
Sevilla, 29/X/2025 – 08:48 h (CET+1)
Hoy tendrá lugar el homenaje a las víctimas de la DANA, que presidirán SS.MM. los Reyes, en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia, cuando se cumple el primer aniversario de la catástrofe. Es un acto de Estado que remueve conciencias públicas y privadas ante el desastre ocurrido, pero que necesita también exigir la asunción de responsabilidades públicas de todo tipo por lo ocurrido. Por esta razón he recordado, olvidando el olvido, una secuencia temporal de esta tragedia, porque me parece simbólica y representativa del despropósito continuado en el tiempo y hasta hoy, por la falta de esa asunción de responsabilidades por parte del Presidente de la Generalitat Valenciana, enmarcadas en lo ocurrido en la DANA.
¡Qué escándalo supuso, por ejemplo, la comparecencia del presidente de la Generalitat Valenciana, en sede parlamentaria, el 15 de noviembre de 2024, al no explicar lo que de verdad había pasado por la DANA desde el 29 de octubre en su Comunidad! Así, de forma continuada, ha ido tejiendo su tesis exculpatoria personal e institucional. Su reflexión principal en aquella comparecencia lamentable fue que había fallado de forma generalizada el “sistema”, sin concretar nada ni asumir responsabilidad personal e institucional alguna, solo “errores” y alguna disculpa genérica, derivando de forma manifiesta la responsabilidad de la tragedia al Gobierno central, un clásico popular aquellos días, nunca mejor dicho, que tenía dos responsables claros: el Presidente, Pedro Sánchez y la todavía Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
La hemeroteca oficial de les Corts Valencianes permite leer desde aquella fecha docenas de folios exculpatorios de cómo había actuado el Gobierno valenciano con Mazón al frente, en su lectura cansina de datos enrevesados, mentiras y medias verdades, con distribución no inocente de culpables ajenos a su Gobierno, de todo lo que le había rodeado en estos trágicos días, sin cambiar el rictus a pesar de haberse contabilizado ya 217 fallecidos y 16 desaparecidos desde aquel fatídico 29 de octubre.
Lejos de optar por una obligada dimisión por tanta incompetencia, con resultado de muerte de muchas personas que, probablemente, podría haber sido mucho menos trágico si se hubieran tomado decisiones acertadas, Mazón sigue a día de hoy al frente del Gobierno valenciano, habiendo creado en un visto y no visto una vicepresidencia, militar por supuesto, que tuvo la responsabilidad de la reconstrucción de las zonas afectadas, una macrocartera para coordinar infraestructuras, economía, medio ambiente y emergencias. Desgraciadamente, se sabe hoy que del dinero destinado a tal fin solo se ha ejecutado, hasta el día de este aniversario, un 26% de los 2.364 millones de euros destinados a tal fin de reconstrucción.
A Mazón lo que le faltó decir aquél día y creo que mantiene hasta hoy, es que la culpa de todo lo que pasó en la DANA “la tuvo la gente”, ante tanto silencio cómplice y falta de asunción de responsabilidades públicas personales e institucionales. Es verdad que todo pasa, pero no todo queda, porque lo nuestro es pasar, dado que la culpa de todo lo que ha pasado por la DANA en Valencia, nos dicen sus responsables directos, no la tienen ellos, sino “otra gente”, en concreto el Gobierno central, en la persona del presidente y una Ministra, Teresa Ribera, así como instituciones meteorológicas de ámbito nacional, como cantaban María y Federico en mi juventud, cuando se preguntaban quién tiene la culpa de la “indiferencia que cierra los ojos para la decencia y los abre grandes a las apariencias; de la fe perdida, de los días sucios y de las mentiras; de que no cambie nada y tener las manos frías y gastadas; de este gran silencio”, o de que haya habido tantas personas fallecidas”:
“Quién tiene la culpa si la paloma sueña ser águila.
Quién tiene la culpa de que la flor se muera de espaldas.
Quién tiene la culpa de la indiferencia que cierra los ojos para la decencia y los abre grandes a las apariencias.
Estribillo
Ni yo ni usted encia, militar por supuesto, la tiene la gente. (BIS)
Quién tiene la culpa de la fe perdida, de los días sucios y de las mentiras.
Quién tiene la culpa que no cambie nada y tener las manos frías y gastadas.
Estribillo
Ni yo ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo esto, la tiene la gente (BIS)
Quién tiene la culpa de este gran silencio.
Quién tiene la culpa de que yo esté muerto…
Estribillo
Ni yo, ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo esto, la tiene la gente (BIS).
Creo que la culpa de todo lo ocurrido a la hora de atender la DANA que venía y sobre la que las autoridades competentes ya habían efectuado los avisos oportunos de sus posibles consecuencias, “de todo eso”, la tuvo la planificación pésima de las emergencias en la Comunidad Valenciana y su desastrosa organización, desde su Presidente, como responsable máximo, hasta todos los que le siguieron en silencios y ausencias múltiples.
Hoy, día del homenaje a las víctimas, podríamos recordar de nuevo, con dolor de alma y corazón, la canción de María y Federico de mi juventud, que yo cantaba con ardor guerrero, con una estrofa final diferente y cambiando también el estribillo final, aunque tengamos que asumir la parte de responsabilidad que como ciudadanos nos toca cuando callamos ante determinados silencios cómplices a la hora de exigir las responsabilidades pertinentes:
Quién tiene la culpa de este gran silencio en Valencia.
Quién tiene la culpa de que 229 personas hayan fallecido.
Estribillo
Ni yo ni usted ni el vecino, ni siquiera sus parientes, la culpa de todo lo ocurrido, no la tuvo la gente (BIS).
Lo que hoy sabemos a ciencia cierta es que cuando el Gobierno de Mazón mandó la alerta máxima a los móviles, a las 20:11 del 29 de octubre de 2024, al menos 156 personas habían fallecido ya y otras 37 estaban en situación crítica. Probablemente, la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, titular del Juzgado de Instrucción número 3, con su trabajo jurídico incansable e impecable, ayudará pronto a identificar a los culpables de tanto dolor, de tantas muertes, por una dejación lamentable de responsabilidades públicas. Ella tiene muy claro que la culpa de todo lo ocurrido en la DANA valenciana…, no la tuvo la gente.
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