Serrat no insulta: canta

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Desde la proclama de Rajoy el lunes pasado, contra Serrat, como prototipo del artista “untado”, en el debate mediático de la 1, no he dejado de dar vueltas a todo lo que ocurrió, porque su ataque concreto al cantautor, frontal, entre otros muchos, simboliza muy bien cómo se puede mentir con una desfachatez que roza el esperpento y, lo que es peor, ¡no pasa nada! En la amura de babor de mi patera digital quiero manifestar a los cuatro vientos que Serrat -como nombre representativo- no ha insultado a Rajoy ni a diez millones de votantes del Partido Popular, como él se lo atribuyó -corporativamente hablando- ante trece millones de telespectadores (transcripción literal):

“RAJOY: Yo mantengo lo que he dicho: que el señor Zapatero ha agredido a las víctimas del terrorismo. Lo mantengo. Que quede claro. Yo, desde luego, lo que es evidente es que yo no puedo aceptarle a una persona que pide el voto para usted que insulte a los demás. Porque eso es inaceptable. Se llame Serrat, o sea la persona más humilde del mundo. Se llame como se llame. Hay que tener un poco de tolerancia. Un poco de respeto a las personas. Y hay muchas personas que votan al Partido Popular porque quieren y porque les apetece. Y hay que tratarlos con tolerancia, como yo trato también a la gente. Ahora, yo tengo que defender a la gente. Y usted debería haber defendido a aquellas personas que fueron insultadas por todos aquellos que estuvieron en el acto de los artistas. ¿Por qué no defendió a los insultados?

MANUEL CAMPO VIDAL: Tiempo para el señor Zapatero.

ZAPATERO: Señor Rajoy, usted vinculó su declaración de untados al canon digital, intentando hacer demagogia populista, y descalificando a gente de la cultura, a gente como Miquel Barceló, como Joan Manuel Serrat, como Joaquín Sabina, como Pedro Duque, que estaban en ese acto de la plataforma. Creadores que son universales y que llevan la imagen de España al mundo. Mire, aquí dije que iba a haber claramente… que se iba a advertir una diferencia de proyectos políticos. ¿Sabe cuál ha sido la diferencia? Usted apoyó a un grupo de deportistas, algunos de ellos que nos dan una brillante imagen en el mundo, y yo lo respeto. Tienen derecho, me parece bien que le apoyen a ustedes.

Solo ha cometido “el grave error” (según el líder popular, probablemente) de haber suscrito el manifiesto de intelectuales y creadores a favor del canon de copia privada, además de aparecer, no escondiéndose, en un videoclip que pudimos ver por televisión, en el que interpreta junto a conocidas “figuras” (¡untadas…!) de la música, una canción extraordinaria, Defensa de la alegría, cuya letra es de Mario Benedetti, para mayor INRI y que, personalmente, recordaba haberla escuchado en un disco excelente de Joan Manuel Serrat publicado en 1985, El Sur también existe:

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un atributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también, también de la alegría

Leer este texto, sentirlo, es el mejor desagravio ético para Serrat/Tarrés, da igual. El que quiera entender que entienda. Posiblemente moleste a Rajoy tanta alegría, porque en el reino de los tristes no caben trovadores de la libertad que proporcionan alegría como algo inevitable para vivir decentemente… Lo sabemos bien en el Sur, desmuriendo, desviviendo, aprendiendo del dúo Benedetti-Serrat:

Pero aquí abajo, abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo omite
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
que el Sur,
que el Sur también existe

Sevilla, 28 de febrero de 2008, precisamente en el día de Andalucía

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