
Blanca siempre sobre el pinar siempre verde; rosa o azul, siendo blanca, en la aurora; de oro o malva en la tarde, siendo blanca; verde o celeste, siendo blanca, en la noche; la fuente vieja, Platero, donde tantas veces me has visto parado tanto tiempo, encierra en sí, como una clave o una tumba, toda la elegía del mundo, es decir, el sentimiento de la vida verdadera.
Juan Ramón Jiménez, La fuente vieja, en Platero y yo, 103.
Sevilla, 19/VI/2025 – 13:12 h (CET+2)
Ayer se firmó en Sevilla un protocolo entre el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y los 14 alcaldes del entorno de Doñana, para la integración y apoyo a los temporeros dotado con seis millones de euros para este 2025 y otros 14 millones para los siguientes dos años, financiados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Este acuerdo “sucede al suscrito el 3 de junio en Huelva entre el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana y los alcaldes de Moguer, Lucena del Puerto y Palos de la Frontera para mejorar las condiciones de habitabilidad de los trabajadores migrantes, cuya dotación total es de 10 millones -cinco para este año y otros cinco para 2026 y 2027-“, según publicó ayer el diario El País” y en el marco de lo establecido en la línea 13 del llamado Acuerdo de Doñana, sobre mejora de las condiciones de vida y habitabilidad de vivienda de los temporeros agrícolas, que es importante leer con la atención ética que merece. El diario citado expone además que «El sector de los frutos rojos emplea de manera directa en la provincia de Huelva a entre 80.000 y 100.000 personas, de acuerdo con los datos proporcionados por Interfresa, la patronal del ramo. De ellos, la mitad son españoles o extranjeros que residen en España, un 15% provienen de los programas de contratación en origen -18.000 este año, de acuerdo con los datos facilitados por el director general de Migraciones, Santiago Yerga-, fundamentalmente de origen marroquí, pero también de Guatemala, Honduras, Ecuador y Colombia, y el resto son trabajadores de estados miembros de la UE y un pequeño porcentaje de terceros países. En total generan el 8% del PIB de Andalucía, según la patronal». Son datos que matan relatos falsos en torno a esta realidad que acaba al final en nuestras mesas.
Según informa el Ministerio de Inclusión, su contribución “se concreta en tres actuaciones clave de la línea 13 [del Acuerdo de Doñana], dotadas con seis millones de euros en 2025 financiados por el MITECO-, a los que se les sumarán otros 14 millones de euros adicionales en los años 2026 y 2027, y que permitirán, entre otras medidas:
- Impulsar la inclusión sociolaboral mediante itinerarios personalizados de acompañamiento.
- Desarrollar campañas de información y sensibilización dirigidas a población de origen extranjero y temporeros agrícolas.
- Promover la normalización documental y dar a conocer la nueva normativa en materia de Extranjería.
- Prevenir situaciones de trata, explotación laboral o sexual y violencia de género.
El protocolo citado se firmó en la sede de la Fundación Biodiversidad, contando con la presencia de las autoridades ministeriales y representantes de Almonte, Aznalcázar, Bollullos Par del Condado, Bonares, Hinojos, Isla Mayor, Lucena del Puerto, Moguer, Palos de la Frontera, Pilas, La Puebla del Río, Rociana del Condado, Sanlúcar de Barrameda y Villamanrique de la Condesa.
Creo que este esfuerzo institucional para dignificar el trabajo de los temporeros agrícolas en el entorno de Doñana, es un paso más para acabar con situaciones deplorables que se mantienen todavía en esas localidades y en otras de la provincia de Huelva con asentamientos chabolistas inhumanos para una sociedad que debe erradicarlos con urgencia absoluta. Respuestas como el protocolo firmado ayer servirán para reforzar el trabajo encomiable llevado a cabo en la provincia de Huelva, día a día, en silencio activo casi siempre, de las ONG, sindicatos e instituciones municipales implicadas, con una carencia absoluta de recursos dignos de habitabilidad y residencia en los municipios implicados en este trabajo de temporeros en torno a los frutos rojos , que llegan a los mercados dejando atrás mucho dolor e indignidad de quienes lo recolectan y pasan temporadas de trabajo como migrantes en precariedad absoluta en su habitabilidad diaria.
Cuando se vayan cumpliendo estos protocolos y los que quedan por supervisar y aprobar, los frutos rojos deberían llevar una marca especial, protegida, llamada dignidad, como reconocimiento social a quienes los trabajan, como nos lo recuerda -salvando lo que hay que salvar- el lema histórico de «la tierra es de quien la trabaja». Cuando compremos frutos rojos, no olvidemos a quienes los siembran, cuidan y recogen, porque la dignidad de estas personas, trabajadores y trabajadoras temporeras, migrantes sobre todo, va siempre dentro de ellos. Sus condiciones laborales y de habitabilidad indignas, en muchas ocasiones, sabemos que es harina de otro costal y es lo que no deberíamos olvidar ni siquiera un momento, para denunciarlo y no participar en silencios cómplices.
Si Juan Ramón Jiménez volviera a pasear hoy con Platero por el camino de Montemayor, en Moguer, vería cómo aquel terreno se ha convertido hoy en una cooperativa que lleva el nombre de «Cuna de Platero», que cultiva millones de fresas, frambuesas, arándanos y moras, con manos trabajadoras que piden siempre dignidad con ellos y atención humana a su situación administrativa y de habitabilidad, dignidad que siempre reivindicó el poeta para su pueblo. La fuente vieja, el molino de viento, el pozo y el racimo olvidado, como cultivo de la época, siguen presentes hoy día en esos terrenos como testigos del poeta y de su inseparable Platero, cantando la excelencia de la Fuente Vieja, en un lugar privilegiado para el burro universal, porque encerraba en sí el sentimiento de la vida digna, verdadera:
Blanca siempre sobre el pinar siempre verde; rosa o azul, siendo blanca, en la aurora; de oro o malva en la tarde, siendo blanca; verde o celeste, siendo blanca, en la noche; la fuente vieja, Platero, donde tantas veces me has visto parado tanto tiempo, encierra en sí, como una clave o una tumba, toda la elegía del mundo, es decir, el sentimiento de la vida verdadera (Platero y yo, 103).
NOTA: el fotomontaje de la imagen es del autor.
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CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
IRÁN, UCRANIA, GAZA, SAHEL Y PAÍSES EN GUERRA, EN GENERAL
¡Paz y Libertad!

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