No te creas si te dicen que ya no sufre mi pueblo, porque aunque los pobres [andaluces] reímos y algunas veces cantamos, la procesión va por dentro.
Ricardo Cantalapiedra (la palabra entre corchetes es mía)
Sevilla, 16/X/2024
Ayer publicó la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y Exclusión Social (EAPN), el Informe sobre el estado de la pobreza en Andalucía 2023, que recoge datos estadísticos oficiales hasta 2022. Una vez más, considero que es de sumo interés conocerlos, aunque sea de forma abreviada, porque marcan una tendencia que es necesario analizar con detalle, en el sentido de que siguen siendo muy preocupantes en términos absolutos, según se muestra a continuación. Siento una vez más que sólo nos permita hacer hoy una evaluación sumativa de lo ocurrido en 2022, casi dos años después, cuando lo verdaderamente importante sería trabajar siempre con evaluaciones formativas de las diferentes medidas del gobierno correspondiente, Estado y Comunidad Autónoma, para combatir las desigualdades sociales y la pobreza severa en nuestro país, en este aquí y ahora.
Para empezar, el porcentaje de la población en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE en Andalucía, At Risk Of Poverty or social Exclusion) disminuyó hasta el 35,8%, desde el 38,7% de 2021, teniendo en cuenta que esta tasa se construye con la unión de la población que se encuentra en riesgo de pobreza, o con carencias materiales o con baja intensidad en el empleo: “Así, se define la población en riesgo de pobreza o exclusión social como aquella población que está al menos en alguna de estas tres situaciones: riesgo de pobreza, carencia material y social severa, y baja intensidad en el empleo”:

Según este informe, “El 35,8 % de la población de Andalucía, es decir, unas 3,04 millones de personas están en riesgo de pobreza y/o exclusión social en el año 2022. La cifra es 2,9 puntos porcentuales inferior a la registrada el año pasado y supone que unas 233.000 personas de la región han dejado de estar en AROPE. […] Andalucía es la comunidad autónoma con mayor población lo que, combinado con la alta tasa AROPE que registra, la sitúa como la región con más personas en AROPE y se mantiene, junto a Extremadura y Canarias, entre las tres con mayor proporción de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión” (la negrita es mía). Asimismo, “la mejora desde 2015 tampoco es suficiente para cumplir con la contribución que tiene que realizar Andalucía para conseguir los objetivos marcados por la Agenda 2030 -reducir a la mitad la tasa AROPE que registraba en 2015- y deberían haber salido unas 240.000 personas más del riesgo de pobreza y/o exclusión social”. Desde la perspectiva de género, es importante resaltar que “el AROPE femenino llega al 37,3 %, cifra que se mantiene en 3,0 puntos porcentuales superior a la de los hombres”.
En relación con el Riesgo de Pobreza, el informe destaca que “la tasa de riesgo de pobreza (29,1 %) se mantiene entre las tres más elevadas del país, y supera en 8,7 puntos a la media nacional (20,4 %). Así, en términos absolutos en Andalucía hay 2,5 millones de personas pobres, 134.000 hombres y 128.000 mujeres menos que el año pasado”:

De nuevo, se constata que la tasa de pobreza de las mujeres es, este año, del 30%, 1,8 puntos porcentuales superior a la masculina (28,2%), así como una realidad muy preocupante: a menor edad, mayor riesgo de estar en pobreza. Prueba de ello es que la tasa de pobreza entre los hogares con menores es de 34,1%, con una diferencia de 10,9 puntos porcentuales con respecto al resto de hogares, a pesar de su reducción respecto al año anterior. Otro dato de interés en los tramos de edad opuestos, es decir, mayores, es que “de las 1.626.822 pensiones que se reciben en Andalucía, aproximadamente el 42,1%, es decir, más de dos de cada cinco, reciben una pensión cuyo importe es inferior al mínimo considerado para no ser pobre Finalmente, debe destacarse que para el 16,0 % del total, el importe de su pensión es inferior al umbral de pobreza severa (renta inferior a 480 € en 2022), y la cifra alcanza al 29,1 % en el caso de las prestaciones por viudedad. Para el 16,0 % del total, el importe de su pensión es inferior al umbral de pobreza severa (renta inferior a 480 € en 2022)”.

Otro problema que se resalta en el informe citado es de base estructural, la generación de pobreza con respecto a la vivienda en la que se habita: “En Andalucía, el 28,5 % de la población pobre tiene gastos de vivienda superiores al 40 % de su renta disponible, sin embargo, entre las personas que no lo son la cifra se reduce drásticamente hasta el 1,5 %”. Un dato relevante es que de 2020 a 2022 el gasto en vivienda en las personas en pobreza creció 11,6 puntos, es decir, un incremento del 68%, junto a otro dato que corrobora la preocupante situación actual, porque “en los últimos dos años el porcentaje de personas en hogares con menores y gasto elevado en vivienda prácticamente se ha duplicado: aumentó 5,1 puntos porcentuales, es decir, un 94,4 %”.
En relación con otro indicador de importancia extrema en 2022, es necesario atender con urgencia la tasa de pobreza severa, medida con un umbral del 40 % de la mediana de renta nacional, esto es, el porcentaje de personas que viven en hogares con un ingreso máximo de 560 € mensuales por unidad de consumo, que en Andalucía es del 14,4 %, lo que la sitúa como la región con la cifra más elevada del país: “Tras el importante incremento del año pasado (+4,3 puntos), el valor supone un descenso de 1,5 puntos respecto a 2021. A su vez, debe destacarse la extrema situación de las personas pobres en Andalucía, en la cual cerca de la mitad de ellas están en pobreza severa. Por otra parte, a pesar de la mejora en 3,7 puntos porcentuales sobre el año 2015, que es la fecha de referencia de la nueva Agenda 2030, y en la que se registraron los valores más elevados de pobreza severa de todo el período, es, todavía, 2,8 puntos superior a la registrada en el año 2008, antes de la Gran Recesión”.
En relación con el nuevo indicador de Privación Material y Social Severa (PMSS), las tasas actuales siguen siendo muy elevadas; por ejemplo, “en 2022 era del 11,3 % -cerca de 960.000 personas- lo que la sitúa como la segunda región con mayor PMSS, solo superada por Canarias con un 11,9 %. Respecto a 2015, año base de la Agenda 2030, en 2022 se produjo un incremento de 1,7 puntos porcentuales; sin embargo, calculada con la metodología antigua, la privación material severa es más del doble de la que se registraba en el año 2008”, en la que por sexo, se observa una mayor prevalencia de la tasa femenina, que es del 11,7%, frente a la masculina que es del 10,9%, observándose también el incremento de esta tasa PMSS en el segmento NNA, niños, niñas y adolescentes (13,7%), que en el último año experimenta un aumento de 2,7 puntos, como se puede observar con detalle en el siguiente gráfico:

El documento sigue abordando los siguientes indicadores en la Comunidad, que exigen una lectura rigurosa en todos los términos y gráficos expuestos: baja intensidad de empleo, renta y desigualdad, el papel de las administraciones del Estado, género, vivienda y suministros, infancia y educación, empleo y, por último, fiscalidad. La propia característica de este artículo no permite abordar la exhaustividad de datos en este informe, por lo que recomiendo su atenta lectura, que se puede abordar por capítulos de interés particular o general, que cada persona estime oportuno. Lo expuesto anteriormente son elementos transcendentales del informe, su nudo gordiano.
Lo he manifestado en ocasiones anteriores, concretamente en 2022, en un artículo sobre pobreza y exclusión social que publiqué ese año, referido a datos de 2021, en el que escribí que conocer con datos científicos que 2.738.318 ciudadanos y ciudadanas en Andalucía, es decir un 32,3% del total de población, están viviendo la pobreza en sus vidas y, de forma más aguda, la pobreza severa, en un porcentaje del 8,1% del total, es decir, casi un millón y medio de personas, son cifras lo suficientemente elocuentes que confirman que algo no estamos haciendo bien en esta Comunidad, porque contra datos no valen argumentos. Lo que comprobamos hoy es que se ha incrementado la población con riesgo de pobreza social y exclusión severa en Andalucía y me duele escribirlo así. Lo digo una vez más: ahí están los datos anteriormente expuestos, desnudos, junto a la gran pregunta que nos compromete a todos, qué hacer en una contraescuela del mundo al revés en nuestro país, en mi Comunidad Autónoma. Personalmente, lo tengo claro: compartir datos para poder emitir juicios bien informados, porque sólo con un gobierno de Estado o Comunidad Autónoma, pre-ocupado (así, con guion) por la desigualdad actual económica, laboral y social en la población, no cualquier gobierno, porque todos no son iguales, se pueden aprobar leyes y disposiciones con urgencia para solucionar esta situación, transformando la sociedad española para avanzar en derechos y libertades que mejoren las condiciones de vida para salir de la pobreza en cualquiera de sus estadios, que afectan a millones de ciudadanos en este país, de andaluces y andaluzas también, niños y niñas sobre todo, los más desfavorecidos, los pobres severos, los nadies.
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
UCRANIA, GAZA, LÍBANO, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL
¡Paz y Libertad!


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