
Sevilla, 16/XI/2024 – 17:45 (UTC+1)
¡Qué escándalo, la comparecencia ayer del presidente de la Generalitat Valenciana, al no explicar lo que de verdad ha pasado por la DANA desde el 29 de octubre en su Comunidad! Su reflexión principal es que ha fallado de forma generalizada el “sistema”, sin concretar nada ni asumir responsabilidad personal e institucional alguna, solo “errores” y alguna disculpa genérica, derivando de forma manifiesta la responsabilidad de la tragedia al Gobierno central, un clásico popular estos días, nunca mejor dicho, que tienes dos responsables claros: el Presidente, Pedro Sánchez y la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. La hemeroteca oficial de les Corts Valencianes permitirá leer próximamente docenas de folios exculpatorios de cómo ha actuado el Gobierno valenciano con Mazón al frente, en su lectura cansina de datos enrevesados, mentiras y medias verdades, con distribución no inocente de culpables ajenos a su Gobierno, de todo lo que le ha rodeado en estos trágicos días, sin cambiar el rictus a pesar de contabilizarse ya 217 fallecidos y 16 desaparecidos desde aquel fatídico 29 de octubre.
Lejos de optar por una obligada dimisión por tanta incompetencia, con resultado de muerte de muchas personas que, probablemente, podría haber sido mucho menos trágico si se hubieran tomado decisiones acertadas, Mazón sigue al frente del Gobierno valenciano, confiando en su propuesta de creación de una vicepresidencia que tendrá la responsabilidad de la reconstrucción de las zonas afectadas, una macrocartera para coordinar infraestructuras, economía, medio ambiente y emergencias.
A Mazón lo que le faltó decir es que la culpa de todo lo que pasó en la DANA “la tuvo la gente”, ante tanto silencio cómplice y falta de asunción de responsabilidades públicas personales e institucionales. Es verdad que todo pasa, pero no todo queda, porque lo nuestro es pasar, dado que la culpa de todo lo que ha pasado por la DANA en Valencia, nos dicen sus responsables directos, no la tienen ellos, sino “otra gente”, en concreto el Gobierno central, en la persona del presidente y una Ministra, Teresa Ribera, como cantaban María y Federico en mi juventud, cuando se preguntaban quién tiene la culpa de la “indiferencia que cierra los ojos para la decencia y los abre grandes a las apariencias; de la fe perdida, de los días sucios y de las mentiras; de que no cambie nada y tener las manos frías y gastadas; de este gran silencio”, o de que haya habido tantas personas fallecidas”:
“Quién tiene la culpa si la paloma sueña ser águila.
Quién tiene la culpa de que la flor se muera de espaldas.
Quién tiene la culpa de la indiferencia que cierra los ojos para la decencia y los abre grandes a las apariencias.
Estribillo
Ni yo ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo esto, la tiene la gente. (BIS)
Quién tiene la culpa de la fe perdida, de los días sucios y de las mentiras.
Quién tiene la culpa que no cambie nada y tener las manos frías y gastadas.
Estribillo
Ni yo ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo esto, la tiene la gente (BIS)
Quién tiene la culpa de este gran silencio.
Quién tiene la culpa de que yo esté muerto…
Estribillo
Ni yo, ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo esto, la tiene la gente (BIS).
Creo que la culpa de todo lo que ocurrido a la hora de atender la DANA que venía y sobre la que las autoridades competentes ya habían efectuado los avisos oportunos de sus posibles consecuencias, “eso”, la tiene la planificación pésima de las emergencias en la Comunidad Valenciana y su desastrosa organización, desde su Presidente, como responsable máximo, hasta todos los que le siguieron en silencios y ausencias múltiples.
Hoy, podríamos recordar de nuevo, con dolor de alma y corazón, la canción de María y Federico de mi juventud, que yo cantaba con ardor fuerte, con una estrofa final diferente y cambiando también el estribillo final, aunque tengamos que asumir la parte de responsabilidad que como ciudadanos nos toca cuando callamos ante determinados silencios cómplices a la hora de exigir las responsabilidades pertinentes:
Quién tiene la culpa de este gran silencio en Valencia.
Quién tiene la culpa de que 217 personas hayan fallecido y 16 sigan desaparecidas…
Estribillo
Ni yo ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo lo ocurrido, no la tiene la gente (BIS).
CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
UCRANIA, GAZA, LÍBANO, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL
¡Paz y Libertad!

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