El Concierto de Año Nuevo, en Viena, hace un guiño a nuestro país

Concierto Año Nuevo 2024, bajo la dirección de Christian Thielemann (centro de la imagen).

Sevilla, 31/XII/2023

Mañana tendrá lugar el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, en la Sala Dorada del Musikverein, bajo la dirección del maestro Christian Thielemann (Berlín, 1959), muy presente en la historia de esta orquesta ya consagrada por su excelente trayectoria profesional. Es la segunda vez que el maestro Thielemann dirige este concierto, que ya lo hizo en 2019. Actualmente, es director titular de la Staatskapelle Dresden y como novedad que demuestra su calidad artística, se ha anunciado oficialmente que fue designado en septiembre de este año para suceder a Daniel Barenboim como director musical de la Staatsoper Unter den Linden, en Berlín, a partir de la temporada 2024/25.

Siempre recupero sentimientos y emociones especiales con motivo de este Concierto, porque recuerdo cuando estuve allí en 2007, sentado en la fila 7 de la citada Sala Dorada, no en este Concierto de Año Nuevo, pero sí en uno dedicado íntegramente a Mozart, como no podía ser menos en aquella ciudad en la que el músico pasó momentos transcendentales de su vida, entre los que recuerdo uno de especial significado en la mía, el estreno de la extraordinaria ópera La flauta mágica en el teatro sobre el río Viena, situado en un barrio de la esplendorosa ciudad, como elección meditada ante la realidad lacerante que vivía él y su familia, por el trato de la música que la Iglesia y la Corte practicaba a diario. En aquella ocasión, la sala estaba desnuda de flores y sin más decoración que las cariátides y los atlantes que llenaban todo por sí mismos, de forma sobrecogedora. Mañana, gracias al trabajo de los jardineros públicos de la ciudad, que para mí no pasa por alto, la sala estará adornada por más de 30.000 anturios, claveles, rosas y lirios, que hermosearán el concierto con sus tonos rojos, blancos, rosas y pastel.

Sobre la Orquesta Filarmónica de Viena no queda mucho más que ensalzar su trabajo, fruto de sus casi doscientos años de existencia, con algunos devaneos políticos durante la ocupación nazi en la ciudad, que posteriormente dio origen a este Concierto Anual. De todas formas, hay que destacar que poco a poco van eliminando la brecha de género porque de los 145 instrumentistas que la componen, 24 son mujeres, un porcentaje reducido que cada año se va superando afortunadamente, si tenemos en cuenta su historia también en este sentido, porque la participación de mujeres en la orquesta no fue posible hasta hace veinticinco años, concretamente en 1997. Como contra hechos no valen argumentos, es una triste realidad que nunca ha dirigido una mujer este Concierto de Año Nuevo y tampoco se las espera en un plazo breve de tiempo.

El programa oficial del Concierto es el que figura a continuación, del que quiero destacar un guiño a nuestro país a través de la Polca-Estudiantina de su ballet La perla de Iberia, de Josef Hellmesberger hijo, “que combina el wagnerismo con el exotismo español: una trama ambientada en Zaragoza y protagonizada por la gitana Paquita que, huyendo del gobernador de la ciudad, se sumerge en las aguas del Ebro, que suenan como un remedo de El oro del Rin y donde se le insinúa el mismísimo dios Neptuno”. En el Concierto de Año Nuevo de 2011, dirigido en esa ocasión por Franz Welser-Möst, ya se interpretó por primera vez una obra del ballet citado, Danza gitana, que refleja la admiración de los músicos austriacos por la cultura de nuestro país, de la que mañana se hará eco también el maestro Thielemann con la obra elegida para el concierto de este año.

Josef Hellmerberger, hijo, Danza gitana – Ballet La perla de Iberia

Programa oficial del Concierto

  1. Karl Komzák

Erzherzog Albrecht-Marsch, op. 136

  • Johann Strauß II.

Wiener Bonbons. Walzer, op. 307

  • Johann Strauß II.

Figaro-Polka. Polka française, op. 320

  • Josef Hellmesberger (Sohn)

Für die ganze Welt. Walzer

  • Eduard Strauß

Ohne Bremse. Polka schnell, op. 238

  • Johann Strauß II.

Overture to the Operetta «Waldmeister»

  • Johann Strauß II.

Ischler Walzer. Nachgelassener Walzer Nr. 2

  • Johann Strauß II.

Nachtigall-Polka, op. 222

  • Eduard Strauß

Die Hochquelle. Polka mazur, op. 114

  1. Johann Strauß II.

Neue Pizzicato-Polka. op. 449

  1. Josef Hellmesberger (Sohn)

Estudiantina-Polka aus dem Ballett «Die Perle von Iberien»

  1. Carl Michael Ziehrer

Wiener Bürger. Walzer, op. 419

  1. Anton Bruckner

Quadrille, WAB 121 (Orchestr. W. Dörner)

  1. Hans Christian Lumbye

Glædeligt Nytaar! Galopp

  1. Josef Strauß

Delirien (Deliriums), Waltz, op. 212

Felicitación del Maestro Thielemann y la Filarmónica por el Año Nuevo

  1.  Johann Strauss, hijo

En el bello Danubio Azul – Vals, op. 314 con Ballet

  1. Johann Strauss, padre

 Marcha Radetzky, op. 228

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!

Ante el año nuevo, debemos creer más en lo que no vimos, para así negar lo que miramos

Ángel González

Tal como siempre, pues, pedid conmigo:
Más fe, mucha más fe.
Que en cierto modo,
creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.

Ángel González, en Alocución a las veintitrés

Sevilla, 31/XII/2023

Dedicado a todas las personas que viajan conmigo en la amura de babor, no inocente por su posición, de ‘La isla desconocida’, la carabela imaginaria de José Saramago de su ‘Cuento de la isla desconocida’, en singladuras para ‘personas imperfectas’, que soñamos en mundos reales más dignos, aunque no perfectos, para todos, porque creemos que cada día puede ser nuevo, sin tener que esperar a la celebración anual, como la de hoy, auspiciada y financiada por los mercados y sus mercancías. Esa es la razón de por qué debemos creer más en lo que no vimos en el cada día de este año, para así negar lo que miramos y contemplar un futuro diferente en el cada día de 2024.

Gracias por compartir la lectura de este cuaderno digital. Gracias.

En unos momentos difíciles para el país, asediado por discursos oficiales de «superiores diversos», vacíos de contenido y con una ausencia clamorosa de valores ciudadanos democráticos, en general, recurro de nuevo, un año más, al poeta Ángel González para buscar luz en este túnel ético en el que nos encontramos, ante el ocaso de la democracia, porque nos ofrece una visión personal de la vida en una alocución de fin de año cargada de historia de problemas recientes en este país y en el mundo que nos rodea, salvando lo que haya que salvar. Lleva por título “Alocución a las veintitrés” (1). Hoy, cuando quedan muy pocas horas para que finalice un año complejo, para olvidarlo quizás, vuelvo a leerla detenidamente porque siempre calma mi ardiente paciencia y conmueve mi alma de secreto.

Alocución es un discurso o razonamiento breve por lo común y dirigido por un superior a sus inferiores, secuaces o súbditos [sic, según la RAE]. Lo que sí tengo claro es que cuando cambie el año, suenen las campanadas y nos enfrentemos a las uvas, esta alocución va a ser un revulsivo a las veinticuatro horas para que aprendamos del valor de la libertad de la palabra de ciudadanos imperfectos que aún nos queda en este año bastante complejo y que, afortunadamente, no está a la venta en Amazon ni en los mercados porque, seamos sinceros, interesa escucharla solo a unos pocos. Porque la libertad de la palabra, que aún nos queda, nos ofrece, entre otras muchas cosas, tener fe en ella, aunque la terca realidad nos complique a veces la vida. Porque ahí está, a pesar de que algunos ciudadanos perfectos, instalados en la mediocridad, sólo ven el mundo del nunca jamás en todo lo que les rodea, sin mezcla de esperanza alguna. Lo que necesitamos esta noche es recordar, al tomar las uvas, que hace falta Más fe, mucha más fe. / Que en cierto modo, / creer con fuerza tal lo que no vimos / nos invita a negar lo que miramos.

Lo he dicho en referencias anteriores a este poema, a estas alturas del calendario: estas palabras de Ángel González son un símbolo de lo que a veces no queremos ver aunque es evidente lo que está pasando, aplicando el principio de realidad de Freud, el más terco de todos los principios, cuando finaliza este año, Las preguntas serias son las que enuncia metafóricamente el poeta: ¿quién se dirige a quién? ¿quién, con poder suficiente, sean reyes, reinas, presidentes, presidentas o ministros y ministras, se dirige así a sus subordinados con un discurso paradigmático de doble moral? ¿lo pronuncian solo los políticos o todas las personas que no quieren ver lo que miramos todos, solo por ejercer cierta prepotencia sobre los demás, sin compasión alguna?, ¿afecta sólo a los de arriba o a los de abajo también, a los de izquierdas o a los de derechas en su amplio espectro?, o ¿quizás, a todos los que se consideran ciudadanos perfectos?

ALOCUCIÓN A LAS VEINTITRÉS

Ciudadanos perfectos a estas horas,
honorables cabezas de familia
que lleváis a los labios vuestra servilleta
antes de pronunciar las palabras rituales
en acción de gracias por la abundante cena:

vuestra responsabilidad de sólidos pilares
de la civilización y de Occidente,
del consumo de bicarbonato sódico
y del paternalismo hacia la servidumbre,
exige de vuestra parte
cierta ignorancia de hechos también ciertos,
un esfuerzo final en bien de todos,
la tozuda incomprensión de algunas realidades,
la fe más meritoria, en resumen,
que consiste en no creer en lo evidente.

Yo podría jurar que la tierra está fija
–ya lo juré otras veces–
y que el sol gira en torno a ella;
yo podría negar que la sangre circula
–lo seguiré negando, si hace falta–
por las venas del hombre; yo podría
quemar vivo a quien diga lo contrario
–lo estoy quemando ahora–.

No es que sean importantes los asuntos
objeto de polémica:
lo importante es la rígida
firmeza en el error.
Pues las mentiras viejas se convierten
en materia de fe, y de esa forma
quien ose discutirnos
debe afrontar la acusación de impío.
Con esto, y una buena cosecha de limones,
y la ayuda impagable de nuestros coaligados,
podemos esperar algunos lustros
de paz como ésta de hoy,
en una noche semejante a ésta de hoy,
tras una cena lo mismo que ésta de hoy.

Tal como siempre, pues, pedid conmigo:
Más fe, mucha más fe.
Que en cierto modo,
creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.

(1) González, Ángel, Palabra sobre palabra, 2018. Barcelona: Austral, p. 176s.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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