Estrella, extraordinaria mujer

Hoy han publicado esta carta, bajo el título «Estrella Morente», en el suplemento dominical «Magazine» que edita «La Vanguardia» y que se entrega junto a varios periódicos que se publican en todo el territorio español. Como está cambiado el título y han suprimido la última frase del original, prefiero respetar el contenido exacto que envié el 18/VI/2006, sabiendo que lo publicado es fiel reflejo, prácticamente exacto, de lo que quería decir a quien lo quisiera leer. Esta es la gran maravilla del conocimiento compartido a través de Internet, como lección magistral de inteligencia digital aplicada, porque en tiempo real se puede conocer la verdad de lo sucedido…

Finalizaba su actuación en el teatro Maestranza, de Sevilla. De pronto dio un traspié por un escalón desagradecido y todo el teatro se sobrecogió por la posibilidad de caerse Estrella, porque todos la habríamos recogido en nuestros brazos para devolverla al escenario, a su firmamento, donde ella hace sentir rápido a los corazones, aunque no entiendas en toda su profundidad lo que quiere decir a cada uno al oído. Y Estrella, la hija de Enrique Morente, “la cantaora del nuevo siglo” (Magazine de 18/VI/206), continuó su cante, su baile, sin ayuda de nadie, como si no hubiera pasado nada, con la maestría aprendida de su madre, Aurora Carbonell, mujer que me pareció admirable en una entrevista entrañable de Jesús Quintero y que me permitió comprender mejor a Estrella, en su baile de tintes árabes, en su cante reivindicativo de mujer de etnia gitana que canta la dignidad de sus vidas difíciles hechas vibraciones de sentimientos y emociones de la experiencia diaria. ¡Qué gran lección!.

Teníamos una entrada de Paraíso, de un sitio muy lejano en el argot de los teatros, para comprender el compromiso que Estrella Morente, la de Aurora y Enrique, desea regalarnos -como metáfora de la vida- cada vez que se sube a un escenario, aunque una probable “caída”, sin llegar a serlo, como la de cualquiera en la vida, nos permitiera aquél día, a todos, recogerla mentalmente entre algodones.

Con mi agradecimiento a los responsables de «Magazine».

Sevilla, 9/VII/2006

Género y vida

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