Lucas Macías nos presentó ayer “Una vida de héroe”, de Richard Strauss, en momentos convulsos de este país

Richard Strauss (Munich, 1864 – Garmisch-Partenkirchen, 1949) / Lucas Macías Navarro (Valverde del Camino, Huelva, 1978)

Sevilla, 26/VI/2025 – 13:32 (UTC+2)

Anoche asistí al concierto “Gran Sinfónico 12”, que ofreció la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), bajo la dirección excelente del maestro Lucas Macías Navarro (Valverde del Camino, Huelva, 1978), a quien he dedicado varias páginas de reconocimiento artístico en este cuaderno digital, en el que se interpretaron dos obras consagradas en la historia de la música, el Concierto para violonchelo y orquesta, en La menor, Op. 129 (1850) de Robert Schumann (1810-1856) y Una vida de héroe (Ein Heidenleben), poema sinfónico, Op. 40 (1898), de Richard Strauss (1864-1949). En general, el concierto me pareció espléndido, destacando al violonchelista Pablo Ferrández, en la primera de las obras, interpretando pasajes de la misma con su habitual maestría y la perfecta conjunción armónica de la orquesta en la segunda, con una interpretación virtuosa de la violinista concertino, Alexa Farré, en la tercera parte del poema sinfónico de Strauss, La compañera del héroe, dando pleno sentido a una compleja interpretación orquestal de cuarenta minutos ininterrumpidos, para iluminar un poema sinfónico con seis partes perfectamente diferenciadas, El Héroe, Los adversarios del Héroe, La compañera del Héroe, El campo de batalla del Héroe, Las obras de Paz del Héroe, La retirada del mundo y la consumación del Héroe.

Si destaco hoy esta segunda obra, Una vida de héroe, es porque trasciendo lo que Bertolt Brecht enunció en un poema de su obra Elogio a los combatientes, en el que adaptando personalmente el vocablo “hombre” por un lenguaje de género más actual, decía que Hay hombres y [mujeres] que luchan un día y son buenos, otros [y otras] luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los [hombres y mujeres] que luchan toda la vida, y esos son los imprescindibles, donde hacía especial hincapié en la importancia de las personas imprescindibles, a las que agrego hoy “las necesarias” en momentos puntuales de la historia de la humanidad. Digo que lo trasciendo porque agrego a los imprescindibles de hoy, a los héroes o heroínas, ante una situación mundial en la que nos falta el reconocimiento a personas heroicas que necesitamos identificar con urgencia que llevan el sello de heroicidad en tiempos convulsos en la democracia de este país. Héroes y heroínas en múltiples facetas de la vida, pero que en democracia hay que señalar en su acción política de cada día. El Diccionario de Autoridades fijó, limpió y dio esplendor en 1747 a esta palabra, en su extraordinaria obra: “El Varón ilustre y grande, cuyas hazañas le hicieron digno de inmortal fama y memoria. Los Antiguos llamaban assí a los que por sus acciones grandes los tenía el vulgo por deidades, y (como dice Luciano) por un compuesto de Dios y hombre”. Hoy, el Diccionario de la Lengua Española, también de la RAE, ha bajado esta palabra de su pedestal histórico y nos deja una interpretación bastante hermosa en sus dos primeras acepciones: “1. Persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble – 2. Persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes”.

Más allá de las interpretaciones que se han hecho a lo largo de la historia sobre el egocentrismo de Richard Strauss en Una vida de héroe, al tildarse de obra de excesivo culto a su yo para resaltar, sobre todo, su vida en una etapa romántica mundial, es importante rescatar esta figura del héroe y de la heroína, atendiendo curiosamente a las seis partes del poema sinfónico citado, porque es urgente identificar qué significa hoy ser héroes en una sociedad que machaca sistemáticamente al que destaca en algún orden de la vida que no sea el populista a palo seco, no digamos si se le caracteriza como político que nos representa en unas votaciones democráticas. En segundo lugar, es igualmente importante, justo y necesario saber quienes son los adversarios del héroe o heroína, para saber a quienes nos enfrentamos, porque entre silencios cómplices, anonimatos vergonzantes y síndrome de tapados anda el juego, sobre todo en las redes sociales, dado que a muchos adversarios no les gusta que les identifiquemos y nos quedemos con su cara. A continuación, habría que proteger a los familiares directos de estas personas tildadas de héroes o heroínas, a sus compañeros y compañeras de vida, porque se agrega mucho sufrimiento a determinados comportamientos heroicos de personas dignas. Es lo que intuí anoche al escuchar el violín armonioso de la concertino Alexa Farré. A continuación, es importante destacar la importancia de los campos de batalla en los que tiene que sobrevivir como pueden los héroes o heroínas que intentamos ensalzar en estas palabras, porque no todo el mundo está dispuesto a hacer felices a los demás, a través de la política por ejemplo, algo que este país defendió constitucionalmente en el Artículo 13 de la Constitución de 1812, que decía textualmente, El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política, no es otro que el bien estar de los individuos que la componen. Lo decía también José Mujica, expresidente de Uruguay, cuando afirmó que La política es la lucha por la felicidad de todos, frase pronunciada en su discurso de despedida de la presidencia del gobierno uruguayo el 27 de febrero de 2015.

Siguiendo el leit motiv de la obra de Strauss, la cuarta parte de su poema sinfónico hace referencia a Las obras de paz del Héroe, destacando por mi parte que este país no es muy dado a resaltar en vida las obras de paz, encomiables, que en política se desarrollan en una legislatura. Al buen entendedor con pocas palabras basta y así lo expresé en su momento respecto de la legislatura anterior y en la actual, ¿quién niega hoy que la ley de amnistía ha sido una obra de paz en nuestro país, avalada precisamente hoy por el Tribunal Constitucional en los aspectos esenciales de la misma y que también he resaltado en innumerables ocasiones en este cuaderno digital? Así lo afirma el Tribunal Constitucional: «la ley impugnada [por el Partido Popular] responde a un fin legítimo, explícito y razonable”.  Por último, comparto plenamente la importancia de saber retirarse a tiempo, para que no se perpetúen los héroes hasta el infinito y su más allá, sabiendo interpretar el sentido de la obra de Strauss, en su sexta parte, La retirada del mundo y la consumación del Héroe. Saber entregar el testigo de la acción heroica a tiempo, es un factor determinante para que la estela de las heroicidades se perpetúe en más personas y el mundo sólo tenga interés si sigue hacia adelante. Lo decía muy bien en 2018 el expresidente uruguayo Jose Mujica, un héroe de pura cepa: «Los mejores dirigentes son aquellos que cuando se van dejan a un conjunto de gente que lo superan ampliamente”.

Estoy encantado y agradecido como ciudadano de a pie por la elección de Lucas Macías Navarro al frente de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS). En el programa oficial de su concierto de ayer, se decía que con las obras que dirigía “la ROSS daba su ilusionada bienvenida a su nuevo director titular, Lucas Macias, en la primera interpretación tras su nombramiento con la que es ya su orquesta y a cuyo podio se incorporara plenamente en septiembre”. Lo escrito anteriormente es una metáfora sobre una obra de Strauss que él dirigió ayer de forma magistral, utilizando como partitura esencial su memoria, su inteligencia musical, dando a cada parte de la obra de Strauss lo suyo, musicalmente hablando, que me ha inspirado al extrapolarlo al momento político actual, convulso y preocupante, tan falto de héroes y heroínas ejemplares, necesarios e imprescindibles también.

Gracias, maestro Macías. Ayer comprendí de nuevo que la música siempre es compañera en la alegría y medicina para el dolor (Musica laetitiae comes, medicina dolorum).

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