
Sevilla, 9/X/2025 – 12:32 h (CET+2) / Actualizado a las 16:45 h
Ayer asistí a la concentración ante la sede central del Servicio Andaluz de Salud, para protestar por el fallo clamoroso en el seguimiento y comunicación de resultados de mamografías en al menos 2.000 mujeres, dentro del programa de detección precoz del cáncer de mama. Allí coincidimos miles de personas, en una movilización ciudadana alejada de siglas políticas y sindicales, para arropar y apoyar a miles de mujeres afectadas por lo sucedido con el programa de prevención de cáncer de mama, representadas por miembros de la asociación AMAMA Sevilla [Asociación de mujeres con cáncer de mama] que encabezaban la concentración y que se abrieron paso en la Avenida de la Constitución hasta llegar a la sede central del Servicio Andaluz de Salud.
Allí estuvimos coreando continuamente eslóganes en defensa de la sanidad pública como hilo conductor, con mensajes de la presidenta de Amama, a través de un modesto micrófono y altavoz, que sólo amplificaba su voz con aplausos continuos y que hacían eco a sus palabras: “nuestras vidas no pueden esperar” o “los profesionales no son los culpables, son nuestros héroes”. También se pidió en bastantes ocasiones la dimisión del presidente Moreno Bonilla y de la Consejera de Salud, de la que minutos después de la finalización del acto se anunció, por parte del presidente, su dimisión, en una comparecencia apresurada y obligado por las tristes circunstancias que rodean a este escándalo sanitario.
Ayer se presentó también el plan de choque del SAS que “incluye medidas para mejorar la información clínica, reducir tiempos de respuesta y ampliar el personal y la tecnología en las unidades referentes”, según informa oficialmente el organismo: “dotado inicialmente con 12 millones de euros, para la mejora de la atención a las mujeres en las unidades de mama hospitalarias y reforzar el circuito asistencial posterior al programa de cribado de cáncer de mama en Andalucía. El objetivo es claro: ofrecer a todas las mujeres una atención más cercana, segura y humana, reduciendo la incertidumbre que puede generar el proceso diagnóstico y garantizando tiempos de respuesta más ágiles, sobre todo en las mujeres participantes en el programa de detección precoz. […] Con este plan, la sanidad pública andaluza quiere transmitir un mensaje de confianza y cercanía a todas las mujeres, recordando que la detección precoz es clave para salvar vidas”.
Según manifestó la Consejería de Salud el pasado 3 de octubre, corroborado ahora por el plan de choque anunciado ayer, ya están llamando a las casi 2.000 mujeres afectadas por ahora por esta situación de demora en la información, decisión tomada por el Servicio Andaluz de Salud ante los fallos flagrantes denunciados por mujeres afectadas directamente por la mala praxis en el programa de cribado del cáncer de mama. Paralelamente, creo que hay que delimitar urgentemente el alcance del daño causado, que ahora afecta a alrededor de 2.000 mujeres, pero que probablemente sea un número mayor, de las que el 2% aproximadamente estarán afectadas por cáncer, como una obligación mínima y exigible de transparencia y responsabilidad pública. Igualmente, hay que seguir pidiendo responsabilidades políticas, junto al cese ya producido de la Consejera, de profesionales y también institucionales, por responsabilidad patrimonial de la Administración, tal y como se contempla en la legislación vigente. El Presidente de la Junta de Andalucía, debe responder ya a la pregunta que flotaba ayer en la concentración citada: ¿Hasta cuándo seguirá funcionando así el Sistema Sanitario Público de Andalucía? Basta recordar el sufrimiento que supone también para la ciudadanía andaluza las demoras en las citas de Atención Primaria, las impresentables listas de espera en consultas especializadas y en cirugía, 1.060.095 pacientes entre las dos, que desesperan a los pacientes que las sufren, la falta de dotaciones suficientes en diversas plantillas profesionales, problemas graves en infraestructuras sanitarias y la progresiva externalización de la actividad sanitaria mediante contratos multimillonarios con la sanidad privada, en un descarado y progresivo desmantelamiento del Sistema Sanitario Público de Andalucía, tantas veces denunciado en este cuaderno digital.
El Sistema Sanitario Público de Andalucía acusa daños estructurales, organizativos y económicos de importancia extrema, en un proceso paulatino de demolición de los principios públicos del Estado de Bienestar que lo sustentan. Seguimos recibiendo a diario avisos de lo que está pasando, estamos viendo y, también, sufriendo. Es hora de actuar en defensa de los servicios sanitarios públicos, sin más demora. Una buena forma de activar la crítica constructiva y solidaria es denunciar lo que está pasando, de boca en boca, utilizando también las redes sociales, para que todos podamos emitir juicios bien informados sobre esta realidad tan preocupante en Andalucía. Ha llegado la hora de la movilización ciudadana en defensa de la sanidad pública. La concentración de ayer fue un ejemplo de lo que debemos seguir haciendo. Las pacientes afectadas por fallos en el programa de detección precoz del cáncer de mama lo merecen.
José Antonio Cobeña Fernández
Ex secretario general del Servicio Andaluz de Salud (2000-2004).
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CLÁUSULA ÉTICA DE DIVULGACIÓN: José Antonio Cobeña Fernández no trabaja en la actualidad para empresas u organizaciones religiosas, políticas, gubernamentales o no gubernamentales, que puedan beneficiarse de este artículo; no las asesora, no posee acciones en ellas ni recibe financiación o prebenda alguna de ellas. Tampoco declara otras vinculaciones relevantes para su interés personal, aparte de su situación actual de persona jubilada.
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