en el Congreso de los Diputados y en el Senado de este país. También, a lo que ocurre a diario en este mundo al revés. Al buen entendedor o entendedora, pocas palabras bastan ante los que gritan «¡Que viene el lobo!«, sin entender su destino en la naturaleza o en el miedo ancestral mal entendido que su mera alusión nos acompaña desde hace siglos.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL,

¡Paz y Libertad!