Pedro Sánchez ha recibido el premio Global Goalkeepers 2025, por su liderazgo en el avance de la cooperación internacional y la amplificación de las voces del Sur Global

Sevilla, 23/IX/2025 – 16:41 h (CET+2)

El Premio Global Goalkeepers 2025 fue entregado ayer en Nueva York a Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España, reconociendo su liderazgo en el avance de la cooperación internacional y la amplificación de las voces del Sur Global. Bajo su liderazgo, según recoge la página oficial de la Fundación Gates: “España ha profundizado los lazos con el Grupo de África en las Naciones Unidas, ha convocado a los líderes mundiales en la Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo [celebrada este año en Sevilla] y ha ampliado el apoyo a la salud pública. Su compromiso con el desarrollo internacional y la salud pública ha ayudado a aumentar las contribuciones al Fondo Mundial en un 12 % y a la Alianza de Vacunas (Gavi) en un 30 %. El presidente Sánchez aboga por un enfoque más inclusivo y colaborativo para resolver los desafíos más urgentes del mundo”.

El presidente ha manifestado sobre la recepción del premio que cree “que no es solo una decisión política tomada por el Gobierno, es también el apoyo social de los españoles cuando se trata de cooperación con terceros países, especialmente en el norte de África y el flanco sur de Europa, el norte de África mediterránea y Oriente Medio, para incrementar y fortalecer la salud global”.

La recepción de este premio es un refuerzo positivo a su trayectoria política en este ámbito, “en un contexto de recortes históricos de ayuda al desarrollo por parte de los principales donantes, con Estados Unidos a la cabeza, tras el desmantelamiento de USAID. Países europeos como Reino Unido, Francia o Alemania han recortado también sus contribuciones. Las crisis internas de los países donantes y la volatilidad global han hecho que algunos países opten por priorizar en sus presupuestos otras partidas como las militares en detrimento de la ayuda al desarrollo”, tal y como lo ha expresado hoy el diario El País. No hay que olvidar lo ocurrido en la era Trump en referencia a la cooperación internacional de los EEUU, cuando el pasado 3 de febrero y mediante una orden ejecutiva se cerró definitivamente la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que está ocasionando una tragedia mundial, sobretodo en países en desarrollo y grandes conflictos bélicos, así como a millones de refugiados. Los datos de este desastre son elocuentes porque la USAID “distribuyó fondos en 2023 por un valor de US$ 43.400 millones en todo el mundo”. Tal y como informó la CNN a través de este Organismo estatal, “Gobernanza es el sector que más fondos recibió: US$ 16.800 millones. Le siguen la ayuda humanitaria, que recibió US$ 10.500 millones; salud, que obtuvo US$ 7.000 millones; administración, que recibió US$ 3.500 millones. Agricultura, Educación e infraestructura recibieron US$ 1.300 millones, US$ 1.100 millones y US$ 700 millones, respectivamente. De mayor a menor, los países que más fondos recibieron en 2023 fueron Ucrania, Etiopía, Jordania, República Democrática del Congo, Somalia, Yemen, Afganistán, Nigeria, Sudán del Sur y Siria. La ayuda para Ucrania, el principal beneficiario con US$ 16.000 millones (casi el 40% del total), se centró en “apoyo macroeconómico”, según el portal de asistencia externa del Gobierno de Estados Unidos. Otro impacto del cierre de la USAID se ha publicado recientemente en la revista The Lancet, calculando que esta acción puede costar la vida a más de 14 millones de personas en los países del Sur mundial más desfavorecidos, hasta 2030, de las que 4,5 millones serán niños y niñas menores de cinco años, suponiendo asimismo un impacto potencial del recorte del 83% en los programas globales de salud de Estados Unidos respecto de su cooperación internacional. Además, al menos 60 países del Sur Global están pagando más en servicio de la deuda adquirida que en salud y educación, lo que afecta finalmente a una población alrededor de 3.400 millones de personas. 

Es muy importante recordar qué significa este Premio por parte de la Fundación Gates a través de su proyecto Goalkeepers, que “reconoce a líderes, promotores y visionarios que día a día acercan al mundo a los 17 Objetivos Mundiales de Desarrollo Sostenible. La comunidad Goalkeepers es un colectivo global de creadores de cambios diversos y colaborativos con un compromiso compartido con los Objetivos Mundiales. Juntos, intercambian ideas e impulsan soluciones innovadoras en sus regiones, demostrando que el progreso es posible. Cada año, Goalkeepers reconoce a sus miembros por sus contribuciones extraordinarias. El Premio Global Goalkeeper reconoce a un líder que ha demostrado su compromiso con los Objetivos Mundiales en su país y a nivel mundial. Goalkeepers también reconoce a 10 Campeones excepcionales: expertos, innovadores, defensores y líderes de todo el mundo, que logran avances notables. Su trabajo colectivo demuestra que el progreso significativo no solo es posible, sino que ya está ocurriendo”. Recomiendo leer las inspiradoras historias de estos campeones junto con los ejemplos destacados de Goalkeepers de la comunidad en todo el mundo.

En nuestro tiempo tan moderno, mediocre y cainita, es de agradecer que podamos leer una crónica sobre lo que se hace bien en nuestro país, yo diría que muy bien, reconocido hoy en este premio recibido por el presidente, recordando unas palabras que no he olvidado, del eminente cardiólogo Valentín Fuster: “Yo puedo estar hablando todo el rato del desastre que hay en España. Pero igual podemos sacar unos minutos para saber si algo funciona…” o lo que es lo mismo, puedo estar hablando todo el rato de las cosas que se hacen mal en España, pero igual podemos sacar unos minutos para saber si algo funciona…. o se hace bien, incluso con reconocimiento mundial. Y comprobaremos que es verdad, que funcionan muchas cosas y sé hacen muy bien en este controvertido país.

oooooOOOooooo

🕵️‍♀️ Yo apoyo el periodismo que exige transparencia. 🔎 Conoce Civio: https://civio.es/ #TejeTuPropioAlgoritmo

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL

¡Paz y Libertad!

Otoños / 2. Cuando venimos de los álamos

Myriane Bourgeois, canta “De los álamos vengo, madre”, compuesta por Joaquín Rodrigo, en “Cuatro madrigales amatorios”. Piano: Jean-François Grondin

Sevilla, 23/IX/2025 – 08:23 h (CET+2)

El otoño nos prepara para recibir el invierno con toda su crudeza, con la doble cara del dios Jano. Es la antesala de la pérdida de la luz convirtiendo las sombras y grises en un testigo implacable de lo que viene. En Sevilla casi no existe el otoño. Verano e invierno se estrechan la mano día a día y miran de reojo a un otoño que casi hermanan con calor y frío sin pasos intermedios, sin confundirlo con la tibieza apocalíptica: “puesto que no estás ni frío ni caliente sino tibio estoy para vomitarte de mi boca” (Ap. 3, 14-16), una cita matemática que no se olvida, sin lugar a duda, que son solo palabras puestas en la boca del dios de los creyentes.

Mientras, leo a Ángel González en su tercer poema de Otoños, Casi invierno:

Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía, 
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento.

¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?

De los álamos vengo.

El otoño anuncia siempre los grises del invierno, mirando por el retrovisor del tiempo el color de las tres estaciones anteriores. En esta antesala del invierno, en pleno otoño, constatamos que muchas veces somos ciegos al color, no por una enfermedad, la acromatopsia, sino porque nos acostumbramos a vivir en blanco y negro, como si el color o la alegría no hubiera llegado a nuestras vidas. Cuando era niño, viviendo en una sociedad de eternos grises (incluido el uniforme de la policía…), no había nada que me hiciera disfrutar más que cuando entraba al cine de sesión continua en Madrid y anunciaban en pantalla que la película que íbamos a ver era en “color por tecnicolor”. Era una forma de interpretar la vida de forma diferente.

El otoño hace que, a veces, decaiga el ánimo. La tristeza de Ángel González cuando venía de los álamos tenía una explicación, que leí recientemente en palabras de su esposa, Susana Rivera, cuando afirmaba que la referencia a los álamos no era ni a los que había conocido en New México o los de su tierra, en el Paseo de los Álamos de Oviedo. Eran los que “[…] se imaginaba cuando escuchaba a Victoria de los Ángeles cantar, «De los álamos vengo madre, de ver como los menea el viento…». Ponía ese disco en momentos muy especiales, muchas veces amanecimos escuchándolo”.

De los álamos, vengo, madre. De los álamos, vengo, madre. De ver cómo los menea el ayreDe ver cómo los menea el ayre. De los álamos, vengo, madre. De los álamos, vengo, madre. De ver cómo los menea el ayre. De ver cómo los menea el ayre. De los álamos de Sevilla, de ver a mi linda amiga, de ver a mi linda amiga. De ver cómo los menea el ayre. De ver cómo los menea el ayre. De los álamos, vengo, madre. De los álamos, vengo, madre. De ver cómo los menea el ayre. De ver cómo los menea el ayre. De ver cómo los menea el ayre. De ver cómo los menea el ayre (1).

Y me consuela saber que los álamos queridos por Ángel González estaban en Sevilla, porque su quintaesencia figuraba en un poema popular anónimo recopilado por Juan Vázquez, un extremeño muy vinculado al movimiento renacentista de Sevilla, donde falleció en 1563, en una obra que llevaba por título Recopilación de sonetos y villancicos a cuatro y cinco voces (Sevilla, 1560). “De los álamos vengo madre…”, una canción cantada por villanos, es decir, un villancico, figuró siglos más tarde como cuarto madrigal amatorio compuesto por el maestro Joaquín Rodrigo, respetando la melodía original que había escuchado durante su estancia en París hacia finales de los años treinta.

Otoño, desde los álamos de Sevilla en la Alameda de Hércules, el jardín público más antiguo de Europa, ¿me preguntas hoy por qué estoy triste?

(1) Letra original: http://cristobaldemorales.net/medios/repertorio/alamos_vengo_madre

oooooOOOooooo

🕵️‍♀️ Yo apoyo el periodismo que exige transparencia. 🔎 Conoce Civio: https://civio.es/ #TejeTuPropioAlgoritmo

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL

¡Paz y Libertad!