La Niña de Sierra Nevada avisa

La Niña de Sierra Nevada

¿Cuándo lee la mariposa lo que vuela escrito en sus alas?

Pablo Neruda, Libro de las preguntas, LXVIII

Sevilla, 24/IX/2023

La que avisa no es traidora. Es lo que hace una mariposa, la Niña de Sierra Nevada, andaluza por más señas, que demuestra algo que los negacionistas se jactan en desmentir: el cambio climático existe y ella está viviendo un progresivo peligro de extinción. Ella sola, tan pequeña, tan hermosa, se crece a sí misma para gritar a los cuatro vientos en Sierra Nevada (Granada), que tiene que cambiar de sitio para vivir, volar y entregar a la naturaleza algo que a ella se le roba: la supervivencia como especie.

Puede parecer un cuento de Andersen o de Perrault, de final no feliz, porque es una triste realidad. Lo he leído recientemente en un artículo esclarecedor en elDiario.es, Holocausto mariposa: una historia de terror en el paraíso, en el que se aborda el ocaso de la Niña de Sierra Nevada entre otras especies de mariposas: «Cuando llegó el aviso de que algo estaba ocurriendo en lo alto de la montaña de Sierra Nevada (Granada) no sonaron alarmas estridentes. Fue algo mucho más sutil. Solo podían detectarlo las pocas personas que, desde hace décadas, suben a los montes y cuentan mariposas. No es una forma de hablar. La única manera de saber si una especie crece o decrece es a base de paseos y recuentos. Caminar, contar y anotar. Algunos ejemplares ya no estaban en el mismo lugar en el que antes habían revoloteado. Unas mariposas estaban un poco más arriba, otras en otro rincón del cono que forma la montaña. Las mariposas se habían mudado para huir del calor. En lo alto del macizo vive la Polyommatus golgus [la Niña de Sierra Nevada]la segunda especie oficialmente en peligro de extinción en España. Esta mariposa lleva tiempo demostrando que el clima está sufriendo fuertes cambios. La niña de Sierra Nevada se muda hacia las partes más altas de la montaña en busca del frío en un ejercicio de supervivencia»

Así lo he leído y así lo he contado con la brevedad de un cuento, la triste realidad de una mariposa «pequeña y azulada», que «destaca por su gran belleza y es fácil de diferenciar. Los machos tienen el anverso de sus alas del característico azul cielo. Esta mariposa vuela entre los 2.150 y los 2.750 metros». Vuela alto, cada vez más alto, cada vez con menos sitio, porque las montañas son así. Para mí, las mariposas siempre han tenido un significado especial, desde que las intentaba capturar con un instrumento ad hoc o las cogía con dos dedos de sus alas, con paciencia infinita, cuando era niño y hacía las cosas de niño, en los veranos de La Granja de San Ildefonso, dejándome en ellos, sin saberlo, su mensaje y códigos secretos a través del polvillo de camuflaje. Sabía que si eran blancas, que había muchas en aquellos años felices, presagiaban que al volver a casa tenía seguro una carta, según la leyenda familiar. Siempre, siempre, las dejaba volar de nuevo.

En este cuaderno digital hay muchas páginas dedicadas a las mariposas, muy vinculadas siempre a mi asombro por su belleza y porque irradian libertad. En el primer caso, la admiración, porque siempre he considerado que yo podría ser Pardal, el niño protagonista del maravilloso relato de mi gran maestro Manuel Rivas, La lengua de las mariposas, llevado posteriormente al cine con secuencias ideológicas, no inocentes, que no he olvidado en relación con este ser alado de preciosos colores. También, porque aprendí de Neruda una pregunta inquietante en el capítulo 48 (LXVIII) de su Libro de las preguntas, ¿Cuándo lee la mariposa lo que vuela escrito en sus alas?, a la que busqué no hace tantos años una respuesta adecuada. Neruda se acerca a la naturaleza para sorprendernos sobre la misión didáctica de las mariposas, junto a las abejas y hormigas. Leyendo sus preguntas he recordado hoy en torno a Niña de Sierra Nevada lo que puedo aportar como respuestas posibles en este aquí y ahora del inexorable cambio climático, no las únicas por supuesto, a sus interrogantes existenciales, que pueden tener ahora todo su sentido. En relación con las mariposas sé que lo que vuela escrito en sus alas son letras que componen el abecedario actual de la lengua española, curiosamente el español sustentado en sus raíces latinas. Como escribí hace años, “No, no me he confundido, no me refiero a lo más conocido, su lengua o a sus trajes multicolores, sino a las letras del alfabeto que ha descubierto en sus alas el fotógrafo noruego Kjell Sandved, a lo largo de su vida profesional. Resulta que poco a poco fue descubriendo que en las alas de las mariposas que vuelan sobre el globo terráqueo, figuran todas las letras del abecedario latino y los diez números arábigos. Sí, sí, sorprendente pero real como la vida misma.

Quien me alumbró este descubrimiento fue, de nuevo, mi admirado escritor Manuel Rivas, en una columna sorprendente por su fondo y forma: El día de las mariposas, haciéndonos partícipes de sus sentimientos y emociones al leer el libro El alfabeto alado, de Mario Satz (1): “Mirando el microscopio, Kjell Sandved, naturalista y fotógrafo, descubrió la letra F en una de las alas de una mariposa nocturna tropical. Después de visitar muchos países y fotografiar miles de mariposas, consiguió completar el resto del alfabeto. En una Papilio de Nueva Guinea, de colores negro y amarillo, encontró la letra A. También en África, en la que llaman cola de golondrina, le apareció la C. Cómo no, la letra X la descubrió en México, estampada en verde iridiscente, en cada una de las cuatro alas de una mariposa nocturna”.

Libertad alada

Todo lo anterior me inspiró unas palabras trenzadas como libertad alada, porque si uno las imágenes, no las alas disecadas, de las mariposas de la especie Metálica, de la Selva peruana y de las Guayanas, la Satúrnida de Ghana, la Noctuida negra de Venezuela, la Tigre nocturna de Boston, la Marrón de Guatemala, la Papilio de Nueva Guinea y la Apolo de Suiza, conformo con ellas la palabra LIBERTAD, porque ordenadas como acrónimo, todas ellas, enumeradas por el orden que he expuesto, nos brindan la oportunidad de leer en sus alas esta palabra mágica, libertad, a la que aspiramos alcanzar cuidando con esmero las quimeras de la dignidad. He unido las dos Metálicas, con la L y la I en sus alas; la Satúrnida, mostrándome una B hermosa; la Noctuida, son la E bien trazada; la Tigre, con una R resplandeciente; la Marrón, dibujando una T de Tierra; la Papilio, mostrando una A de asombro y, finalmente, la Apolo, con una D de decisión para volar siempre en sueños posibles. Me he paseado en ellas por el mundo, volando de norte a sur y de este a oeste, en mi mapamundi imaginario de libertad, mostrándome siempre que es urgente no faltar al respeto de la madre naturaleza, en todas y cada una de sus manifestaciones.

Hoy, las alas de la Niña de Sierra Nevada, me dejan un mensaje muy claro: quiere seguir siendo libre, pero cada vez tiene menos sitio. Lo he leído en sus alas recordando la libertad alada que construí hace años sobre las alas de otras especies que, en muchos casos, también sufren el cambio climático. Ese es su verdadero mensaje de libertad. Este planteamiento de la libertad alada, creo que puede ser una interesante respuesta a la pregunta de Neruda que me hago de nuevo contemplando a la Niña de Sierra Nevada: ¿Cuándo lee la mariposa lo que vuela escrito en sus alas?, porque en un acto de generosidad extrema nos ofrece la gran oportunidad de que seamos nosotros los que leamos en sus alas la palabra libertad, una palabra maravillosa que ya sabemos que vuela en sus alas uniendo especies y países en una alianza perfecta. ¡Qué gran lección! Algo así como con tu quiero y me puedo, ¡vamos juntos compañeros!, porque entre todas forman millones de libertades en el mundo alado. Libertad alada, libertad. Naturaleza libre y alada, naturaleza. Alma alada y libre, solo alma…, en libertad.

NOTA 1: la imagen de la palabra “LIBERTAD” es un montaje fotográfico de elaboración propia, sobre el alfabeto alado descubierto por el naturalista y fotógrafo noruego Kjell Sandved.

NOTA 2: la imagen de cabecera se ha recuperado hoy de https://andaltura.com/andalucia/flora-y-fauna-de-andalucia/fauna-de-andalucia/catalogo-fauna-de-andalucia/polyommatus-golgus-nina-de-sierra-nevada/

(1) Satz, Mario, El alfabeto alado. Barcelona: Acantilado-Quaderns Crema, 2019.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!