Sevilla, 16/IX/2019
En el año 1963, recién llegado a Sevilla, supe que en un Instituto muy conocido en la ciudad tocaba Curtis Jones, un maestro del jazz y del swing. Asistí a aquél concierto con una mezcla de incredulidad y, por qué no decirlo, de esnobismo aupado por la edad y por la oportunidad de introducirme en un mundo nuevo en el que la España cañí acudía a espacios de Radio Madrid del tipo «Rompa su disco». Cincuenta y seis años después, escucho todos los días, de lunes a viernes, un programa en Radio Clásica que me acompaña en los desplazamientos por Sevilla, Clásicos del jazz y del swing, magníficamente presentado por Luis Martín, que me recuerda aquella aventura de juventud en la que el jazz era introducido en el mundo universitario por el Dr. Manosalbas, con la ayuda de Radio Vida, en una ciudad tan pintoresca y alejada de cualquier modernidad. Ha sido muy grato localizar alguna noticia al respecto en Google, que me ha situado con exactitud la citada experiencia.
Curtis Jones vino a Sevilla y las referencias en los medios de comunicación son escasas porque este tipo de música se abría paso en un mundo que no la apreciaba todavía y los que asistíamos a este tipo de conciertos cabíamos en un taxi y sin «transportín» que, para los más jóvenes del lugar en la actualidad, aclaro que era un pequeño asiento que se abría como un libro en el centro de los vehículos, ampliando el número de plazas habitual. En los coches de toreros era muy habitual su uso por parte de miembros de las cuadrillas.
Disfruto mucho escuchando las explicaciones sabias de Luis Martín, que conoce detalles impagables de una música con tanta historia. Me sorprende la operación rescate actual del mundo del vinilo en el que este tipo de música hizo siempre su agosto, sobre todo en Estados Unidos. Quiero reconocer públicamente el esfuerzo de una radio pública para ofrecer música de tanta calidad en su fondo y forma. Lo mejor de todo es que aquella España incomprensible consigo misma me ofreció en un rincón de Sevilla la posibilidad de conocer a Curtis Jones y escuchar su concierto de piano y su voz. Inolvidable experiencia para alguien que aprendía todos los días de hechos controvertidos de la vida, haciendo camino al andar junto a Machado y yendo con dificultad de mi corazón a mis asuntos, comprendiendo el dolor de Miguel Hernández al perder a su gran amigo.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.
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