Periódicas 3

Una nueva entrega está en tu navegador. Hoy dedico un recuerdo a un pensador libre, Ernst Bloch, que ha aportado a la humanidad una sabia teoría sobre la esperanza, construyendo teoría crítica sobre la posibilidad de que un mundo nuevo sea todavía posible, aunque «todavía no» lo hayamos conseguido.

El artículo dedicado a los disminuídos físicos, psíquicos y sociales, es una interpretación que no se debe descontextualizar del año en que se escribió. Pienso, de todas formas, que no ha perdido su frescura.

Espero que vayamos creciendo en teoría crítica. Para meras opiniones, ya existen recursos suficientes en el mundo que nos rodea. Es el dilema auténtico de la inteligencia creadora.

Periódicas

Al mirar hacia atrás, he recordado mis colaboraciones en un periódico de Sevilla, El Correo de Andalucía, en 1977, que todos los días abríamos para leer sus famosas páginas centrales, porque tocábamos la libertad con los ojos…   

Bajo este título, he recogido doce colaboraciones, “artículos de opinión” llamaban los eruditos, en una época donde pensar estaba casi prohibido y para opinar había que irse “a la calle” porque en casi todos los sitios estaba reservado el derecho de admisión de los que no pensábamos como los demás…

Todos tienen un contexto, es decir, no son inocentes. Por cierto, no lo pretendo, solo quiero hacer justicia a una época que nos permitió construir un Estado libre y una Andalucía sin tópicos. Gracias anticipadas.

A partir de hoy abro una nueva sección o página (Pages, en inglés, que traduciré poco a poco), a la derecha de esta entrada, bajo el título genérico de «Periódicas», que serán páginas abiertas a la búsqueda del conocimiento libre. Aquí encontrarás los artículos anunciados. Contar con tu lectura será un placer.

Sevilla, 14 de febrero de 2006, plenamente enamorado de la libertad inteligente

Subsaharianos

rescate subsahariano
Reuters, El País, 7 de febrero de 2006

Con una frecuencia enfermiza volvemos a tratar diariamente del largo camino de los subsaharianos en búsqueda de una vida mejor. La foto que figura a continuación arranca compasión y rabia por la injusticia mundial que abre cada día más la brecha de la existencia y convivencia entre los seres humanos. Es una mirada perdida que recibe el calor de un miembro de Cruz Roja, extendiéndole una mano que simboliza lo que podemos hacer todavía por mejorar la vida de los demás. Sobran las palabras. Quizá tengamos que acudir a la memoria de Augusto Monterroso para repetir a los cuatro vientos una idea que podría pasarnos por la cabeza ante tanta desgracia ajena:

Cuando he visto sus ojos y la expresión de su cara, la injusticia todavía estaba allí…

Sevilla, 7/II/06

Dar la cara

Seguimos el hilo conductor iniciado ayer. Hoy tiene un protagonismo especial Isabelle Dinoire, la mujer francesa a la que se practicó en el mes de noviembre de 2005 un trasplante de boca, nariz y mejillas. Hoy, ha manifestado en una rueda de prensa consentida –no robada-, que ahora “tras el accidente, que le dejó “destrozada”, la operación le ha devuelto la “valentía”. Hoy triunfa el ser humano, la inteligencia como manifestación y capacidad de solucionar problemas. Es una maravilla contemplar cómo la inteligencia al servicio de las personas hace posible que el ser humano sea y viva mejor, que la medicina se cubra de gloria a través de profesionales que trabajan a diario por dar salud en todas sus manifestaciones.

Y asegura que a partir de ahora tiene una cara como todo el mundo. ¡Cuantas sugerencias nacen con esta expresión! ¿Nos planteamos a diario qué importancia tiene la cara en la autoestima que permite ser persona en el mundo?.  La ciencia ayuda a dar la cara en el compromiso diario con la vida. Quizá es así hasta que la propia existencia nos parte la cara por el cansancio de vivir en un entorno que no es amable, es más, se jacta de ser despiadada con todo aquél que encuentra. Y nace la desesperación y la incapacidad para mirarnos a la cara…

Hemos crecido en el convencimiento de que la cara es el espejo del alma. Hoy, viendo a Isabelle en las fotos de agencia, he vislumbrado que tiene ya una nueva razón para vivir y “ser valiente”, tiene “alma”. Alguien, que perdió la vida, ha permitido que vuelva a dar la cara en la existencia que se la robó. Primero, porque no tenía ilusión ni ganas para seguir viviendo, como ha contado, por su intento de suicidio. En segundo lugar, porque su perro fiel la quiso despertar, en una tarea imposible que no habían conseguido sus próximos, ocasionándole daños que han sido reparables, a diferencia de otros daños humanos que siempre dejan huella indeleble. En tercer lugar, porque hay personas y familias que son generosas con el cuerpo humano y consienten una donación ayudados por unos profesionales que utilizan la inteligencia para ser más libres, utilizando una técnica asombrosamente humana y científica.

En definitiva, un precioso ejemplo para dar la cara por la mujer. Aunque nos la parta la vida por las últimas noticias tan asombrosamente cerca de donde vivimos. Quizá, detrás del lavabo de casas inimaginables, de familias supuestamente ejemplares, como nos recordaba recientemente el anuncio que la Junta de Andalucía ha entregado a la televisión de todos los días… removiendo la conciencia de los que hacen oídos sordos a la violencia de género y se lavan las manos como si no pasara nada.

Gracias, Isabelle. Gracias  también a los doctores Bernard Devauchelle y Jean Michel Dubernard, y a su equipo anónimo, porque permiten hoy que el mundo crea todavía más en el ser humano, dando entre todos la cara…

Sevilla, 6/II/06

Género y vida

Mujer: género y vida

Hasta aquí hemos llegado con tres situaciones diferentes de violencia de género: mujeres apalizadas (así se escribió), apaleadas y acuchilladas. El hombre fue detenido, en un pueblo de Sevilla, tras el ataque en este último caso, cerrándose la noticia cotidiana con la siguiente estadística: “con estas dos muertes, el número de víctimas en lo que va de año por la violencia machista se eleva a 12”.

Y surge la eterna pregunta: ¿qué puedo hacer yo ante esta realidad inexorable?, si eso es cosa de la justicia y de la policía, si nosotros no podemos hacer nada, si eso ha pasado siempre, sin son secretos de alcoba; además, si te metes, sales trasquilado…

No estoy de acuerdo con esa tranquilidad existencial. Sé que en este siglo de ausencia de valores, donde millones de personas están más interesadas en ver, oír y callar ante la violencia de género con intermediación generosa de entornos mediáticos (prensa, radio y televisión), por ejemplo, sobre la presunta “esquizofrenia paranoide” (utilización malvada de diagnósticos virtuales) de Raquel Mosquera, con declaración de su patología “interpretada” a los cuatro vientos, donde se explica con una crueldad maquiavélica que “ya se veía venir” y donde hasta los amigos tienen la oportunidad de vislumbrar la auténtica tragedia de una mujer “pública”, no es de extrañar que se oigan con total frialdad las doce noticias de muerte de mujeres a manos de sus parejas y sigamos desayunando o cenando como si no pasara nada. O lo compartamos, a lo sumo, en la barra del bar o mesa de trabajo, con compañeros, con comentarios jocosos y soeces sobre el “merecido” de determinadas mujeres.

Hasta aquí hemos llegado. Por mi parte voy a comprometerme a escribir en este cuaderno de bitácora (blog) con carácter continuado de compromiso, para hacer visible que aún es posible cambiar la situación, transformándola a través de las pequeñas cosas.

Pasen y vean.

Lunes cualquiera de una semana real, no imaginaria. Trabajo en sede pública, con funcionarios reales. Compromiso personal en la Administración. Delante de mí no voy a permitir ninguna licencia de mal gusto sobre el mal trato a la mujer, por lo que ocurrió ayer. Ni los chistes insultantes para su esencia y formas como persona. Ni la vejación por su tradicional preocupación por los hijos. Ni la falta de comprensión hacia su tiempo familiar, robándole minutos de su prisa justificada por volver a casa a estar con sus hijos, ni hacia su hora de lactancia. Las escucharé atentamente, las ayudaré a crecer como si fuera yo mismo, sin discriminación. No me reiré de la discriminación positiva en responsabilidades públicas, porque de otra forma estaremos perdiendo oportunidades de ser juntos. No utilizaré almanaques insultantes hacia la mujer. No pasaré por Internet y correo electrónico chistes y consideraciones impresentables sobre la mujer. No las gritaré. No repetiré la doble personalidad: vicios privados, públicas virtudes… No volveré a decir que “hablan como cotorras”. Y, por supuesto, ayudaré a desterrar del vocabulario machista aprendido en la infancia, expresiones tales como: mujer tenía que ser, de qué te quejas si no te falta de nada, más pueden dos tetas que dos carretas ó detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer (y después, su esposa, como diría Groucho Marx).

Por aquí podemos empezar. Luego vienen todos los días de la semana, el tedio y aburrimiento. Los fines de semana, donde hombres y mujeres nos vemos las caras. La realidad de los niños pequeños que nos exigen esfuerzos redoblados de compenetración y solidaridad con el tiempo ocupado y/ó libre para ser y/ó, desgraciadamente, solo tener. Las vacaciones, época muy triste para mujeres solas.

Podríamos formar, por tanto, una célula de arranque, bajo la denominación de “género y vida”, con carácter virtual, en la red, del que formáramos parte aquellas personas que creemos en el proyecto de que la mujer es una realidad de persona en el mundo sin más diferencia que las meramente anatómicas y fisiológicas que, por cierto, es patrimonio universal de cualquier ser inteligente. Posiblemente, llegará el día, como decía Saramago en el acto de nombramiento como hijo adoptivo de Granada, el pasado 3 de febrero, en el que las mujeres aplaudirán desde las aceras una manifestación de hombres -y solo hombres- proclamando la nueva realidad de las mujeres libres de la esclavitud ética, psíquica y social del machismo ibérico, demostrada por una violencia de género que suma y sigue como si no pasara nada en el cálculo de la muerte.

Y, perdonen, tal como escribía hace unos meses en la actitud rebelde frente a la oportunidad de ser más, con el ejercicio del voto, llegamos al final. Yo no quiero callarme, como aquellos lugareños (al final de la “Lengua de las mariposas”), presa del terror de la indecencia, ante la cordada. Tengo prisa, porque se agotan los billetes de los autobuses de la utopía de “género y vida” para la mujer, que salen de la estación de Andalucía.

Sevilla, 5/II/06

Cumpleaños de Mozart

Desde el 27 de enero, fecha en la que se ha recordado en la aldea global el nacimiento de Mozart, (recuerda: Trazom) he escuchado con gran interés una parte de una obra que llena el espíritu de búsqueda de verdad: el concierto para flauta y arpa en do mayor, K 299. La pieza central, el Andantino, es una exposición sublime del entendimiento de la música como interpretación del mundo compartido, dado que desde cualquier lugar del planeta la conjunción de flauta y arpa te sumergen en una aventura de contrapuntos de gran valor humano.

Basta pensar que dos seres humanos, mediante el diálogo de flauta y arpa, logran llamar la atención desde una composición apresurada de Mozart, durante su estancia en París en 1778, escrita por encargo -como siempre- para poder sobrevivir y con un final doloroso: nunca le pagaron su trabajo. Quizá con la eterna oferta a los seres humanos que todavía se emocionan al escucharla, como es mi caso, Mozart recibe la mejor contraprestación del valor del concierto en este aquí y en este ahora. Una vez más, no hay que confundir valor y precio.

Si al mismo tiempo que escuchas el Andantino, quieres recrearte en un pequeño documental sobre su aniversario, te invito a que entres en esta dirección: http://www.cico.tv/austria/mozart/mozartspanish-512k.wmv y compartas el tamaño del archivo (al revés: K 512) como símbolo de una nueva obra catalogada por Köchel (la actual k que aparece junto a cada una de sus obras) …

Sevilla, 29/01/06

Por si acaso…

En este contexto he preparado unas palabras no improvisadas, como homenaje a las personas con las que comparto tiempo de mi existencia en el acontecer cotidiano. Anoche, repasaba mis palabras sobre el ciudadano Jesús de Nazareth, escritas el 24 de diciembre de 1984, cuando estaba al frente de un periódico y cuidaba siempre las últimas noticias en las páginas de opinión: “Esta Navidad podía ser algo diferente. No sería bueno entrar en maniqueísmos desfasados, pero sí sería conveniente no malinterpretar el contenido revolucionario del ciudadano Jesús. Con normalidad, con alegría, con coherencia, pero sabiendo de antemano que trabajar en su ideología y actitud de creencia lleva indefectiblemente a encontrarse de lleno con la actitud oceánica de la sociedad actual, donde el oleaje de consumo, violencia y desprecio suele ser el acicate para todo aquel que prescinde de la realidad del compañero”.

En este contexto, os hago una confidencia: me gustaría que estuvieran cerca, aquí o allá, todas las personas que hacen posible la realidad de la vida que habito, en el humilde día a día, sin celebración alguna, y compartir lo más importante: estar como se es.

Por si acaso, preparé estas palabras. De las pocas cosas que tengo guardadas en la caja de la vida, porque por encima de todo prefiero ser y no atesorar nada.

¿Ha sido todo por si acaso?. No, gracias al ciudadano Jesús de Nazareth.

Sevilla, 21 de diciembre de 2005