El Calendario Pirelli es mucho más que un almanaque

Detalles. The Cal – Calendario Pirelli 2024.

Sevilla, 3/XII/2023

El Calendario Pirelli 2024, The Cal, cumple ya su 60 aniversario desde su lanzamiento en 1964 por la sección británica de Pirelli y el 50 como publicación anual real, por su ausencia desde 1975 a 1983 por la crisis del petróleo y en 2021 por la pandemia, se ha encargado este año “al artista visual Prince Gyasi, nacido y afincado en Ghana, que alcanzó la fama con sus vibrantes e impactantes imágenes, tomadas en su mayoría en Accra, su ciudad natal, fotografiará el Calendario Pirelli 2024. Este artista de 28 años, que ha alcanzado rápidamente la fama mundial, emplea colores vivos y contrastes en su arte. Sus imágenes narran historias visuales que captan la atmósfera y la vitalidad de su comunidad y su generación, al tiempo que pretenden cuestionar las narrativas tradicionales sobre África, el elitismo en el arte y los ideales de belleza centrados en Occidente. Aunque ahora utiliza cámaras de última generación, Gyasi empezó a fotografiar a los 16 años con un smartphone”.

El Manifiesto del calendario de 2924, no deja lugar a dudas al presentar su hilo conductor, “No nacemos atemporales. Nos convertimos en eternos”: «No buscamos la fama. No buscamos el éxito. No buscamos validación. Discípulos de nuestras propias capacidades. Desafiamos a quienes dicen que no podemos, que somos demasiado viejos, demasiado jóvenes, demasiado diferentes, demasiado, demasiado poco. Buscamos la opción de elegir el viaje y vivir bajo un firmamento de posibilidades de nuestra propia creación. No rompemos el techo. Quitamos el techo a todos porque el tiempo no es un camino solitario entre la vida y la muerte. Es un círculo de inspiración transmitido de generación en generación. Así que detén el reloj. No aceptes el evangelio de aquellos que no lo aceptan. Crea, inspira, presta. No prestes cuándo parar, sino cuándo ir, cuándo atacar, con miedo o sin miedo. Nuestra ayuda puede ser finita, pero el ejemplo puede ser infinito.
No nacemos atemporales. Nos volvemos atemporales”.

La empresa Pirelli ha sabido evolucionar desde su primera etapa, finalizada en 2015, en la que publicaba calendarios con mujeres en posturas y formas de presentación hoy no admisibles, compaginándolo con auténticas obras de arte también, como el encargo que hizo en la edición de 1974 al fotógrafo británico Robert Freeman, famoso por sus retratos de The Beatles, en una nueva visión del tiempo a través de su afamado calendario, hasta llegar a este de 2024, atemporal, eterno. Siempre ha mantenido la constante de elegir mujeres que representan todo tipo de culturas y artes, siendo este año la tercera en la que los artistas y líderes escogidos son todos negros, la tercera vez que ocurre después de los calendarios de 1987 y 2018, con figuras tan destacadas como Naomi Campbell, Idris Elba, Ángela Bassett, Margot Lee Shetterly y Amanda Gorman, de la que me alegra su presencia en el calendario, poetisa a la que personalmente ensalcé en este cuaderno digital, en 2021, de tan sólo 22 años, por su intervención durante la toma de posesión del presidente Biden, leyendo un poema precioso, La colina que escalamos, porque se dirigió a mi también en su introducción porque formo parte del «mundo» que citó, Señor Presidente, Dr. Biden, señora vicepresidenta, Sr. Emhoff, Americanos y el mundo, poema del que reproduzco sólo los primeros versos muy significativos también en el momento actual, como nuevo homenaje a una persona imprescindible: Cuando llega el día nos preguntamos / ¿Dónde podemos encontrar la luz en esta sombra interminable? / La pérdida que llevamos / un mar que debemos atravesar / Hemos desafiado el vientre de la bestia / Hemos aprendido que la tranquilidad no siempre es paz / Y las normas y nociones / de lo que simplemente es / No siempre es justicia / Y sin embargo el amanecer es nuestro / antes de que lo supiéramos / De alguna manera lo hacemos / De alguna manera hemos / resistido y presenciado / una nación que no está rota / sino simplemente inacabada / Somos los sucesores de un país y un tiempo / Donde una delgada chica de raza negra / descendiente de esclavos y criada por una madre soltera / puede soñar con ser Presidente / y encontrarse hoy recitando para uno. 

Hoy, muy cerca ya de 2024, deseo compartir el contenido del proyecto de Pirelli en su calendario, con una sinopsis oficial plagada de mensajes positivos para un año que comienza: “Gyasi hace referencia a su legado, su comunidad, sus inspiraciones –desde la mitología que leía de pequeño junto a su madre al rey histórico del histórico imperio asante de África Occidental, su Majestad Otumfo Osei Tutu II (también retratado en el Calendario). Y como él mismo describe en el texto introductorio del almanaque –impreso en una tipografía especial que reproduce su letra– entre las protagonistas del almanaque de 2024 se incluyen las figuras a las que admiraba como niño y algunas nuevas inspiraciones. A todas ellas las define como “intemporales”. “Me di cuenta de que lo importante no es ser joven o viejo, fresco o sabio. Lo que convierte a esos iconos en lo que son va mucho más allá. Está en su foco, su dedicación, su pasión. Nunca se detienen. Nunca se dan por vencidos”, escribe. “Quiero explicar una historia que explore el poder de cómo se experimentan nuestros logros en los ojos de aquellos que inspiran. Al final, este proyecto no va de mi viaje o el tuyo; es sobre el suyo, mi comunidad, la juventud. Se trata de dar esperanza a niños como yo que vean estas imágenes y se inspiren para convertirse en lo mejor de sí mismos”.

En este contexto, recuerdo que pertenezco a una generación que cuidaba el tiempo a través de los almanaques (del árabe المناخ al-manākh, «el clima») y calendarios de pared, sabiendo que ellos se iban, físicamente hablando, se agotaban con el año, se iban con ellos, aunque nuestra vida se quedaba, cambiando de río. Las hojas que quedaban o fueron arrancadas paso a paso al declinar las veinticuatro horas de cada día, que tenían un nombre desde mi infancia, los tacos «Myrga» (acrónimo de Talleres Gráficos Miguel y Ramón Gilabert, desde 1898), se las llevó el oleaje de la vida, en el inmenso mar de lo desconocido. El almanaque nos recordaba la posición del sol y la luna, el / los santos de cada jornada y la máxima adecuada para empezar la tarea con el telón de fondo de Goethe, Shakespeare, Schopenhauer, Tagore o Alberti (prohibido este último en épocas en los que descubría la libertad, sin ira, libertad), cómo si no debiéramos conocer su obra premiada e inmortal, como si estos autores no tuvieran clarividencia para ser norte y guía de muchos marineros en tierra adentro, en la que éramos y estábamos día a día.

No olvido tampoco que el al-manaque sirvió como medio de comunicación para muchas personas. Fueron los primeros calendarios anunciantes de la astrología, santoral y actividades del monarca reinante. Desde el siglo XV tenemos noticias de los almanaques españoles, siendo los más famosos los de Torres Villarroel, que en el siglo XVIII tenían grandes admiradores sobre todo entre los curiosos del porvenir. Los «piscatores», eran vehículo de cultura diaria y mensual. Los de hoy no cesan de recordar lo de siempre: «tempus fugit», el tiempo pasa, se va, para no volver más, en la búsqueda incesante del recuerdo en aquellos días que nunca hubiéramos arrancado del nuestro, ese al-manaque (estado de ánimo, clima) interior que sabe bien de esperas y esperanzas, sin tener que recurrir a la frase del sabio de turno que presumiblemente está muy lejos de la vida impresa a fuego vital El año 2023 se nos va. Nos vamos con él, en un viaje de madrugada festiva que intenta por todos los medios simbolizar la necesidad de paz y amor que tenemos todos. Aunque a veces, tengamos que rodeamos de paisajes maravillosos, perros que parecen de porcelana, mujeres que han posado por miles de euros y con mensajes como los del calendario Pirelli del próximo año, entre los que destaco su idea fuerza como hilo conductor, No nacemos atemporales, nos convertimos en eternos, demostrando que en pleno siglo XXI el calendario Pirelli es algo más que un al-manaque, porque refleja valores de una sociedad que sobrevive en un mundo al revés: «No buscamos la fama. No buscamos el éxito. No buscamos validación. Discípulos de nuestras propias capacidades. Desafiamos a quienes dicen que no podemos, que somos demasiado viejos, demasiado jóvenes, demasiado diferentes, demasiado, demasiado poco. Buscamos la opción de elegir el viaje y vivir bajo un firmamento de posibilidades de nuestra propia creación».

Una cosa mas, que diría Steve Jobs. El calendario Pirelli 2024 no está en el mercado, no es mercancía. La empresa lo distribuye según criterio propio.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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