Un colegio público, en una pedanía de Sevilla, que vuela alto y sueña a lo grande

Sevilla, 9/VI/2023

La noticia ha saltado a todos los medios de comunicación: “El “colegio milagro” de una pedanía de Sevilla llega a la NASA.Cinco alumnos de primaria del colegio público de Torre de la Reina, con 1.500 habitantes, logran ser recibidos en el Centro Espacial Houston, como culminación de un proyecto educativo”. En estos tiempos tan convulsos, donde los servicios públicos sufren a diario la falta de respeto institucional y colectivo en cualquiera de sus proyecciones emblemáticas del Estado de Bienestar, educación, salud y servicios sociales, es maravilloso conocer con detalle este tipo de noticias y las manifestaciones del artífice principal de esta gesta educativa, el maestro de primaria Herminio Rodríguez Pozo, que dese hace años cuida los sueños de niños y niñas de esta pedanía de Guillena, en Sevilla, llevándolos en volandas mediante un proyecto, Expedición a la NASA 2023, que recomiendo leer y ver con atención, como colofón al proyecto educativo de ciencia y ámbito aeroespacial “Viajando por el mundo”, donde también expresan su voluntad de acercar el mundo científico a las niñas del Colegio, desde la perspectiva de género, “vital para alcanzar los objetivos de Desarrollo Sostenible (2030), en favor de ciudadanos globales constructivos”.

Leo en el diario El País, frases esclarecedoras de este “milagro”, en boca de este maestro excepcional, uno de los “imprescindibles” de Bertolt Brecht: “Somos un colegio muy pequeñito, una escuela pública en una pedanía de un pueblo de Sevilla, pero eso no nos impide soñar a lo grande”, ““Aquí enseñamos a soñar, queremos que los chavales crean que todo es posible, incluso las oportunidades que parecen destinadas a otros. Ahora que está tan de moda la agenda 2030, yo me quedo con ese eslogan de Una oportunidad para las personas, con las alianzas, y la vinculación de la sociedad civil y de las empresas. Es maravilloso cómo la comarca se ha movilizado para hacer realidad este sueño. Eso es inspirador para otros coles, compartimos la experiencia para mejorar la calidad de la enseñanza pública. Hay que generar ilusión en los chavales y obsesionarnos con conectarnos con la sociedad”, para culminar estas frases con una rotunda: “hay que ser un poco Quijote”.

Me ha entusiasmado conocer esta aventura docente que ensalza “el valor de lo público”, que ahora culmina con un viaje al Centro Espacial de Houston, de cinco alumnos de este Colegio Público, Marina (8 años), Teo (7), Hugo (7), Sergio (9) y Aitor (11), que han sido los seleccionados mediante sorteo —”era lo más justo”— “entre los 189 niños del colegio, que viajan, junto al docente y un progenitor, hasta el citado Centro Espacial, donde serán recibidos y atendidos por los ingenieros españoles de la NASA Eduardo García Llama y Carlos García-Galán, que ya habían remitido el año pasado un vídeo al colegio explicando la misión Artemis I a la luna y animando al alumnado a «seguir estudiando»: “Así que esta pequeña historia va incluso también de algo grande: “el valor de la educación pública”, asegura Herminio. “La escuela es la clave, lo dicen Pablo y Sara, nuestros astronautas españoles en la NASA, cada vez que son entrevistados: sin la educación pública no hubieran llegado a donde están hoy. Y la calidad de la enseñanza tiene su fuerza en las alianzas, que es lo que hemos estado buscando nosotros durante todo el curso”. Porque en esta aventura docente ha participado la comarca al completo, con entidades públicas y privadas solidarias con este esfuerzo de la enseñanza púbica, aunque también a nivel autonómico y estatal.

Llevan a Houston un proyecto muy especial, entregar allí “la primera Constitución Lunar, que los alumnos del Colegio Nuestra Señora del Carmen han redactado con los derechos y deberes de los que pudieran ser en un futuro los primeros humanos habitantes de la Luna. “Cada niño ha escrito su punto de vista de cómo puede ser su gobernanza de la luna”, con citas tan contundentes como “que haya sanidad lunar gratis” o “la riqueza de la Luna sea repartida de manera justa y controlada”, según puede leerse en un emocionante documento de letra infantil”. En Houston “conocerán de primera mano el programa Artemis, que a finales del año pasado completaba suprimera misión de órbita no tripulada a la luna. […] Esta es, por tanto, una pequeña gran historia de un pequeño gran centro escolar: “Ya nos llaman por ahí el colegio milagro”, presume Herminio. Un pequeño paso para un niño, que diría Neil Armstrong…”. También, un gran paso para la humanidad, para los niños y niñas de Torre de la Reina, Guillena, Andalucía…, para España.

Lo expuesto anteriormente me recuerda lo que manifestó en 2013 el eminente cardiólogo español Valentín Fuster, residente durante muchos años en América, durante una de sus múltiples visitas a España: “Yo puedo estar hablando todo el rato del desastre que hay en España. Pero igual podemos sacar unos minutos para saber si algo funciona…” o lo que es lo mismo, puedo estar hablando todo el rato de lo que hace mal este país, pero igual podemos sacar unos minutos para saber si algo funciona…, si alguien nos representa con dignidad más allá de nuestras fronteras y alegrarnos por ello, rompiendo los silencios cómplices a los que estamos acostumbrados o a desprestigiar a quien tanto lucha por sus ideales y principios. El proyecto explicado anteriormente da la razón, de forma más que suficiente, a lo expresado por el doctor Fuster. Mi enhorabuena a este colegio público y a la comunidad educativa del mismo en Torre de la Reina (Guillena). Necesitamos, como agua de junio, estos reconocimientos del valor de lo público.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad

Gratitud en mi cumpledías, porque mi memoria habla

No puedo fingir que no tengo miedo. Pero el sentimiento que predomina en mí es la gratitud. He amado y he sido amado; he recibido mucho y he dado algo a cambio; he leído, y viajado, y pensado, y escrito. He tenido relación con el mundo, la especial relación de los escritores y los lectores.

Oliver Sacks, Mi propia vida

Sevilla, 7/VI/2023

Hoy celebro mi cumpledías, matusalénica edad por cierto, simbolizando con estas palabras, que aún me quedan, la gratitud plena a la posibilidad que me ha ofrecido la vida para recorrer el mundo, un peregrinaje yendo del timbo al tambo, que decía Gabriel García Márquez, porque me acogió el siglo pasado, pocos años después de la finalización de la guerra civil en este país y con sus consecuencias familiares. En este contexto tan especial, recuerdo hoy un comentario que hice en 2016, en este blog, sobre un libro que no olvido, Gratitud (1), una recopilación breve de las últimas publicaciones de Oliver Sacks antes de su fallecimiento en 2015, autor al que he dedicado ya algunas palabras en este cuaderno de inteligencia digital, en la búsqueda incesante de islas desconocidas no ciegas al color.

Gratitud, según la última versión del Diccionario de la lengua española (RAE, edición 23, del Tricentenario, en la actualización de 2022), es un sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra se lo ha hecho o lo ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera. Oliver Sacks, a través de cuatro ensayos breves que recoge en Gratitud, desea expresar su agradecimiento a lo que le ha ofrecido su vida apasionante y llena de contrapuntos existenciales, fruto de una ruptura con la tradición judía y la inmersión en la neurología clínica que tanto ha aportado a la humanidad a través de sus libros llenos del encanto didáctico de la locura existencial.

Mercurio, De mi propia vida, Mi tabla periódica y Sabbat, son cuatro reflexiones llenas de sentimientos y emociones, aunque tengo que reconocer que me quedo con la dedicada a su propia vida, en un ejercicio humilde de la memoria que habla, tal y como lo había expresado él mismo en un artículo excelente sobre la dialéctica de la memoria histórica y relativa, cuando seleccionamos, incluso de forma involuntaria, lo que queremos recordar: “Nosotros como seres humanos hemos desarrollado sistemas de memoria que tienen fallos, fragilidades e imperfecciones” […] “La indiferencia sobre las fuentes nos permite asimilar lo que leemos, lo que nos cuentan, lo que dicen otros y pensar, escribir y pintar, de una forma tan rica y tan intensa como si fuesen experiencias primarias. Nos permite ver y escuchar con los ojos y los oídos de otros, entrar en la mente de los demás, asimilar el arte y la ciencia y la religión de toda una cultura”.

Muchas veces, cuando me enfrento a la lectura de la vida ordinaria, en días sin celebración especial, porque hoy es una excepción, estoy tentado de soñar con la acromatopsia (2), la enfermedad maravillosamente descrita por Oliver Sacks en su obra “La isla de los ciegos al color”, aunque tuviera que pasar fragmentos de la película de mi vida en blanco y negro, donde las tonalidades de gris me permitieran soñar que el color es una versión amable de la vida que los seres humanos podemos captar en toda su gama, sin limitaciones. Surge entonces la pregunta del doctor Sacks en su fascinante libro, cuando se refiere a la persona ciega al color: “¿nos consideraría acaso seres singulares, engañados por aspectos irrelevantes o triviales del mundo visual, o insuficientemente sensibles a su verdadera esencia visual?” (3).

Y vuelvo a leer la última frase de su gratitud a la vida, para aprender de él cómo se puede alcanzar la paz con uno mismo cuando se reconoce el auténtico color de la vida en el carpe diem que, a veces, tanto nos abruma: “Me descubro pensando en el Sabbat, el día de descanso, el séptimo día de la semana, y quizá también el séptimo día de la propia vida, cuando tienes la sensación de que tu obra está terminada y de que, con la conciencia tranquila, puedes descansar”.

Hoy, en mi cumpledías, agradezco también a Mario Benedetti que me regalara esa palabra amable, que tampoco olvido, porque a pesar de mi matusalénica edad creo que no se me nota (la edad,,,) “cuando en el instante en que vencen los crueles entro a diario a averiguar la alegría del mundo, volando gaviotamente sobre las fobias, desarbolando los nudosos rencores. He alcanzado una buena edad para cambiar estatutos y horóscopos, dejando que mi manantial mane amor sin miseria”. Gratitud especial en este día, en en el pleno sentido de la palabra gratitud. ¡Qué palabra tan necesaria, tan hermosa! Igualmente, gracias a la vida, en definitiva, que me ha dado tanto, porque me ha dado la memoria que habla, el sonido y el abecedario, con él las palabras que pienso y declaro, madre, amigo, hermano, y luz alumbrando la ruta del alma de lo que estoy amando (Violeta Parra).

Gratitud hoy, especialmente, a las personas que como tú, abrís este cuaderno digital casi a diario, para acompañarme con la lectura de estas palabras, sólo para buscar islas desconocidas de dignidad humana en tiempos difíciles para la democracia. Gracias.

(1) Sacks, Oliver, Gratitud. Barcelona: Anagrama, 2016.
(2) Acromatopsia: ceguera del color, enfermedad que no permite agregar a la óptica de la vida el color. Todo se ve siempre de color gris. Para comprender bien los efectos de esta enfermedad, recomiendo la lectura de un libro de Oliver Sacks, excelente, que tengo entre mis preferidos: La isla de los ciegos al color, editado por Anagrama en 1999. Ante una realidad tan sugerente, recuperaré la lectura que en su momento me sobrecogió tanto y la proyectaré en este cuaderno que registra ya tantas islas desconocidas: “experimentos de la naturaleza, lugares benditos y malditos por su singularidad geográfica, que albergan formas de vida únicas”, en frase del propio Sacks.
(3) Sacks, Oliver, La isla de los ciegos al color. Barcelona: Anagrama, p. 22, 1999.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Ideas para una España nueva, en el 125 aniversario del nacimiento de Federico García Lorca

Federico García Lorca junto a su hermana Isabel, con un libro en sus manos (1914) / Archivo Fundación Federico García Lorca – Centro Federico García Lorca

Sevilla, 5/VI/2023

Porque es necesario que sepáis todos que los hombres no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y que éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida.

Federico García Lorca (1931), en la Alocución al pueblo de Fuente Vaqueros

Estuve en 2016 en Fuente Vaqueros (Granada). Fue un momento mágico la visita a la casa natal de Federico García Lorca, recorriendo los rincones donde nació un poeta de mi persona de secreto y de todos, en determinados momentos muy especiales. Estaban allí sus cosas, su alma. Subí a la primera planta, el antiguo granero, y me encontré una exposición temporal inaugurada el 5 de junio, en conmemoración ritual del día de su nacimiento en 1898, sobre la relación hermosa, personal y profesional, con un pintor de Huelva, José Caballero, al que tuve la oportunidad de conocer personalmente a principios de los años ochenta.

Señalo a continuación mis frases marcadas, sin comentario alguno para no contaminar su auténtico sentido. Las entrego a la Noosfera, en un territorio concreto, España, por si hay alguien interesado en valorar el poder de la educación, de la cultura, de la lectura, que es lo que hace libres a los seres humanos. Un regalo con estela, como tantas veces he escrito, como aprendí de mis antepasados.

Vuelvo a publicar aquellas sensaciones anímicas en una visita emocionante, en un cumpledías muy especial. ¿Qué sentía García Lorca por su pueblo? Recordé la alocución dedicada a sus paisanos, con motivo de la inauguración de una humilde biblioteca pública, probablemente en septiembre de 1931, porque su contenido es una magnífica referencia actual al poder que pueden alcanzar las personas a través de la cultura. Compré una edición muy cuidada de la citada alocución, “barata” en el sentido que el poeta daba a esta palabra, no confundiendo valor y precio, con objeto de volver a leer y releer sus palabras y traerlas al imaginario actual previo a las próximas elecciones generales del 23 de julio. Dicho y hecho.

Ideas para un país nuevo, gracias a García Lorca

1. Siempre todas mis conferencias son leídas, lo cual indica mucho más trabajo que hablar, pero al fin y al cabo, la expresión es mucho más duradera porque queda escrita y mucho más firme porque puesto que puede servir de enseñanza a las gentes que no oyen o no están presentes aquí.
2. Los pueblos que viven solamente apegados a la tierra tienen únicamente un sentimiento terrible de la muerte sin que haya nada que eleve hacia días claros de risa y auténtica paz social.
3. Porque en el mundo no hay más que vida y muerte y existen millones de hombres que hablan, viven, miran, comen, pero están muertos […] porque tiene el alma muerta [… porque no tiene amor, ni un germen de idea, ni una fe, ni un ansia de liberación, imprescindible en todos los hombres para poderse llamar así.
4. Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta Biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos.
Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras.
Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!».
Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón.
Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.
Y no olvidéis que lo primero de todo es la luz.
5. Ya lo dijo el sagacísimo Voltaire: Todo el mundo civilizado se gobierna por unos cuantos libros: La Biblia, El Corán, las obras de Confucio y de Zoroastro. Y el alma y el cuerpo, la salud, la libertad y la hacienda se supeditan y dependen de aquellas grandes obras. Y yo añado: todo viene de los libros. La Revolución Francesa sale de la Enciclopedia y de los libros de Rousseau, y todos los movimientos actuales societarios comunistas y socialistas arrancan de un gran libro, del Capital, de Carlos Marx.
6. La humanidad empujaba misteriosamente a unos cuantos hombres para que abrieran con sus hachas de luz el bosque tupidísimo de la ignorancia. Los libros que tenían que ser para todos eran por la circunstancias objetos de lujo, y sin embargo son objetos de primera necesidad.
7. Se dice que el dolor de saber abre las puertas más difíciles. Y es verdad.
8. Pero con ser esto magnífico [el Renacimiento], el paso grande lo daba el editor Cristóbal Plantino en Amberes. Era de aquella casita con su patinillo cubierto de hiedras y sus ventanas de cristales emplomados, de donde salía la luz para todos con el libro barato y donde se urdía una gran ofensiva contra la ignorancia que hay que continuar con verdadero calor, porque todavía la ignorancia es terrible y ya sabemos que donde hay ignorancia es muy fácil confundir el mal con el bien y la verdad con la mentira.
9. El libro deja de ser un objeto de cultura de unos pocos para convertirse en un tremendo factor social. […] Porque contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas, pueden contra ellos; porque podéis hacer desaparecer una obra, pero no podéis cortar las cabezas que han aprendido de ella, porque son miles y, si son pocas ignoráis dónde están.
10. Cada día que pasa las múltiples casa editoriales se esfuerzan en bajar los precios, y hoy ya está el libro al alcance de todos en ese gran libro diario que es la prensa, en ese libro abierto de dos o tres hojas que llega oloroso a inquietud y a tinta mojada, en ese oído que oye los hechos de todas las naciones con imparcialidad absoluta; en los miles de periódicos, verdaderos latidos del corazón unánime del mundo.
11. Es preciso […] que los maestros se esmeren en no enseñar a leer a los niños mecánicamente, como hacen tantos por desgracia todavía, sino que les inculquen el sentido de la lectura, es decir, lo que vale un punto y coma en el desarrollo y forma de una idea escrita.
12. Porque es necesario que sepáis todos que los hombres no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y que este es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida.
13. Y que es preciso que los pueblos lean para que aprendan no sólo el verdadero sentido de la libertad, sino el sentido actual de la comprensión mutua y de la vida.
14. […] y no olvidéis este precioso refrán de un crítico francés del siglo diecinueve: «Dime qué lees y te diré quién eres» [François Mauriac].

Así lo dijo García Lorca. Para que no se olvide, porque en aquella alocución nos indicó algo transcendental que envuelve el momento crucial de depositar nuestro voto en las próximas elecciones generales del 23 de julio: “no trabajamos para nosotros sino para los que vienen detrás, y éste es el sentido moral de todas las revoluciones, y en último caso, el verdadero sentido de la vida”.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Manifiesto para antes de votar y para las generaciones venideras

El señor Brecht, después de las elecciones

Sevilla, 4/VI/2023

Dedicado a mis nietos Adrián y Alejandro

A través de mi admirado escritor con compromiso social activo, Manuel Rivas, he conocido un manifiesto precioso publicado en la revista gallega Luzes, El señor Brecht, después de las elecciones, a modo de editorial, en torno a su famoso poema A los que vendrán después, que me ha conmovido por su profundidad en el mensaje expuesto, con una traducción personal del gallego, por la que pido de antemano disculpas si no recoge en alguna de sus palabras y frases el auténtico espíritu gallego con el que está escrito: “Quien vivió la experiencia de la lucha antifascista, al mismo tiempo que Brecht fue, en muchos casos, gente indómita que tuvo el coraje de no sucumbir ante la pesada maquinaria de un terror nunca visto. Por eso el texto dedicado a las generaciones futuras tiene tanta vigencia y utilidad contemporánea. Es el testimonio de alguien que luchó en las circunstancias más adversas, sí, pero que tiene el doble coraje de darle la vuelta al espejo y ver el lado oscuro. Esa zona de sombra que malogró y, malogra, tantas experiencias que nacen con un propósito liberador y son destruidas por la práctica sectaria. Y no hay excusas. Pedir indulgencia a los que van a nacer después es la forma más inteligente de decirles: no hagáis lo mismo. O para decirlo con la ironía de un brechtiano gallego: «No vuelvas a cometer errores equivocados».

Le devuelvo la palabras a Bertolt Brecht, para leer con detalle su poema y no sólo interpretarlo (En Poemas – 1913–1956, trad. de A. Marcos)

A los que vendrán después

1

Realmente vivo en tiempos sombríos.
La inocencia es locura. Una frente sin arrugas
denota insensibilidad. El que ríe
es porque todavía no ha oído
la terrible noticia.
¡Qué tiempos son estos, en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque implica silenciar tanta injusticia!
Ese, que cruza tranquilamente la calle,
¿será encontrado cuando los amigos
necesiten su ayuda?
Es verdad que todavía me gano el sustento,
pero creedme: es por casualidad.
Nada de lo que hago justifica
que yo pueda comer hasta hartarme.
Las cosas todavía me van bien
(si la suerte me abandonase, estaría perdido).
Me dicen: “¡Come, bebe, alégrate por lo que tienes!”
Pero… ¿cómo puedo comer y beber
si estoy arrebatando al hambriento su comida,
y mi vaso de agua le falta al sediento?
Y sin embargo continúo comiendo y bebiendo.
Me gustaría también ser sabio.
Los libros antiguos nos hablan de la sabiduría:
consiste en apartarse de los problemas del mundo
y, sin temores,
dejar que transcurra tranquilamente
el tiempo de nuestra breve vida en la tierra,
pagar el mal con el bien,
no satisfacer nuestros deseos, sino desecharlos.
He aquí lo que llaman sabiduría.
Pero yo no consigo hacer tales cosas.
Verdaderamente vivo en tiempos sombríos.

2

Llegué a las ciudades en tiempos conflictivos
cuando reinaba el hambre,
me mezclé entre los hombres en época turbulenta
y me rebelé con ellos.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Comí mi pan en medio de batallas,
dormía entre asesinos,
traté despreocupadamente los asuntos amorosos,
y fui impaciente con la naturaleza.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mi época todos los caminos conducían al fango,
mis palabras me traicionaban ante el verdugo,
yo era poca cosa. Pero pienso que los gobernantes
se sentían más seguros sin mí.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Nuestras fuerzas eran escasas, la meta
se hallaba distante
y aunque podía distinguirse claramente, me parecía
que yo tal vez no la alcanzaría.
Así fue transcurriendo el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

3

Vosotros, que surgiréis del marasmo
en que nosotros nos hemos hundido,
acordaos también,
cuando habléis de nuestras flaquezas,
de los tiempos sombríos
de los que os habéis librado.
Cambiábamos más frecuentemente de país
que de zapatos,
a través de las guerras de clases, desesperados,
porque reinaba la injusticia y nadie se indignaba.
Bien sabemos que el odio contra la ruindad
deforma el rostro
y la rabia contra la injusticia
enronquece la voz. ¡Ah!, nosotros,
que queríamos preparar el terreno para la bondad
no pudimos ser bondadosos.
Pero vosotros, cuando llegue el momento
en que el hombre sea bueno para el hombre,
acordaos de nosotros con comprensión.

Junto con la lectura completa del Manifiesto citado y publicado en Luzes, volviendo de esta lectura a nuestros asuntos, de forma destacada a las próximas elecciones generales del 23 de julio, invito a repasar algunas ideas de este poema de Brecht, porque creo que tienen una actualidad extraordinaria de principio a fin. Ante los resultados obtenidos por la izquierda el pasado 28 de mayo, podemos tener la tentación, como expresa Brecht, de hacer “algo verdaderamente sabio”, apartarnos “de los problemas del mundo / y, sin temores, / dejar que transcurra / tranquilamente / el tiempo de nuestra breve vida en la tierra, / pagar el mal con el bien, / no satisfacer nuestros deseos, sino desecharlos. / He aquí lo que llaman sabiduría. / Pero yo no consigo hacer tales cosas. / Verdaderamente vivo en tiempos sombríos». Tal cual, siento en la actualidad nuestro estado del arte político de la izquierda en nuestro país. Por si nos quedaban dudas, en la segunda parte del poema aborda con un estribillo recurrente, Así fue transcurriendo el tiempo / que me fue concedido en la tierra,  los avatares de la vida diaria, que pueden ser los nuestros, los tuyos, los míos, los de todos, incluso los que a algunas personas nos han llevado a lo largo de la vida a soñar en que el mundo puede transformarse, no sólo cambiarse, como decía Feuerbach, en beneficio del interés general de todos, de su bienestar con mayúscula, reconociendo a estas alturas de la película social, de miedo, que “Nuestras fuerzas eran escasas, la meta / se hallaba distante / y aunque podía distinguirse claramente, me parecía / que yo tal vez no la alcanzaría». Tal cual.

De estos antecedentes viene las hermosas palabras del Manifiesto que he conocido a través de Manuel Rivas, dichas en gallego también y que traduzco de nuevo, referidas a versos de la tercera y última parte del poema: “No, no se puede «preparar al mundo para la cordialidad» con intransigencia, odio y política de facciones. Antes de luchar por el poder, conviene preguntarse para qué se quiere el poder. Sea en el ámbito que sea. No se puede ganar la confianza del electorado cuando el campo propio está lleno de gente herida por la desconfianza. Las elecciones siempre son buenas para aprender. En Galicia existen hoy depósitos de esperanza que permiten vislumbrar un nuevo ecosistema político, más inclusivo, democrático y de autogobierno eficaz. El nacionalismo supo hacerse más cordial, ampliando sus coordenadas sociales y su presencia geográfica. La herencia de las mareas, allí donde prevalecía el espíritu de unión. Y la imprescindible reanimación del espacio socialista en Galicia, con la responsabilidad de «preparar el país para la cordialidad», frente a la «guerra fría» en que la extrema derecha está convirtiendo la política. En la incertidumbre, está el peligro cierto de que prevalezca el retroceso y la descivilización. La mejor respuesta es tejer un pacto alternativo de sociedad decente, de cordialidad democrática”.

Me encantaría transmitir hoy a las generaciones que nacen ahora, a los más jóvenes del país, que en esa tercera parte del poema hay un sentimiento de esperanza fundada en que no se repita la parte más triste de la democracia, la del desencuentro humano llevado hasta límites que tenemos cerca, en Europa, en África, con sus guerras intestinas, y ante el ocaso de la democracia por múltiples factores, con un avance imparable de las derechas más extremas, como ya está ocurriendo en nuestro país, donde las descalificaciones groseras, los bulos más insultantes e infames, junto a las noticias continuamente falsas, inundan los medios de comunicación y las redes sociales, ante un sentimiento generalizado de que “a mí que no me llamen”. Sabemos que muy cerca de nosotros, en nuestros barrios, en nuestra ciudad, en nuestra provincia, en nuestra Comunidad, en nuestro país, reina muchas veces la injusticia y como decía Brecht “nadie se indigna”, se sigue votando a quienes nos hacen daño personal y social, abandonando los cuidados mínimos del Estado de Bienestar. Los que estamos preocupados sabemos que nos pasa: “Bien sabemos que el odio contra la ruindad / deforma el rostro y la rabia contra la injusticia / enronquece la voz”. También, la tentación de abandonar el barco del desencanto y la desafección en el momento más delicado para seguir navegando hacia el Bien Común.

Es en estos momentos cuando Brecht finaliza su poema dejándonos un mensaje para pensarlo detenidamente, sobre todo cuando estamos ante la cuenta atrás de las elecciones generales del 23 de julio, algunos seguimos pensando que hay que preparar el terreno para la bondad, para la cordialidad, que dice el mensaje gallego y porque sabemos que si finalmente no pudiéramos conseguir vencer en las citadas elecciones desde una posición de progreso, de izquierda unida, para que no sea vencida, nunca se debería abandonar esa bondad humana, porque los que vendrán después, deben saber que llegará el día en que personas caminarán por las anchas alamedas de libertad, que decía Salvador Allende, o lo que es lo mismo desde la óptica de Brecht: “cuando llegue el momento / en que el hombre sea bueno para el hombre”, los que vienen después de nosotros deberán acordarse de nosotros con comprensión. Porque lo intentamos. Ese es nuestro reto, nuestro deber político pendiente a la hora de votar el 23 de julio de 2023. Para que no se olvide, ni siquiera un momento.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Ante las próximas elecciones generales, hay que aunar voluntades hasta que la dignidad se haga costumbre

Sevilla, 3/VI/2023

Estamos en la cuenta atrás de la decisión más importante de la democracia, elegir el próximo 23 de julio el destino político del país a través del Gobierno que gane en las urnas y no hay tiempo que perder. Como las ideologías no son inocentes, tengo que manifestar que en mi caso crecí muy cerca de cantores, no cantantes, de este país y de Latinoamérica (cantante es el que puede cantar, mientras que cantor es el que debe cantar, según Facundo Cabral) y, sobre todo, de un grupo inolvidable, Quilapayún, junto a uno de sus fundadores, Víctor Jara. En 2020, en plena pandemia, volví a escuchar de nuevo una versión profundamente actual, de lo que la sociedad chilena de izquierdas canta todavía hoy, con más fuerza que nunca, con la música y letra de fondo de Quilapayún en su memorable Cantata Popular de Santa María de Iquique, que tantas veces he citado en este cuaderno digital. Me refiero a un vídeo que Chile lanzó ese año al mundo solidario de los que tenemos ilusiones todavía por transformarlo, porque se puede hacer recordando la letra de esta cantata tan sobrecogedora, de la que siempre he destacado una frase que llevo grabada en mi corazón: con el amor y el sufrimiento se fueron aunando las voluntades, perteneciente al Relato II de la Cantata, que emociona más cuando inmediatamente después escuchamos la preciosa canción “Vamos mujer”. Inolvidable.

Se había acumulado mucho daño,
mucha pobreza, muchas injusticias;
ya no podían más y las palabras
tuvieron que pedir lo que debían.

A fines de mil novecientos siete
se gestaba la huelga en San Lorenzo
y al mismo tiempo todos escuchaban
un grito que volaba en el desierto.

De una a otra Oficina, como ráfagas,
se oían las protestas del obrero.
De una a otra Oficina, los Señores,
el rostro indiferente o el desprecio.

Qué les puede importar la rebeldía
de los desposeídos, de los parias.
Ya pronto volverán arrepentidos,
el hambre los traerá, cabeza gacha.

¿Qué hacer entonces, qué, si nadie escucha?
Hermano con hermano preguntaban.
Es justo lo pedido y es tan poco
¿tendremos que perder las esperanzas?

Así, con el amor y el sufrimiento
se fueron aunando voluntades,

en un solo lugar comprenderían,
había que bajar al puerto grande.

Recibí en esa ocasión el vídeo que encabeza estas palabras, elaborado  por los hermanos Ibarra Roa y creo que resume muy bien el compromiso de mi recuerdo activo sobre la unidad popular democrática y el estado de vigilancia para cuidar la democracia en cada momento, situación que en este país es de una actualidad plena por lo ocurrido en las últimas elecciones municipales y locales. En 2014 crearon, en Santiago de Chile, el proyecto Coro y Danza Ciudadana, que expongo respetando el texto original de su declaración de intenciones: “El CANTO NO BASTARÁ” es el nombre que da vida a este inédito video épico, donde el Coro y Danza Ciudadana junto al emblemático grupo Quilapayún, se unen para conmemorar los 50 años del triunfo de la Unidad Popular. A través del arte, traemos al presente un registro histórico musical, que da cuenta de la vigencia y la importancia de la lucha social contra la injusticia;  que nos invita a la unidad y a ser capaces de generar una sola fuerza para alcanzar la victoria y la tan anhelada dignidad. Luchamos por nosotrxs y por todxs nuestrxs compañerxs. Es hora de agruparnos y levantar las voces de aquellxs que realmente quieren un Chile mejor; aquellxs que escuchan al Pueblo y avanzan junto al Pueblo. Agradecemos a lxs artistas del Coro y Danza Ciudadana por su rigor y su empuje, y por supuesto, a Quilapayún por esta maravillosa alianza creativa. También a nuestro equipo de edición y producción, por el enorme trabajo realizado. PRONTO NOS VOLVEREMOS A ENCONTRAR!! HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE!!”.

La letra de la canción de despedida de la Cantata, en la versión auténtica de Luis Advis, su creador, no la he olvidado en su fondo y forma. Escucharla de nuevo y, si es posible, en el contexto global de todo el relato, es el mejor homenaje que podemos hacer hoy a todas y cada una de las personas que luchan en cualquier lugar del mundo por la libertad, la paz, la fraternidad y por la dignidad humana en todas las manifestaciones posibles «hasta que se haga costumbre». También, en nuestro país, porque no la olvido.

Ustedes que ya escucharon
la historia que se contó
no sigan allí sentados
pensando que ya pasó.
No basta sólo el recuerdo,
el canto no bastará.
No basta sólo el lamento,
miremos la realidad.

Quizás mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá.
Es Chile un país tan largo,
mil cosas pueden pasar
si es que no nos preparamos
resueltos para luchar.
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.

Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.

Así la deberíamos seguir recordando, ahora más que nunca, luchando unidos HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE en nuestro país y se instale en nuestras vidas, porque sé que es posible cuando con el amor y el sufrimiento se aúnan las voluntades.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

España, al revés

Eduardo Galeano  (1940-2015)

Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.

Eduardo Galeano, en Patas arriba. La escuela del mundo al revés.

Sevilla, 2/VI/2023

Es verdad que si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana de este país. En junio de 2023 y unos días después del resultado de las elecciones municipales y locales de mayo, cambiando lo que he estimado oportuno cambiar de la frase original de Galeano (1), España al revés está a la vista: es el país tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies. Sería la visión de una gran mujer, tal y como nos lo cuenta la historia y para aprender siempre de ella. Acabo de leer el editorial que ha publicado hoy el diario El País, Azul oscuro en Andalucía, por un lado, así como los datos del mercado laboral actual que “alcanza el récord de 20,8 millones de ocupados tras sumar 200.000 nuevos afiliados en mayo”, mientras que “el desempleo cae en 49.260 personas hasta los 2,74 millones de parados, el menor nivel en este mes desde 2008”. Estas dos lecturas me llevan a pensar que este país ha entrado en una senda imparable de ejemplos del mundo al revés, porque los resultados de las elecciones “premian” a quienes han estado obstaculizando todo el progreso de este país en esta XIV legislatura o simplemente lo ningunean, en un olvido colectivo cómplice, que da miedo, de los grandes logros sociales que me he molestado en analizar, paso a paso, en el citado ciclo legislativo que culmina con estas elecciones.

He acudido a la base de datos del Senado, como cámara representativa que aprueba finalmente las leyes que regulan el ordenamiento jurídico del país, porque se puede analizar con detalle el largo recorrido de las diferentes disposiciones y los resultados de las votaciones, para que sepamos quienes las han votado a favor o en contra, algo muy importante a considerar porque no es inocente, llevando a cabo una selección de aquellas que bajo mi opinión representan avances incontestables en el Estado de Bienestar, colectivo e individual, que ha supuesto un espaldarazo a la atención preferente de los que menos tienen, de los que más sufren los avatares contextuales de todo tipo, destacando la pandemia, la guerra de Ucrania y sus efectos colaterales, así como el paro endémico,  pero que en general, han permitido salir de una pandemia que ha hecho estragos en el país, sobre todo, otra vez lo digo, de los que sufren la pobreza severa, la exclusión y el olvido social, como hecho que ha llevado al país a una situación de la que se va saliendo poco a poco con resultados extraordinarios como los que citaba anteriormente del mercado laboral. De ahí, mi consternación actual por los resultados del domingo pasado, donde la llamada izquierda, que por su representación en las Cámaras legislativas ha obtenido grandes logros de bienestar social y económico, ha sido golpeada duramente y sin compasión alguna por el frente de las derechas de todo tipo, incluida obviamente la del flanco más extremo.

En esta legislatura XIV (03/12/2019-30/05/2023), se han aprobado 117 leyes, de las cuales destaco las siguientes, por orden cronológico de aprobación, por su impacto en el Estado de Bienestar y que afecta a millones de ciudadanos de este país, aunque se pueden verificar todas, una a una, por orden cronológico, en el hiperenlace que indico:

2020

2021

2022

2023

He elegido 36 botones de muestra de disposiciones que afectan a millones de personas en nuestro país, para el bien de todos, entregándonos derechos y deberes de gran calado. Es un reconocimiento a este Gobierno actual de coalición, con sus luces y sus sombras, de muy difícil gestión, porque todos los gobiernos no son iguales y las políticas que se aprueban tampoco. Creo que era una obligación por mi parte este reconocimiento democrático porque hay que olvidar el olvido y este trabajo de recopilación legal me ha vuelto a recordar cuatro años muy difíciles de gestión pública, marcados por la pandemia y los daños colaterales de la invasión de Ucrania. Para que no se olviden.

Creo que queda claro que, personalmente, no logre entender el resultado de las últimas elecciones generales, sin entrar en muchos detalles que me han conturbado y conmovido, como pudo ser la muerte de miles de personas mayores en las residencia de mayores durante la pandemia y, especialmente, en Madrid, pendiente de sentencias finales por las demandas que obviamente se interpusieron. Tampoco entiendo que no se reconozcan los logros de medidas sociales de amplio espectro, por simplificar, como las de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, el establecimiento de la garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones, la de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, el establecimiento del Ingreso Mínimo Vital, la Reforma Laboral, la reducción de la temporalidad en el empleo público; la regulación de la eutanasia, de la Memoria Democrática, la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, la garantía integral de la libertad sexual, a pesar de sus controvertida redacción antecedente, así como la ordenación y regulación del derecho a la vivienda, no dejando atrás las leyes sustantivas de Presupuestos que permiten llevar a cabo las políticas públicas de un país.

Dicho lo anterior, creo que vivo en un país al revés, que estoy obligatoriamente obligado a entenderlo, como tantas veces he expresado en este cuaderno digital y lo expresaba ayer en pocas palabras: “en el álbum musical de mi vida ocupa un sitio privilegiado una canción muy breve interpretada por Aguaviva, Ni yo tampoco entiendo, con letra del poeta malagueño Rafael Ballesteros, que procuro aplicarla todos los días por su mensaje final [“De este mundo los dos sabemos poco. / Y sin embargo, estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo”]. El domingo finalizó el nuevo proceso de elecciones municipales y locales en el que nos hemos visto inmersos y que, por sus resultados, muestra de forma clarividente que todos, sin excepción, estamos obligatoriamente obligados a entenderlos: partidos políticos y ciudadanía, casi por igual, teniendo muy claro que la derecha no es igual a la izquierda, ni al revés, porque los votos son de los ciudadanos que votan con una determinada ideología, muchos siguiendo a pies juntillas el «todo vale». Pretendemos, con nuestro voto, ser dueños de nuestro destino, algunos con más ensoñación democrática que otros”.

En este país al revés, en mi Comunidad Autónoma, al Sur, que también la veo al revés, traigo a colación una pregunta que Eduardo Galeano plantea en su escuela famosa de ese mundo al revés: En el siglo doce, el geógrafo oficial del reino de Sicilia, Al-Idrisi, trazó el mapa del mundo, el mundo que Europa conocía, con el sur arriba y el norte abajo. Eso era habitual en la cartografía de aquellos tiempos. Y así, con el sur arriba, dibujó el mapa sudamericano, ocho siglos después, el pintor uruguayo Joaquín Torres García. Nuestro norte es el sur, dijo. Para irse al norte, nuestros buques bajan, no suben. Si el mundo está, como ahora está, patas arriba, ¿no habría que darle vuelta, para que pueda pararse sobre sus pies? Excelente pregunta, expectante como estoy sobre lo que pueda pasar en las próximas elecciones del 23 de julio. Ojalá podamos dar la vuelta a lo ocurrido el pasado 28 de mayo y parar sobre nuestros pies este país, para que continúe como hasta ahora en esta última legislatura, con sus luces y sombras, pero defendiendo siempre el interés general, que no lo ponga la derecha patas arriba, sobre todo descuidando voluntariamente a los más necesitados de atención individual y colectiva. De esta forma y con una política progresista, de izquierdas, se podrían alcanzar de nuevo los resultados pretendidos en defensa de un país más justo, con una forma de hacer política que cuide a la ciudadanía hasta las últimas consecuencias porque, visto lo visto, todos los políticos y todas las políticas que representan, está muy claro que no son iguales.

Tampoco olvido a mi paisano Luis Cernuda cuando escribió en 1931 unas palabras preciosas sobre mi Comunidad, Andalucía, también al revés, en un artículo publicado sobre “José Moreno Villa o los andaluces en España”: “Andalucía, ya se sabe, es el Norte de España; pero no la busquéis en parte alguna, porque no estará allí. Andalucía es un sueño que varios andaluces llevamos dentro”. Es una metáfora preciosa basada en la actitud transformadora del aquel poeta malagueño, olvidado por muchas personas instaladas en el síndrome del Sur o que sufren el complejo territorial español de nuevo cuño, por mucho que Mario Benedetti se esforzara en resaltar las virtudes de esta localización privilegiada. Porque el Sur, a la izquierda, no al revés, también existe.

(1) Eduardo Galeano, Patas arriba. La escuela del mundo al revés, Madrid: Siglo XXI Editores de España, 1998.

NOTA: la imagen se recuperó el 2/I/2021 de Eduardo Galeano, la voz de América Latina – Blog (edufors.com)

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!

Los mediocres del ´todo vale´, tienen el poder de hacer sufrir

Lo mediocre es peor que lo bueno, pero también es peor que lo malo, porque la mediocridad no es un grado que pueda mejorar o empeorar, es una actitud.

Todo mediocre cree haber descubierto lo que es poder: poder es poder hacer sufrir.

Jorge WagensbergAforismos

Sevilla, 1/VI/2023

La mediocridad se ha instalado en nuestras vidas. En plena resaca electoral, quiero hacer hoy una reflexión sobre la mediocridad imperante en determinada clase política de este país, en la derecha cerril y ultra para ser más claros, basada en el «todo vale» sobre todo lo que se mueve, dice y piensa, con tal de atraer a adeptos a cualquier precio. No es la primera vez que abordo esta cuestión, vinculada también a determinados medios de comunicación y a las redes sociales que amparan estos desmanes tan poco democráticos. Es una tarea descarada, no inocente, como reflejo de lo que está pasando en la sociedad, caiga quien caiga o cueste lo que cueste incluso en términos éticos. He escrito en reiteradas ocasiones sobre esta perversidad social y vuelvo hoy a tratarlo porque el mundo camina por derroteros mediocres, a través de determinados políticos mediocres (no todos son iguales) que gobiernan creyendo que lo están haciendo muy bien, en un acusado efecto Dunning-Kruger, que supone para ellos mismos creer que lo saben todo sin tener en muchas ocasiones idea de casi nada. Es un mal endémico que hace estragos en cualquier estamento social, no sólo en la política, que acaba afectando a todos los órdenes de la vida.

Este escalafón tan alto de la mediocridad hace que las personas que la practican en general crean que lo que hacen es siempre lo correcto, sobreestimando su conocimiento, sus habilidades y sus actitudes, en una tríada conductual que da pánico. También, tienen una incapacidad metafísica que les impide reconocer que los demás pueden hacer algo bien y, por último, son incapaces de reconocer de alguna manera que casi todo en su vida es una gran mentira y que son extremadamente insuficientes, es decir, mediocres en estado puro. Pero viven del «todo vale» con una desvergüenza que da pánico, aunque saben que se hace mucho daño a las personas de bien. Por otra parte, ya no estamos para muchas contemplaciones filosóficas del tipo que formularon sobre el «todo vale», hace ya algunos años, Paul Feyerabend o Karl Popper, por elegir algunos exponentes claros de esta teoría, incluso si me perdonan esta elección, en la afirmación inconmensurable de Groucho Marx cuando afirmaba que “Estos son mis principios: si no le gustan tengo otros”.

Lo he manifestado públicamente en este cuaderno digital a lo largo de sus casi dieciocho años de vida: en el álbum musical de mi vida ocupa un sitio privilegiado una canción muy breve interpretada por Aguaviva, Ni yo tampoco entiendo, con letra del poeta malagueño Rafael Ballesteros, que procuro aplicarla todos los días por su mensaje final. El domingo finalizó el nuevo proceso de elecciones municipales y locales en el que nos hemos visto inmersos y que, por sus resultados, muestra de forma clarividente que todos, sin excepción, estamos obligatoriamente obligados a entenderlos: partidos políticos y ciudadanía, casi por igual, teniendo muy claro que la derecha no es igual a la izquierda, ni al revés, porque los votos son de los ciudadanos que votan con una determinada ideología, muchos siguiendo a pies juntillas el «todo vale». Pretendemos, con nuestro voto, ser dueños de nuestro destino, algunos con más ensoñación democrática que otros.

Los más antiguos del lugar recordarán esa preciosa canción de Aguaviva y sus estrofas finales, sobre nuestro destino: “De este mundo los dos sabemos poco. / Y sin embargo, estamos aquí, obligatoriamente obligados a entenderlo”. El escritor Manuel Rivas dijo una vez en su columna del superdomingo electoral de mayo de 2019 , en el diario El País, hablando de lo que hace verdaderamente daño a la política, nacional y europea, que “Hay mucha gente desencantada de la política, tal vez porque tenía de ella una visión providencial. Yo no estoy desencantado, ni encantado, porque no espero milagros. Me parece suficiente milagro una política que no haga daño. Aunque imperfecta, que no cause desperfectos. Que no penalice la libertad, que no normalice la injusticia, que frene la guerra contra la naturaleza. Una política que no se nos caiga encima”, aunque digámoslo alto y claro, los políticos mediocres del «todo vale», «creen haber descubierto lo que es poder: poder es poder hacer sufrir«, según escribió Jorge Wagensberg en uno de sus magníficos aforismos para comprender la realidad actual. Es lo que claramente hablando no estoy obligatoriamente obligado a aceptarlo y entenderlo.

¿Sabemos quienes son las grandes protagonistas del “todo vale” en el plató del gran teatro del mundo, de este país? Las personas mediocres que están muy cerca de cada uno de nosotros y que difunden este principio como si fuera el bálsamo de Fierabrás para tiempos modernos, porque se erigen en detentadores de esta falacia engañosa del todo vale, neutralizando y destruyendo mediante silencios cómplices a posibles competidores de la dignidad ética, votando por ejemplo a favor de políticos y políticas mediocres hasta la saciedad. La mediocridad centrada en el discurso de la ignorancia elevada a categoría suprema y omnisciente me sigue preocupando mucho y cada día que pasa vemos lo que nos rodea, más todavía por la situación actual del país y la mediocridad que nos invade en todos los ámbitos posibles, aquí, allá, acullá.

He reflexionado en diferentes ocasiones en este cuaderno digital sobre esta lacra social, porque constato que estamos instalados en el reino de la mediocridad. Por esta razón, no hay tiempo que perder y hay que desenmascarar a los mediocres con urgencia vital, dondequiera que estén, porque viven en un carnaval perpetuo. Este país no logra sacar distancia a esta lacra que nos pesa desde hace bastantes años porque ahora, en el país de los tuertos desconcertados, el mediocre es el rey del “todo vale”. Es una plaga que se extiende como las de Egipto casi sin darnos cuenta. Los encontramos por doquier, en cualquier sitio: en la política, en las artes, en los medios de comunicación social, en la educación, en los mercados, en las religiones y en las tertulias que proliferan por todas partes en el reino de la opinión. Los mediocres suelen meter la mano en todos los platos de las mesas atómicas y virtuales, en las que a veces nos sentamos, con total desvergüenza. Son personas de “calidad media, de poco mérito, tirando a malo”, como dice el Diccionario de la Real Academia Española. También, tóxicos o tosigosos, que suelen complicar la vida a los demás por su propia incompetencia.

Lo repito hoy hasta la saciedad: mediocridad de mediocridades, (casi) todo es mediocridad. Casi todo es de calidad media, tirando a malo, como nos enseña nuestro Diccionario de la Lengua, pero está de moda. Lo digo una y mil veces: los mediocres están haciendo de cada día su día, su mes, su año, de forma silenciosa. Al igual que Diógenes de Sínope, tendremos que coger una linterna ética y gritar a los cuatro vientos ¡buscamos personas dignas y honestas, no mediocres! Es probable que los mediocres salgan huyendo porque no soportan dignidad alguna que les puede hacer sombra, si es que alguna vez tuvieron cuerpo presente de altura de miras, que no es el caso. Ni de los que los eligen para puestos claves en la sociedad. ¿Qué quiere decir esto? Que entre tibios, mediocres y tristes anda el juego mundial de dirigir la vida a todos los niveles, nuestro país incluido, con especial afectación en determinados partidos que nos representan. Cuando los mediocres se instalan en nuestras vidas, en nuestra política o en nuestro trabajo diario, hay que salir corriendo porque no hay nada peor que una persona mediocre con poder equivocado, además triste y tibia, sin dignidad alguna. Se erigen en reyes del “todo vale”, porque así tienen gregarios que nunca discuten nada. Pero es necesario estar orientados y correr hacia alguna parte, hacia la dignidad en todas y cada una de sus posibles manifestaciones. Es la mejor forma de luchar contra la lacra social de la mediocridad y sus indignos representantes, porque intentan invadirnos por tierra, mar y aire, sin compasión alguna. Cada vez tenemos menos tiempo para descubrirlos, aunar voluntades para ocupar su sitio y, de forma celular, boca a boca, recuperar tejido crítico social para crear nuevos liderazgos en nuestro país, tan dañado en la actualidad y que tanto los necesita. Sólo basta, como muestra, conocer bien los resultados de las últimas elecciones municipales y locales en nuestro país.

Fundamentalmente, porque todo no vale y porque tengo unos principios que, si no gustan, lo siento: no tengo otros. A los reyes y a las reinas del “todo vale”, mediocres por definición, los definió de forma magistral Jorge Wagensberg, en el aforismo citado anteriormente y que no olvido, pero que reconozco que me da miedo: “lo mediocre es peor que lo bueno, pero también es peor que lo malo, porque la mediocridad no es un grado que pueda mejorar o empeorar, es una actitud. Todo mediocre cree haber descubierto lo que es poder: poder es poder hacer sufrir”: a los demás, a un país, a la política, a la audiencia, a la familia, a los compañeros y compañeras del trabajo, a cualquiera que se acerca a sus vidas del “todo vale”.

NOTA: la imagen se ha recuperado de https://cdn.urgente24.com/sites/default/files/notas/2017/08/06/mediocridad-.jpg

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓNJosé Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!