¡Abrazaos, millones de personas!

Sevilla, 30/XII/2019

Estamos expectantes ante el concierto de año nuevo que se celebrará en Viena el próximo 1 de enero de 2020, interpretado por la Orquesta Filarmónica de Viena y dirigido por primera vez por Andris Nelsons, nacido en Riga en 1978, un discípulo del director también letón Mariss Jansons, que ha fallecido recientemente y muy querido por los componentes de la citada orquesta. Es un homenaje también a Jansons que dirigió este concierto por última vez en 2016. Andris Nelsons no es un desconocido en Viena porque ha dirigido esta afamada Orquesta en más de sesenta ocasiones desde que lo hiciera por primera vez en 2010.

Este año se va a recordar especialmente a Beethoven en el 250 aniversario del nacimiento del compositor, que amó Viena y fue su refugio durante 23 años para canalizar los aires de libertad que trasladó siempre a su obra y porque deseó conocer bien a Mozart para aprender de él su maestría en la composición musical y en su forma de entender la vida. En concreto, se interpretará en la segunda parte del concierto el vals de Johann Strauss hijo (1825-1899), Opus 443, que lleva un título y un mensaje emblemáticos para comprender la fortaleza de la unión de las personas en el mundo, ¡Abrazaos, millones de personas!, en cada territorio en el que se nace, vive o muere cada persona, basada en la obra escrita por el poeta Friedrich von Schiller (1759-1805), publicada por primera vez en 1786 y que años después se transformó en un movimiento final de la novena y última sinfonía, en Re menor, Op. 125, de Beethoven, sobre un extracto de la versión definitiva de la “Oda a la Alegría” de Schiller. Strauss, a la hora de componer esta obra, no entró en la profundidad del mensaje de Schiller. Solo aprovechó la atracción del título y porque quiso hacer un regalo especial a su amigo Johannes Brahms, nada más. Habría que esperar a la maravillosa composición citada de Beethoven para entrar de lleno en el fondo y forma de esta gran obra: la novena sinfonía, en su movimiento final. Sin quitar mérito a Strauss, por supuesto, pero dando a cada uno lo suyo.

En la actualidad, este movimiento de Beethoven es el himno oficial de Europa y debería hacernos reflexionar sobre el contenido de lo que Schiller quiso comunicar a su generación y a las siguientes que poblarían Europa y el planeta Tierra. El homenaje que la Orquesta Filarmónica de Viena va a hacer al poema de Schiller, a través de Strauss y con el telón de fondo de la composición de Beethoven al respecto, bajo la dirección de Nelsons, puede ser una oportunidad para leer detenidamente el libreto que Beethoven interpretó magistralmente para llevarlo a una orquesta y coros donde resuena con gran fuerza el mensaje de libertad y creencia en un mundo nuevo, donde la alegría nos puede llevar a entender que todos podemos ser hermanos, porque la naturaleza ofrece cobijo incluso a quienes no logran disfrutar de ella: ¡Abrazaos millones de criaturas! / ¡Que un beso una al mundo entero! / Hermanos, sobre la bóveda estrellada / debe habitar un Padre amoroso. / ¿Os postráis, millones de criaturas? / ¿No presientes, oh mundo, a tu Creador? / Búscalo más arriba de la bóveda celeste / ¡Sobre las estrellas ha de habitar!:

ODA A LA ALEGRÍA

¡Oh, amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! Alegría!

¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija del Elíseo!
Ebrios de entusiasmo entramos,
diosa celestial, en tu santuario.
Tu hechizo une de nuevo
lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.

Aquel a que la suerte ha concedido
una amistad verdadera,
quien haya conquistado a una hermosa mujer,
¡una su júbilo al nuestro!
Aún aquel que pueda llamar suya
siquiera a un alma sobre la tierra.
Más quien ni siquiera esto haya logrado,
¡que se aleje llorando de esta hermandad!

Todos beben de alegría
en el seno de la Naturaleza.
Los buenos, los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio besos y vino,
y un amigo fiel hasta la muerte;
lujuria por la vida le fue concedida al gusano
y al querubín la contemplación de Dios.
¡Ante Dios!

Gozosos como vuelan sus soles
a través del formidable espacio celeste,
corred así, hermanos, por vuestro camino alegres
como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos millones de criaturas!
¡Que un beso una al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
debe habitar un Padre amoroso.
¿Os postráis, millones de criaturas?
¿No presientes, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo más arriba de la bóveda celeste
¡Sobre las estrellas ha de habitar! (2)

NOTAS:

(1) En la imagen del primer vídeo, Johann Strauss II (izquierda) y Johannes Brahms (1894).

(2) En cursiva las estrofas que incorporó Beethoven al libreto del movimiento final de su novena y última sinfonía, en Re menor, Op. 125.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja para ninguna empresa u organización religiosa, política, gubernamental o no gubernamental, que pueda beneficiarse de este artículo, no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes aparte de su situación actual de jubilado.