Sevilla, 14/VIII/2024
Una vez más me aproximo a la vida y obra de la fotógrafa y polifacética en otras artes, Lee Miller (Poughkeepsie, Nueva York, 1907 – Chiddingly, Reino Unido, 1977), a la que he dedicado páginas especiales en este cuaderno digital por la admiración que la profeso. En esta ocasión, con motivo de la exposición que se inauguró el pasado 4 de agosto en Palafrugell, en la XIII Bienal de Fotografía Xavier Miserachs, cuya sinopsis oficial orienta bien sobre el objetivo de destacar la memoria histórica de la obra de Miller, con un hilo conductor como título: EL DESEO DE LIBERTAD: “Lee Miller es una de las fotógrafas imprescindibles del siglo XX. Modelo y fotógrafa de moda, fotógrafa surrealista, corresponsal y fotoperiodista de guerra, su vida se convirtió en una búsqueda y un ejercicio de libertad constantes que la han convertido en una personalidad vital y profesionalmente fascinante. Posó para importantes fotógrafos, convivió y aprendió con los representantes de las corrientes intelectuales y artísticas europeas más vanguardistas (Man Ray, André Breton, Jean Cocteau, Paul Éluard, Dalí, Picasso…) y se convirtió en una de las primeras mujeres fotógrafas y corresponsales de guerra que documentó, entre otros episodios bélicos, los bombardeos del ejército nazi sobre Londres, el desembarco de Normandía y la liberación de los campos de concentración de Buchenwald y Dachau. Pionera, precoz y creativa, con un importante bagaje de conocimientos técnicos y artísticos, imprimió en toda su obra un sello personal de gran fuerza expresiva y original composición. Esta exposición quiere ser un viaje a través de imágenes de cada uno de los ámbitos que abordó: la moda, el surrealismo, el retrato y la guerra, incidiendo especialmente en este último por su relevancia testimonial e histórica, así como por la mirada privilegiada que otorga en su obra a las mujeres en general y a las que participaron en la contienda en particular”.
¿Cómo descubrí la vida y obra de Lee Miller? Ocurrió al acercarme también a la obra de otro fotógrafo de talla internacional, Man Ray, en una imagen que no olvido, Le somneil, realizada en 1937 y en la que aparecen Consuelo de Saint-Exupéry (esposa-rosa del autor de El principito, tan de actualidad siempre) y Germaine Huguet, que figuraba en el programa oficial de una exposición sobre El surrealismo y el sueño, celebrada en Madrid, en 2014 en el Museo Thyssen-Bornemisza. Además, ese año se publicó un excelente artículo sobre la vida y obra de Lee Miller, Lee Miller: mucho más que la musa de Man Ray o la mujer en la bañera de Hitler, que sigo recomendando en una lectura atenta, en el que se reivindicaba el papel tan importante que jugó como mujer comprometida con su oficio de fotografiar la vida, reinterpretándola en determinados momentos de su carrera vital y profesional con toques surrealistas ante un mundo tan adverso con ella, sobre todo en su niñez americana. Con tan sólo 24 años saltó de América a París, un centro artístico mundial y en permanente ebullición para acercarse a Man Ray: “Pensé que la mejor forma era empezar estudiando con uno de los grandes maestros en la materia, Man Ray”, recordaba la propia Miller en una entrevista en In Town Tonight en 1946. “En aquel tiempo estaba en París, así que me acerqué a él y le dije: ‘Hola, soy tu nueva alumna y aprendiz’. Él respondió: ‘Yo no tengo alumnos ni aprendices’. Y yo le dije: ‘Ahora sí”. Aquel desparpajo le valió un puesto como ayudante en su estudio. Ella tenía 24 años y él, 40; pronto se hicieron amantes”. Gracias al trabajo desarrollado en el cuarto oscuro de Man, descubrió la técnica de la solarización, de la que se conservan imágenes extraordinarias realizadas en solitario por ella. Picasso y Dalí también estuvieron presentes en esta fase de reinterpretación de su azarosa vida.
Lee Miller, en su trágico mundo existencial se reinventó continuamente, dando un paso transcendental en su vida, olvidando el pasado en Vogue como modelo, para inmiscuirse en el difícil arte del fotoperiodismo de guerra, contribuyendo en las revistas Vogue (edición británica) y Life (edición mundial), con su testimonio gráfico, en mostrar al mundo su cara menos amable, terrible en ocasiones: “En abril de 1945, con unas ojeras inmensas, la bella Lee llega al campo de concentración de Dachau junto a los aliados. Así se lo contaba poco después a Withers [editora de la edición británica de Vogue] en un telegrama: “Te ruego que creas que esto es cierto. Generalmente no hago fotos de horrores, pero creo que abundan en cada pueblo y en cada zona. Espero que Vogue sienta que puede publicar estas fotos”. Acordaron sacarlas en las ediciones americana e inglesa, junto a un reportaje que titularon Believe It, Lee Miller cables from Germany. Por primera vez las brillantes páginas de la revista se abrieron a las atrocidades y el espanto. Las fotografías de Miller sin duda se encuentran entre los contenidos más cruentos que ha publicado la cabecera en más de 125 años de historia”.
Mi amor por la fotografía me lleva hoy a hacer un pequeño homenaje a la aportación profesional que Lee Miller hizo a la memoria histórica del mundo. Sigo creyendo que hay fotógrafos y fotógrafas que retratan almas especiales, en blanco y negro, como Man Ray, Lee Miller, Marc Riboud, Robert Capa, Kati Horna, Sebastião Salgado o Ramón Masats en España, entre otras y otros grandes profesionales de la fotografía en todas y cada una de sus manifestaciones, que valoramos hoy de forma especial porque muchas veces estamos ciegos ante el color que dio al mundo la creación transcendental del hombre y la mujer, que tuvieron la oportunidad de ver durante un tiempo el paraíso de sus almas, como nos recuerda siempre y de forma magistral el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado en su obra Génesis. Gracias, hoy, a ellos y a tantos profesionales anónimos que aun jugándose a diario la vida nos han aportado y entregan tanta verdad a través de sus enfoques de momentos transcendentales de la vida, de sus ojos en definitiva, como aprendimos un día de Machado, ya que no son ojos porque los veamos, sino que son ojos porque a través de sus fotografías, nos ayudan a contemplar y amar mejor la vida. Incluso la vida compleja y atormentada de Lee Miller. No olvido qué significa esta profesión, fotografiar instantes de la vida, por una frase de un especialista en los cuidados del ojo, del siglo XIII, Pietro Spanno, que llegó a ser Papa bajo el nombre de Juan XXI: “El ojo es un miembro noble, redondo y radiante. Ver es el paraíso del alma”. Ese es el secreto y la magia del ojo humano cuando ordena el clic que fija momentos especiales de la vida para la posteridad. Igual que cuando se fotografía el dolor o la muerte, muchas veces con alto riesgo personal de profesionales excelentes, comprometidos, facilitando imágenes recientes sobre la invasión de Ucrania o el sufrimiento insoportable de la población civil en Gaza a manos del ejército de Israel, que desgraciadamente ya son habituales para el procesamiento de nuestra retina y que tanto nos deberían obligar a pensar y actuar consecuentemente, cumpliendo su función.
Lo expuesto anteriormente justifica de forma sobrada estas palabras de recuerdo, reconocimiento y respeto a la vida y obra de Lee Miller. Que esta exposición en Palafrugell se haga en este país, en pleno mes de agosto, con la que está cayendo políticamente hablando, me reconforta anímicamente por el cuidado que necesita hoy más que nunca la cultura, respetándola a través de obras tan trascendentales como las que llevó a cabo Lee Miller, con una vida azarosa dentro. No la olvido. Sólo me queda hoy dar las gracias a la vida y a la cultura, que me han dado y siguen dando tanto. Dentro de muy pocos días se estrena un biopic dedicado a esta excelente artista, Lee, que ayudará a comprender mejor su trayectoria vital y artística.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
UCRANIA, GAZA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL
¡Paz y Libertad!


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