¡Viva la música y la vida!, a pesar de todo

Pabellón de Alfonso XII, en la Isleta de los pájaros, Parque de María Luisa, Sevilla / JA COBEÑA

Sevilla, 25/V/2024

En tiempos de tanta turbación política, en nuestro país y en el mundo en general, es importante compartir momentos mágicos como los que hoy he vivido y sentido en un paseo por el Parque de María Luisa, en esta ciudad en la que el gran escritor Stefan Zweig dijo “que se podía ser feliz”.

Al contemplar la naturaleza en todo su esplendor, sentado en la glorieta de Rafael de León, el gran poeta y letrista del dolor humano llevado a las coplas de generaciones que las grabaron en su corazón, con su verdad dentro, cobraba todo el entorno una fuerza especial por el sonido de unas interpretaciones que venían de una zona próxima del parque. Lo busqué, como un regalo venido del cielo, encontrándolo en el Pabellón de Alfonso XII, a modo de templete, en la Isleta de los Pájaros, donde un músico de calle y de fiestas de guardar, interpretaba en ese momento una composición que no olvido, Viva la vida, creada por Coldplay, un título copiado de un cuadro homónimo de Frida Kahlo.

En este tiempo de turbación y sus inseparables mudanzas de ánimo, como decía al principio, deseo compartir lo allí vivido y sentido, porque sé que “el amor y el sufrimiento aúna voluntades”, que aprendí de la Cantata de Santa María de Iquique, en la interpretación especial de Quilapayún. Ahora, más que nunca, he comprendido parte de la letra de esta canción icónica de Coldplay, de título real mucho más largo, Viva la vida o muerte y todos sus amigos, mensaje que anunciaba de forma simbólica en la portada del disco que contenía esta bella composición publicada en 2008, la Revolución de Julio, en 1830, llamada La Libertad guiando al pueblo, del pintor francés Eugène Delacroix.

Para que no se olvide el gran papel de la libertad en nuestras vidas, cuando ante el ocaso de la democracia, esta canción nos recuerda que es necesario, ahora más que nunca, blindar las libertades que garanticen vivir con dignidad humana la vida propia y la de los demás, siempre que no estén sustentadas en sal o barro o en cantos de sirena de los mediocres con poder, el mayor peligro para la democracia.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA – ISRAEL/HAMÁS, ¡Paz y Libertad!