Una buena noticia: los super ricos quieren pagar más impuestos

Sevilla, 18/I/2024

Mi capacidad de sorpresa ante nuestro loco mundo al revés no tiene límites y en mis singladuras habituales para buscar islas desconocidas he localizado una organización sorprendente, Orgullosos de pagar más (Proud top ay more),  en la que en su página oficial dicen algo bien claro: ORGULLOSOS DE PAGAR MÁS. Nuestro mensaje en Davos es simple: Los líderes electos deben cobrarnos impuestos a nosotros, los super ricos. Estaríamos orgullosos de pagar más. A esta declaración de intenciones se une una carta abierta que reproduzco íntegramente por su contenido, digno de estudio y análisis pormenorizado ante su demanda mundial:

A los líderes mundiales reunidos en Davos:

Nos sorprende que no hayan respondido a una simple pregunta que venimos haciendo desde hace tres años: ¿cuándo gravarán la riqueza extrema? Si los representantes que lideran las principales economías del mundo no toman medidas para abordar el dramático aumento de la desigualdad económica, las consecuencias seguirán siendo catastróficas para la sociedad.

Nuestro impulso por impuestos más justos no es radical. Más bien, se trata de una demanda de retorno a la normalidad basada en una evaluación sobria de las condiciones económicas actuales. Somos las personas que invierten en startups, dan forma a los mercados bursátiles, hacen crecer negocios y fomentan el crecimiento económico sostenible. También somos las personas que más se benefician del statu quo. Pero la desigualdad ha llegado a un punto de inflexión, y su costo para nuestra estabilidad económica, social y ecológica es grave, y crece cada día. En resumen, necesitamos actuar ahora.

Nuestra petición es simple: les pedimos que nos cobren impuestos a nosotros, los más ricos de la sociedad. Esto no alterará fundamentalmente nuestro nivel de vida, ni privará a nuestros hijos, ni dañará el crecimiento económico de nuestras naciones. Pero convertirá la riqueza privada extrema e improductiva en una inversión para nuestro futuro democrático común.

La solución a esto no se puede encontrar en donaciones puntuales o en la filantropía; La acción individual no puede corregir el colosal desequilibrio actual. Necesitamos que nuestros gobiernos y nuestros líderes lideren. Por lo tanto, acudimos a ustedes de nuevo con la petición urgente de que actúen, unilateralmente a nivel nacional y juntos en el escenario internacional.

Cada momento de retraso afianza el peligroso statu quo económico, amenaza nuestras normas democráticas y pasa la pelota a nuestros hijos y nietos. No solo queremos que se nos cobren más impuestos, sino que creemos que se nos debe gravar más. Estaríamos orgullosos de vivir en países donde se espera esto, y orgullosos de los líderes electos que construyen un futuro mejor. Como los miembros más ricos de la sociedad, seríamos:

  • Orgullosos de pagar más para hacer frente a la desigualdad extrema.
  • Orgullosos de pagar más para ayudar a reducir el costo de vida de los trabajadores.
  • Orgullosos de pagar más para educar mejor a la próxima generación.
  • Orgullosos de pagar más por sistemas de salud resilientes.
  • Orgullosos de pagar más por una mejor infraestructura.
  • Orgullosos de pagar más por una transición ecológica.
  • Orgullosos de pagar más impuestos sobre nuestra riqueza extrema.

El valor de unos sistemas tributarios más justos debería ser evidente. Todos sabemos que la «economía del goteo» no se ha traducido en realidad. En cambio, nos ha dado salarios estancados, infraestructura en ruinas, servicios públicos deficientes y ha desestabilizado la institución misma de la democracia. Ha creado un sistema económico vergonzoso incapaz de proporcionar un futuro más brillante y sostenible. Estos desafíos solo empeorarán si no se aborda la desigualdad extrema de la riqueza.

La verdadera medida de una sociedad se puede encontrar, no solo en la forma en que trata a sus miembros más vulnerables, sino en lo que pide a sus miembros más ricos. Nuestro futuro es el orgullo fiscal o la vergüenza económica. Esa es la elección.

Les pedimos que den este paso necesario e inevitable antes de que sea demasiado tarde. Enorgulleced a vuestros países. Gravar la riqueza extrema.

Sinceramente,

El abajo firmante

En el kit de herramientas digitales para la campaña, con textos e imágenes para su divulgación, fundamentalmente en las redes sociales X, Facebook e Instagram, figura un texto e imagen de Brian Cox, actor ganador de un Emmy y un Globo de Oro, que he escogido para la imagen de cabecera de este artículo, con una declaración suya muy importante en este proyecto: “Estamos viviendo una segunda ‘Edad Dorada’. Los multimillonarios utilizan su extrema riqueza para acumular poder político e influencia, socavando al mismo tiempo la democracia y la economía mundial. Ya es hora de actuar. Si nuestros líderes se niegan a abordar esta concentración de dinero y poder, las consecuencias serán nefastas”.

Las personas interesadas en este movimiento pueden leer el informe oficial que en tal sentido han elaborado para esta ocasión especial, del que destaco sus aportaciones finales bajo el epígrafe ¿Esperanza – y Promesa?: “A pesar de las numerosas crisis que afligen a nuestro mundo, vivimos en una época de oportunidades. Y la esperanza. Como figura en este informe a través de la nueva encuesta a personas que tienen 1 millón de dólares y más, algunos de las personas más ricas del mundo comparten el deseo de millones de trabajadores comunes y corrientes de abordar la riqueza extrema. Hay un número creciente de actores públicos, influyentes, económicos y de la sociedad civil. actores que piden lo mismo y un reconocimiento de que el próximo gran desafío de nuestro tiempo puede estar pidiendo cuentas a las personas más ricas. 2024 es un año que podría pasar página para nuestra economía global y es un año que podría lograr un cambio político real en países de todo el mundo. Nuestras instituciones internacionales, grupos regionales y nuestros representantes electos a nivel nacional deben aprovechar esta oportunidad para conseguir que nuestras economías vuelvan a encarrilarse. A partir de una notoria falta de propuestas hace apenas cinco años, una nueva generación de economistas y profesores académicos han dado un paso al frente para revocar décadas de dogmas de goteo y han ofrecido una gran cantidad de mecanismos y propuestas para gravar a los más ricos. En octubre de 2023, en la inauguración de Informe Global sobre evasión fiscal, la principal recomendación del Observatorio Fiscal Europeo fue la introducción de un impuesto del 2 por ciento a los multimillonarios del mundo. Propuestas similares se han reflejado por otros en países y regiones de todo el mundo, ya sea el caso de Elizabeth Warren, sobre el Impuesto a los multimillonarios, la Ley OLIGARCA de los Millonarios Patrióticos o la Ley de la Comisión Europea, Iniciativa Ciudadana, que se centró en “gravar las grandes riquezas para financiar la transición ecológica y social”, demuestran que el cambio está en marcha. Estas propuestas están creando el espacio político para que esta cuestión crítica sea asumida por los líderes electos.

Este informe se centra finalmente en dos vías abiertas para abordar esta realidad de pago de impuestos por los más ricos, la acción que pueda llevar a cabo la ONU, a través de una resolución histórica que se aprobó el año pasado, que permita “comenzar a trabajar en una convención tributaria, “un organismo democrático globalmente inclusivo que ayudaría a establecer reglas y estándares tributarios. Este es el comienzo de un nuevo proceso que, en el largo plazo, ayudará a que los países rindan cuentas sobre lo que debería ser una práctica fiscal justa”. Siendo esto así, se indica que “La ruta más importante e inmediata para el cambio en 2024 es el G20. En diciembre de 2023 Brasil asumió la presidencia del G20 y confirmó su compromiso de abordar esta desigualdad. A través de la Vía de Finanzas y el grupo que trabaja en Tributación Internacional, existe una oportunidad real para poner los impuestos a los más ricos en el centro de las soluciones que pueden reducir la desigualdad. La presidencia brasileña del G20 debe garantizar que la Cumbre otorgue mandatos internacionales organizaciones para

– lanzar una nueva agenda para gravar a los más ricos, que garantice que se establezca una tributación mínima, introduciendo a nivel mundial una norma sobre riqueza y capital.

– abordar la competencia fiscal y detener la interminable carrera hacia el abismo.

– trabajar para poner fin a la evasión fiscal sobre la riqueza extraterritorial.

No faltan ideas, no faltan apoyos, no faltan expectativas o esperanzas. Nosotros esperamos que nuestros representantes electos conviertan esto en ambición política y luego en realidad. 250 millonarios declararon en Orgullosos de pagar más: “La verdadera medida de una sociedad se puede encontrar, no sólo en cómo trata a sus miembros más vulnerables, sino en lo que les pide a sus miembros más ricos. Nuestro futuro es de orgullo fiscal o de vergüenza económica. Esa es la elección”. Pedimos a nuestros líderes electos convertir esta elección en un sistema económico nuevo y más justo en 2024”.

Ayer pudimos comprobar de forma clara y rotunda dos posiciones contrarias, antagónicas, sobre la forma de analizar la situación económica mundial, la del presidente Milei, del que destaco una perla: “Lamentablemente, en las últimas décadas, motivado por algunos deseos biempensantes de querer ayudar al prójimo y por el deseo de pertenecer a una casta privilegiada, los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por distintas versiones de lo que llamamos colectivismo”, justicia social en definitiva que no aporta nada al bienestar general y es “injusta porque el Estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera coactiva”, así como la de nuestro presidente Pedro Sánchez, cuando afirmó de forma rotunda que “Los españoles sabemos que las políticas neoliberales no funcionan, […] No compren los únicos postulados liberales que retratan al Estado como una entidad poco extractiva», defendiendo los pilares de la democracia, el orden internacional y el Estado de bienestar, porque sin ellos “los modelos de negocio colapsarían como un castillo de naipes”, en los que la colaboración público-privada es esencial, con un aviso importante: “Para aquellas empresas que quieren enriquecerse generando valor real y pagando su parte justa de impuestos, les damos la bienvenida con los brazos abiertos”.

Lo expuesto anteriormente refuerza de forma clara y rotunda lo manifestado en la carta abierta citada anteriormente, lanzada al mundo por los super ricos del globo terráqueo, unos 260 millonarios y multimillonarios de 17 países que tienen un mensaje simple para los líderes mundiales en Davos, antes de que sea demasiado tarde: estaríamos dispuestos a pagar más impuestos para «convertir la riqueza privada extrema e improductiva en una inversión para nuestro futuro democrático común», porque «La verdadera medida de una sociedad se puede encontrar, no solo en la forma en que trata a sus miembros más vulnerables, sino en lo que pide a sus miembros más ricos».

Para finalizar, no hay que olvidar que en el informe citado se expresa de forma rotunda que la riqueza extrema es un peligro real para la democracia: “Este se reflejó aún más en que el 72 por ciento de los encuestados [el trabajo de campo sobre el que se ha realizado el informe] creía que aquellos que poseen una extrema riqueza compran la influencia política, lo que demuestra el vínculo percibido entre la integridad de nuestros sistemas políticos y la desigualdad económica”. Un preocupante aviso para navegantes, sobre todo para los que buscamos islas desconocidas en este mundo al revés, habitadas por personas dignas que trabajan día a día en la construcción de un mundo mejor para todos, con una distribución justa, equitativa y saludable de la riqueza, protegida en democracia por el Estado de Bienestar.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA Y GAZA, ¡Paz y Libertad!