Las reinas magas (Cuento)

Como homenaje a dos mujeres extraordinarias, como tantas otras, que día a día, como por arte estrictamente humano, no de magia, nos demuestran que ese otro mundo existe, a veces más cerca de lo que parece, donde la vida deja de ser un regalo para ser feliz, demostrando con su trabajo anónimo que las mujeres son auténticas reinas magas del contrato social.

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(Fotografía de las cooperantes de Médicos Sin Fronteras, Mercedes García y Pilar Bauza, recuperada de http://es.noticias.yahoo.com/fotos/diapositivas/fotos-somalia.html, el 5 de enero de 2008)

Érase una vez tres mujeres que vivían en una región del planeta alumbrada, de forma privilegiada, por el sol. Acababa de amanecer un día cargado de contenido histórico: 5 de enero. Salieron por la mañana temprano de sus casas, dejando sus hijas e hijos al cuidado de sus parejas. Eran tres mujeres trabajadoras: una, en la limpieza de calles; otra, enfermera en un hospital y, la última, trabajadora social para un mundo mejor. Se encontraron en la parada del autobús, el de todos los días, aunque hoy, sin saberlo, las iba a llevar a alguna aventura desconocida.

Llegaron a sus destinos, el de todos los días. Al entrar en sus taquillas, algo sorprendente las hizo coincidir en un sueño: por un día podrían ser reinas magas. Las tres soñaron que un día no muy lejano podrían volver a Somalia con la médico leonesa Mercedes García y la enfermera argentina Pilar Bauza y estar cerca de aquella realidad donde las personas han dejado de ser algo importante para el Gobierno y para una gran parte del mejor mundo. Y regalarles posibilidades para vivir. Y comenzaron su jornada ordinaria, como si no pasara nada. Pero en su interior, cada una había buscado su oro, incienso y mirra especial para una aventura que acababa de empezar en sus conciencias, arrebatando protagonismo a una creencia de hombres que a través de sus nombres propios, Melchor, Gaspar y Baltasar, tejían una nueva historia de hombres reyes frente a una remota posibilidad de que la mujer pudiera ser reina maga para siempre.

Y volvieron a sus casas. Ya, los regalos, no eran lo mismo. Habían tocado un sueño hecho realidad, porque el mensaje durante muchos días de las dos mujeres secuestradas en Somalia –ya felizmente liberadas- había sido el mejor regalo soñado por unas reinas magas del día a día.

Así sucedió y así lo he contado…

Sevilla (Occidente), 5/I/2008

Una respuesta a «»

  1. Me ha emocionado, pienso en lo distinto que sería éste, nuestro mundo, si todos hiciéramos algo, aunque fuera poca cosa, para mejorar la existencia de los demás.

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