Casi 600 millones de personas damos brillo y esplendor al idioma español

A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: “¡Cuidado!” El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: “¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?” Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras.

Gabriel García Márquez, en Botella al mar para el Dios de las palabras. Zacatecas (México), 7 de abril de 1997.

Sevilla, 29/XI/2023

Cuido con esmero las palabras que escribo en este cuaderno digital, vinculándolas en numerosas ocasiones a su incorporación a la lengua española, a través de su huella histórica, teniendo una especial predilección por su aparición por primera vez en el Diccionario de Autoridades, publicado en el siglo XVIII. En este contexto, traigo a colación hoy una noticia importante para las personas que amamos las palabras, porque la Real Academia Española (RAE) presentó ayer la actualización 23.7 del Diccionario de la lengua española (DLE), incorporando 4381 novedades, nuevos términos, nuevas acepciones de entradas recogidas con anterioridad, enmiendas a artículos ya existentes y supresiones, así como una novedad extraordinaria, la incorporación, por primera vez en los casi 300 años de historia del diccionario académico, de la consulta de sinónimos y antónimos, 42 882 artículos “que contienen sinónimos o afines y 9790, que contienen antónimos u opuestos en algunas de sus acepciones. De todos estos artículos, sale un sumatorio de 260 188 sinónimos y 20 091 antónimos”.

Esta actualización incorpora como todos los años por esta época, “novedades de ámbitos tan diversos como la ciencia, las nuevas tecnologías, la gastronomía, el deporte o el derecho”. En la página oficial citada, se informa que “entre los nuevos artículos encontramos palabras como alien, chundachunda, georradar, oscarizar, regañá, supervillano, tecnociencia o videoarbitraje y el acrónimo VAR. También formas complejas, es decir, aquellas formadas por más de una palabra, como fila cero, línea roja, masa madre o pobreza energética. Se incorporan también extranjerismos que se han popularizado en nuestra lengua, como big data, cookie o banner, tan presentes en la era de la información, o como aquaplaning, bracket o bulldog. El medioambiente también suma nuevas entradas al Diccionario de la lengua española como biocapacidad, descarbonizar, corredor ecológico o las formas complejas huella de carbono, huella ecológica o huella hídrica”. Igualmente, se agregan al diccionario en esta actualización, “nuevos términos en el ámbito de la sexualidad y el género, como no binario o disforia de género. En el campo de la salud, el DLE añade nuevas voces como cardiocirculatorio, hormonación, implantología o presoterapia.

También considero de especial interés la incorporación de “nuevas acepciones a palabras que ya estaban recogidas, a las que se han sumado nuevos significados. El término porsiacaso, que hasta ahora solo se encontraba recogido como propio de Argentina y Venezuela para denominar un tipo de alforja, consigna ahora también el sentido «cualquier cosa que se tiene o se lleva en previsión de necesitarla». Algo parecido ocurre con el término tóxico, que ya no se aplica únicamente a una sustancia, también a aquello «que tiene una influencia nociva o perniciosa sobre alguien». En el ámbito de la gastronomía, viudo registra una acepción para referirse a un alimento «que se guisa o se toma sin ingredientes que le den sustancia». Asimismo, pico contiene una nueva acepción culinaria usada en el habla de España para referirse a un «colín de pan pequeño».

Somos casi 600 millones de personas las que hablamos el idioma español en el mundo,  con unos datos importantes, según informa al respecto el Instituto Cervantes en su anuario de 2022:

  • En 2022, más de 496 millones de personas tienen el español como lengua materna (el 6,3 % de la población mundial).
  • El grupo de usuarios potenciales de español en el mundo (cifra que aglutina al Grupo de Dominio Nativo, el Grupo de Competencia Limitada y el Grupo de Aprendices de Lengua Extranjera) supera los 595 millones (el 7,5 % de la población mundial).
  • El español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes, tras el chino mandarín, y la cuarta lengua en un cómputo global de hablantes (dominio nativo + competencia limitada + estudiantes de español), después del inglés, el chino mandarín y el hindi.
  • El número de hispanohablantes seguirá creciendo en las próximas cinco décadas, pero su peso relativo disminuirá de manera progresiva de aquí a final de siglo. En 2100, solo el 6,3 % de la población mundial podrá comunicarse en español.
  • En 2060, Estados Unidos será el segundo país hispanohablante del mundo, después de México. El 27,5 % de la población estadounidense será de origen hispano.
  • Casi 24 millones de alumnos estudian español como lengua extranjera en 2022. En concreto, 23.748.298.
Limpia, fija y y da esplendor – Lema de la Real Academia Española de la Lengua

Son cifras impresionantes que demuestran la fortaleza de la lengua española. Nuestra obligación es tener siempre presente el lema de la Real Academia Española de la Lengua, Limpia, fija y y da esplendor, junto a un crisol en el fuego, que desde 1715 da sentido a su trabajo diario y que ayer se hizo patente en el acto de presentación de la actualización de este año. Aprendí de Cervantes un aforismo que no olvido en relación con las palabras: El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho (El Quijote, Segunda parte, cap. XXV), una acción personal y colectiva que sólo es posible a través de la palabra. Afortunadamente, porque aún nos queda, a pesar de la difícil situación mundial que estamos atravesando, leyendo en este momento palabras de Blas de Otero, que tengo fijadas en mi alma e intento que brillen limpias ante acontecimientos adversos diarios, procurando darles siempre el esplendor que merecen, desde una perspectiva de humildad histórica y laica, recordando con profundo respeto y gracias a Gabriel García Márquez, que los mayas «tenían un dios especial para las palabras«, antes de que España llegara a aquellas tierras con sus divinas palabras: Si he perdido la vida, el tiempo, todo / lo que tiré, como un anillo, al agua, / si he perdido la voz en la maleza, / me queda la palabra. // Si he sufrido la sed, el hambre, todo / lo que era mío y resultó ser nada, / si he segado las sombras en silencio, / me queda la palabra. // Si abrí los labios para ver el rostro / puro y terrible de mi patria, / si abrí los labios hasta desgarrármelos, / me queda la palabra.

NOTA: la imagen del lema de la RAE se ha recuperado hoy de https://artsandculture.google.com/asset/lema-de-la-real-academia-espa%C3%B1ola/dQE5teA0zBPlvg

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!