El Sistema Sanitario Público de Andalucía se derrumba y nosotros, críticos con la situación actual, ¿qué podemos hacer?

Presentación y debate de la Proposición de Ley, de iniciativa legislativa popular, de recuperación de los niveles de calidad del Sistema Sanitario Público en Andalucía – Parlamento de Andalucía – Pleno de 26 de noviembre de 2025

Sevilla, 3/XII/2025 – 16:34 h (CET+1)

El título de este artículo encierra un profundo desasosiego democrático por lo ocurrido ayer en el Parlamento de Andalucía, al quedar relegada al complejo trámite ordinario, la Proposición de Ley, de iniciativa legislativa popular, de recuperación de los niveles de calidad del Sistema Sanitario Público en Andalucía, que se aprobó por mayoría la semana pasada, mientras que 15 proyectos de ley del rodillo parlamentario del Partido Popular, van a toda máquina administrativa para que puedan ser aprobados en un plazo de tres meses, siempre antes y de forma calculada y no inocente, de la convocatoria de elecciones generales de Andalucía en 2026. Ayer se pudo tomar conciencia de esta estrategia, que personalmente no me asombra y sobre la que advertí en mi artículo del jueves pasado sobre esta ILP, al aprobarse la vía rápida para tramitar la futura Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, y dos proyectos de ley para la creación de Colegios Profesionales: el de Psicopedagogía y el de Detectives Privados. Sin embargo, en la misma reunión, se ha apeado la citada Iniciativa Legislativa Popular del imprescindible trámite de urgencia en el momento parlamentario actual, lo que significa que se ha abierto el camino para que decaiga y entre en vía muerta con motivo de la citada convocatoria de elecciones generales en Andalucía. Y lo que le quedaría a la ILP es una vuelta a empezar en la próxima Legislatura.

Esta es la realidad pura y dura, de la crónica de una muerte anunciada de la citada ILP. Personalmente, la defenderé siempre, incluso en sus estertores administrativos y parlamentarios, pero ante lo sucedido ayer, la gran pregunta es ¿qué hacer?

Lo primero, denunciar por todos los medios posibles y por parte de la oposición, lo ocurrido sobre esta proposición de ley en el plazo de una semana, como ariete contra el Partido Popular en sede parlamentaria. El trámite ordinario escogido ya sabemos a dónde lleva, aunque creo que la palabra de denuncia en sede parlamentaria, que aún nos queda, recordando a Blas de Otero, se debe escuchar alto y fuerte, explicando a la ciudadanía todos los detalles de lo ocurrido.

En segundo lugar, hay que preparar un argumentario sólido, aprovechando íntegramente el texto de la ILP, enriqueciéndolo en lo que se pueda, para que forme parte inexcusable de los programas electorales de la izquierda, que ojalá fuera unida, para no ser vencida, ante las próximas elecciones en Andalucía, con un diseño de campaña donde la sanidad pública sea una piedra angular de la misma, buscando el voto oculto que hay que rescatar del Partido Abstencionista, que en las pasadas elecciones de 2022, “obtuvo” 2.647.810 votos, es decir el 41,64% del total del censo electoral.

En tercer lugar, hay que diseñar una campaña por parte de esa izquierda unida, sobre la pedagogía de la transformación integral de la sanidad pública en su situación actual de desmantelamiento no inocente, en una clara deriva de privatizaciones encubiertas, que solo se puede conseguir mediante el voto en las urnas en las próximas elecciones generales en Andalucía.

Todo lo demás son meras lamentaciones, “llantos y crujir de dientes”, que no llevan a ninguna parte. Por todo lo expuesto, hay que empezar ya a lanzar un proyecto conjunto, solidario y bien armado ideológicamente, de la transformación urgente de la situación actual del Sistema Sanitario Público de Andalucía. No todo es problema de financiación del Sistema, que también lo es, sino de construir y defender una ideología sólida que sustente el Estado de Bienestar en Andalucía, en concreto en el ámbito de la Sanidad Pública que ahora nos ocupa y preocupa, en beneficio constitucional del interés general de defensa de la salud de su población, sin excluir a nadie, sobre todo, a los nadies que tanto defendió siempre Eduardo Galeano.

Ante las próximas elecciones generales en Andalucía de 2026, hay que prepararse, ser consecuentes con la defensa de la sanidad pública y del Estado de Bienestar en general, tomar partido y no hacerlo de forma vergonzante, recordando lo que está sufriendo Andalucía por el desastre de su Sistema Sanitario Público. Esta Comunidad lo necesita. El que quiera entender, que entienda, porque nada de cuanto pueda suceder en la España y Andalucía futuras, sucederá “por acaso, ni será producto de la fatalidad”, sino por la “obra inteligente de los ciudadanos” de este país, en palabras de Gramsci, tomando partido y votando en beneficio de todos, no olvidando jamás a los nadies de Galeano, las nadies olvidadas en la detección del cáncer de mama, como está sucediendo ahora, como ejemplo vivo y reciente. Sin olvidar unos datos alarmantes, en la actualidad, tanto en la lista de espera de consultas externas, 852.859 pacientes, como en cirugía, 207.236, con un sumatorio total de 1.060.095 pacientes en una situación verdaderamente lamentable desde la perspectiva de servicios públicos de primera necesidad en el ámbito de salud, que no responden a garantías mínimas exigibles a un Estado de Bienestar.

Sabemos que todos los partidos políticos no son iguales, ni sus representantes tampoco. Ahí está el secreto de la elección, no inocente por cierto, indiferente tampoco, para transformar la política sanitaria actual en beneficio del interés general de todos los ciudadanos y ciudadanas de Andalucía. Tenemos un horizonte próximo, las elecciones generales en Andalucía, de alternancia en la defensa de la sanidad pública. Aprovechémoslo.

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CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

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