El cerebro utiliza un sistema de autolimpieza durante el sueño

¿Es verdad que en el hormiguero / los sueños son obligatorios?

Pablo Neruda, Libro de las preguntas, XVI

Sevilla, 22/II/2025 – 09:06 h (CET+1)

Estoy convencido de que este siglo será el siglo del cerebro, del que se harán descubrimientos científicos apasionantes, como el que se ha descrito recientemente en un artículo publicado en la prestigiosa revista Cell (1), La vasomoción lenta mediante la norepinefrina [llamada también noradrenalina] impulsa la limpieza glinfática durante el sueño (Norepinephrine-mediated slow vasomotion drives glymphatic clearance during sleep), gestionando sus residuos y desechando lo que no le sirve para seguir funcionando correctamente. Me parece un descubrimiento apasionante, del que ya se dieron los primeros pasos hace doce años, matizando que en este estudio participa también la doctora Maiken Nordegaard, científica danesa que publicó por primera vez datos sobre el hallazgo original de este mecanismo en 2012, siendo ella la autora que acuñó por primera vez el denominado «sistema glinfático», que ayuda a eliminar los desechos cerebrales, tales como sustancias tóxicas y productos metabólicos de deshecho, previene las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson, desarrolla una tarea fundamental de autolimpieza del cerebro, como se detalla en el artículo citado y, finalmente, mantiene la homeostasis cerebral, es decir, regula el equilibrio de sustancias en el espacio intersticial del cerebro.

El mecanismo de limpieza descrito lo realiza el sistema glinfático, que actúa durante la fase de sueño profundo, explicado de forma sucinta en el sumario del artículo antes citado: «A medida que el cerebro pasa de la vigilia al sueño, el procesamiento de la información externa disminuye mientras se activan los procesos restauradores, como la eliminación glinfática de productos de desecho. Sin embargo, no se sabe qué impulsa la depuración cerebral durante el sueño. Aquí empleamos una serie de tecnologías e identificamos oscilaciones estrechamente sincronizadas en la noradrenalina, el volumen sanguíneo cerebral y el líquido cefalorraquídeo (LCR) como los predictores más fuertes de la depuración glinfática durante el sueño NREM. La estimulación optogenética del locus coeruleus indujo cambios anticorrelacionados en la vasomoción y la señal del LCR. Además, la estimulación de las oscilaciones arteriales mejoró la entrada de LCR, lo que demuestra que la vasomoción actúa como una bomba que impulsa el LCR hacia el cerebro. Por el contrario, el somnífero zolpidem suprimió las oscilaciones de noradrenalina y el flujo glinfático, lo que destaca el papel crítico de la dinámica vascular impulsada por la noradrenalina en la depuración cerebral. Por lo tanto, la organización microarquitectónica del sueño NREM, impulsada por las fluctuaciones de noradrenalina y la dinámica vascular, es un determinante clave para la depuración glinfática». En roman paladino, lo explica muy bien un artículo publicado hoy en el diario El País, recogiendo también esta gran noticia de forma muy didáctica: «Cada 50 segundos, un neuromodulador llamado noradrenalina invade los vasos sanguíneos del cerebro, que hace que se dilaten y se contraigan, despejándole el camino al líquido cefalorraquídeo, que ahora fluye libre por toda la cabeza, arrastrando con él la suciedad acumulada durante el día en el órgano más complejo y misterioso del cuerpo».

Ya sabemos que nuestro cerebro dispone de serie de un kit de autolimpieza de aquello que no le sirve, porque son residuos naturales de su funcionamiento ordinario en el estado de vigilia. Necesita la noche, dormir y el sueño en su fase más tranquila, siempre y cuando no se ingieran inductores para dormir del tipo indicado, para ayudar a dormir. Esto es así porque de lo anteriormente expuesto hay un dato muy preocupante, la inhibición de noradrenalina y el flujo glinfático en las personas que toman medicamentos para dormir de la familia de las benzodiacepinas, que en el caso de España se eleva a más de cinco millones de personas, tal y como lo manifestó en marzo del año pasado el doctor Carlos Egea, presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño, siendo en la actualidad el primer país del mundo en el consumo de medicamentos para dormir.

Este sistema de autolimpieza y tratamiento de residuos cerebrales se detalla bien en el artículo citado de El País, de acuerdo con lo manifestado por una de las autoras del artículo de Cell, Natalie Hauglund, neurocientífica de la Universidad de Oxford y la de Copenhague: “Cuando las células del cerebro trabajan, producen materiales que no se utilizan y son liberados fuera de las células. Si estas moléculas se acumulan pueden ser tóxicas y vincularse a trastornos neurodegenerativos. Por ejemplo, una de ellas es la beta amiloide, una proteína que puede crear placas que se ven en muchos casos de pacientes con Alzheimer”. Para evitar esa acumulación, cada noche, durante el sueño, una riada de líquido cerebral carga con todos esos desechos. Al final de su recorrido, los residuos se trasladan al sistema de limpieza general del cuerpo, donde se gestionan con el resto de los desechos biológicos». Igualmente, “Una de las razones por las que el sueño es tan importante es que le permite al cerebro ejecutar todas estas tareas de mantenimiento”, dice Hauglund. La científica aclara que aún no se ha podido determinar por qué es un proceso que solo puede suceder durante las horas en las que dormimos. “Probablemente, sea porque durante el día hay en marcha muchos procesos cognitivos fundamentales y la limpieza no puede interferir en ellos”, añade».

Ante lo expuesto anteriormente, se hace todavía más incomprensible que la semana pasada no se aprobara en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027, porque se demuestra con creces en esta investigación que la prescripción de fármacos para dormir es muy desaconsejable hacerlo de forma masiva, como está ocurriendo en nuestro país, en una defensa numantina de la psiquiatría y psicología estrictamente biofarmacolólgica: «Ya sabemos que los hipnóticos no pueden ser la primera opción para tratar el insomnio u otros trastornos del sueño”, apunta Mayà [neurólogo del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del grupo de trabajo de Trastornos del movimiento y de la conducta durante el sueño de la Sociedad Española del Sueño, no participante en el estudio]. “Estos medicamentos van bien a corto plazo, pero tienen efectos adversos y producen tolerancia. Este nuevo estudio es un motivo adicional para intentar evitarlos”. Hauglund aporta un matiz: “No es algo que supiéramos antes, así que la ciencia no lo ha tenido en cuenta al momento de desarrollar estos medicamentos. Ahora que sabemos que la noradrenalina impulsa la limpieza del cerebro, podremos descubrir cómo conseguir que las personas tengan un sueño prolongado y reparador”. Es que con los trastornos del sueño, por ahora, no hay una salida fácil. Si no se llega a alcanzar una fase profunda de descanso, el sistema glinfático no se activa, por lo que el cerebro queda sucio. Esa suciedad, a la vez, altera el descanso. “Se transforma en un círculo vicioso”, advierte Hauglund».

Por estas razones es importante cuidar este kit de autolimpieza cerebral, porque lo necesitamos a diario. No está disponible en fármacos del mercado, sino de forma gratuita en nuestro cerebro. De ahí la necesidad pública, por ejemplo, de que implante de forma urgente la desprescripción de este tipo de fármacos vinculados a la familia de las benzodiacepinas, algo que está presente también en el borrador del fallido Plan de Acción de Salud Mental. que no se pudo aprobar finalmente en la reunión del Consejo Interterritorial citado, por una actuación desacertada y contraria al Plan por parte de los representantes de las Comunidades regidas por el Partido Popular, del País Vasco, así como de determinadas asociaciones profesionales de psiquiatría y salud mental, conocidas ya por su trayectoria de defensa de la psiquiatría biológica frente a la salud mental comunitaria, a pesar de que el texto presentado para su aprobación contaba obviamente con el refrendo del Comisionado de Salud Mental, las Comunidades Autónomas, sociedades científicas, asociaciones y organizaciones de distintos ámbitos de la salud mental.

Estamos avisados, pero estoy convencido también de que durante la noche el cerebro no “duerme” sino que se organiza de nuevo durante el sueño, dejando fluir escenas preciosas o tristes para nuestra vida, mientras que millones de neuronas trabajan de forma armónica para reagruparse por estructuras mientras dormimos: amígdalas, hipocampo, córtex y el resto de las estructuras cerebrales que preparan el cerebro para su “encendido” general al despertarnos. Sabemos ya que cuando el cerebro se limpia durante la noche de la «suciedad» que genera a lo largo del día, los resultados cada mañana para enfrentarnos al día por venir pueden ser mágicos e impredecibles. Es lo que me sugiere siempre contemplar esta foto de Man Ray, Le somneil, realizada en 1937, recordando una frase de Antoine de Saint Exupéry, a tal efecto, en Terre des Hommes, 1939: Recuerdo los ojos de mi esposa otra vez. Nunca veré cualquier cosa más aparte de esos ojos. Ellos preguntan.

Le somneil, fotografía de Man Ray en la que aparecen Consuelo de Saint-Exupéry y Germaine Huguet, 1937

(1) Hauglund, Natalie L. et al., Norepinephrine-mediated slow vasomotion drives glymphatic clearance during sleep, Cell, Volume 188, Issue 3, 606 – 622.e17

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de Gaceta UNAM

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, GAZA, REPÚBLICA DEL CONGO Y RUANDA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL

¡Paz y Libertad!