El rincón de escuchar

Entre otras obras iniciáticas, estoy preparando el comienzo de mis clases de piano, el jueves próximo, perfeccionando los matices del mal llamado Adagio de Albinoni (Adagio en sol menor, arreglado por Remo Giazotto en 1945, sobre compases de una melodía encontrada en las ruinas de la Biblioteca Estatal de Dresde durante la Segunda Guerra Mundial y atribuidos a Albinoni), que en mi clave suena de forma especial, sobre todo si utilizo los registros del órgano barroco. Escucho con frecuencia la interpretación de Xaver Valnus, tocando esta obra tan sobrecogedora en el órgano del Palacio de las Artes de Budapest, para aprender de él el sentimiento que refleja por la forma de acariciar las teclas superpuestas.

Hoy quiero compartirla con las personas que viajan conmigo en este espacio digital, porque creo que todos necesitamos un pequeño respiro en el rincón de escuchar del terco día a día, inspirándonos en composiciones tan bellas como ésta, que nos proporcionan paz de espíritu. Es lo que siento al tocarla, sobre todo cuando dialogan los dedos de las dos manos en los diferentes claves y compases de la melodía y hasta su portentoso final.

Sevilla, 27/IX/2016

Esperando a nuestro Godot político

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Se han celebrado ya las elecciones en Galicia y País Vasco y… no hay nada nuevo que celebrar, porque seguimos esperando a nuestro Godot político que sabemos que no está en los cielos, ya que ni siquiera se asaltan para reducir la espera. Como si no hubiera pasado nada, todos podemos ser hoy en España como Vladimir y Estragón, los dos vagabundos de la famosa obra de Samuel Beckett, que seguimos esperando a un tal Godot político que según dicen los viejos políticos del lugar ni existe ni se le espera.

Pertenezco a una generación que lleva mucho tiempo esperando a ese tal Godot, que durante muchos años nos intentaron convencer que era lo más parecido a Dios, pero que luego algunos descubrimos que era un ser imaginario que no existía en la realidad terca de cada día. Por ese motivo lo he recordado hoy, porque en la situación política actual podemos caer en la tentación de creer que necesitamos un Godot para salvarnos o por lo menos para que nos lleve por el buen camino político en nuestro país.

Pero Godot no existe, ni se le espera, aunque algún líder se empeñe todavía en demostrarnos que hoy todavía no viene, como cualquier Ernst Bloch aficionado, pero mañana sí, sabiendo de antemano que es mentira. Pero ya lo he manifestado en varias ocasiones en este blog: si en política, determinados políticos de siempre dijeran alguna vez la verdad, mentirían. Porque sigo defendiendo que todos no son iguales, con perdón de Godot si es que existe.

Me voy a la cuarta pared, a la que pertenezco desde siempre y leo un párrafo inicial de la obra citada de Samuel Beckett, para ambientar humildemente el escenario de representación en el gran teatro del mundo en el que cada uno desempeña un papel: Un camino en el campo. Un árbol. De tarde (Primer acto). Como la vida misma, nada más, porque todos seguimos esperando a un tal Godot, político por más señas, que en verdad no existe. Y asalto el escenario para decir a los principales actores políticos de hoy que no somos vagabundos o ignorantes, que hemos votado ya dos veces, que ya está bien, que por qué no se sientan a dialogar y a comprender que en la nueva mesa política tiene que estar la mayoría que ha salido en las urnas, variopinta, diversa, abierta, dialogante, soñadora (¿por qué no?), realista, atenta a los que menos tienen, que marquen prioridades políticas que forjarán el presente y el futuro de este país en ámbitos tan delicados como la educación, la salud, los servicios sociales, la economía social y distributiva. Que tenemos prisa personal y social legítima. Que se den cuenta de que todos no somos iguales y que eso se nota en los votos emitidos. Porque, de verdad, el nuevo Godot político ni existe, ni se le espera, por mucho que se empeñen en demostrarnos lo contrario.

Sevilla, 26/IX/2016

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de: http://asbarez.com/App/Asbarez/eng/2012/04/Waiting-for-Godot-1.jpg

No debemos olvidar a Alepo

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Sé que es difícil comprender la situación que atraviesa esta ciudad siria que ha dejado de tener relevancia en los noticiarios habituales, porque nos hemos acostumbrado a conocer su tragedia tras tragedia en una ruleta rusa de muerte sin sentido. No alcanzo a comprender cómo no es posible finalizar esta guerra absurda, como todas, a no ser que solo sea una guerra cosmética donde lo que solo importa es mantener la imagen de la necesaria dialéctica buenos/malos sin saber nunca donde están unos u otros, para que acabemos enloqueciendo todos.

¿Qué interese ocultos hay detrás o delante? He leído explicaciones de todo tipo, interesadas casi siempre porque nada es inocente en Alepo, todavía menos en Siria como Estado estratégico que para unos es aliado, entiéndase Rusia e Irán y para otros, Estado necesario para contener al ISIS que está por todas partes, donde Estados Unidos se hace fuerte liderando otro frente liberador, mientras que la maquinaria mortífera de la guerra hace su agosto, su septiembre y todo el calendario anual para justificar sus cuentas de resultados incluso con bombas de fósforo. Pero sobre Alepo llueve muerte hasta diluviar fuego casi todos los días y no comprendo cómo los organismos internacionales de todo cuño no hacen un frente común para detener esta locura de responsabilidad mundial.

¡Qué podemos hacer desde Sevilla o desde otros puntos de la geografía mundial! Todo lo que no nos gusta casi siempre está lejos, Alepo también, pero la realidad es que podemos denunciar por todos los medios posibles que la situación no puede continuar así ni un día más. Mientras, hay que ayudar desde organizaciones que todavía tienen el valor de estar allí prestando ayuda imprescindible, vital, tales como Médicos sin Fronteras, ACNUR, Cruz Roja y otras muchas organizaciones que con una generosidad sin límite arriesgan todos los días sus propias vidas, que también nos deberían conmover. También denunciando la situación desde las redes sociales para inundar el mundo de culpa para quienes tienen  la posibilidad real de solucionarlo y, también, de solidaridad hacia las que ya no tienen nada, ni siquiera esperanza para seguir viviendo, porque saben que en el Mediterráneo, por ejemplo, ya nadie canta sus excelencias para llegar al primer mundo.

Comprendí la semana pasada por qué Juan Manuel Serrat decía que ya no le apetecía cantar “Mediterráneo” porque se ha convertido en la sepultura de miles y miles de refugiados que escapan también de Alepo en un auténtico sinsentido. Además, porque los que mueren a cientos en ese mar ya no serán desgraciadamente caminos para nadie, tampoco le darán verde a los pinos ni amarillo a la genista. Quizá solo nos queden unas palabras, que nos permitan recordar una estrofa de la canción que todavía me estremece pensando en Alepo, dejándonos solos con nosotros mismos y como asumiendo en el “yo” mayestático una cierta responsabilidad sobre lo que está pasando en esta guerra tan absurda: “Yo, que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno / que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul / para que pintes de azul sus largas noches de invierno. / A fuerza de desventuras, tu alma es profunda y oscura”. Como la de los niños de Alepo que nos miran en este artículo y que tanto me ha impactado.

Sevilla, 25/IX/2016

NOTA: la imagen ha sido recuperada hoy de: https://es.wikipedia.org/wiki/Alepo

Cuestión de detalles

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Sigo manteniendo la ilusión de escribir y hablar bien, cada día mejor, cuidando todos los detalles para que todo lo que escriba y hable sea especial, no trivial y, sobre todo, no inocente. Lo vivo como un compromiso activo de mejora continua para buscar la verdad objetiva de lo que pienso y siento cada día. Más todavía cuando lo que escribo lo publico en algunas ocasiones en la noosfera, gracias al maravilloso mundo digital que nos rodea, entregándolo a los demás, que merecen siempre un trato diferente y singular. Es una forma de respetar a toda persona que me lee y escucha, una forma simbólica de agradecimiento por dedicar tiempo personal e intransferible a entablar una relación fugaz o permanente conmigo – ¿quién sabe? -, quizá por compromiso o por mera diversión, en una dialéctica permanente, como aprendí de Pascal cuando adquiríamos por razón de edad el compromiso de vivir apasionadamente.

He seguido de cerca a maestros de la literatura ética, entre los que sobresale Gabriel García Márquez porque amaba los detalles. Quizá era la única forma de sustentar su realismo mágico, para que se comprendiera bien su forma de escribir y de hablar sobre la verdad de la vida con un español de Colombia precioso, musical, con lemas de comprensión bellísima. Lo comprobaba hoy en un artículo de Javier Lafuente en el diario El País, La pasión por el detalle del cronista Gabo, que me ha acercado todavía más a él, de quien sigo aprendiendo todos los días como ya he manifestado en alguna ocasión en este blog. Cuenta la extraordinaria aventura de la periodista Luzángela Artega cuando fue enviada muy cerca de Gabo, para ayudarle en los primeros borradores de la obra que se publicaría después bajo el título de Noticia de un secuestro. Necesitaba conocer todos los detalles de lo que había pasado en un hecho real que iba a tratar, que no se escapara nada que pudiera interesar al lector, sobre todo para no faltar a la verdad de lo ocurrido: “Necesitaba ambientar lo que le contaban, lo de afuera, confirmar hasta el último detalle, saber cuánto frío hacía, los semáforos que había, las balas que disparaban, quería saberlo absolutamente todo”.

Doy muchas vueltas a lo que escribo y siempre me hago una pregunta de principiante, ¿por qué escribo? Busco los detalles de cualquier acontecimiento, por pequeño que sea, para no alterar la realidad, aunque después lo envuelva en la belleza que brinda la palabra, pero la obsesión por no dañar lo ocurrido es una necesidad ética de situación que me lleva a cuidar hasta el último detalle de texto y contexto. José Manuel Blecua, exdirector de la Real Academia Española de la Lengua, decía que al escribir copiamos siempre de los autores que hemos leído a lo largo de nuestra vida y nos han marcado. Me pasa con García Márquez. Quizá, al escribir hoy estas palabras especiales, para decir algo especial en un mundo sin detalles, vuelvo a copiar una experiencia contada una vez por el escritor portugués António Lobo Antúnes, sobre una idea preciosa aportada por un enfermo esquizofrénico al que atendió tiempo atrás: “Doctor, el mundo ha sido hecho por detrás”, como si detrás de todo estuviera el alma humana que fabrica el cerebro. Porque según Lobo Antúnes “ésta es la solución para escribir: se escribe hacia atrás, al buscar que las emociones y pulsiones encuentren palabras para explicar los detalles de la vida. “Todos los grandes escribían hacia atrás”. También, porque todos los días, los pequeños, escribimos así en las páginas en blanco de nuestras vidas…, buscando detalles para ser más felices y entregárselos a los demás a través de la palabra escrita o hablada, un pormenor, una parte o fragmento de algo, según la RAE, a lo que llamamos verdad, que suele estar siempre atrás, en la trastienda de nuestra existencia.

Sevilla, 26/IX/2016

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de: http://static.iris.net.co/semana/upload/images/2014/4/17/384136_174058_1.jpg

Donde Luis Cernuda nació

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Casa natal de Luis Cernuda, en calle Acetres, 6 (Sevilla) / JA COBEÑA

…Mas el trabajo humano
Con amor hecho, merece la atención de los otros…

Luis Cernuda, A sus paisanos

Acabo de firmar en la plataforma digital Change.org una petición promovida por la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (ADEPA), para que la Junta de Andalucía declare la casa natal de Luis Cernuda como Bien de Interés Cultural. El año pasado escribí en este sentido un post, que adjunto a continuación, en el que mostraba mi asombro por haber descubierto una realidad dolorosa en mis paseos matutinos de entonces, por la ciudad de sus sueños: “porque donde hoy habita el olvido de Sevilla es en la casa donde nació Luis Cernuda, que está en venta al mejor postor, sin que se atisbe el rescate digno por parte de organizaciones públicas de su ciudad natal. Soy consciente de que la cultura es la pariente pobre de la situación económica actual y la que está sobrellevando como puede la crisis económica y, sobre todo, de ideas, en la ciudad de sus paisanos”. Por ello, me alegra saber que se ha iniciado un camino para que con la declaración de su casa natal como BIC, la cultura triunfe en un mundo de mercancías.

El pasado 21 de septiembre lo leía en la edición digital de El País: “Es una casa poetizada. En ella se ha trasvasado poéticamente la infancia y la adolescencia del autor con más proyección de la generación del 27. Ahí descubrió la poesía, la música, la aparición del tiempo y el desconocido mundo de la homosexualidad”, apunta Rogelio Reyes, catedrático emérito de la Universidad de Sevilla y miembro de la asociación. “Lo interesante sería que las administraciones la adquirieran y rehabilitaran de forma respetuosa, sin desnaturalizar la casa, desde la que también se plasma en su obra una geografía sentimental del entorno”, señala Reyes, que fue presidente de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras”.

Tal y como él lo pidió a sus paisanos, hoy, siguiendo la estela de sus palabras, la casa donde nació Luis Cernuda, con amor tratada por sus paisanos, merece ahora la atención de Sevilla. Firma, si quieres estar cerca de Cernuda y su estela, en la plataforma citada y el poeta será conocido todavía más si algún día las personas que lo admiran pudieran atravesar el zaguán de Acetres, 6 para ver una vela echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtre tamizada la luz del mediodía y donde una estrella destaque sus seis puntas de paño rojo. También, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, que se agrupen las matas floridas de adelfas y azaleas. Y el sonido del agua al caer con un ritmo igual, adormecedor, y allá, en el fondo del agua, unos peces escarlata que pueden nadar otra vez con inquieto movimiento. Como a él le gustaría volver a la casa que le vio nacer y crecer para entregarnos palabras y libertad envuelta en ellas.

Sevilla, 24/IX/2016

PALABRAS DEL AMANECER / 4. Donde Luis Cernuda nació…

Mas no todos igual trato me dais,
Que amigos tengo aún entre vosotros,
Doblemente queridos por esa desusada
Simpatía y atención entre la indiferencia.

Luis Cernuda, A sus paisanos

No me hubiera gustado descubrir esta situación en paseos matutinos por la ciudad de sus sueños, porque donde hoy habita el olvido de Sevilla es en la casa donde nació Luis Cernuda, que está en venta al mejor postor, sin que se atisbe el rescate digno por parte de organizaciones públicas de su ciudad natal. Soy consciente de que la cultura es la pariente pobre de la situación económica actual y la que está sobrellevando como puede la crisis económica y, sobre todo, de ideas, en la ciudad de sus paisanos.

He recordado una y mil veces las palabras que nos dedicó hace muchos años, transidas de dolor por el trato recibido por parte de los sevillanos de pro y que las tengo grabadas a fuego en mi persona de secreto:

Mas el trabajo humano
Con amor hecho, merece la atención de los otros.

He visitado recientemente la cristalería “Valeriano Díaz”, que finaliza su estancia desde 1917 en la casa de Cernuda, llena de cachivaches arriba y abajo, pero que conserva en sus muros, en su patio, en su galería interior, un sabor de realidades y deseos de supervivencia en lo más profundo del ser humano sensible con la cultura y con el patrimonio literario de uno de sus hijos que nunca pudo ser pródigo en su tierra. Al entrar, cerré los ojos y vi la vela echada, sumiendo el ambiente en una fresca penumbra, y sobre la lona, por donde se filtraba tamizada la luz del mediodía, una estrella destacaba sus seis puntas de paño rojo. También, las hojas anchas de las latanias, de un verde oscuro y brillante, y abajo, en torno de la fuente, que estaban agrupadas las matas floridas de adelfas y azaleas. Y el sonido del agua al caer con un ritmo igual, adormecedor, y allá, en el fondo del agua unos peces escarlata nadaban con inquieto movimiento.

Aunque me consta que hablar de estas realidades no es políticamente correcto en tiempos de turbación, tan revueltos, me gustaría hacer llegar a cuantas personas quieren a este poeta universal un llamamiento para unirnos en un frente cultural, como le gustaría a él nombrarlo, para intentar buscar una solución de mercado, pero sin tratamiento de mercancía pura y dura, a esta venta de un lugar que debería habilitarse como sede permanente, sobre todo sencilla y digna, de su obra y vida.

Porque siguiendo la estela de sus palabras, la casa donde nació Luis Cernuda, con amor tratada por sus paisanos, merece ahora la atención de Sevilla.

Sevilla, 18/V/2015

Alalá, en la calle de la utopía

Somos tristeza / por eso la alegría / es una hazaña
Mario Benedetti, Rincón de Haikus (132)

Ayer asistí a un estreno muy especial y esperado por mi parte, en calidad de presentación mundial, de un documental de largo metraje, Alalá, dirigido por Remedios Malvárez, en el contexto de la XIX edición de la Bienal de Flamenco que se celebra en la actualidad en Sevilla. Cuando conocí el cartel promocional del documental, dije que se acercaba “el momento de compartir Alegría, alalá en lenguaje caló, en la clave que expresó Mario Benedetti: “Defender la alegría como una bandera… como un principio / como un destino… como una certeza… como un derecho…”. Es un proyecto de cine social, un documental comprometido con causas que se pueden ganar y que los de siempre dan siempre por perdidas, llevado a cabo por Producciones Singulares, con la colaboración de la Fundación Alalá entre otras instituciones, recordándome el espíritu y la obra de Costa Gavras o Bertrand Tavernier en películas sublimes y mágicas de profundas raíces sociales”. El afamado director francés siempre ha hablado de su compromiso con la sociedad a través del cine, dejándonos muestras de ello en películas tan extraordinarias como “Hoy comienza todo”. Anoche lo recordé especialmente, porque Remedios Malvárez sigue su estela.

El gran acierto del documental es que durante los 78 minutos de proyección he estado presente en las Tres Mil Viviendas, un barrio muy conocido en Sevilla por las duras etiquetas sociales que le asigna siempre el primer mundo, guiado por la cámara dirigida por la mirada no inocente de Remedios Malvárez a quien conozco gracias a una experiencia anterior con su corto “Silencio”. He recorrido sus calles, acompañado siempre de Caracafé, director de la escuela de Arte del barrio y artífice del desarrollo de los sueños que hoy pueden tener muchos niños y niñas que viven allí sus pequeñas vidas, por el respeto reverencial a sus almas gitanas, a las profesoras de cante y baile y al profesor de percusión, entre otros colaboradores. También he entrado en algunas casas de los que menos tienen, aunque las he visto llenas de vida, de la forma de entender la alegría permanente en su vida. Lo cuenta Caracafé cuando, aunque fuera de noche, su padre los sacaba de la cama para celebrar la llegada de unas personas a las que había que ofrecer todo. Además, con alegría, con alalá.

He contemplado qué supone para esos niños y niñas disponer de una escuela de arte, guitarras, trajes de gitana y zapatos de baile alineados para unos pies que saben bailar descalzos, tal y como como han aprendido a andar por la vida los antepasados de su etnia gitana. También hemos ido a un mercadillo y nos hemos sentado alrededor de una mesa muy sencilla de un bar del barrio, en el que Raimundo Amador ha dejado con la boca abierta a dos alumnos de Caracafé que lo contemplaban con admiración reverencial, escuchándole tocar la guitarra y sus palabras cargadas de identidad agradecida hacia el que es y será su barrio querido de la infancia. Me ha mostrado que siempre es posible la integración de otras razas, en una lección magistral de los que menos tienen y para los que siempre somos “primos”.

Cuando se aproximaba el final de la película, llegó al barrio Arcángel, un artista de la palabra cantada con sentimiento, que dijo cosas tan importantes como que esos niños tenían que ser primeros personas libres, con conocimiento, independientemente de que llegaran a ser artistas o no, porque el flamenco era su vehículo de libertad de la que les llevaba de la mano un guía espiritual extraordinario, de nombre «flamenco» y…“Caracafé”. En ese momento, apareció un plano muy rápido, en el que figuraba una placa de la calle Utopía, en un barrio tan alejado aparentemente de ella. Yo no lo creo así, porque me parece una experiencia ciclópea la que se está llevando a cabo allí, en las tres mil formas de vivir la alalá, la alegría que tanto desconocemos en su esencia. Por eso, Alalá es una hazaña, tal y como lo aprendí un día ya lejano de Mario Benedetti, que tanto la cantó.

En las Tres mil Viviendas hay personas singulares y una productora singular ha fotografiado sus vidas y les ha puesto animación de cine, no por lo que tienen o les ha entregado la sociedad de consumo y mercado, sino porque la singularidad es una identidad, tal y como la definía el Diccionario de Autoridades en 1739, con la riqueza de nuestra forma de hablar hasta hoy: servir con el talento, no imitar otros, sino beneficiar el que ya dio el Cielo, o lo que recibimos de nuestros padres en la preciosa evolución de nuestra propia vida. Es fácil comprobarlo viendo el documental, divulgando su precioso contenido, una obra hecha con pensamiento y sentimiento, para que se escuche siempre el corazón y resuene mucho más fuerte que el viento. Libre solo el corazón, más que el viento (Rafael Alberti).

Sevilla, 23/IX/2016

Yo no me callo

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Fotograma de La lengua de las mariposas (1999)

En un Estado de Derecho, como el nuestro, hay que mostrar respeto reverencial a la justicia y sus actos. Sin lugar a dudas, pero en ese mismo Estado de Derecho, también es justo y necesario hablar claramente en voz alta sobre valoraciones de lo que está ocurriendo, para que las escuchen personas dignas que las quieran escuchar, no solo opinar sobre el desconocimiento objetivo de la realidad, porque no quiero otorgar con silencios cómplices supuestas veracidades en tiempos revueltos en los que se encausan personas, cargos políticos sin excepción alguna y con los que en algún momento he compartido tiempo, espacio y responsabilidades públicas, como es mi caso, sin avergonzarme por ello. Parto de un principio básico: todos no son ni somos iguales ante la maledicencia y la tergiversación de determinados hechos como comento a continuación.

Me refiero concretamente al escrito de acusación del fiscal perteneciente a la Delegación de Sevilla de la Fiscalía especial contra la corrupción y la criminalidad organizada, hecho público el pasado 15 de septiembre, en relación con la pieza separada de las DP 174/11 del Juzgado de Instrucción nº 6 de Sevilla (Procedimiento Abreviado nº 133/2016, Diligencias Previas: 6645/2015), comúnmente conocido como “caso de los ERE”. He leído con atención las cuarenta páginas del escrito, de las que 36 páginas se dedican a detallar los hechos acaecidos, en las que se acusa a 26 altos cargos de la Junta de Andalucía, incluidos dos expresidentes, hasta llegar a la calificación de los mismos como “constitutivos de un delito continuado de prevaricación de los artículos 404 y 74 en relación de concurso medial con un delito continuado de malversación del artículo 432,1º y 2º y del art. 74, todos del Código Penal en su redacción vigente al tiempo de cometerse todos los hechos”. Asimismo, responden criminalmente conforme al art. 28 del Código Penal, del delito continuado de prevaricación como autores, los 26 altos cargos que se citan y del delito continuado de malversación, solo 18. Recae sobre los primeros una pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de 10 años y, sobre los 18 citados en relación el delito de malversación, pena de prisión de 8 y 6 años, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena e inhabilitación absoluta por tiempo de 20 años. Por último, en el escrito se recoge que los autores del delito de malversación responderán solidariamente de la devolución a la Hacienda Pública andaluza del total de los créditos destinados a la concesión de las ayudas sociolaborales por parte de la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social de la Consejería de Empleo en el periodo 2000 a 2010 del programa 31L y 22E, elevándose la citada cantidad total a 741.596.545 euros.

Esta es la síntesis fría del escrito citado, al que debemos respeto constitucional en su formulación jurídica, aunque no quiero quedarme callado en aspectos de fondo que creo conocer bien por haber trabajado en la Junta de Andalucía como funcionario de a pie y alto cargo en tres etapas, en las que he compartido con los altos cargos encausados otras responsabilidades públicas en parte del tiempo político que se contempla en el escrito. Por esta razón, me resisto a admitir que los 26 son iguales en relación con las duras acusaciones vertidas en el escrito, porque no es así, ni por razón de cargo ni por las diferentes formas de haber desempeñado sus responsabilidades. Creo que las personas dignas comprenden bien quién ha tenido responsabilidades políticas directas en este caso, diferenciándose de las meramente competenciales que les han afectado y creo que sé de lo que estoy hablando, así como de los que de forma flagrante y sin escrúpulos han llevado a cabo actuaciones nada ejemplares, impresentables y punibles sin duda alguna. Pero meter en el saco a todo el mundo por igual es manifiestamente injusto, porque conozco bien a la mayoría de los encausados y mantengo hoy por hoy que son personas dignas, que han trabajado de forma muy solvente y con gran dedicación a la función pública, con altura de miras y gran generosidad personal y familiar.

Los Presidentes encausados han sido mis Presidentes y les debo respeto y consideración. Reconozco que he podido criticar de forma constructiva en algún momento determinadas actuaciones suyas de pasividad en torno a este caso, como corresponde admitir cuando se trabaja en la cresta de la ola casi todos los días y porque la acción política no es uniforme ni lineal cuando se vive hasta las últimas consecuencias. No pertenezco a partido alguno y eso me ha dado en mis cargos “políticos” un margen de maniobra de libertad en la palabra, decisión y acción que tengo que reconocer que nunca se alteró ni sufrió merma alguna por indicaciones superiores y que todo el mundo entiende a lo que me refiero. Es decir, no había en la Junta un mantra de corrupción generalizada que nos llevara a todos a prevaricar y malversar por definición, como algunos podrán deducir de lo expuesto en el escrito del fiscal, haciéndolo extensivo a toda la Junta de Andalucía. Si esto es así, igual ocurrió en las Consejerías directamente afectadas por el caso de los ERE, entre las que se encontraba la de Economía y Hacienda en una primera etapa y de Hacienda y Administración Pública después, a las que pertenecí desde 2004 a 2013 y donde se trabajaba con dignidad y respeto al interés general.

Mis Consejeros en esta última etapa están encausados y, además, José Antonio Griñán fue también mi Presidente y el de todos, como Manuel Chaves, con lo que simbolizan para esta Comunidad Autónoma y en su proyección al Estado. Siento gran tristeza por ello, por lo que representan y por su etapa final humana y política, con un silencio sepulcral y de frío marmóreo por parte de su propio partido y no digamos nada hacia los que se pueden considerar políticos militantes de segunda fila o afines del mismo. También, por otros muchos silencios cómplices, soledad institucional y por los enfrentamientos finales entre sí de varios encausados que, hasta el momento de autos, mantenían una relación excelente. Nunca he tenido la percepción ni noticia alguna de que en su gestión hubiera atisbos de prevaricación y, mucho menos, de malversación, al igual que respecto de la Consejería de Economía y Hacienda, después de Hacienda y Administración Pública, en la que, como decía anteriormente, compartí responsabilidades directamente durante parte del tiempo público de los hechos narrados, hasta que decidí renunciar a mi alto cargo en septiembre de 2013 por razones de ardiente im-paciencia [sic] ante tanto desmán y que publiqué en aquellas fechas para conocimiento general de la ciudadanía, a quien me he debido siempre.

Por todos los motivos expuestos, no quiero callarme en estos tiempos difíciles, de tanta desazón, como los lugareños de las últimas escenas de una película extraordinaria, La lengua de las mariposas, presa del terror de la indecencia, con silencio cómplice, ante la cordada de personas dignas, que han actuado en su mayoría respetando el interés público. Perdonen, de verdad, mi tristeza y comprendo que muchas personas pensarán que todo son palabras, pero creo que es lo único que nos queda en un mundo diseñado a veces por el enemigo que se agazapa en la maleza de las mercancías, de la indecencia y no en el vergel de los derechos y deberes públicos. Pienso que los 250.000 empleados públicos de la Junta de Andalucía y los altos cargos que la dirigen, merecen el reconocimiento diario de su trabajo leal y sincero, al servicio del interés general. Deseo otorgar a todos, siempre, el principio de confianza. Es indudable que se han cometido errores de importancia extrema en el caso de los ERE, pero quiero resaltar que no se debe generalizar ni extender esta mancha concreta y acotada de corrupción política y administrativa como si afectara a toda la Junta de Andalucía. Tampoco, a la mayor parte de los altos cargos encausados. Pero la justicia, como la nave de Fellini, va… y ya falta mar para los que se quieren arrojar, cada día más, del barco de la indecencia, acompañados por Verdi con su fuerza del destino hacia alguna parte de la verdad. Porque la verdad existe, por mucho que a veces nos cueste encontrarla.

Sevilla, 22/IX/2016

José Antonio Cobeña Fernández

Exsecretario general del Servicio Andaluz de Salud (2000-2004), exdirector general de Tecnologías para Hacienda y la Administración Electrónica (2010-2012) y exdirector general de Política Digital (2012-2013), en la Junta de Andalucía.

Estrategia digital de la Administración Pública en los Centros de Atención y Servicios a la Ciudadanía

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La revista digital Andalucía Educativa, de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, ha publicado en su último número un artículo que he escrito en relación con la estrategia digital que debería contemplar la Administración Pública, con visión de Estado, en los Centros de Atención y Servicios a la Ciudadanía, que figura a continuación. Está integrado en un número monográfico sobre la experiencia del Centro de Atención a Usuarios de la Comunidad Educativa en Andalucía (CAUCE), de sumo interés para conocer a fondo la experiencia actual en este tipo de servicios de carácter público.

Agradezco mucho la invitación que me hicieron en el comienzo del verano para colaborar en este número. Tengo un respeto reverencial a la Administración Pública. En este caso, al tratarse de experiencias de servicios públicos que se desarrollan con financiación pública y que, hoy más que nunca, necesitan un revulsivo estratégico político digital de amplio espectro. 

Sevilla, 19/IX/2016

Estrategia digital de la Administración Pública en los Centros de Atención y Servicios a la Ciudadanía

1. Introducción

La Administración Pública, en España, necesita un revulsivo importante en relación con la atención y prestación de servicios a la ciudadanía. Esto es posible solo a través de las estrategias digitales de Gobiernos abiertos, transparentes, donde el empoderamiento de la ciudadanía sea una realidad incontestable que permita su colaboración y participación real y efectiva. Sin estrategia digital de carácter público es muy difícil acometer transformaciones profundas en la Administración, una organización muy afrancesada en nuestro país, hiperregulada, sin atisbos de cambiar en el corto plazo y con escasa, por no decir casi nula participación de la ciudadanía en este proceso urgente de transformación social. Por ello, es imprescindible comenzar a plantear cambios estratégicos en el Gobierno del país, desde la perspectiva digital, para que se pueda regular la transformación señalada anteriormente que permeabilice los Gobiernos de las Comunidades Autónomas y que pasa por ordenar administrativamente estos cambios en aras del alumbramiento de una nueva organización abierta, transparente, de carácter público, como es la Administración. En este orden, ordenación más organización, pero no al revés, porque lo que se puede conseguir a veces es digitalizar el desorden al no tener claros los objetivos institucionales que se deben  plantear en la ordenación administrativa de las estrategias digitales reguladas de carácter público.

En la Administración existen múltiples tipologías de Centros de Atención y Servicios a la Ciudadanía, en una maraña de siglas y títulos que muestran la diversidad organizativa que hay detrás con escasa dimensión estratégica de carácter público, que es por donde hay que empezar con objeto de garantizar atención y servicios institucionales cohesionados, integrados y con economía de valores públicos y de escala a todos los niveles posibles, económicos y organizacionales. Es decir, la dimensión estratégica es el pilar fundamental del diseño e implantación, que no instalación, de este tipo de Centros. La Administración tiene que elaborar y desarrollar una estrategia digital de amplio espectro, siendo una de sus manifestaciones, entre otras, la implantación de este tipo de servicios a través de un Centro especializado que tenga un núcleo común para preservar la identidad corporativa de la Administración que lo gestiona y donde se sectorice posteriormente la tipología de los servicios a los que tenga que responder ante la ciudadanía y, sin lugar a dudas, a los empleados públicos afectados por estas prestaciones. Me estoy refiriendo a que no deben implantarse Centros diferenciados por servicios públicos, bien sea en rango ministerial o de consejerías, sino uno común, superespecializado y de alta resolución para atender todo tipo de demandas ciudadanas, que responda a las necesidades reales de las personas presuntamente implicadas (incluidos los empleados públicos) y que obedezca a trabajos de campo previos para conocer con detalle los llamados “hechos de vida” que preocupan de verdad a los que tienen que recibir los citados servicios y, por qué no decirlo también, de quienes los prestan. Hoy no existe problema tecnológico para resolver esta superespecialización, existe tecnología suficiente, porque se puede organizar perfectamente la captación y respuesta de la demanda ciudadana y pública, con economías de escala más que evidentes, aunque nunca debería ser la tecnología la principal razón estratégica en la implantación de los mismos.

La Administración no es sensible a veces a este tipo de planteamientos estratégicos. Piensa que es necesario implantar un Centro de Atención a la Ciudadanía y lo lleva a cabo sin tener en cuenta estos principios expuestos anteriormente, creciendo los centros como por esporas y de forma desordenada la extensión de estos servicios, con escasa identidad corporativa en la prestación de los mismos y con nula economía de valores públicos y de escala, sirviendo como ejemplo sencillo las diferentes funcionales nucleares de cualquier servicio público, los diferentes argumentarios y locuciones en la recepción de llamadas y en el seguimiento de las mismas, por no decir la casi nula proactividad en la gestión de los mismos, de lo que hablaremos posteriormente. Es muy corriente estar siempre a la espera, como las llamadas, más que identificar la necesidad para resolverla con carácter proactivo y no reactivo a través de campañas relacionadas siempre con los hechos de vida que afectan a la ciudadanía. Esta situación es real en la actualidad y crea desconcierto en la ciudadanía porque no hay un espacio común de atención, sino múltiples centros y cada uno con una forma de actuar y presentarse en sociedad.

Por estas razones expongo a continuación los principios estratégicos que se deberían contemplar en un giro copernicano de la Administración al incorporar a su estrategia digital de amplio espectro la especialización de la atención a la ciudadanía y la prestación derivada de los servicios públicos que correspondan a esta actividad de vital importancia para salvaguardar el interés general que debe perseguir siempre.

2. Principios estratégicos en la implantación de Centros de Atención y Servicios a la Ciudadanía.

2.1. MARCO ESTRATÉGICO. El Centro debe ser siempre una proyección de la estrategia digital corporativa de la Administración Pública que corresponda, comentada anteriormente, atendiendo a tres grandes pilares básicos:

  • ESTRATEGIA DIGITAL EN LA RELACIÓN CON LA CIUDADANÍA, entendida como el  proceso organizativo mediante el cual la Administración incorpora a sus funciones corporativas los sistemas y las tecnologías digitales de la información y comunicación, como escenario y motor de su cambio y como modelo de integración tecnológica orientada a la ciudadanía.
  • CALIDAD DE LA ATENCIÓN DIGITAL, mediante la provisión de servicios accesibles y equitativos, con un nivel profesional óptimo, que tiene en cuenta el estado del conocimiento actual de su objetivo estratégico y los recursos digitales disponibles, logrando la adhesión y satisfacción de la ciudadanía.
  • ÉTICA PÚBLICA DIGITAL, como acción pública mediante la cual se hace operativa la estrategia digital de la Administración correspondiente, su paradigma y objetivos, sobre la base de que la ciudadanía es el centro de la misma, su suelo firme constitucional, en términos de equidad y empoderamiento compartido.

2.2. MODELO FUNCIONAL. Debe responder siempre al respeto reverencial a los denominados hechos de vida de la ciudadanía, que se deben utilizar siempre como patrones para determinar y desarrollar las líneas funcionales nucleares en este tipo de centros, tal y como se explica a continuación. Una vez clarificado este patrón común donde la ciudadanía juega un papel estelar, hay que establecer cuatro líneas funcionales que interactúan entre sí, pero que siempre tienen que tener absoluta correspondencia. Estas son las siguientes:

  • Línea Funcional de Información: en esta línea funcional se engloban aquellos servicios que tienen un carácter meramente informativo de cara a la ciudadanía y a los profesionales que deben prestarla, de forma que ante una consulta general de los mismos, se les proporcione de la forma más eficiente posible la información que solicitan o que puede ayudarles a resolver el problema que presentan. En este caso, son la ciudadanía o los profesionales los que ante una duda o consulta que se le plantee, toman la iniciativa, siendo el Centro un ente proactivo o reactivo, dependiendo de la atención que tenga que prestar en cada momento.
  • Línea Funcional de Participación: en esta línea funcional se engloban aquellos servicios en los que se produce una transferencia de poder consultivo, interactivo y decisorio al propio ciudadano sobre elementos cruciales en su vida ordinaria. El ciudadano o profesional pasa a tener un papel más activo en su relación con la Administración, a la vez que adquiere una mayor capacidad y posibilidad de decisión. En los servicios enmarcados en esta línea, el Centro deja de tener un papel meramente reactivo y pasa a prestar servicios más personalizados que ya no se centran sólo en la información general, sino en la particular asociada a cada ciudadano en concreto.
  • Línea Funcional de Interactividad: en esta línea funcional se engloban aquellos servicios en los que existe una alta interactividad o comunicación bidireccional entre la ciudadanía y la Administración. Se enmarcan aquí, tanto servicios en los que la propia ciudadanía da el primer paso de la interacción, como otros en los que será el Centro el que establezca el primer contacto con la ciudadanía y los profesionales. En todos los casos estos servicios estarán orientados a un ciudadano en concreto, no teniendo carácter generalista.
  • Línea Funcional de Proactividad y Personalización: en esta línea funcional se enmarcan aquellos servicios en los que existe un alto grado de personalización o bien es el propio Centro el que toma la iniciativa en todos los casos en el establecimiento de contacto con la ciudadanía. El Centro deja de ser un ente reactivo y pasa a prestar servicios proactivos, antes de que estos sean demandados por la ciudadanía y profesionales, siendo éste un identificador estratégico y esencial del Centro.

2.3. HECHOS DE VIDA. Se reconoce la importancia de considerar en la implantación de este tipo de Centros,  una idea-fuerza: el “hecho de vida”, con trazabilidad cognitiva muy bien definida, entendido como acontecimiento vital de una persona ó profesional que desencadena una necesidad de atención o servicio por parte de la Administración  y que se convierte en una actividad prioritaria en su vida ordinaria. El hecho de vida será el “patrón” determinante del Centro en relación con los procesos definidos para ser atendidos, debiéndose actualizar con una periodicidad planificada de claro matiz proactivo, no reactivo, en relación con las situaciones vitales más sentidas y percibidas por la ciudadanía, que generarán marcadores (indicadores) de gestión en el Centro.

  • Por su especial dificultad de implantación e intelección, se quiere resaltar que afectará desde la perspectiva horizontal y como tal hecho de vida, en el área directiva de los empleados públicos, en términos de calidad percibida y sentida por ellos, en un proceso de retroalimentación permanente con los profesionales que atienden el Centro de forma directa, nunca “agentes”, es decir, los hechos de vida de la ciudadanía y declarados como tal en el ámbito de actuación de los profesionales citados serán patrones de conducta a observar y prestar especial atención como “marcadores de gestión” y “procesos” que se proyectan a los hechos de vida profesional que afectan a los mismos. Asimismo, un Proceso es una secuencia ordenada y repetitiva de actuaciones orientadas a generar un valor añadido sobre una entrada para obtener una salida determinada, interpretando el hecho de vida como un todo para centrar bien todo el “proceso” en el que está inmerso el “acontecimiento vital que desencadena una consecuencia ó resultado de información o servicio”.

2.4. CARTERA DE SERVICIOS. La Cartera de Servicios de un Centro de Información y Servicios de la Administración es el conjunto de procedimientos, procesos, técnicas y tecnologías, definidos en un catálogo general aprobado y priorizado por la Dirección estratégica correspondiente, que responden a necesidades y demandas de la ciudadanía, como hechos de vida, mediante los que se hacen efectivos la información y servicios del Centro y basada tecnológicamente en el modelo adaptado de gestión de relación con la ciudadanía (CiRM), sin que en este artículo se entre en detalles tecnológicos que ahora no corresponde abordar directamente. Esta cartera tiene que respetar siempre la interrelación y ponderación de las cuatro líneas funcionales explicadas anteriormente, con objeto de que no se produzcan desequilibrios en las mismas. Es frecuente observar cómo la línea de información suele ser preponderante sacrificando de forma no razonable la de participación e interrelación, obviamente indispensables para una buena obtención de estándares de calidad sentida y percibida en la evaluación formativa correspondiente. No digamos nada de la afectación a la línea de personalización, tan demandada por la ciudadanía.

Al abordarse en este artículo la existencia de un único Centro estratégico de Información y Servicios de la Administración, es fácil colegir que la cartera de servicios será común en servicios horizontales de trazabilidad compartida, abordándose posteriormente los sectoriales, tales como salud, educación, servicios sociales, vivienda, turismo y deporte, etc., pero con un hilo conductor común.

2.5. EVALUACIÓN. Evaluar es emitir juicios bien informados. Así lo definía Carol Weiss destacando la importancia y transcendencia de la evaluación de los programas y las políticas públicas. No existe esta cultura en España y a nivel de ciudadanía somos muy tolerantes con este tipo de actividad que es fundamental para ponderar qué y cómo se desarrollan los compromisos adquiridos en relación con proyectos estratégicos que se implanten, tales como este tipo de Centros. La metodología es clara: transparencia al poder en las políticas y programas políticos a examen en relación con este tipo de proyectos, tanto en la evaluación formativa (día a día), como sumativa (final), por ejemplo, al concluir cada ciclo evaluativo del Centro.

3. Conclusiones

Si hubiera que extraer una idea fuerza de los planteamientos anteriores se podría concretar en una sola: es imprescindible la participación estratégica tanto de los empleados públicos como de la ciudadanía, como presuntos usuarios, en el diseño, desarrollo e implantación de un Centro de Atención y Servicios a la Ciudadanía, en los términos estratégicos expuestos anteriormente, porque será la verdadera gestión diaria del conocimiento en el mismo la que revierta en calidad integral pretendida, percibida y sentida. Está demostrado en cualquier proceso de gestión de cambio y comunicación, colaterales al de implantación, que no se debe despreciar ningún segmento interviniente en los procesos a digitalizar. Todos son necesarios, básicamente, porque hay personas detrás (empleados públicos) y delante (ciudadanos). Ese es el riesgo también a digitalizar y asumir de forma corporativa con la Gestión del Cambio e implantación del Centro que siempre se deben incorporar como proyectos específicos del gran proyecto estratégico de creación de un Centro Corporativo de estas características en la Administración.

Posiblemente, en una presentación progresiva, cuidada y participativa, se puedan despejar muchas incógnitas y atender muchas inquietudes basadas casi siempre en el rumor acerca de la implantación en la Administración Pública de un Centro con estas bases estratégicas digitales. Es siempre un proceso clave en la comunicación bidireccional: ascendente y descendente, jerarquizada y compartida, clara y concisa, responsable e ilusionante, motivadora y proactiva, percibida y sentida, creíble y presentable, con la dignidad que imprime a todos los actos institucionales la ética pública, en este caso, administrativa y digital, como factor crítico de éxito en su implantación estratégica.

En definitiva, se espera que los empleados públicos, artífices reales del éxito de este tipo de Centros estén preparados en su entrada en funcionamiento con visión estratégica para ser capaces de adquirir los conocimientos básicos de la tecnología de gestión de la relación con los ciudadanos en su aplicación a los procedimientos y procesos administrativos que corresponda; iniciar el aprendizaje como profesionales activos en la prestación de los servicios derivados de este tipo de Centros; desarrollar el conocimiento de las habilidades específicas de información proactiva más que reactiva, interactividad, proactividad y participación en la gestión del Centro; adoptar nuevas actitudes profesionales de gestión del cambio respecto a su modo de desarrollar el trabajo en la actualidad y en el futuro inmediato y, por último, en relación con las Unidades directivas implicadas, comunicar a los empleados públicos adscritos a cada unidad afectada en la implantación del mismo su finalidad estratégica y su respectiva proyección especializada a tenor de las competencias a atender con un patrón corporativo común y con la tecnología adecuada. Es más, son los propios empleados públicos los que se pueden beneficiar de este tipo de información y servicios, de amplio espectro, en cualquier puesto que ocupen en la Administración, porque también deben ser objetivo de estos Centros.

Una última reflexión sobre la transferencia de la operación de este tipo de Centros al sector privado, tan habitual en la Administración Pública española. Desde una responsabilidad de estrategia digital de carácter público, la gestión de este tipo de Centros puede llevarse a cabo desde una perspectiva híbrida, es decir, la planificación, implantación, dirección y evaluación del Centro nunca se deberían delegar a empresas especializadas en este tipo de Centros en el sector privado, no así la operación técnica y tecnológica del mismo que necesita siempre fuertes inversiones para su actualización, gestión y formación que la Administración no debería asumir nunca de forma directa, diferenciando perfectamente inversión y gasto en el análisis del coste/beneficio de estas implantaciones, así como en la tutela directiva irrenunciable en la evaluación continua, formativa y sumativa, de este tipo de Centros.

 

El ingenio digital

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Todo lo que se desarrolla hoy alrededor del mundo digital que preconizó Nicholas Negroponte, está vinculado estrechamente al ingenio. Pero, ¿qué es el ingenio? Aprendí muchas cosas sobre su significado cuando leí en 1993 un libro precioso de mi maestro a distancia, José Antonio Marina, que tenía un título sugerente, Elogio y refutación del ingenio. Me quedé con una idea muy clara y atrevida: “ingenio es como el sueño de una inteligencia que sueña con la libertad, que desea vivir desligada, sin unción, sin respeto, sin coacciones, sin miedo, dedicada a jugar” (1). Libertad, desligación, devaluación y juego, son la clave genética del ingenio.

En las páginas del diario El País, apareció el pasado viernes un anuncio de la multinacional Siemens, del que entresaco el mensaje central, que reflejaba muy bien qué es el ingenio digital y cómo nos puede servir como gran ejemplo de aplicación para las personas en esta nueva cultura mundial:

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Gracias al uso racional, ingenioso, de las TIC, las ciudades pueden ser más inteligentes y las aceras y sus calles también, como soñó Jane Jacobs en su dilatada vida profesional. La ciudad de Böblingen (Alemania) ofrece calidad de vida a sus habitantes gracias a la regulación digital de los semáforos conectados con los sistemas de posicionamiento de los satélites. Es un ejemplo muy válido para comprender de forma accesible para todos la revolución del mundo digital gracias al ingenio.

Es necesario constatar que el ingenio humano trabaja siempre en el terreno de las paradojas, que es lo que le permite avanzar. Es más llamativo todavía cuando conocemos la asombrosa imperfección del cerebro humano y cómo se vuelve ingenioso por necesidad, nunca por azar, al buscar de forma obligada la libertad, la desligación de la seguridad cuando crecemos, la devaluación progresiva de lo que no nos ayuda a avanzar y el juego con las posibilidades de ser cada día más felices. Un cerebro kluge, que en su momento traté en este cuaderno digital que busca siempre islas desconocidas, como ésta en Alemania, cuya traducción más acertada del término kluge , «ingenioso» (cerebro ingenioso), la encontramos precisamente en la lengua alemana, pero en un contexto que nos hace tocarnos la ropa: se trata del ingenio que hay que desarrollar para que una máquina funcione, como sobre la que el autor demuestra el origen del vocablo, un alimentador de papel, de la marca Kluge, “inventado” en 1935, como complemento de las impresoras mecánicas: “…era un mecanismo de lo más caprichoso, sujeto a frecuentes averías y endemoniadamente difícil de reparar, pero ¡qué ingenioso!” [¡qué kluge!].

Es muy curiosa esta situación en el mundo digital, sabiendo que a veces falla el cerebro, el principal artífice del ingenio, porque la naturaleza lo ha predispuesto en clave de kluge. La sabiduría popular lo traduce en saber “agudizar el ingenio”. Porque es difícil aceptar que vengamos así de fábrica, con defectos, con taras que ha propiciado la propia evolución, preparándonos a lo largo de existencia de cada persona para tomar conciencia de esta situación, reflejada en los fallos de la memoria, en los sentimientos y emociones que no somos capaces de controlar y, lo que es verdaderamente abrumador, saber que enferma en el momento en el que la maquinaria que creíamos perfecta del organismo, no le presta verdadera atención. Vuelvo a repetirlo: la maquinaria corporal, no nosotros, ni el alma humana.

Volvamos al ejemplo de Böblingen. Existen patrones escritos desde hace millones de años y las ciudades se reinventan permanentemente, todavía más cuando deseamos que sean inteligentes (smart cities): “¿por qué ha triunfado el superorganismo de la ciudad sobre otras formas sociales? Como en el caso de otros insectos sociales, hay varios factores, pero uno crucial es que las ciudades, como las colonias de hormigas, poseen una inteligencia emergente: una habilidad para almacenar y recabar información, para reconocer y responder a patrones de conducta humanos. Contribuimos a esa inteligencia emergente, pero para nosotros es casi imposible percibir nuestra contribución porque vivimos en la escala incorrecta” (2). La escala incorrecta es que no somos conscientes de que en ese aquí y ahora en el que nos toca vivir a cada una, a cada uno, se están produciendo movimientos ciegos en nuestras casas, barrios, pueblos y ciudades, ajenos a nuestro control inteligente, pero que están condicionando la vida de los más próximos, quizás hoy lejanos y muy desconocidos, aunque es posible, real, que con las decisiones urbanísticas de hoy, no dejemos vivir a los que queremos por la degradación de un hábitat propicio y que hoy decimos que “disfrutamos” como eslogan aprendido en la cartelería de la usura enladrillada.

La emergencia social es la evolución de reglas simples a complejas: las hormigas crean colonias. Ahí están. Las personas que habitan una ciudad crean barrios siempre. Ahí están. El software aprende a reconocer patrones siempre que se le den las instrucciones precisas, como en el caso de Böblingen. Ahí está. La inteligencia está en la base de los cerebros humanos, lo que permite hacer más simple la vida para vivir mejor. Y emergen hacia el exterior, naciendo, saliendo y teniendo principio siempre de otra cosa, en la interpretación que la Real Academia Española da a estos vocablos construidos de la misma forma. Con la inteligencia creadora de la famosa urbanista Jane Jacobs, a quien citaba anteriormente: que se respeten planes urbanísticos en los que las manzanas de casas sean más pequeñas, en aceras más vitales, en zonas de uso múltiple por doquier y sistemas de transporte público que siempre piensen en las personas [¡!]. Para que el viaje de la vida sea siempre a alguna parte (3).

Álex, el pasajero del autobús de Böblingen, llega a tiempo a su cita con Andrea gracias al ingenio para la vida, porque hay personas que trabajan en el mundo digital y sueñan con la libertad, desean vivir desligados de la tradición que defiende siempre que inventen otros; sin unción, sin respeto, sin coacciones, sin miedo, dedicados a jugar con lo que más aman en su universo digital. En ese proyecto, son ingeniosos porque quieren que seamos puntuales en las ciudades que habitamos y que haya menos corazones rotos, gracias al uso racional de las tecnologías de la información y comunicación. Una maravilla.

Sevilla, 18/IX/2016

(1) Marina, José Antonio (1993). Elogio y refutación del ingenio. Barcelona: Anagrama, pág. 24.
(2) Johnson, S. (2003). Sistemas emergentes, Madrid: Turner-FCE, pág. 90.
(3) https://joseantoniocobena.com/2008/02/21/jane-jacobs-o-la-inteligencia-emergente/

Optimistas bien informados

mario-benedetti

Haiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento. Matsuo Bashō (1644-1694)

Hablo de los pesimistas, tal y como lo aprendí del haiku 123, precioso, escrito por Benedetti (1) en 1999: Un pesimista / Es sólo un optimista / Bien informado. Efectivamente, ante la situación actual del país desde la perspectiva política, estamos obligatoriamente obligados a informarnos bien de lo que sucede, caminando por las grandes alamedas de la transparencia que todos los días hay que buscar, no vaya a ser que nos ocurra lo mismo que a Diógenes de Sinope, prototipo de la escuela cínica, cuando “buscaba a un hombre”. Un día estaba en los baños al mismo tiempo que Aristipos de Cirene, el cirenaico. Éste, al salir, cambió su vestidura purpúrea por la túnica desgarrada de Diógenes. Y cuando Diógenes se dio cuenta, se puso rabioso y de ninguna manera quiso ponerse el vestido purpúreo. ¿Por qué? En definitiva, se podría observar la vanidad de Diógenes a través de los agujeros de su túnica, dejaba de ser él al vestirse de púrpura y esto constituía un grave problema de representación, cara a los espectadores. Pesimismo en estado puro.

Otra cosa es que, en plan pesimista total, sepamos detectar algo importante en política: localizar los elementos de verdad en todo lo que se mueve en este ámbito, informarnos bien como optimistas natos que somos, porque en ese mundillo político corre la voz de que si algunos dijeran alguna vez la verdad…, mentirían.

Sevilla, 14/IX/2016

(1) Benedetti, Mario (2001). Rincón de haikus. Madrid: Visor Libros.

NOTA: la imagen se ha recuperado hoy de: https://cronopiolandia.wordpress.com/category/mario-benedetti/

 

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