Salvador Allende, presidente, siempre presente en democracia, siempre

Cuidemos la memoria, porque es el ancla del futuro democrático que demandan nuestros pueblos

Compromiso final de la carta «Compromiso: Por la democracia, siempre»

Sevilla, 11/IX/2023

Cuando se cumple hoy el 50 aniversario del golpe de estado militar en Chile, en el que se produjo la muerte de Salvador Allende, excelente presidente democrático en ese país, sigue muy presente su vida y su obra política en este cuaderno digital, así como sus inolvidables palabras de despedida del pueblo chileno, pronunciadas en la sede del Palacio de la Moneda y transmitidas al pueblo chileno por la Radio Magallanes, a las 9:10 a.m., aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, que no olvido, algo que se puede constatar hasta en veinticinco artículos, en los que lo cito con respeto reverencial, porque ha significado mucho en mi vida y a pesar de mi matusalénica edad, que diría Benedetti: “¡Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor!

Cincuenta años después de aquellos tristes acontecimientos que sumieron a Chile en un derrotero de falta de libertades y venganzas sin límite por parte de los golpistas, esas grandes alamedas siguen sorteando inmensas dificultades en el devenir político del país. Lo resaltaba en este cuaderno digital el pasado 21 de mayo, en un artículo que sigue todavía muy presente en mi memoria de secreto, ¿Qué nos queda a los que no veremos las anchas alamedas, de las que nos habló Salvador Allende?, cuando redacto estas palabras en homenaje permanente a un país democrático y a su presidente, Salvador Allende, porque me conmocionó la lectura de un artículo que publicó el día anterior el diario El País, El avance de la extrema derecha en Chile: ¿qué nos queda a los que no veremos las anchas alamedas?, escrito porRaúl Zurita, poeta chileno, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2020, que mostraba a través de sus palabras el dolor de una parte del pueblo chileno, con palabras que llegan a lo más profundo de las almas libres. En la medida que me ha sido posible , he estado siempre muy cerca del pueblo chileno, víctima de un golpe de estado cruento, injusto, infame y despiadado, que cada año recuerdo con inmenso dolor cuando llega el día fatídico en el calendario, cada 11 de septiembre, como si fuese el real de 1973. La entradilla del artículo resumía a la perfección el hilo conductor del artículo, transido de dolor por la realidad que presidía aquellos días en Chile, simbolizado por el triunfo de la derecha pura y dura de Pinochet el 7 de mayo de este año, en la elección del Consejo Constitucional, con un 56,5% de los votos, mientras que la izquierda solo obtuvo el 37.5%, en la que se eligieron las 51 personas encargadas de redactar la propuesta de nueva Constitución que deberá ser aprobada el próximo 17 de diciembre, debiéndose señalar que el voto fue obligatorio y que la participación alcanzó el 84%: “No pudimos hacer más y los jóvenes que fuimos nos dan vuelta la cara, alzan por última vez sus banderas hechas jirones y se van perdiendo en el humo blanco de la noche incancelable”. Es un aviso para navegantes en la desesperación de la izquierda chilena, cuando contempla el avance de la ultraderecha que tanto hizo sufrir al país durante la dictadura y, al cabo de los años, vuelve con una fuerza inaudita. Creo que es una razón también para preocuparnos en este país, por los avances de la ultraderecha, políticos y grupos afines. Igualmente, no olvido en este día de conmemoración sus palabras en las que mostraba el dolor de una parte del pueblo chileno, con palabras que llegan a lo más profundo de las almas libres: “No se nos dio la aurora, solo defender todo lo vivo y todo lo muerto que nació cuando nacimos, cuando abrazados unos a otros cruzamos como otra noche la noche, porque sabíamos que solo así podríamos guarecernos, guardarnos un poco de las jaurías que nos aullaban. No miraremos las estrellas deslumbradas de las nuevas mañanas, no conquistaremos las espléndidas ciudades, no fue para nosotros esa ardiente paciencia y las briznas incendiadas del futuro se nos clavan en los ojos chirriando. No vimos abrirse las anchas alamedas, no se nos dio esa vida en esta vida. Pero estuvimos allí y es nuestro el pasado, ese pasado insobornable en que se nos rompieron las piernas y los brazos y la boca y nos quedamos postrados, caídos, incrédulos mirando las ruinas de los sueños y de los sueños de los sueños”.

En este sueño de pasear un día, de verdad, por las grandes alamedas de libertad en cualquier lugar del mundo, las palabras de Salvador Allende cobran una importancia especial y así creo que lo han manifestado el presidente actual Gabriel Boric, cuando junto a cuatro expresidentes chilenos, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos Escobar, Michelle Bachelet Jeria y Sebastián Piñera Echenique, han firmado una carta bajo un título esclarecedor y muy necesario en el tiempo actual: “Compromiso: Por la Democracia, siempre”, en la que hacen una reflexión profunda y breve sobre los 50 años del golpe de Estado que puso fin al Gobierno de Salvador Allende y que dio inicio a la triste, injusta y malévola dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Po este motivo, me adhiero hoy al contenido de esa carta, como un chileno de corazón más, desde España, en ese compromiso de estado concreto, que también lo hago mío y que puedo aplicar perfectamente, salvando lo que haya que salvar en mi país, España, resaltando cuatro puntos que el Presidente Gabriel Boric y sus antecesores se comprometen a cuidar y defender la democracia: enfrentar los desafíos con más democracia, condenando la violencia, hacer un valor compartido la defensa y promoción de los derechos humanos y fortalecer los espacios de colaboración entre Estados, con un compromiso final: Cuidemos la memoria, porque es el ancla del futuro democrático que demandan nuestros pueblos.

Las grandes alamedas resaltadas con fuerza democrática por Salvador Allende en sus últimas palabras al pueblo chileno, donde podrían pasear personas libres, mucho más temprano que tarde, resuenan hoy de forma especial las palabras del vídeo que encabeza estas palabras, sentidas por el pueblo chileno democrático desde los balcones que sirven hoy para mirarse entre ellos, desde donde les saluda su historia, aunque hoy recordamos a escala mundial que un balcón del Palacio de la Moneda fue bombardeado el 11 de septiembre de 1973, que miles de compatriotas chilenos fueron víctimas de detención, tortura, exilio, asesinato y desaparición. Ha costado muchos años reconstruir Chile, reconstruir sus balcones, su democracia. No la olvidemos, cuidando sobre todo la memoria democrática, algo que nuestro país debe hacerlo día a día, en democracia, siempre.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!