Elogio de las diferentes lenguas para hablar y dialogar en el Congreso de los Diputados

Intervención en catalán del congresista Gabriel Rufián – Sesión de 19 de septiembre de 2023 en el Congreso de los Diputados – España.

Sevilla, 20/IX/2023

Hubiera preferido, al igual que Bartleby el escribiente, no haber tenido que escribir hoy sobre las hablas en el Parlamento, pero lo sucedido ayer en la sede de la soberanía del pueblo español me lleva a ello, por la conducta reprobable en democracia de las señorías de VOX, al ausentarse físicamente del hemiciclo y depositar sus denostados “pinganillos” para la traducción simultánea de los intervinientes en euskera, catalán y gallego, por ahora, en el escaño vacío del Presidente en funciones, junto a la postura obstruccionista del Partido Popular, que claman al cielo por utilizar una expresión castellana sacrosanta que se puede traducir a todas las lenguas cooficiales que se aprobarán mañana en dicha sede. Llevaron a cabo sus actuaciones grotescas en la sesión plenaria en la que figuraba en el Orden del Día la toma en consideración de la proposición de reforma del Reglamento del Congreso de los Diputados, presentada por los Grupos Parlamentarios Socialista, Plurinacional SUMAR, Republicano, Euskal Herria Bildu, Mixto y Vasco (EAJ-PNV), con objeto de que se puedan utilizar diferentes lenguas cooficiales, catalán, euskera y gallego, en la Cámara Baja.

En este contexto, he recordado un diálogo precioso entre Antonio y Damasio, en una obra, El Diálogo de las lenguas, de Damasio de Frías, que fue fuente de inspiración para Cervantes al escribir las preciosas páginas del Quijote y Sancho Panza, ambos por igual, en sus respectivas formas de hablar, donde uno de los participantes, el propio autor, Damasio, se esfuerza ante Antonio en demostrar que una lengua no tiene por qué seguir necesariamente a un Imperio, algo así como ocurre con el castellano en el Parlamento, para entendernos, sintetizado en unas palabras que vienen al caso: “He querido con este breve discurso y con lo que aquí acaso se me ha ofrecido de las lenguas, de su pronunciación y sonido, mostraros cómo cada una gente d’éstas está contenta con el suyo, y le parece aquél sin dubda que el mejor y cualquiera otro no tal […]. Y pensad que esta variedad de pronunciaciones y este diferente sonido de lenguas […] nos muestra con mucha razón y certeza ser los hombres en universal todos los de cada nación, y las naciones todas cada una diferentes de la otra, en condiciones, complexiones, costumbres, afectos de ánimo y al fin ser el mundo todo cuales somos vos e yo. (DLL, fols. 153r-153v).

No sé si se podrá decir mejor y más claro, pero qué curioso es constatar que esta obra iluminó las mentes preclaras de este país en 1579, hace casi cinco siglos, para abrirse a las necesarias mudanzas del idioma, no cerrando puerta alguna a la transición del latín a lenguas romances,  dialectos y lenguas peninsulares, cobrando especial interpretación esta obra en nuestros días a la luz de lo expuesto por Selena Simonatti en un artículo publicado en el Centro Virtual Cervantes acerca de la importancia de la conciencia también política que hay en la obra de Damasio de Frías, resumida en las palabras finales del artículo citado, fundamentalmente porque lo ocurrido ayer en el Parlamento español es, sobre todo, una cuestión política en la que hay que reconocer, sin más dilación, el plurilingüismo de este país, sin daño alguno para la oficialidad del castellano: “Únicamente en el espacio utópico de la literatura, el “libertinaje” de Damasio, amigo de novedades e ynvençiones, aficionado a las mudanças y fervoroso y temerario “italianizante”, puede resultar más razonable que el sueño purista de Antonio, no tan fácilmente cuestionable fuera de esos límites ficticios. Contra una “estandardización” del idioma que promueve criterios de superioridad hegemónica, Damasio no solo acomete un distinto ideal lingüístico, sino que opone un ideal político que rechace el gobierno absoluto del hombre y las leyes infranqueables del poder autoautorizado. Lo sugieren también sus últimas palabras, en las que deja deslizar un italianismo tan emblemático como parlar, operando la más consecuente lección de tolerancia: Yo aquí, como con tan amigo, he holgado de parlar este rato que a solas hemos venido. Que sea lo que digo o lo que vos, va poco. Las disputas no por eso dexan de ser buenas, pues siempre, tractadas con ánimo amigo o sin ambiciosa competencia, se saca d’ellas algún provecho, a lo menos hele yo sacado muy grande en tan buen rato de entretenimiento. (DLL, fol. 155v).

Es lo que ocurrió ayer, cuando después de hablar los portavoces de los partidos en liza por la cuestión de su idioma, cada uno en su lengua nativa, se aprobó la toma en consideración para permitir el uso del catalán, gallego o euskera, como reforma del Reglamento del Congreso, por una mayoría de 179 votos. Damasio tenía razón, operando en la sesión la más consecuente lección de tolerancia.

CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.

UCRANIA, ¡Paz y Libertad!