Un sueño llamado música

En las manos te traigo
viejas señales
son mis manos de ahora
no las de antes

doy lo que puedo
y no tengo vergüenza
del sentimiento

Mario Benedetti, Señales

En estos días de turbación voy con frecuencia de mi corazón a mis asuntos, entre los que se encuentra el de escribir como compromiso intelectual y social. Esta es la razón que me llevó a participar cuando comenzaba el verano en un concurso de relatos convocado por CaixaBank, dedicado a promover la vida activa cuando se alcanzan los sesenta años. Envié un relato, Un sueño llamado música, que ha sido aprobado y que adjunto a continuación, estando ahora en la fase de votación previa a la designación de los finalistas. Con independencia de que se vote, en el caso de que así se considere oportuno, lo más relevante es constatar que 299 personas han escrito sus experiencias vitales o las de otros, que merecen siempre atención y respeto por lo que encierran de ejemplarizante cada una de ellas.

Escribí unos días antes una variación sobre el mismo tema, Un piano llamado sueño, que sirvió de base para este nuevo relato y que publiqué en este cuaderno de inteligencia digital. El hilo conductor de la vida descrita estaba allí y ahora solo reinterpreto de forma más extensa la infancia rediviva y el principio de realidad actual para una persona que sueña con construir un mundo diferente.

Espero que disfruten con su lectura al menos tanto como lo sentí interiormente al escribirlo. Gracias de antemano, siempre, por leerlo.

Sevilla, 6/X/2016

¿QUIERES VOTAR?: http://www.premiovidaactiva.com/es/experiencia/38/jose-antonio-cobena-fernandez.html

Un sueño llamado música

ja-cobena-fernandez

El relato que figura a continuación no es un cuento. Es parte de mi intrahistoria real, cumpliendo un sueño a los 67 años e iniciando la jubilación. Cuando era pequeño no pude aprender a tocar el piano ni el violín porque en mi casa, inmersa en el discreto encanto de la burguesía, aprender música era cosa de «cómicos” y yo no había nacido para «eso”, para «no ser gente de bien ni para perder el tiempo”. Ahora, con una edad respetada y respetable cumplo un sueño, que les cuento a continuación.

Érase una vez un piano que no sonaba en los últimos trece años. Un día, pasado su silencio sonoro, alguien abrió la tapa del teclado, retiró el paño rojo que cubría las 88 notas y mis manos, que siempre traían viejas señales (las de Benedetti: En las manos te traigo / viejas señales / son mis manos de ahora / no las de antes / doy lo que puedo / y no tengo vergüenza / del sentimiento), comenzaron a pulsarlas de nuevo emitiendo sonidos de partituras especiales.

Aquella situación de silencio era una verdadera sinfonía para un sueño. Lo importante ahora era saber esperar a que un día esas manos den lo que puedan, porque no se avergüenzan del sentimiento, que se debe escuchar siempre mucho más fuerte que el viento. Schumann, Albinoni y Mozart dejaron sus partituras en ese atril de los sueños, con mensajes confidenciales: el amor sabe esperar siempre y la música sabe llevar entre algodones determinados caminos de inteligencia emocional. Escucharon con atención reverencial una forma diferente de interpretarlas. Aquellas manos tenían que tocar una y mil veces notas complejas, pero todo sería posible si esas manos tenían claro que eran dedos de ahora, preparados para acariciar notas que un día se escribieron como señales para tocar solo en un piano que se llamara sueño.

Y el sueño se abrió a nuevas experiencias. Erase ahora un clave para aprender a tocar ensueños. Desde Japón, atravesando mares de nubes, me echaron los Reyes de este año un clave, que también estoy aprendiendo a tocar, junto a dos láminas preciosas para intercambiarlas en su tapa, aunque una de ellas, la que denominan «Latín”, era la más deseada después de haberla contemplado en el cuadro de Vermeer, La lección de música. El texto recoge la quintaesencia del periodo barroco: Musica laetitiae comes, medicina dolorum (La música es compañera en la alegría y medicina en el dolor).

Es maravilloso conocer esta sencilla historia gracias al mundo digital que la rodea. El clave lo es, con registros maravillosos de época que puedo reproducir hasta llegar al fortepiano, pasando por el órgano y los diversos temperamentos de un instrumento de sonido celeste.

Y como no hay dos sin tres, también tuve el año pasado otro sueño llamado violín. Erase ahora mi vinculación con un instrumento maravilloso que me ha enseñado cómo es su soportable levedad de ser. Aprender a tocar el piano, el clave y el violín, tres sueños ya muy lejanos en el tiempo de vivir, se han cruzado en un camino que he iniciado en una Escuela de Música siendo mayor, en una encrucijada que tanto admiro: la que aprendí un día de José Ferrater Mora, cuando me encontré en una muy especial y sólo sabía que no sabía lo importante que era cambiar lo superficial, lo profundo, el modo de pensar, aunque todo cambia en este mundo, cuando lo que verdaderamente tienes que escoger para cambiar se llama Persona, Naturaleza, Sociedad o algún Dios.

Mi violín también es un sueño, que suena con mis manos que siguen trayendo viejas señales, que son las de ahora, no las antes, aquellas manos de juventud. Es un sueño expresar lo que pueda de mí mismo con las de ahora, en el piano, el clave y el violín, porque… no me avergüenzan los sentimientos. Como me ocurre en estos días, sin volverme otro, a través de mis manos de ahora, de 69 años, no las de antes.

Pasando hojas del calendario al finalizar el curso escolar en mi Escuela, he comenzado a tocar minuetos que Mozart compuso con 6 años. El niño que llevo dentro quiere interpretarlos como él y mis dedos de 69 años acarician hoy teclas de un clave con alma, porque al despertar de mis sueños, Mozart está todavía aquí, en mi persona de secreto.

¿QUIERES VOTAR?: http://www.premiovidaactiva.com/es/experiencia/38/jose-antonio-cobena-fernandez.html

¡Perdonen de nuevo mi tristeza!

jacaranda10

Ya he escrito en este blog sobre situaciones que me entristecen por sus repercusiones en el alma humana. Sé que no vivimos en tiempos de lírica, pero creo que tenemos el derecho de reivindicar ética pública y política en este país tan hecho polvo en los últimos años y meses. Lo que hemos vivido en la semana que finaliza o comienza hoy (para aquellos que tienen alma judía, que de todo hay en la viña del Señor), es para llevarlo a la desolación del olvido o de la quimera. Para los que nos acusan de habernos equivocado de siglo y que por eso nos pasa lo que nos pasa, es decir, que nos entristecen las injusticias, cualquiera, aunque no con la misma intensidad, tanto las de Alepo como las de este país, diré que no es cierto, porque hemos tenido la suerte de vivir en dos siglos que son muy diferentes en su devenir histórico y muy importantes para la consolidación de la democracia en el terco día a día. Fundamentalmente, porque tuvimos la desgracia de vivir en una dictadura sin compasión alguna y ahora vivimos en libertad, pero lo que trasciende la temporalidad vivida que algunos tachan de equivocada es el derecho a vivir dignamente, aunque sepamos a través de los siglos que todo tiene su tiempo y cada tiempo su momento.

Sé que no nos sirve de nada intentar añadir un solo día a nuestra existencia o distinguir en qué se diferencia la persona humana del animal, si los dos se convierten un día en polvo y resolver la cuestión que más apesadumbra el alma humana: ¿quién me va a llevar de la mano a contemplar lo que hay después de esta vida? Ya lo dijo el Eclesiastés y mientras no se demuestre lo contrario no estaba equivocado de siglo…: no hay respuestas lógicas y lo único que sirve es caminar juntos defendiendo quizá ideales o utopías, porque la amistad es como la cuerda de tres hilos [sic], que jamás se puede romper.

Vanidad de vanidades todo es vanidad, pero la sociedad tiene derecho a alcanzar el bien-ser (del que apenas se habla) y el bien-estar personal y social al que solo se aspira si lo garantizan gobiernos preocupados por los que menos tienen y por defender los principios de igualdad y solidaridad social. Bien-ser, porque es la esencia de la felicidad que alcanzan aquellos que saben disfrutar de lo que son y tienen sin necesitar nada más, aunque para los demás sea poco y porque rompen todos los moldes y estereotipos sociales del tener porque, repito, los que pertenecen al Club del Tener, es decir, los que tienen muchas cosas superfluas y dinero por encima de todo, piensan que los que cultivan Ser están (estamos) equivocados de siglo.

Si, además, pensamos que el bien-ser no está puesto en venta en el mercado, tiemblan los cimientos de los proveedores de mercancías, porque la cuenta de resultados del mundo que no se equivoca, sino que siempre acierta, puede resultar afectada. Es lo que ha pasado estos días con Pedro Sánchez, salvando lo que haya que salvar y como símbolo a tener en cuenta, porque solo pensar el mercado instalado en la sociedad española que se podía abrir una nueva forma de bien-ser y bien-estar en este país con un frente de izquierda, que protegiera los intereses generales y, sobre todo, sociales, educativos y de salud, por encima de todo, era para no consentirlo, vamos.

Por eso las fuerzas telúricas del poderoso caballero don dinero se han empleado a fondo, El País incluido, sin miramientos, como lo expresaba en el editorial del pasado viernes, 1 de octubre, entre otros del mismo fuste: “Pedro Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso”, con objeto de acabar con cualquier posibilidad que no pase por facilitar el gobierno de Rajoy, para garantizar la “gobernabilidad” de España que llaman algunos del PSOE, los críticos para entendernos.

Creo que comprenden que les pida hoy perdón por mi tristeza y que me retire unas horas a leer haikus de Mario Benedetti para aprender con uno de ellos (199), que hace unos años me asustaba el otoño y que…, cosas de la vida, equivocado de siglo para algunos, ya soy invierno.

Sevilla, 2/X/2016

Se cerrarán las grandes alamedas…

psoe

Hemos vivido una semana para olvidar en la historia de la democracia española. Lo sucedido con el golpe de estado político en el Partido Socialista Obrero Español, contra Pedro Sánchez como Secretario General por parte de los críticos pertenecientes a la Comisión Ejecutiva del PSOE, para forzar la salida vergonzante de su cargo, sin esperar al escenario democrático de hoy en el Comité Federal, donde se podría haber debatido todo con métodos ortodoxos en democracia interna y externa, es para lanzarse a la noosfera de internet y no quedarse callado mediante silencios cómplices tan frecuentes en este país. Obvio entrar en detalles ya conocidos de forma manifiesta por los medios de comunicación durante toda la semana, porque siento vergüenza ajena con lo sucedido hoy en la sede del PSOE, que habrán contemplado en vivo y en directo millones de personas en este país y fuera de él, ofreciendo un espectáculo impresentable desde la perspectiva de valores democráticos de un país civilizado.

Lo que verdaderamente he sentido, como ciudadano de a pie, preocupado por lo que sucede en España, en su presente y futuro más próximo, es la flagrante participación de los poderes fácticos de este país y de fuera de él, es decir, el poderoso caballero don dinero, que meten sus narices en los acontecimientos de estado, siendo responsables directos, indirectos y circunstanciales de todo lo ocurrido. El eslabón perdido de Felipe González en la cadena SER, pasando por Bono en Colombia, los miembros de la ejecutiva que han dimitido y las manifestaciones en batería de los barones socialistas contrarios a Sánchez, han mostrado junto a medios de comunicación de todo cuño, los de siempre y los sorprendentemente nuevos que se agregan a esa lista de la derecha de siempre, que el golpe de estado político había que darlo sin contemplaciones contra la cúpula actual del PSOE, como si fueran unos facinerosos, demostrando que todo estaba atado y bien atado. Un ejemplo lamentable es el que viene dando desde días atrás el diario El País, que me duele especialmente, porque desde su nacimiento en 1976 soy un lector asiduo hasta estos momentos en los que estoy pensando darme de baja en la suscripción anual que mantengo. Siempre he apreciado su cordura en los editoriales que leo de forma casi obligada día a día, pero lo que he leído esta semana en sus editoriales con ataques continuos a la persona de Pedro Sánchez, sin contemplaciones, sobrepasa todos los límites que se puedan pensar en democracia periodística. Su implicación no es inocente, como casi nunca en lo que afirma, pero lo de esta semana alcanza cotas muy preocupantes para la fijación de los límites éticos del periodismo.

Lo han conseguido entre todos, han matado políticamente a Sánchez y él solo se murió, como conocemos por el dicho popular, porque la Gestora ya está aquí. Imagino hoy que tanto el Partido Popular como Ciudadanos estarán frotándose las manos porque el trabajo sucio ya está hecho. La Presidencia de Rajoy está más cerca que nunca, mediante la abstención del PSOE, palabra mágica con mayúsculas, ABSTENCIÓN, que nadie del sector crítico se ha atrevido a pronunciar antes y en el momento de autos del golpe, porque era la palabra en consigna, en clave criptográfica, del sector autor del golpe, que la ha rebautizado con el nombre de “gobernabilidad”.

Por eso he titulado este artículo con unas palabras contrarias al sentido de las que pronunció Allende el día del golpe de estado en Chile, en septiembre de 1973. La democracia en España, con el ejemplo de lo sucedido con la caída de Sánchez y el asalto a Ferraz, se resentirá y no permitirá durante un tiempo y para muchas personas, que lleguen días en las que se abran definitivamente las grandes alamedas del hombre libre, porque hoy nos han enseñado que algunos están más cómodos cerrándolas, al menos temporalmente, para llevar a cabo los trabajos de fontanería que gusta al poder fáctico de siempre, hombres de negro incluidos, para garantizar el Gobierno de Rajoy a corto plazo, tan ejemplar él a pesar de todo lo sufrido bajo su mandato. Sencillamente lamentable, siendo esta la razón por la que, humildemente, no he querido abstenerme de opinar hoy en este cuaderno tan querido, que persigue siempre la búsqueda de islas desconocidas de libertad.

Sevilla, 1/X/2016

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de: https://ignaciotrillo.files.wordpress.com/2012/10/psoe-roto1.jpg