Cuidemos el día después de la manifestación en Sevilla, contra el desmantelamiento de la sanidad pública andaluza

Cabecera de la manifestación ayer en Sevilla en defensa de la Sanidad Pública / JA COBEÑA

El día de ayer no es sino sueño y el de mañana es sólo una visión. Pero un hoy bien empleado hace de cada ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza. ¡Cuida bien, pues, este día!

Juan Ramón Jiménez, palabras a modo de introducción, recogidas del sánscrito, en el Diario de un poeta recién casado (1916-1917).

Sevilla, 6/IV/2025 – 08:49 h (CET+2)

Como en manifestaciones anteriores, variaciones sobre el mismo tema, volvemos hoy a la realidad sanitaria en Andalucía, que justificó ayer una nueva manifestación contra el desmantelamiento de la sanidad pública andaluza. Han pasado sólo veinticuatro horas y la guerra de cifras sobre asistentes estaba garantizada de antemano, alrededor de 20.000 personas según la subdelegación del Gobierno, bastantes más por los organizadores, aunque lo importante era estar allí, ¡qué más da el número!, cuando la pura realidad es denunciar la privatización, desestructuración general y el desmantelamiento del Sistema Sanitario Público de Andalucía, básicamente ahora por sus listas de espera que sufren cientos de miles de personas en el silencio de cada día, en los pueblos y en las ciudades de la Comunidad, como ya he expuesto recientemente en este cuaderno digital, sin capacidad a veces de ir a este tipo de manifestaciones.

Lo importante es haber constatado ayer, de nuevo en vivo y en directo, el descontento generalizado, yo diría que incluso hartazgo, de miles de personas, sobre lo que de verdad se siente a pie de calle sobre la realidad actual de la sanidad pública en nuestra Comunidad. Quien no quiera aplicar el principio de realidad sobre lo que está pasando en Andalucía es que niega la mayor: el ocaso del Estado de Bienestar en uno de sus pilares básicos, la sanidad pública, en un desmantelamiento progresivo y silencioso del Sistema Sanitario Público de Andalucía, donde se han abierto ya las puertas de par en par a la “okupación” del Sistema por parte de la sanidad privada.

En el día después de la manifestación de ayer en Sevilla, el Gobierno que la rige debería “escuchar” a todas las personas que con este tipo de actos sólo buscamos la luz con el tiempo fuera, como escuchaores y escuchaoras de todo lo que se expresa con dolor en esta tierra.

Sé que lo expuesto anteriormente se rebate a diestro y siniestro por el Gobierno actual en la Comunidad, y concretamente por la Consejera de Salud, porque califican que todo el revuelo sobre la reivindicaciones y protestas en plazas y calles públicas sobre la situación actual de la Sanidad Pública, es fruto de los “bulos” y mentira de la izquierda, de la oposición. En definitiva, para el Gobierno en Andalucía, todo son mentiras. La realidad es que lo que ocurre y sufrimos miles de andaluces no es problema exclusivo de “gastar”, más que “invertir”, mucho dinero en sanidad en los presupuestos generales de la Comunidad, como repite a modo de mantra el Gobierno en ciernes, porque según mi forma de analizar lo que está sucediendo, lo que está ocurriendo y doliendo tanto a miles de andaluces, es que la situación no se arregla exclusivamente con el  todopoderoso caballero don dinero, sino que es un problema ideológico, de estrategias de sanidad pública y de principios, no inocentes, donde no se debe confundir valor y precio, como suelen hacer los necios y mediocres, que nos rodean por tierra, mar y aire, confundiendo permanentemente el valor de lo público con el precio público que hay que pagar por ello. Y no es lo mismo. De ahí la importancia de cuidar el día después, al que hay que atender ya mismo como si en él nos fuera la vida, como si en cada día después nos fuera lo más esencial de la dignidad humana. Lo expresaba muy bien Juan Ramón Jiménez, andaluz de Moguer, cuando afirmaba “¡Cuida bien de este día! Este día es la vida, la esencia misma de la vida. En su leve transcurso se encierran todas las realidades y todas las variedades de tu existencia: el goce de crecer, la gloria de la acción y el esplendor de la hermosura. El día de ayer no es sino sueño y el de mañana es sólo una visión. Pero un hoy bien empleado hace de cada ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza. ¡Cuida bien, pues, este día! Este es nuestro reto actual para seguir luchando por la transformación de la situación actual en Andalucía, no sólo su cambio.

De lo que estoy convencido es que el quejío de ayer en la manifestación de Sevilla, en defensa de la Sanidad Pública, como escuchaores de lo que está sucediendo, no resbala por nuestra piel, sino que la modifica para siempre. Creo que hemos comprendido bien que escuchar el dolor actual por la situación de la Sanidad Pública de esta tierra, es un elogio de la caricia o, si quieren, una exaltación de su impacto en nuestra alma de secreto, para honra de Andalucía y sus gentes, tal y como lo aprendí de las palabras de García Lorca pronunciadas hace tan solo cien años, en el primer Concurso de Cante Jondo, “canto primitivo andaluz”, tal y como rezaba en el cartel promocional del evento, celebrado en Granada en los días 13 y 14 de junio de 1922.

Cuando avanzábamos ayer durante la manifestación, en la que se recordaba por megafonía, que “la sanidad pública no se vende”, golpe a golpe y verso a verso, hacia el palacio de San Telmo, sede del Gobierno en Andalucía, tomé conciencia de que no sé lo que nos debemos unos a otros o a la sociedad en general, con sentimiento de clase o, al menos, de que nada que sea humano y saludable nos es ajeno, siguiendo al pie de la letra la máxima de Terencio, aunque es verdad que por el mero hecho de vivir estamos cumplíos, volcados en un mundo al revés diseñado a veces por el enemigo de la sanidad pública, de la saludable dignidad humana. Es la razón fundamental para no olvidar nuestros compromisos sociales el hoy bien cumplido del día después de los quejíos individuales y colectivos en la manifestación a la que asistimos ayer en Sevilla. Su lema, Contra el desmantelamiento de la sanidad pública andaluza, no lo olvidaré tampoco en este día después, que es hoy, mañana y pasado mañana, siempre…, ¡La sanidad pública está también en mis manos!, en mi situación actual de denuncia, atendiendo a las Señales que aprendí hace muchos años de Mario Benedetti y por mi matusalénica edad: En las manos te traigo / viejas señales / son mis manos de ahora / no las de antes / doy lo que puedo / y no tengo vergüenza / del sentimiento

José Antonio Cobeña Fernández

Ex secretario general del Servicio Andaluz de Salud (2000-2004)

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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